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Elsa Pavón dijo que los daños a la calle 30 fueron con balas y que “no hubo incendios”
Por Reenvio APDH La Plata - Wednesday, Oct. 26, 2011 at 11:54 AM

octubre 24, 2011
http://circuitocamps.wordpress.com/

Le entregó fotos al Tribunal con los daños en la casa de la familia de Chicha Mariani, y  habló de la búsqueda de Paula, la primera nena recuperada en democracia. Valenzi también se refirió al hecho y a la búsqueda de su nieta. Sigue mañana martes desde las 10

PRENSA Y DIFUSIÓN
APDH LA PLATA
(24OCTUBRE2011) En el inicio de la octava semana del juicio que acusa a 26 personas por crímenes de Lesa Humanidad en lo que fue parte del Circuito Camps, cinco testigos estaban citados pero por problemas de salud y por fallecimiento solo dos testigos asistieron a la Ex – Amia. Ambas son Abuelas que sufrieron el secuestro de sus nietas.
Elsa Pavón se sentó ante el Tribunal a las 13.25, quién le preguntó qué sabía sobre el megaoperativo en la calle 30 entre 55 y 56 de La Plata en noviembre de 1976. “Yo creo que con ese ataque nacen las Abuelas de Plaza de Mayo, porque Chicha Mariani junto a Estela De la Cuadra son las que empiezan a movilizarnos a todas”, sinceró.
La testigo además entregó a los jueces varias fotos del diario El Día unas horas después del ataque, para demostrar  que “no hubo incendios, sino que los daños fueron provocadas por las balas”, en relación a las menciones de varios imputados sobre la supuesta incineración de Clara Anahí en el ataque.
“No es cierto eso que dicen estos señores, a Clara Anahí la sacaron envuelta en un paño blanco y la llevaron al auto de Fiorillo”, expresó Elsa, que fue aplaudida por el público cuando ingresó a la Ex – Amia. Al igual que lo dijo Mariani, Pavón contó que el policía Del Arco le quiso vender a Clara Anahí a su abuela.
Primer beba recuperada en democracia
Elsa habló de la recuperación de su nieta Paula, de su hija Mónica y de su yerno Claudio, ambos desaparecidos.
Mónica y Claudio eran estudiantes de agronomía y militantes Montoneros. En el año ‘77 decidieron irse a vivir al Uruguay, junto a su hijita Paula, escapando de la dictadura.  Ellos estaban haciendo los papeles de residencia y juntaban algún dinero para inscribirse en un programa de viviendas.
El 18 de mayo de 1978 camino al Parque Rodó fueron secuestrados en la vía pública en el Uruguay.
Elsa hizo una separación, por un lado la búsqueda de los adultos y por otro su nietita. A la niña la buscó en los juzgados de menores, hospitales, colegios, institutos. Luego decidió viajar a La Plata y buscar en los juzgados de allí.
En uno de ellos se encontró con unas señoras, quienes se le acercan preguntándole que le pasaba. Eran Chicha Mariani, Licha De la Cuadra y María Eva Castillo Barrios. Elsa empieza a caminar con ellas en la búsqueda.
Abuelas Argentinas con nietitos desaparecidos, fue una institución fundada el 21 de noviembre del año ’77, donde armaban denuncias junto con las fotos. En el año ‘79, siendo la primera vez, Chicha de Mariani decidió ir a Brasil y empezó la búsqueda en el exterior.
La Iglesia cómplice
En esa búsqueda, a Elsa le dicen que vaya a la vicaría castrense, a ver al monseñor Graselli. Ahí habla con él y le cuenta todas las cosas que había hecho para poder encontrarlos, le muestra una foto y Graselli le responde: “Bueno, miré m’hija, usted sabe como son estas cosas, agarran un Hércules, se vienen entre gallos y medianoche, traen a gente y cuando lleguen acá yo le voy a recuperar a la nena, eso sí, olvídese de los padres”
Luego de ese encuentro, quedaron en que ella lo llamaba una vez por semana. Cuando llamaba a Graselli la respuesta era la misma: “no tengo noticias”, hasta que dejó de llamar.
Chicha Mariani viajó de nuevo a Brasil y en una organización de Derechos Humanos llamada CLAMOR le entregan tres fotos de una nena diciéndole que posiblemente era de procedencia Uruguaya, que los padres habían sido desaparecidos, que se fijara si era alguna de las nenas que las Abuelas estaban buscando. Efectivamente las fotos eran de Paula, en el dorso de una de las fotos, estaba el nombre de la persona que la tenía, de la apropiadora. También estaba el nombre de pila de Paula. Con esos datos podían empezar a rastrearla.
Era el momento de acercarse, Paula estaba en Malabia al 3050 y para el año ‘80 no tenía todavía 4 años. Elsa fue allí y la reconoció,  pero después se mudan y la vuelven a perder. Ya para el Año 82 sigue la búsqueda de Abuelas, y a comienzos del año 83 empiezan a poner masivamente las fotos de las embarazadas y de los niños y niñas.
La búsqueda en democracia
