Julio López
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Apuntes, preguntas y reflexiones sobre la detención del “Pollo” Sobrero
Por reenvío red eco alternativo - Friday, Oct. 07, 2011 at 5:18 PM

La noticia de la liberación de Rubén Sobrero quedó ya en la tapa del miércoles, pero su excarcelación también liberó su palabra, luego de estar detenido e incomunicado por más de 4 días. Mientras la causa y las imputaciones a Sobrero, Portorreal y los ferroviarios dejan de hacer agua para comenzar a hundirse, aparecen varias puntas de la enrevesada madeja que llevó a que las detenciones del viernes pasado se conviertan en, quizás, la noticia política más importante de las últimas semanas, atendiendo a la dimensión mediática y a otras tantas dimensiones.

(Jorge Pessoa-Red Eco) Buenos Aires – Primero lo primero. Rubén “Pollo” Sobrero es gremialista ferroviario y uno de los principales referentes del llamado “sindicalismo de base”. Defensor desde hace años del patrimonio ferroviario, fue detenido el pasado viernes 30 de septiembre en circunstancias oscuras y alarmantes.
Sobrero es dirigente de la lista Bordó de la Unión Ferroviaria que conduce el combativo cuerpo de delegados del ex Ferrocarril Sarmiento y que en los últimos 10 años se constituyó, a fuerza de democracia asamblearia y una defensa consecuente de los trabajadores en la oposición más fuerte a la conducción de la Unión Ferroviaria encabezada por el sindicalista-empresario José Pedraza –hoy procesado por el asesinato de Mariano Ferreyra.
El “Pollo” fue apresado por policías de civil que viajaban en dos autos sin identificación, mientras llevaba a su hija a la escuela. “Pensé que me venían a robar. Le dije a mi hija que se bajara del auto y me dijeron ‘no venimos por el auto, venimos por vos’” contó Sobrero luego de ser liberado. Allí mismo los policías lo esposaron y se lo llevaron, sin dar ningún tipo de explicación, en un procedimiento más cercano a los tiempos de la dictadura que a un presente en el que –supuestamente- los derechos humanos tienen plena vigencia.
La orden de detención fue dictada por el juez subrogante Mariano Amaduri, quien reemplazaba al magistrado Juan Manuel Yalj, titular del Juzgado Federal Nº2 en lo Criminal y Correccional de San Martín, que luego se hizo cargo de la causa, en la que se imputa al gremialista de ser el jefe de una asociación ilícita y extorsión por la quema de vagones que tuvo lugar en mayo pasado.
Sobrero estuvo detenido e incomunicado hasta el lunes, cuando se le tomó declaración indagatoria. Más allá de las deplorables circunstancias del arresto y de las endebles razones del mismo, no había ni un solo fundamento para tenerlo tanto tiempo detenido antes de interrogarlo, cuando la prisión preventiva es –o debiera ser- un recurso en caso de riesgo de fuga o entorpecimiento de la investigación por parte del involucrado.
El mismo viernes fue detenido, en circunstancias similares, Leonardo Portorreal, quien se desempeñara como vocero de la Lista Bordó hasta 2007 y desde entonces trabaja como docente de historia en varias escuelas. También estuvo incomunicado hasta la indagatoria del lunes.

La causa, las “pruebas” y los ribetes de la “investigación”

La imputación a Sobrero y Portorreal se basó en el testimonio de Allan Darío Skrobacki, un indigente que dormía en los andenes, quien fuera detenido momentos después del incendio de los vagones en mayo pasado y se encuentra preso desde entonces. Skrobacki manifestó que un tal “Leo” le había pagado 100 pesos para incendiar los trenes además de prometerle 400 y que este mismo personaje se comunicaba por Handy con un tal “Pollo”. Uno de los policías que detuvo a Skrobacki sostuvo esta misma posición pero, llamativamente, lo hizo cuatro meses después de los hechos.

