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Agua: ¿Estamos en guerra o quieren guerra?
Por (reenvio) Alicia Zárate - Wednesday, Sep. 21, 2011 at 11:11 PM

La ONU se fijó como objetivo que para el 2025 todos los seres humanos tengan acceso al agua potable.

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En 2003, año internacional del agua -así declarado también por la ONU- se inició una campaña de alerta frente a las catástrofes que nos aguardan agazapadas en las próximas décadas. Entre los peligros citados con mayor frecuencia figuran: en el 2025, la reserva mundial de agua potable disponible por habitante será tres veces menor a la de 1950; la humanidad carecerá de agua, la que será cada vez más escasa, más cara, y motivo de tensión entre estados.

Profecía cumplida

Si fuera creyente exclamaría: ¡Milagro! ¡Milagro! ¡En la cuenca del río de la Plata se cumplió la profecía de Kofi Annan![1].

En efecto, en 2003 había afirmado que el agua era “ una posible causa de conflictos y guerras”. Y este año se inició con una fuerte de tensión entre los gobiernos de la República Oriental del Uruguay (R.O.U.) y de la República Argentina (R.A.) -ambos elegidos como la democracia ordena-. El motivo es la instalación de las plantas de pasta celulósica altamente contaminante en Fray Bentos, a orillas del Uruguay [2]. Este río sirve de frontera geopolítica entre ambos estados y en esa zona se encuentra una de las mayores reservas de agua potable del planeta: el acuífero Guaraní.

Y aquí estoy, con tristeza y furia contenida, viendo morir otro río; ahogada en la mar de informaciones y estridencias mediáticas, mientras se silencian las voces disidentes, en un lugar y en una época en los que no abunda la investigación autóctona y escasea la reflexión.

(A esta película la ví repetidas veces durante la dictadura militar y con los gobiernos civiles, con otros actores, en otros escenarios, siempre el mismo argumento. ¿Serán socios de un suculento negocio y el enfrentamiento es para la gilada que lo mira por T.V.?)

Las partes enfrentadas pretenden imponer con prepotencia una sola lógica, la de la propiedad en nombre del progreso. Ignoran o tergiversan el concepto de lo ambiental, alientan rivalidades, intentan destruir la solidaridad entre comunidades. Lo cínico es que Kirchner (presidente de la R.A.) declara causa nacional la defensa del ambiente. Él mismo, su cónyuge Cristina Fernández (senadora por la provincia de Santa Cruz, en la Patagonia) y su equipo hacen caso omiso a los ecogenocidios que se siguen perpetrando tanto en su provincia natal, cuanto a escasos metros de Plaza de Mayo [3] y en el resto del país que administran, y han firmado la emisión de bonos de carbono [4]. Por su lado, Tabaré Vázquez (presidente de la R.O.U., de izquierda) ordena a las fuerzas militares que protejan las plantas de pasta celulosa en Fray Bentos, donde la empresa española Ence (Empresa nacional celulósica de España), y la finlandesa Botnia se están instalando; o sea, un gobierno nacional envía sus tropas para defender intereses extranjeros.

Unidos por naturaleza

Así como las diferentes especies animales beben sin molestarse en una misma aguada, las poblaciones de la cuenca del Plata están unidas por naturaleza y por la naturaleza. Entre ellas prevalecen estrechos lazos de amistad y de consanguinidad, desde mucho antes de la llegada de los conquistadores; lazos que las fronteras políticas no han debilitado. Hay un fuerte sentido de comunidad y su relación con el agua no es utilitaria. Son conscientes de que un río vivo asegura la existencia en todos los aspectos, biológicos y espirituales.

