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Caracterizaciones y tareas para la nueva etapa electoral (Para la discusión)
Por Compañero del Frente - Monday, Sep. 05, 2011 at 11:07 AM

PODIGITAL 1192 (digital) 25/8/2011 Situación Política Caracterizaciones y tareas para la nueva etapa electoral (Para la discusión)


Guía para la acción del Partido Obrero en la etapa electoral posterior al 14 de agosto y contribución para la discusión de una estrategia común con los partidos del Frente de Izquierda y de los Trabajadores


Situación general después del 14

1. Los resultados de las elecciones del 14 pasado expresan una consagración del bonapartismo tardío de Cristina Fernández de Kirchner en el terreno de las urnas. Como lo graficamos en varias intervenciones recientes, a CFK la votaron los trabajadores que ocupan los terrenos del Ledesma para construir sus viviendas y la gran burguesía de los Blaquier, declaradamente kirchnerista, que defiende la propiedad privada del pulpo y los subsidios del gobierno a los biocombustibles (también la votó una mayoría de los sectores sociales intermedios de Libertador General San Martín). CFK se ha elevado a la posición más alta de arbitraje político en el recorrido histórico del kirchnerismo. Los explotados confían en que sus verdugos (represión con cuatro muertos) se encargarán, bajo la presión de la lucha, de satisfacer sus reivindicaciones parciales. En estas circunstancias de crisis, enseguida se puso en marcha el mecanismo político de cooptación que caracteriza al bonapartismo, con la intervención de la Túpac Amaru y el frente único con la CCC para establecer una suerte de `paz social` con el gobierno represor. Antes de que se celebraran las elecciones primarias, estaba claro que la oposición capitalista de la UCR de Morales estaba fuera de juego, y que se limitaba a expresar los temores de los sectores intermedios que miran con pánico la agudización de la lucha de clases y el método de la acción directa.

Toda forma de bonapartismo es la expresión de una crisis del régimen político de dominación, con referencia en especial al sistema parlamentario. En oposición al triunfalismo del kirchnerismo, y a la opinión de que la mayoría parlamentaria que obtendría el oficialismo el 23 de octubre próximo le daría al régimen una mayor estabilidad y solidez, señalamos en la victoria de CFK la tendencia a la acentuación de la crisis política. Las primeras manifestaciones de esta tendencia han quedado en evidencia en los choques con Moyano por la cuestión del salario mínimo legal y por las versiones de una estatización de las obras sociales. Se reproduce en una escala aún mayor lo ocurrido con la crisis con el capital sojero, con la estatización de las AFJP y con la confiscación parcial de las reservas del Banco Central: el gobierno apela a medidas ‘extremas’ para contener el derrumbe de su régimen económico de emergencia y la presión creciente de la bancarrota capitalista mundial. El agotamiento del ‘modelo’ y la bancarrota capitalista son, respectivamente, las bases económicas e históricas de la acentuación del bonapartismo, bajo la forma avanzada del gobierno personal. El margen de acción que goza el arbitraje oficial obedece a la ausencia relativa de una acción independiente de la clase obrera, que en su gran mayoría ha votado en las primarias por el Frente para la Victoria.

2. La victoria de CFK en las primarias podría ser aún mayor en las generales –al menos así lo señalan algunas encuestas. La razón de esto, desde lo superficial, es la acentuación de la disgregación de los armados opositores luego de los comicios, con la excepción muy limitada de Binner (un ala de los medios lo quiere convertir en un punto de reagrupamiento de la oposición burguesa al gobierno). En algunas provincias (Mendoza, Entre Ríos, Formosa, entre otras) recurre a medidas desesperadas como formar colectoras invertidas, donde listas unitarias para diputados llevan a candidatos diferentes para presidente (una lista UCR-Frente Amplio Progresista-Coalición Cívica para diputados va pegada a las candidaturas de Alfonsín, Binner, Carrió). De Nárvaez se separa de la campaña de Alfonsín; Rodríguez Saa ha armado combinaciones similares con Duhalde y Alfonsín, según el distrito. Las encuestas indican caídas de Duhalde y Alfonsín, menos de Rodríguez Saa, y leve subida de Binner. La razón de fondo del reforzamiento de CFK parece ser, sin embargo, la acentuación de la crisis mundial, con capacidad de suscitar una mini-corrida electoral en apoyo al arbitraje y al bonapartismo. El ‘efecto plasma’, o sea el crecimiento del consumo, que el comentario de moda pone como explicación ‘económica’ del éxito electoral del gobierno (lo cual supone que la población visualiza una perspectiva optimista en materia económica) queda, como consecuencia de la crisis mundial y del agotamiento del ‘modelo’ (régimen económico de emergencia), desplazado por la amenaza de una recesión y de un ‘ajuste’. En este sentido, los comentaristas han interpretado también los choques por el salario mínimo y las obras sociales, como una tendencia del gobierno al congelamiento relativo de los salarios y a minar la influencia de los sindicatos.

