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Rodolfo Walsh era funcional a la derecha?
Por Nicolás S - Wednesday, Nov. 09, 2011 at 1:12 AM

Hay cosas que no se pueden justificar con votos

Sobre lo barato de ser un intelectual k y la complicidad con la burocracia sindical

Hay cosas que nunca cambian, discursos que se repiten y vuelven a resucitar tras años de entierro. La continuidad de lo dado está demarcada por el paradigma que nos domina y hasta tanto esto no se modifique, miles de miserias reflotarán sobre la frustración de la derrota.
En este terreno se ubican muchos de los llamados intelectuales K, entre ellos el historiador Norberto Galasso.
El asesinato de Mariano Ferreyra en manos de una patota sindical perteneciente a la Unión Ferreviaria (UF), impulsó un debate sobre las responsabilidades del hecho. La lucha que emprendía Mariano, como la que llevan adelante miles de trabajadores, viene desnudando el perverso entramado que se desarrolla en los espacios de producción. La tercerización, la precarización, los altos niveles de explotación y la falta de democracia sindical son patrones de comportamientos sostenidos en base a una alianza compuesta por burócratas, empresarios y estado. En ese marco, existe una cuarta pata que hace las veces de satélite legitimador de los aberrante actos a los que se ven sometidos millones de empleados. Aquí encontramos a los intelectuales y los medios de comunicación.
"Pensá en los pibes que podés arriesgar y hacerlos jugar de modo funcional a la derecha, porque no hay que hacerle asco a poner el cuerpo pero solo cuando políticamente tiene sentido el peligro que se corre", le escribía Galasso en una carta a Jorge Altamira en referencia a la muerte de Mariano Ferreyra. El escrito "¿A dónde vas, Jorge Altamira?" es la posición de uno de los tantos intelectuales, que sin duda expresa el pensar de una docena de referentes político-sociales oficialistas.
En puño y letra, Galasso desarrolla la tesis de que la movilización por el pase a planta permanente de los trabajadores ferroviarios es una política funcional a la derecha. Que esta derecha se circunscribe a figuras como "Eduardo Duhalde, Cecilia Pando, Posse, Redrado, Puerta, Barrionuevo y Toma". Según Galasso, estos se encuentran "acechando" a la Rosada (pese a que todos juntos no llegaron ni al 10% de los votos en la última elección), pese a que la estructura sindical y empresarial, en su mayoría, sigue respondiendo o se encuentra supeditada al gobierno de Cristina. Así y todo, para el "intelectual de café y control remoto" representaban una opción de poder en las pasadas elecciones.
"Coincidimos en la valoración del peronismo con Cooke, Hernández Arregui, Puigross , Walsh y tantos otros", reconoce Galasso en uno de los párrafos.
La mención de Walsh resulta un tanto contradictoria, ya que el mismo Galasso como muchos otros parecieran desconocer torpemente la literatura y los aportes realizados por el periodista argentino. Incluso se podría decir que para las tesis desarrolladas por intelectuales oficialistas, Rodolfo Walsh fue un precursor en lo referente a ser funcional a la derecha.

De "¿Quién mató a Rosendo?" a “¿Quién mató a Mariano?”

