Julio López
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La mentira de General Motors
Por un segundito - Monday, Nov. 21, 2011 at 12:33 PM
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La Presidenta ha dicho días atras en G.M. que gracias a su gestión no había habido despidos en dicha empresa, a la que puso como ejemplo del tipo de empresa para su modelo de país. Tremenda mentira.

LA MENTIRA GENERAL MOTORS


Mediados de 2008. Comenzaba una de las más grandes crisis del capitalismo globalizado que hoy, tres años después sigue sacudiendo al mundo. La General Motors (lugar donde yo trabajaba) decidió, por entonces, despedir sin ningún motivo a un trabajador. Era la prueba de ensayo de la empresa, que tenía planeado despedir algo así como 120 personas, como resultado de la finalización de la fabricación del Vitara y la incorporación de un robot en el sector de pintura. A partir de la iniciativa de muchos delegados combativos se desató un conflicto gremial que duró un poco más de 1 mes, pidiendo la reincorporación de dicho trabajador. En el transcurso de este conflicto, e incluso en medio de una conciliación obligatoria, GM envió 452 telegramas de despido, ya que a los motivos anteriormente citados, se le agregaba la estrepitosa caída de la venta de autos a causa de la crisis mundial.
Acatada después la conciliación por ambas partes, la empresa decidió dividir a sus operarios en 2 grupos: los que seguían produciendo en el interior de la planta y los 452 (más los contratados cuyos contratos vencieron durante esos días) que fueron apartados en el Chevy Club con el fin de recibir “capacitación”.
El conflicto gremial se trasladó a Buenos Aires, y se resolvió ahí: empresa, gobierno y sindicato, de espaldas a los trabajadores. Se anunció, con bombos y platillos, que se iba a suspender a esos 452 trabajadores y también a todos aquellos que estaban como contratados a partir del comienzo del conflicto en adelante: 500 personas más o menos entre unos y otros. General Motors había tenido, hasta ese entonces, un par de años de ganancias récord.
Esto no fue visto como un triunfo por los trabajadores. Creían, y no se equivocaron en esto, que las suspensiones no eran tales sino despidos a largo plazo, por llamarlo de alguna manera (idéntica situación enfrentaron, y aún hoy, enfrentan los obreros de Paraná Metal “suspendidos”). Durante el 2009, antes de que Cristina haga efectivo el préstamo por 259 millones de pesos con los fondos del ANSES (que les negó a los jubilados al negarles el 82 % móvil que deberían percibir por ley) muchos trabajadores fuimos citados por la empresa para “arreglar” nuestra situación: se nos ofrecía cobrar el total de la suspensión para que la empresa pudiera “cerrar la etapa del conflicto”. Yo, como unos pocos operarios más, decidí no aceptar la oferta y seguir cobrando mes a mes el porcentaje del sueldo como si estuviera “suspendido”. Unos días después, me reiteran la oferta, esta vez por teléfono, y, ante mi nueva negativa conveniente y razonablemente fundamentada, se me dice en un tono de voz elevado “no entendiste, no...¿vos querés volver a trabajar a la fábrica?...”. Me quedó claro...no era una opción, sino una imposición disfrazada de opción. Sin embargo, tampoco el hecho de haber arreglado garantizó a otros la vuelta a la empresa. Más de 300 compañeros NUNCA volvieron a trabajar en GM. Pero, ¿no podría decirse que gracias al gobierno, al menos 153 personas (según la cifra que me proporcionó el mismo Marcelo Barros, secretario general del SMATA) recuperaron su puesto de trabajo? Sería muy ingenuo pensar así: sería desconocer cómo se maneja una empresa de modelo toyotista y quiénes fueron en su mayoría los "suspendidos" que retornaron a la fábrica. Para que se entienda, el modelo toyotista de producción hace que una fábrica de automóviles funcione casi como una pizzería: usted va al concesionario y pide un auto de tal o cual color, con tales accesorios, etc.; y luego el concesionario manda su pedido a la fábrica que lo elaborará tal como usted lo quería. Esto quiere decir, entre otras cosas, que casi todos los autos que salen de la línea de producción ya han sido vendidos.
Tan estrepitosa como había sido su caída, fue el ascenso de la venta de autos que se dio tiempo después, propiciado sobre todo, por el avance de la economía brasileña, país adonde van a parar el 70 % de los autos producidos en GM. Obviamente, dada la impetuosa y repentina mayor demanda que la empresa debió enfrentar, se hacía necesario reincorporar operarios que no tuvieran que aprender las tareas de la línea de producción, al menos en las plantas donde urgía. Fue por eso que la mayoría de los reincorporados se dio en el sector de body. Con esto lo que quiero decir es que, si hubo reincorporaciones es por UNA NECESIDAD DE LA EMPRESA y no por la buena voluntad de la misma.
Sin duda que hay, hoy, más personas trabajando que la que había entonces...Pero, a la hora que aumentar la cantidad de empleados, ¿por qué no se reincorporó a aquellos que habían sido “suspendidos”? ¿Será que General Motors no los quiere porque eso sería un triunfo para los trabajadores que alguna vez osaron enfrentarlos? Quizás. Al fin y al cabo, es conocido el hecho, que en este último año la empresa ha logrado que renunciaran algunos delegados que no estaban alineados con el sindicato: no les salió para nada caro, apenas 30.000 pesos y un auto para cada uno. Este es el modelo de empresa para la Presidenta. Sin oposiciones de ningún tipo. Donde los gerentes hagan a gusto y piacere.
Hoy Cristina, dice que lo más importante fue que "no se despidió a ningún trabajador". Sin embargo, más de 300 personas nunca volvimos a trabajar ahí. Y, los que volvieron a su puesto de trabajo (alrededor de 150 personas), no fue gracias a la intervención del gobierno, sino por una necesidad de la propia empresa.
No sólo dejó a más 300 personas sin trabajo, sino también la terrible sensación, en esos cientos de jóvenes, de que no se puede luchar contra una multinacional, que los trabajadores no pueden participar activamente (con propuestas como lo fueron la posibilidad de hacer turnos más cortos o suspensiones rotativas) en las estrategias que pudieran lograr que no se pierdan sus puestos de trabajo. Como en Mahle, como en Paraná Metal.

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