3. Los medios han presentado a la coalición de Binner como el segundo ganador del 14. La votación de Binner está siendo magnificada por sectores de la burguesía, cuando perdió en Santa Fe y sacó la votación más baja de Stolbitzer en la provincia de Buenos Aires, con un 6%. El binnerismo-juecismo, cuya diputada Norma Morandini integra la fórmula, cayó a la mitad de la votación. Es necesaria una caracterización de clase precisa de este bloque que, al colorearse de izquierda y contar con la presencia de la CTA Micheli, es el adversario principal para el objetivo de nuestro Frente de entrar al Congreso. De conjunto, entendemos que es un relevo de las opciones de Duhalde y Alfonsín, con quienes integraron el frente sojero y luego firmaron el “acuerdo productivo”, con la participación destacada de Buzzi. El planteo esencial de este bloque es realizar un ajuste que reequilibre las cuentas fiscales, para proceder a una devaluación del peso sin un riesgo de hiperinflación. Al día siguiente de la elección santafesina, Binner arrancó su campaña con el planteo de que “no se puede frenar más el dólar” y que deben ser “reducidas las retenciones a las exportaciones o eliminadas según el caso”. Que el planteo no fue un desliz, lo demostró el pasado 24 de agosto, cuando en el coloquio de IDEA volvió a plantear la devaluación monetaria. En este contexto, cobra sentido la entrevista de Binner con Moyano, que se convertiría en aliado sindical de esa `burguesía productiva´, y también cobran sentido los choques del gobierno con Moyano. El Frente de Izquierda debería explicar el carácter de clase del binnerismo y el alcance antiobrero de sus alianzas, como las colectoras presentadas en las provincias con la Coalición Cívica y Alfonsín. Un equipo del Partido (y si fuera posible del Frente) debería desmenuzar la plataforma de la coalición binnerista y presentar, asimismo, un balance del gobierno de Santa Fe. Binner está sufriendo un plan de lucha de los docentes en torno al régimen jubilatorio, que no es un verdadero 82% por los motivos que hemos expuesto en el artículo de Prensa Obrera 1191, lo que debe ser refutado porque constituye uno de los caballitos de batalla de él y de Lozano. Tenemos que confrontar el abismo programático que hay entre el Frente de Izquierda y el FAP. Nada más reñido con la pelea por un salario equivalente a la canasta familiar que un gobernador que ha sufrido luchas sistemáticas de sus docentes para arrancar aumentos, y aún así tienen un inicial de 2.800 pesos. Las empresas del cordón industrial de San Lorenzo son líderes en depredación ambiental y laboral (precarización). Por último, ningún votante de Proyecto Sur puede pensar en nacionalización alguna de recursos petroleros, energéticos ni mineros, sean a cielo abierto o no, de la mano de un gobernador que tiene privatizados hasta sus puertos y ha transformado a Rosario en capital del juego, Cristóbal López mediante.

Proyecto Sur no deja de representar un obstáculo para nuestro frente por haber perdido la candidatura presidencial, ya que su lista de diputados en Capital rivaliza con nuestro objetivo de llegar al Congreso. Los ´troscos´ de Proyecto Sur se van a empeñar a fondo contra nosotros. Deberíamos señalar que, objetivamente, han dejado de ser una alternativa política y que conspiran contra el desarrollo de una alternativa real de izquierda; que el ´voto útil´ es a nuestro Frente.

4. El pronóstico condicional que emerge de la situación que han dejado las primarias, nos señala un período, por un lado, de roces en el frente heterogéneo del oficialismo y hasta, eventualmente, de crisis, que acentuaría la tendencia a un protagonismo mayor de CFK –donde un derrumbe del bonapartismo en un plazo de dos meses es posible pero improbable. Del otro lado, un vacío político en el campo de la llamada oposición luego del fracaso monumental que ha tenido en las primarias, que variantes como Binner solamente podrán cubrir en forma harto limitada o incluso retroceder en lugar de avanzar. Nuestra tarea debería consistir, por un lado, en criticar las limitaciones insalvables de los planes de “profundizar el modelo” para hacer frente a la crisis mundial y del ‘modelo’, y señalar su tendencia inevitable –determinada por su carácter de clase– a marchar hacia el ‘ajuste’ y al rescate del capital de la bancarrota. Del otro, denunciar la bancarrota de la oposición y desarrollar una crítica implacable hacia su planteo de producir una salida de la ‘emergencia económica’ en una transición que descargará la crisis sobre las espaldas de los trabajadores. Una de las variantes de la etapa que se inicia es que nuestro Frente pueda cambiar en parte el eje de la oposición al gobierno, desplazando relativamente a la derecha y al centroizquierda, mediante el desarrollo de una oposición de izquierda –obrera y socialista.



