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Ademas de las "trabajadoras sexuales" hay otras voces de mujeres en situacion de
Por Reenvío - Monday, Jul. 11, 2011 at 10:10 PM

Ademas de las "trabajadoras sexuales" hay otras voces de mujeres en situacion de prostitución

las12

Viernes, 8 de julio de 2011

“Es un país que tiene todos los medios para que no tengamos que prostituirnos”

Por Graciela Collante *

Es un adelanto quitar el rubro 59 y las formas denigrantes con las que se propagandizaba la prostitución. Era muy difícil que fuera una mujer autónoma la que publicaba un aviso y si lo hacía era una sola línea. Pero no se terminaron nuestros problemas. Una cosa es tener que sobrevivir de esta actividad y otra que te pongan en una competencia de precios como si fuéramos un mercado central. No porque tenga que ver con la moral y las buenas costumbres, pero los avisos clasificados mantienen y naturalizan la explotación sexual. Romper con la naturalización es un avance.

En La Gaceta de Tucumán un lector dice que esas mujeres ayudan a la sociedad y que ahora va a haber más violaciones. Eso me da bronca. No están viendo la problemática de la prostitución que cada día es más joven. Está tan naturalizado que no piensan que una mujer que está en prostitución pueda llegar a ser una persona autónoma. Hay que abrir las cabezas.

Cristina aclaró que no era una medida contra las mujeres. Decir qué van a hacer ahora las compañeras para comer es una burrada. Es un país que tiene todos los medios para que las mujeres no tengamos que prostituirnos.
Tenemos que luchar para que haya políticas públicas integrales y laborales para las mujeres que quieren dejar la prostitución. Hay muchas cosas que tenemos que hacer para que no sea una opción tener que prostituirse.
Son los medios y los que lucran con la prostitución los que tienen que ser penados y no las mujeres. Nuestra lucha se basa en conseguir políticas públicas.

* Integrante de la Asociación Argentina de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos, Capital.

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/las12/subnotas/6609-718-2011-07-11.html

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aportes para el debate
Por ctrl - Tuesday, Jul. 12, 2011 at 8:45 AM

Aquí van fragmentos del libro “Ninguna mujer nace para puta” de Marìa Galindo -boliviana, militante feminista del Colectivo Mujeres Creando- y Sonia Sanchez, ex miembra de AMMAR Capital-:


... le tengo asco a los mecanismos que hacen que nuestros espacios, organizados por nosotras mismas, se conviertan en nuestras propias jaulas. No nos organizamos para prostituirnos mejor o para mantenernos ahí. Nunca me calle frente al manejo fiolo que el sindicalismo operó sobre nosotras. (...) Me dirijo a mis hermanas en situación de prostitución para decirles que siendo putas, trabajadoras sexuales, damas de compañía, sexo-servidoras o el termino que quieran ponerle, igual quedamos habitando una identidad impuesta desde la cual tenemos todo perdido. Nosotras, que estamos allí y que hemos visto hermanas hasta de 70 años, allí en la calle, sabemos que así es. Sabemos que la prostitución es parienta del hambre. No podemos pensar desde la jaula donde estamos, necesitamos mirarnos por fuera de ese lugar. (...) Este libro va a decepcionar a quien espera gratificarse dejando las cosas en su lugar. Las putas en la esquina, las tecnòcratas en el escritorio y las amas de casa en sus casitas (...)” (p. 14, 15 y 16)
“La puta es la mujer que no tiene decisión sobre su cuerpo; es una mujer-maquina de hacer dinero; la puta esta enajenada de su propio cuerpo, que es usado cotidianamente en un escenario de tortura; la soledad en la esquina es de exposición y vulnerabilidad completa e ilimitada. Allí ella no se apropia de la ciudad ni tiene un espacio que la contenga; allí ella se expone en una lucha por sobrevivir, donde ademas se juega la vida; estar parada en una esquina es parte de un proceso de anulación, porque para resistirlo vas adormeciendote poco a poco” (p 22 23)
“debatir sobre la prostitución es poner en debate el lugar y significado político del cuerpo de las mujeres en una sociedad patriarcal. (...) la puta y la prostitución son un terreno político donde podemos aprender, encontrar y ubicar mecanismo de dominación que son una clave para deshacer, desde lo mas profundo, la cadena de opresión de las mujeres y, a partir de nosotras, del conjunto de las relaciones de dominación en nuestras sociedades. Es un debate que implica nuestras complicidades con el proxeneta, con el prostituyente y con la condición de objeto de los cuerpos de las mujeres, ¿Que cara tiene una puta, sino la cara de toda mujer?

A las mujeres las llamo hermanas (libreto del capitulo La Puta de la serie Mama no me lo dijo, de María Galindo p 36):
No vendemos nuestro cuerpo
vendemos nuestra falta de madre,
nuestra falta de padre,
nuestra falta de hermanos,
nuestra falta de hermanas.
Pararse para hacerse visibles no es fácil, porque una mejor que nadie sabe que una no es una mercancía,
si lo que vendemos nosotras es lo que no fuimos a la escuela,
es lo que no nos apoyaron para ir a la universidad,
es lo que no nos dieron el trabajo.
No nos compran la boca o la vagina o las tetas,
nos compran el derecho de humillarnos,
nos compran la penetración de un pene,
nos compran la eyaculación de un pene de un macho decadente.
Los que compran nuestros servicios tienen esposa y madre, tienen hija, tienen novia.
Y a las putas del futuro las están criando en sus casas ustedes,
son ustedes que llaman putas a sus hermanas y a sus hijas. Yo,
a las mujeres les llamo hermanas, no les llamo perras...

“y la verdad es que la prostitución es violencia. No es trabajo. Es violencia psíquica y física ejercida sobre el cuerpo de niñas, adolescentes, jóvenes, maduras y viejas. Es una violación concreta y también simbólica, porque al mismo tiempo violan sus cuerpos y sus derechos. Entonces, ¿ser torturada es un trabajo?, ¿ser humillada es un trabajo?, ¿ser prostituida por el hambre es un trabajo?, No: es un discurso que protege, justifica, y fortalece al torturador, al humillador, al hambreador. Al prostituyente. (...) Te pones una mascara sobre la que recae esa humillación. La estética de la puta no solo esta vinculada al deseo del prostituyente reflejado en tu cuerpo, sino a la construcción de esa mascara.
“Hablas de que vos pones el precio, como una forma de sentir que tienes o retienes un mínimo poder en tu condición de objeto. Pero tú no pones el precio, el mercado pone el precio, la edad determina el precio y también el hambre y la cantidad de mujeres en el mundo de la prostitución en todas las esquinas y locales que una se pueda imaginar. Ese forro que te da el sindicato es el forro que te hace quitar el prostituyente por unos pesos mas, porque èl es el que sabe la verdad: sos una mujer hambreada, explotada y que, por lo tanto, no puedes decir no. Ese es el verdadero poder del prostituyente y no se lo otorga solo el billete que tiene, sino todo y todos los que sostienen a una mujer en ese lugar. (p. 42)”

(...) (...) (...)

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