"¿Quién mató a Rosendo?" es una de las obras destacadas de RW escrita a mediados de 1968, en primera instancia a través de artículos periodísticos publicados en el semanario de la "CGT de los argentinos". Allí el autor vuelca sobre el papel una investigación sobre el crimen del burócrata sindical Rosendo García. Asimismo, relata los asesinatos de Domingo Blajaquis y Juan Zalazar, obreros combativos disidentes a la CGT de Augusto Timoteo Vandor. En aquella oportunidad RW logra demostrar que la riña en un café de Buenos Aires que provoca la muerte de estas tres personas, no se debió a una circunstancia ocasional, sino a un conflicto de intereses hacia el interior de la camarilla de burócratas sindicales de la UOM. A través del análisis de los testimonios recabados, el periodista descubre que los crímenes fueron provocados por el mismismo Vandor.
Dicha indagación desarrolla las relaciones entre la burocracia sindical, el estado y las cámaras empresariales. Lo interesante a resaltar en este caso, es el marco en el que Walsh realizó dicha denuncia y cual fue la respuesta de la intelectualidad peronista de la época.
"La publicación de mis notas en CGT mereció algunas objeciones, en particular de ciertos intelectuales vinculados al peronismo. Existía según ellos el peligro de que la denuncia contra un sector sindical fuese instrumentada por la propaganda del régimen contra todo el movimiento obrero", señala RW en la primer parte del libro. A su vez, reconoce que se encontraba "en peligro de coincidir con (el diario) La Prensa", medio que representaba la lógica de Clarín en la actualidad, y que intentaba, a partir de lo sucedido, enfatizar y propagandizar el odio hacia los trabajadores en su conjunto.
Lo significativo de la situación se da a partir del marco en el que se producen los artículos periodísticos. El contexto es clave para vislumbrar como se desmorona, no sólo los fantasmas que intenta construir Galasso hoy día, sino las miserias y contradicciones del discurso que intentan imponer al sentido común.
Rodolfo Walsh fue cuestionado por la intelectualidad peronista por hacer las publicaciones en un contexto "adverso". Estas objeciones, el autor las desestima por la misma base que lo motoriza a hacer las investigaciones: hacer primar ante todo el interés de la clase obrera.
Walsh denunciaba a la burocracia y la señalaba como "una pieza del sistema" de la dictadura de Onganía. Así y todo se cagó en la arcaica "tesis del juego a la derecha" con la que los quebrados y sometidos intentaron e intentan juzgar a los luchadores de ayer y de hoy. Galasso, José Pablo Feinmann, 6,7,8, y muchos más entran en esta categoría de nefastos intelectuales que prefieren callar ante la aberraciones de los Moyano, Pedraza o Venegas.
Para las tesis kirchneristas, Rodolfo Walsh fue funcional a la derecha por luchar contra la burocracia en un momento “no propicio”, en el cual la derecha era el gobierno mismo, es decir la dictadura, y no un ente semi-aislado imposibilitado materialmente de eliminar las libertades democráticas vigentes. Aquellos que se disponen a salir a la calle para pelear contra las cúpulas traidoras del sindicalimo argentino lo hacen porque no ven ni en el estado, ni en el gobierno de turno un plan o programa por el cual se pretenda despojar a los burócratas de sus lugares de poder.
Para Galasso "es necesario crear la sociedad solidaria, igualitaria, donde brote y se consolide el Hombre Nuevo". Sabemos que su fin de alcanzar al "hombre nuevo" no se enmarca dentro del proyecto de los "Duhlade, Cecilia Pando, Posse, Redrado, Puerta, Barrionuevo y Toma". Pero por el decir de sus palabras, apuesta a "crear la sociedad solidaria" e "igualitaria" junto a los Moyano, los Kirchner, los Aníbal Fernández, los Eskenazis, los Cristobal López, los Repsol, los Barrickd Gold, los intendentes del conurbano, los Boudou, los Tomada, los Jaime, los Scioli, Isfrán, Soria, Barrionuevo, Peralta, entre otros.
La historia de la lucha de clases en la argentina, ya sea dentro de los proyectos socialistas o en aquellos desarrollados dentro del movimiento peronista, demostraron que la democracia sindical y las reivindicaciones de la clase obrera no se mendigan, ni se gestionan; se obtienen por la lucha misma de los trabajadores y sus organizaciones.

"Ese silencio de arriba no importa demasiado. Tanto en aquella oportunidad como en esta me dirigí a los lectores de más abajo, a los más desconocidos. Aquellos no se olvida , y esto tampoco se olvidará. En las paredes de Avellandeda, de Gerli, de Lanús, ha empezado a aparecer un nombre que hace mucho tiempo no aparecía, Sólo que ahora va acompañado de la palabra: asesino", Rodolfo Walsh

Justicia por Mariano Ferreyra. Cárcel para Pedraza y sus cómplices de la burocracia de la Unión Ferroviaria!!!
Basta de tercerización y precarización laboral!!
Por democracia sindical!!!!

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