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El Aromo n° 62: Por fin juntos [Sept/Oct. 2011]
Por Razón y Revolución -
Sunday, Sep. 11, 2011 at 9:12 PM
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El Aromo n° 62: Por fin juntos
[Sept/Oct. 2011]
El
Aromo
Periódico Cultural
Piquetero
Año IX - Número 62 - Sept./Octubre de 2011
"Por fin
juntos"
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Hoy el kirchnerismo festeja. El 14 de
agosto, Cristina dejó perplejo a más de uno. Duhalde y Alfonsín todavía están
recogiendo las migajas. En efecto, lo acontecido en estas elecciones evidencia
un cambio de ciclo en el país. La primera reflexión que surge es que la clase
obrera apoyó al régimen. En particular, la población sobrante. En segundo lugar,
que se restablecen los lazos entre la burguesía y el proletariado. Aquello que
se rompió en 2001 hoy se vuelve a acoplar (véase el suplemento LAP). Todo parece
tranquilo en la Argentina. En efecto, esa es la imagen que predomina, si la
mirada se circunscribe al mezquino ámbito nacional. Sin embargo, las relaciones
de fuerza no pueden medirse con esa regla tan pequeña, porque las clases, su
conciencia y la economía que las determina tienen una dinámica mundial. Esas
variables no pueden aislarse en un país. Por lo menos, no por mucho tiempo. Son
las relaciones primordiales, las más generales, las permiten entender mejor el
desarrollo de las particulares. Entonces, ahí, en el gran tablero es que podemos
calibrar la perdurabilidad tiene este maridaje entre explotadores y explotados
en Argentina, que hoy perece ser, para los kirchneristas, eterno.
Un
prisma internacional
La Argentina depende de que el mundo le compre
y, aunque todo parezca calmo por aquí, la crisis mundial se encuentra en pleno
desarrollo. En el viejo continente, Grecia espera el rescate europeo en mitad de
una agonía fiscal que no cesa. El Tribunal Constitucional de Alemania respaldó
la participación en el fondo europeo de rescate para que Gracia no caiga a
pique, desenlace que parece más bien inevitable. En Francia, la Asamblea
Nacional aprobó las primeras medidas del plan propuesto por el gobierno, para
reducir el déficit público por un valor de mil millones de euros. Es sólo la
primera parte del plan de ajuste. Uno no deja de contar países: Grecia, España,
Portugal, Italia, Francia, sólo en Europa… ¿Alguien dijo EE.UU.? Sí, Obama va a
anunciar un plan de 500 mil millones de dólares para intentar bajar la
desocupación. Damián Bil se lo aclara en el OME. Por nuestros pagos, el panorama
no nos deja muy tranquilos que digamos. La crisis se siente en Brasil, que hace
todo lo posible para devaluar el real. Lógico que este escenario no puede ser
ajeno a la Argentina (lea “Sin inmunidad” en el OME).
Como venimos
diciendo en estas páginas, estamos en la fase estatal de la crisis. Por lo
tanto, los estados tienen que descargar el costo sobre la clase obrera. ¿Cómo se
muestra esto en el ámbito de la lucha de clases? Lo que se observa es el
accionar de los sectores más pauperizados de los países que mencionamos. Esos
sectores, son la población sobrante para el capital. Aquellos que se
manifestaron en Londres, los indignados de España y Portugal. Fracciones de la
clase obrera, en su mayoría jóvenes, que no logran vender su fuerza de trabajo,
o lo hacen en condiciones pésimas, y aparecen bajo la forma de desocupados o
subocupados.
En gran parte del mundo asistimos a una recomposición
política de la clase obrera. La clase obrera chilena acaba de paralizar por dos
días el país trasandino. Una huelga general luego de años de ofensiva burguesa.
Mención aparte merece, por un lado, la huelga general contra el ajuste de
Berlusconi en Italia y la rebelión en Israel. En todas las ciudades italianas
hubo concentraciones y marchas. Se adhirieron los sectores de transportes
aéreos, ferroviarios, marítimos y de ómnibus locales. La Confederación General
del Trabajo convocó a una huelga general, como hacía años no se veía, contra los
recortes del gobierno por 45 mil millones de euros. Por otro lado, ahora también
hay “indignados” en Israel. El sábado 3 de septiembre se movilizaron 450 mil
personas (en un país de 7 millones de personas) en Tel Aviv, Jerusalén, Haifa y
otros lugares en lo que fue la mayor movilización en la historia de ese país.
Palestinos en su propia tierra, podrán dar solución a sus problemas siempre que
reconozcan a sus compañeros del otro lado de la frontera. Sea como fuere, la
población sobrante está encabezando una verdadera rebelión. En algunos casos,
las medidas no pasan de un estallido (Londres), en otros, se remiten al plano
sindical (Italia, Grecia), pero vemos también el pasaje hacia el plano político
(Israel, Egipto, España).
La crisis económica del 2001 tuvo su epicentro
político en América Latina (Argentina, Bolivia, Venezuela y Ecuador). Esta, en
cambio, parece golpear en Europa y Medio Oriente. Lo importante, y lo que aquí
debemos tomar nota, es que la clase obrera, a nivel mundial, se ha despertado y
comienza a tomar la ofensiva. Es decir, estamos ante un desarrollo de los
síntomas del cambio de escenario en la lucha de clases mundial.
Para
ganar posiciones
El despertar obrero, sin embargo, está en sus
primeros pasos. Está comenzando a constituir fuerzas sociales. Todavía predomina
la falta de organización, el autonomismo y el reformismo. Por ello, observamos
la presencia repetida de “indignados”. En todos estos movimientos, la izquierda
todavía no tuvo un papel destacado. A nivel mundial, las organizaciones
revolucionarias no parecen aun encontrarse en sintonía con las fuerzas sociales
que se manifiestan. Si comparamos este ciclo de la clase obrera con el de 1914,
el poscrisis del ‘30 y el de los ’70, veremos que la izquierda se halla mucho
menos inserta y con menor capacidad organizativa.