En la R.O.U., el Grupo Guayubira, que investiga temas ambientales desde hace años en forma independiente, no es escuchado, ni tiene acceso a los medios; quien se atreve a pronunciar su disenso es perseguido, y esa persecución se hace extensiva a miembros de su familia. Las decisiones tomadas por las Asambleas de Gualeguaychú y Colón (R.A.) en defensa del ambiente, por fuera de cualquier tipo de estructura, pusieron nerviosos a empresarios, políticos, dirigentes y obispos, de ambas márgenes. Tanto fue así, que hasta umbandistas hacen ceremonias a Yemanjá -la diosa del agua dulce- rogando “pan, paz y trabajo”, eslogan que algunos repiten por ingenuidad o desesperación, y que solo sirve para profundizar la dependencia.

De no haber sido por la movilización popular y los cortes de ruta, ningún funcionario encargado de la salud pública y protección del ambiente habría denunciado algo. De hecho, la instalación de estas plantas estaba en tratativas desde hace tiempo a espaldas de la población. Desde fines de la década del 50, el Banco Mundial financia la forestación en las márgenes de los ríos Paraná y Uruguay. Primero en los humedales, luego a expensas del bosque nativo, por último en las tierras aptas para agricultura y tambo, todo sin evaluar el impacto ambiental, ni humano. A la ciudad de Las Flores (ROU) el eucaliptus la convirtió en Villa Seca, dicen con ironía los pocos habitantes que aún permanecen allí. En esta región, el eucaliptus es un árbol exótico de rápido crecimiento, apto para la fabricación de pasta celulósica. La R.O.U. y la R.A. son grandes exportadores de rollizos de eucaliptus.

Desde hace más de cinco siglos, esta región occidentalizada de Tierra Fecunda [5] es proveedora de mercancías, mano de obra y recursos naturales baratos hacia la metrópolis. En la década del 90, los megaproyectos, las privatizaciones de servicios y transportes públicos y los monocultivos terminaron por destruir la economía alimentaria local

Ecogenocidios

Si se superpone un mapa geofísico, confeccionado en el 2005 sobre el de 1950 [6], se puede observar: centros urbanos hipertrofiados por la incorporación de las localidades semiurbanizadas más cercanas, zonas rurales convertidas en desierto estéril o inundadas, y reducida la superficie cubierta por bosques nativos y las praderas naturales de la pampa húmeda.

La cordillera de los Andes, está siendo triturada por la minería con tecnologías agresivas que envenena las nacientes de los ríos y ha destruido glaciares, y que sigue haciendo desaparecer cerros, montañas y trabajadores [7]. A raíz de estas muertes y desapariciones, y la contaminación del agua se formaron asambleas en Esquel, Jáchal, Veladero, la Alumbrera, por mencionar algunas de las más activas.

Otra calamidad son los monocultivos, ahora OGM [8]. La soja transgénica ocupa 16 millones de hectáreas, y no solo ha provocado un profundo desequilibrio en el ambiente, desertificado el suelo, aumentado el hambre, la desnutrición y la pobreza, sino que ha empujado a las aves y roedores silvestres hacia las ciudades en busca de nuevos hábitats y con ellos trasladado diversas zoonosis hacia los centros urbanos. Para colmo de males, los legisladores de la democracia están a punto de legitimar esta situación aprobando la ley de promoción de la biotecnología, sobre la base de la propiedad intelectual. De esta manera una élite del CONICET [9], que trabaja para empresas como Monsanto, tendrá a los habitantes de la región argentina, a sus cuerpos y a su subjetividad, como laboratorio experimental, tal como ocurre en la India y en Sudáfrica. Los primeros en reaccionar contra la penetración de OGM en la cultura alimentaria fueron las comunidades del MOCASE 12[10], las cuales son objeto de persecución, víctimas del gatillo fácil y de destrucción de sus cultivos autóctonos.

