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De la tendinitis subterránea al encarcelamiento del “Pollo” Sobrero...
Por MIR - Movimiento de Izquierda Revolucionaria - Wednesday, Oct. 05, 2011 at 9:54 PM
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Editorial de A Vencer Nº 36 – Edición de octubre

Kirchneristas de la primera hora

El rotundo triunfo kirchnerista despejó el terreno para que prácticamente toda la gran burguesía de nuestro país terminara de reagruparse rápidamente en torno de Cristina Kirchner, a quien lógicamente ya descuentan como ganadora de las elecciones del 23 de este mes. El grupo Clarín, Techint y Sociedad Rural, puntales en el enfrentamiento con el gobierno nacional, ven como la abrumadora mayoría de sus pares –con la Unión Industrial Argentina (UIA) a la cabeza- se pelean por sobreactuar su adhesión a las políticas kirchneristas.

Si hasta la Mesa de Enlace “del campo” es definitivamente cosa del pasado, a raíz de una inteligente política de desabroquelamiento del sector de parte del gobierno, que logró quebrar el bloque social y político que se había conformado en la crisis por las retenciones móviles en el 2008. Y para el cual plantea ahora una política de mediano plazo a través del “Plan Estratégico Agroalimentario y Agroindustrial 2010-2020”, que busca favorecer y conducir los grandes negocios de los patrones del campo.

Experto en el arte de la devaluación, que promovió y ejecutó cuando fue ministro del gobierno de Eduardo Duhalde, el actual titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Ignacio de Mendiguren, es quien mejor expresa este realineamiento del empresariado detrás del gobierno kirchnerista.
“No sólo sacamos la foto de hoy sino que queremos que esto continúe”, dijo de Mendiguren, luego de un acto junto a Cristina, en el que destacó la política industrial del gobierno y se deshizo en elogios sobre el crecimiento económico. Y hasta se permitió una suerte de piedad cómplice de la vapuleada oposición de derecha, “que no sabe dónde pararse frente a una Presidenta que dice vamos a hacer todos los cambios que haya que hacer, que dice pude haber cometido errores y agrega que si es necesario los vamos a corregir; y repito, todo en un marco de crecimiento”. Todo un dato de etapa, para regocijo de la Casa Rosada: ni Aníbal Fernández lo hubiera dicho de forma tan clara.

Las medidas que se vienen

Que la crisis va a pegar en nuestro país ya no hay dudas para nadie. La discusión pasa ahora por determinar de qué modo está parada Argentina para enfrentar el tembladeral económico que tiene su epicentro en Europa y Estados Unidos, y cuál será el nivel de impacto en la región. Por lo pronto, la marcada devaluación del real brasilero no está fuera de este cuadro y sin duda tendrá efectos directos por estos pagos, dada la profunda conexión entre las economías brasilera y argentina.

Todo indica que luego de las elecciones, ratificado ya el segundo mandato de Cristina Kirchner, el gobierno nacional deberá tomar algunas medidas fuertes, tendientes a adaptar a la economía argentina –en un sentido capitalista dependiente- al escenario de que plantea la crisis económica internacional.

Entre estas acciones, no debería descartarse una devaluación “controlada” del peso, a tono con el real, para “recuperar competitividad”; el descongelamiento del esquema de tarifas de servicios públicos para reducir los millonarios gastos en subsidios a las empresas concesionarias; la imposición férrea de “techos salariales” como ortodoxa y no admitida política antiinflacionaria, entre otras.

Por otra parte, es importante no perder de vista que las dinámicas de zigzag están en la genética del gobierno peronista kirchnerista, con lo cual cabe esperar también que junto con medidas de corte antipopular, se impulsen iniciativas complementarias que sintonicen con anhelos o intereses de los sectores populares en un sentido progresivo, como ya ha sucedido en otras ocasiones (fin del régimen de AFJP´s, Asignación Universal, Ley de Medios, juicios a milicos represores, matrimonio igualitario, entre otros ejemplos). Política pendular tan cara al ideario peronista: una de cal y otra de arena… Habrá que ver cuáles predominarán en el segundo mandato de Cristina.

Un discurso antiobrero, una operación gravísima

La ridiculización de la Presidenta del reclamo de los compañeros del subte, haciendo referencia burlona al tema de la tendinitis de los boleteros –acompañada por una reflexión macartista acerca de “lo fácil que es “ser revolucionario en nuestro país”-, fue continuidad y anticipo, al mismo tiempo, de la política de endurecimiento del gobierno kirchnerista con los sindicatos.

Además de la disputa por porciones de poder entre el gobierno y la CGT, fundamentalmente, en la base de esta puja se encuentra la necesidad vital de parte de la Casa Rosada de mantener controlada la conflictividad social, en una etapa en la que requerirá más que nunca la imposición de “topes salariales”, como señalamos párrafos arriba.

En este marco, la detención del dirigente de la línea Sarmiento Rubén “Pollo” Sobrero, compañero referente de la oposición a la Verde de Pedraza dentro del gremio ferroviario y militante de Izquierda Socialista (IS), resulta un salto cualitativo en esta ofensiva antisindical del kirchnerismo. La rápida intervención del jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, afirmando que abundaban “las pruebas” para incriminar a Sobrero por la quema de trenes y apuntando también hacia Pino Solanas, dejaron a las claras que el gobierno kirchnerista estuvo detrás -o adelante, mejor dicho-, de esta maniobra político-judicial de cuarta.

Por otra parte, la declaración pública de la CGT, que salió a denunciar la existencia de una política sistemática de detención de sindicalistas, tensó fuertemente su vínculo con el gobierno y anticipa también las pujas por venir: el gobierno queriendo correr a Moyano de la conducción de la CGT y Moyano resistiendo para no terminar preso por los mismos delitos y hechos de corrupción que llevaron a Zanola a la prisión de Marcos Paz.

Por el momento, la reciente excarcelación de Sobrero, fruto de la presión popular y de la enorme debilidad de la “acusación” judicial, impidió que el gobierno y su “juez delivery” concreten sus objetivos en lo inmediato. No obstante, no puede dejar de señalarse que la causa contra los compañeros sigue abierta y que estos hechos suponen un nuevo avance en la judicialización de la protesta social, política sistemática del gobierno que se dice defensor de los derechos humanos.

Frente a la prepotencia de los de arriba, será cuestión entonces de seguir resistiendo en defensa de nuestros derechos, con la fortaleza que nace de la convicción de que nuestro pueblo merece una vida digna y que vale la pena luchar por esa causa.

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