Nuestro avance y nuestras tareas

1. Nuestro Frente de Izquierda y de los Trabajadores realizó, como es obvio, una gran elección, que nos ha colocado, al menos potencialmente, más allá de la posibilidad de participar en la campaña electoral y poder convertirnos en un protagonista en el escenario político tomado en su conjunto; así lo señala la expectativa que hemos creado después de las primarias. Nuestro frente obtuvo un 30% más de los votos que reclamábamos y un 60% por encima de los necesarios. Hemos quedado afuera de la competencia de diputados en numerosas provincias, pero en las más importantes hemos realizado votaciones superiores al promedio, que en algunos casos nos colocan a tiro, en números, de la posibilidad de elegir diputados nacionales. Las dos únicas encuestas que se han publicado después de las primarias, nos dan, una casi el 3% en la provincia de Buenos Aires (suponemos que sobre los votantes, no el padrón), la otra el 1,7% a nivel nacional –en ambos casos para la categoría presidencial, o sea que, en hipótesis, podría ser mayor para diputados nacionales y provinciales (allí donde hay elecciones locales).

Sólo estamos en condiciones de ofrecer una caracterización genérica de nuestros votantes (voto popular), a la espera de un análisis más concreto y de lo que nos ofrezca la elección del 23 de octubre. La elevada votación en la Ciudad o en la capital de Córdoba señala una participación significativa de la pequeña burguesía. También deberíamos apuntar a una heterogeneidad ideológica del electorado que puso la boleta de nuestro Frente, en términos de quienes han votado en el pasado por la izquierda o por las diversas versiones del centro-izquierdismo.

Del mismo modo que hemos superado nuestras expectativas o señalamientos en términos de números de votos, también hemos avanzado en el contenido: el electorado nos votó para apoyar nuestro reclamo de participar en la campaña electoral, pero también votó “por la izquierda” y por el programa de reivindicaciones que agitamos en la campaña. Incluso votó, como se ocuparon de destacar varios medios, por los ‘troscos’. Nombres como los de Altamira, Castillo, Pitrola, Montes, Pablo López y Angélica Lagunas, de años y de décadas de lucha socialista y cuartainternacionalista, excluyen cualquier caracterización exclusiva o unilateral de un voto democrático general o políticamente neutral. Precisamente, este voto por la Izquierda y por las reivindicaciones, constituye el puente que nos permite dar continuidad a los resultados de las primarias hacia la elección general. Nuestra tarea de aquí en más es desarrollar, metódicamente, en un proceso de transición, el voto “popular” y la conciencia “popular” hacia la izquierda, en un voto socialista y en una conciencia socialista.

2. Las campañas electorales se distinguen formalmente de las acciones directas de las masas, pero, dependiendo de las circunstancias históricas concretas, no son menos importantes. La que protagonizamos en la actualidad es importantísima: es una suerte de `previa` de las grandes acciones directas que suscitará la crisis mundial y el derrumbe del ‘modelo’ y del bonapartismo. La agitación política, de la cual la lucha electoral es una variante, es el método por excelencia para producir la selección de cuadros obreros que deberán orientar las acciones de masas. Debe estar al servicio de una delimitación política tajante de los partidos pequeño burgueses que representan políticamente al capital. Sin la influencia de una agitación previa (y en última instancia sin una dirección política) las acciones de masas diluyen su potencial revolucionario o caen bajo la influencia de direcciones autonomistas, espontaneístas o autogestionarias. Somos tan enemigos del ´cretinismo parlamentario’, que busca canalizar la lucha de clases a través del aparato representativo del Estado y de la práctica discursiva, como del ‘cretinismo anti-parlamentario’, para quien la acción por la acción misma puede suplantar la función del programa y de la organización. Uno de los cometidos de la campaña electoral en curso, es producir una separación efectiva o potencial de la clase obrera de la influencia del kirchnerismo (que se viste como nacionalista burgués). Como la democracia burguesa ofrece un campo muy amplio para la manipulación política de los explotados, y como por otra parte la clase obrera ha atravesado un larguísimo periodo de crisis de dirección, los planteos, las consignas y el lenguaje político de nuestra agitación y de nuestros candidatos y agitadores, debe encontrar el camino para hacerse entender por el mayor número de trabajadores, incluida la pequeña burguesía.