Ni el testimonio de Skrobacki ni la descripción física que hiciera de quien le pagó se corresponde con la realidad. Portorreal es la antítesis fisonómica de la descripción y Sobrero declaró que los ferroviarios no utilizan handys desde el año 2004. Además, en un relato con tintes fantásticos, vinculó a Sobrero con el asesinato de Mariano Ferreyra y sostuvo que había reclamado por la libertad de Pedraza.
Inmediatamente luego de las detenciones, el juez Yajl manifestó poseer sobradas pruebas de la responsabilidad de Sobrero y Portorreal; escuchas telefónicas, filmaciones y contundentes testimonios que prácticamente no dejaban dudas de que eran los jerarcas de una mafia incendiaria de ferrocarriles.
La misma tarde del viernes, el Jefe de Gabinete de ministros Aníbal Fernández salió públicamente a respaldar al juez afirmando que tenía “elementos suficientes” para justificar las acusaciones. “Para que un juez dicte el auto de prisión preventiva, es porque tiene la semiplena prueba. Su estudio, su trabajo e investigación lo han llevado a un punto que los elementos son tan contundentes para suponer que la semiplena es concreta" sostuvo el candidato a senador por el Frente para la Victoria al diario Página 12. Ni lerdo ni perezoso, Aníbal ya había formulado sendas acusaciones infundadas contra Sobrero en 2005, en ocasión de otra quema de trenes, y contra Pino Solanas y el Partido Obrero en otros hechos similares.
EL juez Yalj sostuvo la misma posición hasta el lunes. Luego de los testimonios de Sobrero y Portorreal, empezó a cambiar el discurso y a relativizar las imputaciones. Portorreal no sería el tal “Leo” y Sobrero había dado razones “atendibles” para despegarse de las acusaciones y ampliar el curso de la investigación. De todos modos, y ante la duda, sostuvo que seguirían procesados.
Finalmente, ante la presión popular, la contundente movilización en apoyo a Sobrero, la enorme dimensión mediática que tomó el caso y lo insostenible que se habían vuelto las acusaciones, debió liberar a ambos el martes de esta semana.
En los últimos días, el juez Yalj sostuvo que había habido errores groseros en la investigación –habló de “infelices tareas de inteligencia”- por parte de la Policía Federal y el miércoles separó a esta de la investigación, que dejó exclusivamente en manos de la Secretaría de Inteligencia (SI), organismo que antes era la SIDE. Cabe preguntarse en qué medida ésta mejorará una investigación que desde un principio aparece viciada de nulidad y hasta sospechada de estar digitada por sectores del poder político y de la empresa que gerencia el ferrocarril.

El apoyo contundente

La detención de Sobrero cosechó inmediatamente un amplio repudio en vastos sectores del movimiento obrero y el campo popular. Partidos de izquierda como el Partido Obrero, PTS e Izquierda Socialista –del cual forma parte Sobrero-, MST, Proyecto Sur, decenas de organizaciones sociales y políticas y diversos referentes de DD.HH. se pronunciaron públicamente. Con matices, lo propio hicieron ambos sectores de la CTA –el que encabeza Hugo Yasky que hoy ocupa la dirección de esa central a partir de la intervención del Ministerio de trabajo y el de Pablo Micheli, que ganó las elecciones-, sectores enrolados en el kirchnerismo como el Movimiento Evita, que publicó una declaración firmada por los dirigentes Jorge Taiana, Ernesto Pérsico y el Chino Navarro y la CGT, que habló de una campaña de persecución contra el sindicalismo.
En este sentido vale señalar dos cosas; una es que el pronunciamiento del sector de Yasky fue algo tibio y no defendió a Sobrero sino que se limitó a condenar las circunstancias de su detención. La otra, que el comunicado difundido por la CGT de Moyano lleva a pensar en los casos del Momo Venegas –procesado por la mafia de los medicamentos- y de Pedraza –detenido por ser el instigador del crimen de Ferreyra. Y ya sabemos que todo no es lo mismo, y que está claro que entre unos y otros, entre los Pedraza y los Sobrero, entre los mafiosos y los que defienden a los trabajadores hay un abismo de distancia.
Sin embargo, más allá de los pronunciamientos públicos, la más contundente muestra de apoyo fue la enorme movilización del lunes. Encabezada por el cuerpo de delegados de la Línea Sarmiento y una columna de 500 ferroviarios que marcharon detrás de una bandera que rezaba “los ferroviarios no quemamos trenes”, varios miles de trabajadores –se vislumbraba la fuerte presencia de los gremialistas de la línea 60 y del Subte, pero también decenas de agrupaciones y comisiones internas-, organizaciones sociales y políticas, partidos como el PO, PTS, IS, Movimiento Proyecto Sur y la CTA de Micheli, entre otros, se movilizaron para exigir la liberación de los ferroviarios y el cese de la judicialización de la protesta social. En el epicentro político del país, la Plaza de Mayo, los compañeros del “Pollo” y referentes de partidos de izquierda denunciaron la complicidad del Gobierno Nacional en las detenciones –personalizada en la figura de Aníbal Fernández- y el carácter armado de la causa, en el marco de una persecución contra los sectores combativos y los luchadores populares. La fuerte presencia en las calles del respaldo a Sobrero terminó de convencer al juez que ya no podía seguir con tamaña injusticia que llevaba días. “Si la izquierda y mis compañeros no se hubiesen movilizado como lo hicieron, hoy estaría preso en Ezeiza” manifestó Sobrero.