No obstante, esta misma
característica “desorganizada” de esta oleada puede transformarse en una
ventaja, con respecto a las anteriores. La población sobrante que protagoniza
esta ofensiva constituye, a diferencia de los “grandes batallones fabriles”
elementos “desinstitucionalizados”, que no han establecido lazos fuertes con las
instituciones predilectas del reformismo: partidos socialdemócratas o
sindicatos. No están sujetos a direcciones burguesas, a prebendas o privilegios
de calificación y a la ideología que se le corresponde. De hecho, es una
fracción que, en su mayoría, se haya decepcionada con un sistema que no tiene
nada para ofrecerle. Es un campo mucho más fértil para sembrar ideas
socialistas. Si sabe aprovecharlo, la izquierda se encuentra en un panorama
mejor que en períodos anteriores. La clave se encuentra en afinar el programa.
La izquierda en el mundo, y particularmente en Argentina, tiene que dejar de
apuntalar las creencias democráticas y animarse a trascender lo meramente
sindical. Debe dejar de avergonzarse de sí misma. Treinta años de profunda
contrarrevolución no han pasado en vano, se sabe. Pero eso ya pasó. Es el
momento del socialismo. Se debe entender, de una vez por todas, que hay que
pelear por todo, que el problema no es la “democracia”, ni una “jubilación
digna”, ni el “estado de bienestar”, sino el capitalismo: allí se encuentran los
lazos que dan origen a todos los males. En ese sentido, el horizonte no puede
dejar de ser más alentador para quienes realmente buscan romperlos para
construir otros. Ese núcleo se encuentra hoy en quienes componen el Frente de
Izquierda, que debe ser apoyado y desarrollado..
Editorial:
Los
lazos fundamentales
Sebastián Conmiello
Lástima no, Socialismo.
El FIT,
las elecciones primarias y la Izquierda Revolucionaria Socialista
Eduardo
Sartelli
¿Por qué se pelean el gobierno y Techint?
Análisis del principal grupo económico de Argentina en la
postconvertibilidad
Emiliano Mussi y Viviana Rodríguez
Cybulski
La misma historia.
La Unión
Industrial Argentina, desde Onganía al Proceso (1966-1976)
Verónica
Baudino
Sí al “modelo”
Verónica Baudino
El verdadero trabajo esclavo.
Las características de la esclavitud en el Río de la
Plata durante el siglo XVIII
Juan Flores
¿Qué fue realmente el monopolio?
Vida, desarrollo y muerte de un sistema comercial
Mariano
Schlez
Por una cultura socialista
Presentación de la Biblioteca Militante con Osvaldo
Bayer, Horacio González, Eduardo Grüner y Eduardo Sartelli
Cuatro noches que conmovieron a Londres.
La revuelta de los jóvenes ingleses y la situación
política europea
Marina Kabat
Las armas de la revolución latinoamericana.
Prólogo a Revolución y Foquismo, de Guillermo Lora
Stella
Grenat
La pasión del lenguaje.
Del
romanticismo a la revolución en la obra de César Vallejo
Rosana López Rodriguez
Servir al enemigo.
Reseña
de Empleadas y patrones, de Abner Benaim
Rocio Fernández
Clásico Piquetero:
El genio
para la guerra*
Karl Von Clausewitz
SUPLEMENTOS
TALLER DE
ESTUDIOS SOCIALES
Los planes del régimen.
Presupuesto estatal y elecciones en el interior
La vivienda, un problema nacional
Nicólas Villanova
Ciudad de Buenos Aires:
Indoamericano y después
Nicólas Villanova
Los frutos del mal.
Condiciones de trabajo de los cosecheros olivícolas en
Catamarca
María Laura
Nievas
LABORATORIO DE ANÁLISIS
POLÍTICO
Ilusiones prestadas.
Un
balance entre dos elecciones
Fabián Harari
Patos con piel de pingüinos.
Las primarias en Entre Ríos
Rodolfo Leyes
“Los candidatos de la oposición no compitieron”
Entrevista a Rosendo Fraga, Director del Centro de
Estudios Unión para la Nueva Mayoría
Fabián Harari
Perdedores en la mira.
La
relación entre el gobierno y la CGT
Valeria Sleiman
“Aspiramos a crear un mundo mejor”
Entrevista a la Asamblea de Parados de Madrid
Verónica
Baudino
OBSERVATORIO MARXISTA DE ECONOMÍA
Sin inmunidad.
Los
precios de los commodities y la crisis mundial
Fernando Dachevsky
¿Y la cobertura social?
Los
recortes del gasto social y las dificultades de la economía yanqui
Damián Bil
China juega con fuego.
Los
intentos de “blindaje” ante la crisis norteamericana
Bruno Magro
Los políticos argentinos no quieren (ni pueden)
bajar más el desempleo
Osvaldo Regina
GABINETE DE EDUCACIÓN
SOCIALISTA
Futuro se busca.
La
rebelión estudiantil en Chile y los proyectos oficiales para “destrabar” el
conflicto
Romina De Luca
El caso del dique.
La
justicia contra los docentes: Chubut, 2002
Natalia Álvarez
Mi vecino, el asesino.
El
debate sobre las cámaras filmadoras en las escuelas porteñas
Romina De
Luca y Carlos Di Paolo
Las cosas por su nombre.
A
propósito de las XIII Jornadas Interescuelas
Natalia Álvarez