3. En la etapa que se ha iniciado debemos, por un lado, poner el acento en un desarrollo mayor del programa que expusimos en las primarias y, por el otro, caracterizar la función política de las fuerzas que enfrentamos, en conexión directa con los conflictos que plantea el desarrollo de la crisis mundial y del ‘modelo’. A los puntos referidos al 82% móvil para los jubilados y el vaciamiento de la Anses en beneficio de los grandes capitales; el fin de la tercerización y precarización de la fuerza de trabajo; el salario mínimo igual a la canasta familiar; el derecho al aborto -que hemos desarrollado en la etapa precedente- deberíamos agregar la cuestión de la exacción que sufren los trabajadores y clases medias por medio de los impuestos; el tema de la crisis de vivienda, salud y educación; la llamada ‘inseguridad’, y por último y más importante, el plan de conjunto de la izquierda frente a la crisis mundial y las medidas transitorias que planteamos para movilizar las energías de la clase obrera y convertir a la crisis en la premisa objetiva y subjetiva de la revolución socialista. Es necesario producir un panfleto de campaña o un folleto, que exponga estos planteos en nombre del conjunto del Frente.

La cuestión de la exacción impositiva debería ser un punto fuerte de nuestra agitación – primero en término de denuncia, luego para cuestionar la función expropiatoria que ejerce el Estado y oponer a esta expropiación la expropiación de los expropiadores.

La cuestión impositiva se manifiesta en los hechos de varias formas. En primer lugar la cuestión del mínimo no imponible, por el cual las patronales descuentan los impuestos del salario. En diversas ocasiones los trabajadores han reclamado, por medio de la huelga, que las patronales se hagan cargo de esos descuentos –por lejos la forma más consecuente de enfrentar la acción expropiatoria. Nuestro Frente debería acompañar este reclamo obrero y plantear la abolición de cualquier forma de impuesto al salario debajo de los niveles gerenciales. Otro planteo en esta línea de lucha contra la expropiación impositiva de la fuerza de trabajo, es la abolición del impuesto inmobiliario para los trabajadores que tienen una vivienda única o alquilan –una reivindicación que no figura en la agenda de los sindicatos para defender el salario, y que también alcanza a los sectores de trabajadores no asalariados (clases medias) y a los trabajadores precarizados, tercerizados o en negro. Lo mismo ocurre, en una escala mayor, con los impuestos al consumo como el IVA, que fue generalizado por el menemismo, entre otras razones, para reducir o abolir los aportes jubilatorios patronales y financiar la caja de jubilaciones con un impuesto generalizado. La reducción o eliminación de los aportes patronales constituye una confiscación directa del salario, a partir de considerar a la jubilación un pago diferido del precio de la fuerza de trabajo, el salario, a lo largo de la vida laboral. Si la reducción del salario que implica un impuesto al costo de la canasta familiar debe ser combatida con la acción directa de los sindicatos por el aumento de los salarios, las clases medias no obreras y los obreros no cubiertos por los convenios colectivos o no sindicalizados deben ser movilizados, junto a la clase obrera, con la reivindicación de la abolición de los impuestos al consumo y el impuesto progresivo a la clase capitalista. Los socialistas debemos combatir la expropiación de la clase obrera y las clases medias no obreras que desarrolla el capital por vías impositivas, con la reivindicación de impuestos progresivos a las ganancias del capital y a los terratenientes, y a los patrimonios de las clases ricas. A la tendencia expropiatoria del capital oponemos la expropiación del capitalismo. Una agitación política por estos temas prepara la lucha por la huelga impositiva (no pago de impuestos) en los casos de los impuestos inmobiliarios. Otra forma de exacción contra los trabajadores son las exenciones del pago de impuestos directos por el capital, que amplía la parte de gastos fiscales que son cubiertas con impuestos al consumo. El régimen impositivo no se limita a cubrir los gastos de funcionamiento del Estado capitalista, sino que es un instrumento de la burguesía en la pelea contra la clase obrera para determinar el nivel del salario real y para expropiar el trabajo de los sectores medios. La forma última de este ataque contra la fuerza de trabajo es la inflación y la hiperinflación –la ruina social de las masas mediante la destrucción de la moneda.

