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Dinero de nueva generación
Por Héctor H. Thompson - Saturday, Oct. 22, 2011 at 7:14 PM
hthompson@perio.unlp.edu.ar (Casilla de correo válida)

El dinero que usamos, inicialmente dedicado a agilizar el trueque, ha ido cambiando sus características, agregando a su objetivo inicial, la posibilidad de una continua transferencia de riqueza desde la producción al mundo financiero. Cambiar la tecnología del dinero será una ardua tarea político-cultural que emergerá desde SurAmérica. La interminable inestabilidad financiera internacional –con la mengua del dólar y del Euro como monedas de referencia- urge el desarrollo de una tecnología monetaria de nueva generación.

Dinero de nueva generación

El dinero que usamos, inicialmente dedicado a agilizar el trueque, ha ido cambiando sus características, agregando a su objetivo inicial, la posibilidad de una continua transferencia de riqueza desde la producción al mundo financiero. Cambiar la tecnología del dinero será una ardua tarea político-cultural que emergerá desde SurAmérica. La interminable inestabilidad financiera internacional –con la mengua del dólar y del Euro como monedas de referencia- urge el desarrollo de una tecnología monetaria de nueva generación.

Toda catástrofe aérea sucede por errores humanos y tecnológicos. Inmediatamente después de un accidente, se investigan las causas técnicas para rediseñar los dispositivos que fallaron. Como resultado de estas tareas -de base científica- emergen mejoras en la seguridad de los vuelos, salvo que fallas estructurales irresolubles impidan el vuelo de ese tipo de avión. Cotidianamente usamos dinero con de tecnología insegura que genera catástrofes sociales.
Es necesario diseñar un dinero de nueva generación, para hacerlo más eficiente, seguro y confiable, para ponerlo a nuestro servicio, rompiendo con las ataduras que describe Bernard Lietaer (co-creador del Euro) cuando dice “El dinero es como un anillo metálico que nos hemos colocado en la nariz: nos hemos olvidado que nosotros fuimos los que lo diseñamos y ahora él nos está llevando...”
El dinero que usamos es fiduciario, o sea que su valor no se basa en la existencia de una contrapartida en oro, plata o cualquier otro valor, ni en su valor intrínseco; su valor es relativo y altamente fluctuante debido a variables que manejan grupos financieros organizados. Las calificadoras de riesgo, el FMI, los gurúes financieros y sus multimedios facilitan la acumulación de dinero en se pequeño mundo de las finanzas internacionales que transa, aproximadamente, más del 95% del dinero global, contando con la complicidad del Banco Central Europeo que imprime Euros y la corporación privada de bancos estadounidense FED (Federal Reserve System) que imprime dólares.
Nuestra práctica diaria –usar el dinero para comprar y vender- ha instalado en nuestra mente, desde niños, que esos papeles con poquísimo valor propio….valen. Las compras y ventas de cosas o servicios representan menos del 5% de las transacciones globales diarias. Aun así, son el único sustento concreto que refuerza la casi universal creencia de que el dinero tiene valor propio.
En todo el mundo –también en el norte- hay necesidades sin satisfacer, mano de obra y materias primas disponibles para producir, lo único que supuestamente “falta” es dinero, que paradójicamente es superabundante pero oculto en ese mundillo financiero de unos pocos, que voraces, siguen pidiendo y pidiendo más dinero que –irracionalmente- se les entrega cada tanto con la excusa de “calmar los mercados”. Este funcionamiento del sistema financiero internacional solo es sostenido por el miedo al cambio y la elección de lo malo conocido.
Seguramente un cambio que nos saque de esta ancestral prisión monetaria llevará tiempo, pues supone cambiar –mediante una práctica diferente- creencias establecidas hace siglos, con fuerza religiosa.
Estamos en un momento y un lugar del mundo, donde se han concretado hechos que también parecían imposibles: disminuir la deuda externa, romper la dependencia con el FMI, priorizar la educación para todos, proveer computadoras a los alumnos sin distinción de clase social, repatriar científicos, recuperar los fondos para los jubilados aplicándolos a la producción, etc. Podemos hacer algo más: junto al resto de SurAmérica, desarrollar un nuevo dinero que se ponga del lado del trabajo y la producción.