Con las privatizaciones se cumplió otra profecía: el agua potable es más cara y escasa. Los vecinos de los barrios y localidades con bajos ingresos económicos deben soportar, además, el deterioro de sus viviendas ocasionado por el cambio del sistema de suministro. La empresa aplicó una tecnología inadecuada para las características del lugar y las inundó. En este caso existen numerosas asambleas contra las privatizaciones, y algunas con un grado de resistencia dignas de admiración y solidaridad en su lucha.[11]

Si seguimos recorriendo, encontraremos otras calamidades producidas por quienes pretenden dominar a la naturaleza y a los seres que habitan este continente, todo el planeta en realidad. Veremos desde destrucción del paisaje por los emprendimientos inmobiliarios y turísticos, hasta contaminación del acuífero con radiactividad por parte de estado argentino en Ezeiza (donde está el aeropuerto internacional), pasando por la construcción de represas hidroeléctricas que han diezmado poblaciones. Todo este ecocidio se concretó en menos de 50 años y ha producido un genocidio de los pobladores del lugar, no sólo de pueblos originarios. Por ese motivo, llamo ecogenocidio a lo que está ocurriendo en estas latitudes.

Econegocios o nuevas oportunidades de negocio

Y como siempre... en torno a quienes van a morir... revolotean los buitres. Primero, las empresas de descontaminación, que siguen de cerca la problemática y se ocupan sólo de lo más rentable; luego, los econegocios que proponen el uso de energías renovables aduciendo sustentabilidad, pero sin prever u ocultando los “daños colaterales” y sin pronunciar un NO a la contaminación; todos, queriendo imponer usos y costumbres exóticos, sin tomar en cuenta los autóctonos, sin evaluar el impacto ambiental, ni el humano, en su afán de homogeneizarnos, de crear necesidades para seguir produciendo y satisfacer al mercado creado a fuerza de marketing. Y donde suelen aparecer con frecuencia siglas conocidas como BM[12], entre muchas otras.

Y así... gira... y... gira la rueda del consumo, aplastando a los excluidos, excluyendo a otros, formando montañas de basura de todo tipo, confundiendo valor por precio, solidaridad por rédito. Resumiendo, el negocio es el siguiente:

Yo contamino
Tú descontaminas
Él (poder ejecutivo) firma las leyes, decretos, tratados bilaterales, bonos de carbono cotizables en bolsa.
Nosotros (empresas, empresarios, bancos) nos repartimos las ganancias
Vosotros (técnicos, funcionarios, “honorables” representantes democráticamente elegidos) aprobáis las leyes que nos aseguran la viabilidad del negocio.
Ellos pagan con su vida y recursos naturales la ilusión de acceder a una vida digna, prometida por el progreso.

Basta de fracasos de la cultura y cultores del llamado progreso

A diferencia de los movimientos verdes iniciados en los años 70, convertidos luego en partidos políticos, en las asambleas ambientales participa la población directamente afectada. Los “ellos” se han plantado y dicho NO al optimismo atontante del avance tecnológico. La gente común con sentido común, víctima de enfermedades y accidentes por la contaminación, harta de vivir amenazada por las empresas y el estado, desde la cumbre o desde el llano, comenzó a organizarse en defensa del ambiente. Las causas que los nuclea en asambleas, grupos, foros, movimientos, son tan variadas como rica es la biodiversidad que defienden frente a tantas calamidades.

En la práctica, se están deshaciendo relaciones de poder en todas las escalas. Los “ellos” han comenzado a reflexionar sobre su propio poder - entendido como potentia-, el cual les permite concretar acciones en común, sin necesidad de afiliarse a un partido o de ser miembro de alguna organización profesional, religiosa, aborigen, o de lo que fuere. Lo valioso es que se está discutiendo meta y sentido de lo llamado progreso, la dominación cultural.

Las asambleas ambientales populares actúan como fueguitos que invitan a reunirse en la necesidad de mantenerse vivos. Las intervenciones de los asambleístas van señalando el camino emprendido. En uno de los encuentros autoconvocados por el agua, un miembro del grupo NO A LA MINA de Esquel dice: “no se trata de cambiar cianuro multinacional por cianuro nacional y popular”. A lo que otro del barrio Villa Adelina añade “el día que el Puelche (acuífero) esté contaminado, la discusión privado o estatal carecerá de sentido”. “Salvo que mutemos como los dinosaurios” responde una vecina. Y queda flotando en el aire la pregunta pronunciada en voz baja por una anciana originaria: “¿a quién se le ocurre que la tierra, el agua, el aire tienen dueño? .