Nuestro Frente debe tomar la iniciativa en el tema de la ‘inseguridad’, un tema que preocupa mucho a los trabajadores, para denunciar la responsabilidad de los aparatos de seguridad y espionaje del Estado en toda suerte de delitos y en la represión cotidiana contra el pueblo, el cual no es más que un método de amedrentamiento contra el pueblo y la construcción de una dictadura represiva disfrazada de democracia. Por otra parte, la descomposición de los aparatos represivos y de seguridad es una expresión de la descomposición del Estado capitalista (México es una expresión brutal de ello).

La importancia del tema salud no necesita explicaciones (deberá ser caracterizada en un panfleto o folleto), pero nuestro planteo de estatización bajo control de los trabajadores deberá ser explicado en forma minuciosa para combatir la campaña contra lo que la burguesía denunciaría como ‘estatismo’, que llevaría a la ruina a la calidad de la atención sanitaria. Se presenta, además, el planteo del gobierno de estatizar las obras sociales, con el pretexto de limitar a la burocracia sindical y combatir sus delitos económicos y no tan económicos. En realidad, es un principio de expropiación de un patrimonio obrero, de un lado para financiar el rescate capitalista y del otro para dejar abierto el camino de una privatización en el futuro. Nuestra oposición al proyecto debe reivindicar la expulsión de la burocracia sindical y el control obrero colectivo.

4. Las reivindicaciones del Frente de Izquierda dejan de tener el carácter de “inmediatas” cuando se articulan, de conjunto, con una serie de reivindicaciones transitorias que plantean la movilización de las masas en función del poder. Un ejemplo: la campaña contra el régimen impositivo confiscatorio del pueblo, no puede separarse del control obrero; una eliminación del IVA sin control obrero acabaría con su recaudación en manos de industriales, comerciantes y hasta banqueros, que de ninguna manera reducirían los precios en forma equivalente. La introducción del control obrero en la campaña electoral no debe tener un carácter de doctrinarismo de izquierda sino como una conclusión de la lucha contra el empobrecimiento del pueblo al que sirve el régimen impositivo.

La potencia destructiva de la crisis mundial nos debe servir para planteos de conjunto referidos a las nacionalizaciones: del comercio exterior; los bancos; las empresas privatizadas; los recursos estratégicos; las dañinas del medio ambiente –sin indemnización, bajo control de los trabajadores. Las nacionalizaciones no deben ser presentadas como un fin en sí mismo, sino como un medio de potenciación de la fuerza productiva creativa del trabajo, por medio de la planificación y de la gestión obrera colectiva. Sin esto, las nacionalizaciones no superan el umbral del capitalismo, incluso si son muy radicales.



Método de campaña

1. Los resultados de la campaña electoral señalan que debemos destacar como el objetivo político de la siguiente etapa de la campaña la conquista de posiciones en el Congreso nacional. Los partidos de la burguesía plantean ahora, derrotados, ‘controlar’ desde el parlamento; nosotros, por el contrario, desde nuestro progreso pretendemos desarrollar el Frente como alternativa política. Por eso, no relativizamos nuestra fórmula presidencial, la acentuamos –incluso porque ella es, manifiestamente, nuestra principal tracción electoral.

2. En la fase final de la campaña de las primarias tuvimos una acogida mediática excepcional en nuestras trayectorias, en primer lugar a partir de los `spots’, luego con el ‘milagro’ twittero y las entrevistas a nuestros candidatos. Por importante que sean los medios para llegar al electorado y las masas, lo decisivo es la militancia (agitación) y el reclutamiento por medio de la militancia. Una parte mucho mayor de la próxima campaña debemos dedicarlo a charlas y debates para avanzar en el reclutamiento. La batalla decisiva se libra en los lugares de trabajo y de estudio. El Frente de Izquierda debe exponer la unidad política de sus objetivos y adaptar los métodos del centralismo democrático a las características del Frente –que es, antes que nada, un instrumento de lucha. Las delimitaciones entre los partidos deben ser desarrolladas en el marco de la unidad política del Frente. Desde finales de los 90 hemos seguido, desde el Partido Obrero, una línea de refundación inmediata de la IV Internacional, que significa, en todos los países, una línea de desarrollo del partido revolucionario por medio de delimitaciones políticas, que confluyan en un Congreso Mundial. La lucha por el desarrollo del Frente de Izquierda debe ser entendida en este marco estratégico, no como una finalidad nacional ni como un desvío.



Partido Obrero

26 de agosto de 2011

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