Banco del Sur, una oportunidad
La creación del Banco del Sur es una oportunidad de desarrollar un dinero de base científica, con tecnología monetaria de nueva generación. La tecnología ideal o perfecta de ese dinero apuntará a sumar beneficios al usuario y eliminará las perversiones del dinero actual. No podemos repetir la experiencia del Euro, esa gran ilusión inicial de los pueblos europeos, hoy trasmutado en grillete que día a día aumenta su presión sobre los ciudadanos.
Sin ser exhaustivos, una tecnología monetaria de nueva generación, además de facilitar el intercambio, debe alentar y remunerar la producción, desalentar la usura financiera, dar mayor seguridad, dificultar crímenes como el robo, los secuestros extorsivos, la pobreza, el hambre etc. y ayudar a controlar la inflación.

Bases para una tecnología monetaria de nueva generación
Disponemos de tecnologías que permiten diseñar dinero de base científica, podemos seguir ampliando la virtualidad del dinero mediante el uso de tarjetas, complementado por un registro público instantáneo de cuanto tiene cada persona real o jurídica, lo que impediría usar el nuevo dinero para robos y secuestros extorsivos.
Podemos desarrollar un dinero de base informática. Las matemáticas podrían desarrollar algoritmos de cálculo para valorizar el nuevo dinero –en tiempo real- teniendo en cuenta las variables económicas que maximicen la eficiencia social de esta herramienta monetaria.
Algo necesario y posible es determinar una unidad invariable en que se medirá la magnitud de este nuevo dinero. Considerando que a partir de los desarrollos científicos de Einsten quedaron igualadas masa y energía, sin error podemos decir que todo es medible en unidades de energía, inclusive el valor del dinero. Esto permite utilizar unidades de energía ya definida en la física y usada popularmente
Si el lector se fija en su factura de consumo eléctrico verá algo semejante a lo siguiente:
Consumo eléctrico 2088 kWh 640 $
Es decir que el consumo de energía eléctrica viene valorizado en kiloWattshora (kWh) y en pesos ($). El kWh es una unidad fija en todo el planeta, en cambio el $ cambia de valor, según el momento y lugar. Ese cambio del valor del dinero en el tiempo, genera perturbaciones sociales.

Determinación del valor de cualquier objeto o servicio
Para determinar el costo de cualquier bien o servicio se tendrá en cuenta la energía que demande su producción. Luego se agregan los demás componentes del costo y finalmente la retribución a los agentes de la producción, todo expresado en kWh.

Implementación
Por los desafíos a superar, desde lo político, parece una utopía……buen momento de plantearlo cuando varias utopías de la Patria Grande SurAmericana orientan nuestro camino actual.
La implementación inicial –paso a paso- de este dinero de nueva generación, con una unidad de valor fija, no impedirá seguir usando durante el tiempo necesario el dinero nacional, los dólares y euros de nuestras reservas, teniendo claro que la tecnología de ese dinero ha sido perversamente desviada, y sus fallas técnicas nos perjudican tanto como las grandes calamidades naturales (estas últimas tienen a su favor, una duración limitada en el tiempo).

Acuerdo político para usar dinero de nueva generación
Si insistimos en la perversa y obsoleta tecnología financiera actual, aumenta la probabilidad de que tarde o temprano, los problemas, las crisis y los mercados “intranquilos” vuelvan a golpearnos. Las cuevas financieras legales o no, muchas veces equivalentes a buitres financieros, desearán conservar el dinero actual que permite ocultar las maniobras que, cotidianamente les genera dinero de dinero sin ninguna producción, o sea el hurto financiero de la riqueza generada por todo el planeta, basado en la peligrosa tecnología del dinero fiduciario.
Este nuevo dinero debería nacer de un acuerdo político dentro de la nación SurAmericana. El antecedente del Sucre –unidad virtual que comparten varios países de la región- puede ayudar a progresar en este sentido.
El Sur ha dado soluciones a problemas económicos y sociales usando dinero con deficiencias tecnológicas; con dinero de nueva generación, el desarrollo actual, quedaría a salvo de los desmanes financieros internacionales.

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