Palabra de Pollo

Decíamos que la liberación de Sobrero también liberó su voz, que se reprodujo en los medios de comunicación de todo el país. Visiblemente conmocionado por las circunstancias y las duras horas que vivió y seguramente también por las amplias muestras de solidaridad, Sobrero cargó contra Aníbal Fernández y contra la empresa TBA, concesionaria del servicio de ferrocarriles de las líneas Sarmiento y Mitre. Ya en su declaración había indicado que el descarrilamiento de la formación que desencadenó los incendios no fue intencional sino producto de la falta de mantenimiento e inversión por parte de la empresa y de la falta de controles por parte de la Secretaría de Transporte. Además, puntualizó en los millonarios subsidios que recibe por parte del Estado el grupo Cirigliano, gerenciador del ferrocarril, que no se corresponden con el estado de los trenes y el servicio que brindan a los millones de usuarios que viajan cotidianamente sobre rieles.
Respecto a las razones de su detención, Sobrero habló de una campaña de la empresa que “hace rato se lo quiere sacar de encima”, en conjunción con el Jefe de Gabinete y el subsecretario de transporte ferroviario Antonio Luna, vinculado al gremio de maquinistas “La Fraternidad” y también cercano a José Pedraza. “(La causa) la armó la patronal junto a Aníbal Fernández y Luna. La empresa nos atacó porque veníamos de conflictos y avances en los talleres de Haedo, en Castelar, en Liniers, en Vía y Obra. La experiencia del Cuerpo de Delegados del Sarmiento, con todas las críticas que se le pueden hacer, es muy rica. Venimos enfrentando a la burocracia (de Pedraza) desde el año 1998 y ganando las elecciones en un gremio muy complicado. Nuestra experiencia, organización y funcionamiento democrático es algo serio y hay que tenerlo en cuenta” manifestó el delegado al periódico del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). (ver entrevista en http://www.pts.org.ar/spip.php?article19249)
Pero además enmarcó este ataque en una persecución más amplia al sindicalismo combativo de izquierda. “Necesitan que no cunda el `mal ejemplo´ de delegados combativos que se plantan ante la patronal. Me parece que se ha desarrollado un activismo obrero independiente a la burocracia sindical importante” declaró Sobrero en dicha entrevista.

Algunas preguntas finales

Comienza a quedar claro que esta es una causa armada y las imputaciones son insostenibles. Amén de lo cuestionable del procedimiento de detención, de la dilación en la indagatoria, de lo excesivo de tener a Sobrero incomunicado y detenido por más de 4 días, demasiadas cosas no cierran, demasiados puntos oscuros que despiertan suspicacias o, al menos, ciertos interrogantes.
¿Cómo se entiende que mientras los abogados de Sobrero –Juan Carlos Giordano y Omar Dib- desconocían los fundamentos de la detención, Aníbal Fernández saliera en todos los medios a apoyarla, sosteniendo la existencia de pruebas contundentes? ¿Por qué la presidenta de la Nación aprovecha cualquier tribuna pública para cuestionar a los trabajadores –esta vez habló de defensa corporativa, en clara alusión al comunicado de la CGT pero hace pocas semanas cargó contra el reclamo de los trabajadores del subte-, y no repudia con la misma energía cuando una patota asesina jóvenes militantes o cuando la policía de Formosa le mete bala a los tobas que reclaman por sus tierras, o cuando caen compañeros que piden por el derecho a una vivienda digna, como en el Indoamericano? ¿Por qué nunca hace alusión a las empresas –salvo que sean Clarín- que no acatan resoluciones de reincorporación de trabajadores, o despiden delegados o no respetan los derechos sindicales básicos?
¿Y cómo puede ser que un veterano juez ordene un procedimiento tan cuestionable en base a conjeturas y testimonios viciados de nulidad? ¿Y que ese juez se desdiga en cuestión de horas? ¿Y que ciertos medios oficialistas se apuren en despegar al gobierno de las resoluciones judiciales? ¿Y pero entonces, para qué habló Aníbal? ¿Y para qué habló el Secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi, quien también deslizó un apoyo a las medidas del juez?
Los que ciertamente apestan son muchos medios corporativos hegemónicos, que siempre que pueden atacan a los trabajadores, tergiversan sus reclamos, pero cuando encuentran una mínima veta para pegarle al gobierno, se vuelven paladines de las libertades democráticas. Y también apesta un poco cierta obsecuencia del oficialismo mediático, o de una parte de él –basta con repasar la edición de Tiempo Argentino del sábado para no encontrar ni un solo reparo, matiz o interrogante sobre la detención de Sobrero-.
Y por si no quedó claro toda la parrafada –quizás excesiva- que antecede este párrafo final, preguntamos; ¿con qué objeto, un líder sindical combativo, que ha ganado respeto y legitimidad no sólo por defender a los trabajadores sino también por reclamar por el estado del sistema ferroviario y la nacionalización de los trenes, buscaría incendiar una formación de trenes? ¿No es más propio de empresas inescrupulosas que sólo quieren ganancias y aborrecen que sus trabajadores se organicen, de mafias y patotas como las que asesinaron a Mariano Ferreyra, y de funcionarios que se dedican a regalar subsidios a sus empresarios amigos?

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