Chicha la llama a Elsa y le dice que apareció Paula. “Los abogados me piden todo para poder hacer la denuncia, me acercaba para ver a la nena, y cuando la pude ver otra vez fue un shock, porque era parecida a Mónica cuando tenía 7 años”. Siguieron con la averiguación y lograron saber dónde era el colegio que iba y así acercarse de una forma más fácil, no le iban a hablar, les faltaba saber bien el apellido.
¿Te atrevés? Fueron las palabras de Elsa al marido, cuando le preguntaba si se animaba a intentar hablar con Paula, sí, dijo él, y fue a verla. Paula le dio la oportunidad porque subía y bajaba de un micro jugando, hasta que él le dijo: “te vas a caer, te vas a caer” y por supuesto se golpeó. Entonces subieron al micro, Paula se sentó en un asiento y apoyo sus manitos mirándolo, luego al llegar a su hogar, el marido de Elsa le comenta qué sintió en ese instante: “mira yo sentí que en ese momento me llamaba abuelo y si me llegaba a decir abuelo se me caían los pantalones, se me caía todo”, porque Paula lo llamaba así a los dos años.
Cuando por fin lograron tener bastantes datos de Paula, Elsa les dice a los abogados: “Ahora quisiera verla frente a un juez, no soporto más no hablarle, no me pidan más, porque ya no puedo”. Desde Abuelas hicieron toda la investigación para verificar quién la tenía, cómo la tenía, en qué condiciones, quién era sobre todo; y descubrieron que la tenía Rubén Luis Lavallen su mujer, Raquel Teresa Leiro Mendiondo.
 “El lunes 13 de diciembre a las 7 de la mañana estábamos en tribunales, la señora de Mariani, la Dra. Cuerino, la  Dra. Maratea y yo, en la primera denuncia de Abuelas de un hijo desaparecido”. Le tocó la sala N°1, secretaría N°1, el número de causa es 202/83 y ahí se sentaron a esperar a que se haga el allanamiento. Ya eran las 10 de la mañana y no había ningún movimiento, entonces Chicha golpeó la puerta y preguntó: “¿no hay orden de allanamiento?”  El juez dice: “no, todavía no”. Así varias veces, a eso de las 12 del mediodía, Chicha empezó a presionar: “si le pasa algo a la nena o se la llevan, usted va a ser el responsable”, presionó tanto que a la 1.30 de la tarde, el Juez dijo furioso: “que venga el comisario” y dio la orden del allanamiento. “Lavallen era de la brigada de San Justo, donde yo después me entero que allí en ese CCD estuvieron mis hijos”.
En el año 1984 le hacen a Paula los análisis hemogenéticos, convirtiéndola en la primera niña restituida. Las muestras las pudieron obtener después de un mes. A partir de aquel resultado, empezó una durísima batalla legal que duró doce años y once meses para finalizar con los papeles de la restitución de la identidad de Paula. Y casi trece años para devolverle lo que un operativo le sacó en cinco o diez minutos. No se le devolvió todo, faltan los papás.
 Valenzi y la búsqueda de su nieta
Isabella Valenzi conoció a Chicha Mariani en el año 1979 y ahí tomo conocimientos de los inicios de las abuelas luchadoras y la situación particular que las atravezó.
“Tengo una hermana desaparecida que tuvo una hija en cautiverio”, contó la testigo.  Con respecto a ese caso, contó que primero secuestraron a su suegra, Nelly Mateos de López, y a la hija de ella en 1976. “El 18 de septiembre de 1976  asesinaron en la calle 14 y 77 al esposo de mi hermana y meses después, la secuestraron a ella.”
A través de un anónimo tuvieron noticias de que su hermana tuvo una nena en el hospital de Clínicas de Quilmes. En ese momento no supo quién les enviaba esa nota. “El Director de la Clínica negaba que estaba mi nieta”, indicó.
La enfermera le dijo al Director que no le mienta, porque tenía un libro con huellas de la nena. Como consecuencia la “autoridad” mandó a la enfermera a trabajar de forma despectiva. “Ella desapareció en 1977 y nunca más tuvimos noticias. En el ´84 me enteré que había sido ella la que había mandado el anónimo”, expresó la testigo en relación a la enfermera.
Isabella recordó que tiempo después del hecho de calle 30 la Sra. Dominici pidió hablar con Chicha Mariani para decirle que su entonces ex marido había estado en el atentado y que “sabía algo”.
¿Por qué Dominici fue a hablar con Chicha?, “Lo delató por un rencor que tenía con él, por una cuestión económica”, reveló. Lo cierto es que  Chicha no estaba y la delatante nunca más apareció.
Minutos después Valenzi  mencionó a Pérez Casal como alguien que dio a entender que fue Bergés el que tenía la nena (Paula, sobrina de Valenzi), pero luego se desdijo. “Hace unos años, en el Juicio Por la Verdad, dijo algo nuevo”, explicó.
“Reitero mi pedido que lo llamen a declarar a López Casal.  No sé si estará amenazado o seguirá con miedo; pero que se juegue un poco, como lo hizo el Dr. Blanco, quién reveló la presencia de Bergés cuando la sacaron a mi hermana”, concluyó la última citada de la fecha. Continúa mañana desde las 10 de la mañana en la Ex – Amia
TENGO DERECHO, el programa de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos La Plata.
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