Julio López
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La fuerza de la represión para profundizar el modelo de explotación
Por CADH - ENA - Monday, Nov. 14, 2011 at 9:40 AM
cadh.rosario@gmail.com 341155882788

ACTO PRESENTACIÓN DEL ARCHIVO DE CASOS 2011 DE PERSONAS ASESINADAS POR EL ESTADO

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Muertes en las cárceles
Por CADH - ROSARIO - Del Boletón Nº 634 de Correp - Monday, Nov. 14, 2011 at 5:46 PM
cadh.rosario@gmail.com 341-155882788

Cárceles de esta semana, muertes y torturas de siempre.

Tolstoi se preguntaba: “¿Qué es lo que le da derecho a un hombre a sentirse con derecho a encarcelar a otro hombre?”. Retórica o no, lo cierto es que cuando en Holanda e Inglaterra, allá por el siglo XVI, se abrieron las “casas especiales” con la finalidad de adiestrar -según las necesidades de producción de la burguesía- a las masas de vagabundos expulsados del campo, estaban creando una indispensable institución capitalista: la cárcel.

Basados en el principio de retribución equivalente, la ecuación tiempo y dinero comenzaba a corroer los destinos de la humanidad. Una nueva forma del castigo como necesidad de disciplinamiento social nacía en las entrañas del capitalismo. Al poco tiempo, el poder encontró en la hipócrita formulación de la resocialización y la reeducación su modo de legitimar la tortura, la degradación, el exterminio de lo que marginaliza y produce la burguesía.

Nada nuevo se dice al hablar de la composición casi exclusivamente pobre de la población carcelaria, ni de la violencia que genera el encierro, ni de las recurrentes conductas agresivas que el estado despliega sobre la humanidad de los presos. Tal vez haya que remarcar siempre que la naturaleza -también ampliamente mayoritaria- de los delitos por los que se los encierra, tiene que ver con la afectación del derecho de propiedad, ese eufemismo jurídico que garantiza a pocos lo que se niega a muchos.

Esta semana, registramos más casos que engrosan la creciente nómina de víctimas en encierros:

Un muerto en Mendoza, en el penal de Almafuerte, por una pelea de internos; por iguales motivos, en la U 48 de San Martín, Bs. As., un muchacho de apellido Ramos quedó hemipléjico. Un preso en Catamarca y otro en Coronda, con la modalidad reiterada, multiplicada y siempre misteriosa del “suicidio”, completan el informe de aquello que los pretendidos neutrales califican como "violencia penitenciaria" y no como violencia estatal de responsabilidad indelegable. Porque es el estado quien se hace cargo "para resocializar o reeducar", aunque eso, a la larga, signifique devolverlo en una bolsa de plástico.

En la misma semana, el policía imaginaria que había sido condenado a tres años y medio de prisión por no haber evitado las torturas sobre un detenido en la comisaría 5ª de Talar de Pacheco en agosto de 2002, fue absuelto por el tribunal de Casación Penal, dejando definitivamente en claro que la justicia lava siempre la sangre que queda en las manos del Estado.

A la pregunta del pensador y novelista ruso, le cabe una sola respuesta: "es el sistema papá, es el sistema".

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