Del intercambio de opiniones, muchas veces acalorado y ríspido, surge que el problema ambiental no se resuelve con más tecnología, sino respetando la cultura y conocimientos ancestrales propios del lugar, los cuales no son necesariamente aptos para todos. Sin pronunciar la palabra biodiversidad, se la valora y se la defiende porque hay consciencia de que es sinónimo de solidaridad extensiva a todos los organismos vivos. Se sabe que el cuidado de las relaciones humanas y del propio hábitat son elementos esenciales para vivir en libertad.

En este mismo instante, ciento de miles de personas, los “ellos”, están poniendo el cuerpo para defenderse de la nueva forma de dominación. No tienen otras armas más que su cuerpo, inteligencia y ganas para cambiar la situación. En el caso del río Uruguay han logrado poner el tema ambiental en primer plano y en forma sostenida. Y esto da ánimos para seguir en la lucha. Por eso, se hace necesario dejar de lado el antropocentrismo que pretende dominar a la naturaleza. ¡Seamos indios blancos! Es decir, intentemos integrarnos a la naturaleza, empezando por relacionarnos mejor con nuestro propio cuerpo, con los ciclos naturales. Somos naturaleza. De otra manera, dudo que se llegue a comprender lo que está ocurriendo en esta Tierra Fecunda y a solidarizarse en la lucha por la libertad. En este espacio-tiempo que compartimos en este planeta, se está afectando nuestra vida en el nivel más esencial, en nuestras propias células, si esto no es dominación, esclavitud, entonces ¿qué es?

notas:
[1] Kofi Annan es el secretario de la ONU
[2] Uruguay: en guaraní significa río de los pájaros pintados
[3] Me refiero a la cuenca Matanza-Riachuelo. El barrio de la Boca es lugar de turismo, y a solo 200m de alli hay un polo petroquímico altamente contaminante de toda la ciudad de Buenos Aires y alrededores
[4] Los bonos de carbono son cotizables en bolsa, responde al lema “quien contamina paga”.o sea quien tiene dinero hace lo que quiere
[5] Tierra Fecunda es la traducción de Abya Yala, nombre que los pueblos kuna (Panamá) dieron a esta tierra. Por ser descriptiva coherente con el ideal ácrata adhiero empleando este nombre para referirme a Latinoamérica o Iberoamérica, nombre impuesto por la colonia.
[6] En 1946 se inició la industrialización de la R.A.; el estado compró los ferrocarriles ya obsoletos a Inglaterra, y otras chatarras a las empresas extranjeras llamando a esa operación nacionalización de los ferrocarriles, y de los servicios y transportes públicos.
[7] Los trabajadores son contratados en otros países con alto grado de desocupación, muchos de ellos sin documentación, y si tiene un accidente se lo lleva a un hospital en otra región, si muere, la cordillera oculta todo.
[8] OGM Organismos genéticamente modificados.
[9] CONICET. Comisión nacional de ciencia y técnica, depende del poder ejecutivo
[10] MOCASE. Movimiento Campesino de Santiago del Estero. Santiago del Estero es una provincia central donde casi ha desaparecido el bosque nativo conocido como Impenetrable.
[11] Barrio Seré, provincia de Buenos Aires: 1000 familias rechazan el cambio de sistema de suministro de agua potable y no pagan la tarifa que exige la empresa a pesar de no haber realizado las obras; están en juicio y todos tienen embargadas sus viviendas. Siguen dando batalla.
[12] El Banco Mundial financia empresas de desarrollo sustentable. En el caso del conflicto por el río Uruguay, no fue tomado en cuenta el informe negativo presentado por su propio asesor ambiental

fuente http://www.alasbarricadas.org/noticias/node/2580

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