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Guillermo Salas, el sheriff platense I
Por Indymedia la Plata - Wednesday, Nov. 23, 2011 at 1:10 AM

"Ahora vas a ver lo que es estar con un policía"

Este artículo conforma la primera parte de una serie de relatos acerca de la vida delictiva de Guillermo Salas y sus colegas.  La serie conforma a su vez un capítulo, que es el de aquellos hechos que en algún momento tomaron estado público. Del 2001 a la fecha, Guillermo Salas desempeña funciones en la Comisaría 1° de La Plata como Jefe de Calle. Desde entonces ha pasado a formar parte de toda historia de violencia y corrupción policial contada por jóvenes que trabajan o viven en la calle, o que siquiera se acercan de los barrios periféricos al centro.
El primer relato nace de una nota del diario El Día del 2004, donde una joven denunciaba haber sido abusada por Guillermo Salas. La causa fue breve: una vez que el titular de la Comisaría 1° reconoció la detención de la chica por parte del jefe de calle, el Juez César Ricardo Melazo decidió archivar las actuaciones. Con motivo del resguardo de la integridad de la joven, las iniciales que aquí se encuentran no son las correspondientes a su verdadero nombre y apellido.

 

El Jefe de calle en plena acción durante la represión a la rateada de Plaza Moreno en 2010

La Comisaría 1° de La Plata tiene el deber de garantizar la seguridad del centro político, económico y cultural de la ciudad. Quienes trabajan o viven en la calle, son el foco de la actividad de dicha dependencia.  En el caso de los limpiavidrios, a principio de año frente a la hostilidad policial en connivencia con el municipio, realizaron la primera huelga de limpiavidrios del país.  Mientras tanto, en agosto del 2010 un joven que vivía en situación de calle  debió irse de la ciudad a causa de las amenazas que recibía por negarse a robar para los agentes de la dependencia. Mientras tanto, el Consejero Estudiantil Facundo Ferray, debió enfrentar un juicio por “resistencia a la autoridad” cuando se quejó del maltrato que estaba recibiendo un chico detenida por dos agentes de civil. La represión en Plaza Moreno a estudiantes secundarios  tras una rateada y las constantes corridas a adolescentes los viernes por la noche en calle 8 son los casos más recientes que se pueden recordar. En todos los hechos mencionados, se encuentra involucrado el Capitán Guillermo Salas.
Guillermo Salas es un agente de la Policía de Buenos Aires con más de 25 años de servicio. Actualmente, se desempeña como jefe de calle de la Comisaría 1° de La Plata bajo el cargo de Capitán. En 2001, tras una larga estadía en la Unidad Regional La Plata y posteriormente en el Comando Patrullas Bonaerenses La Plata, Salas ingresa a la Comisaría 1° ubicada en la calle 53 entre 9 y 10. Sin embargo, su primer turno allí no pasaría de los dos años, ya que al siguiente debería partir hacia la Comisaría 1ra de Ensenada. El 2 de febrero de 2004 volvería a La Plata para quedarse, con un ascenso y un  “Diploma Estímulo” bajo el brazo. A partir de entonces , encararía el servicio de calle junto al entonces subcomisario Juan Domingo Ibarra,  actual jefe de la Dirección Departamental de Investigaciones –DDI- de  La Plata. Lo acompañarían también el  Oficial Inspector Bravo Diego, y el  Cabo 1° Mónaco Gastón.

El sábado 10 de julio de 2004, F.L., de 19 años, se dirigió junto a su padrastro a la Comisaría de la Mujer. A la salida, tomaban diagonal 80 cuando una patrulla policial cruzó la moto en que se trasladaban.  “Tirate contra el patrullero y abrite de gambas”, le gritó un oficial de civil, mientras el padrastro era obligado a arrodillarse por un policía uniformado que lo apuntaba con un arma de fuego.
La joven, al negarse a ser revisada por el civil a quien identificó como Guillermo Salas, recibió por respuesta: “¿qué no te vas a dejar revisar, si sos una hija de puta? Ahora vas a saber lo que es estar con un policía”. La joven fue tirada contra el patrullero y manoseada por Salas, quien ante su resistencia  empezó a golpearla en las costillas. Al intentar ingresar a la joven en el patrullero, una mujer policía se presentó  pidiendo hacerse cargo de la situación.
Los demorados fueron trasladados a la Comisaría 1° donde el padrastro fue encerrado en un calabozo mientras la joven era retenida en una oficina. Allí fue vejada por Salas, quien intentó desvestirla delante de otros policías y un detenido a quien llevaron como testigo. Al resistirse fue obligada a firmar un acta donde afirmaba que se negaba a se revisada.

Frente de la Comisaría ubicada en 53 e/ 9 y 10


A la mañana siguiente, F.L. junto con su padrastro fueron llevados a declarar a la Defensoría número 4 de turno, donde el mismo defensor le sugirió a la joven que denunciara los hechos mencionados. El martes 13 se dirigió a la Oficina de Denuncias de la Fiscalía General Departamental, donde el Auxiliar letrado Santiago Paolini escuchó su relato.

Policías investigando a la Policía


Más veloz que la Justicia, fue la Policía. A los dos días sin actividad alguna en la causa, la víctima regresó para afirmar que “no han cesado las persecuciones sobre mí y mi familia”.  Ante la inactividad de parte de la Fiscalía N°1 a cargo de Leandro Heredia, la misma denunciante solicitó en el escrito que se la cite para ampliar la declaración, así como se disponga una medida de seguridad, ya que “temo por mi integridad física y la de mi familia”, sostuvo.
El 19 de julio, el perito judicial Domingo Troncatti realizó el examen médico a F.L., pudiendo percibir hematomas en la mejilla derecha, en el muslo derecho e izquierdo y en la rodilla derecha. Tambiéncomprobó lesiones de tipo escoriativas en ambos brazos. “Las lesiones fueron producto de golpe o choque con o contra elemento duro y romo de una evolución aproximada entre tres y cinco días”, concluye el examen, afirmando que “inutilizan a la causante por un plazo menor de 30 días”.
Tras un mes sin novedades en la investigación, la Justicia realizó una práctica común cuando se trata de policías denunciados: entregar la víctima a los victimarios. El 13 de agosto se le encargó la investigación a la Dirección Departamental de Investigaciones –DDI-  a fin de que, en menos de quince días, un instructor policial le tome declaración a la víctima en relación de las intimidaciones sufridas. El responsable de realizar tal tarea fue el comisario Omar López.
El encuentro fue en 1 y 59, sede de la Coordinación de Transición Judicial. El comisario López fue sutil, y le preguntó si persistían los “inconvenientes”, en relación a las intensas amenazas que recibía. Ella afirmó que, todos los días, dos policías uniformados circulaban por su casa alrededor de las once de la noche en una camioneta Toyota azul y verde no identificable,  “quienes aminoran la marcha en su casa y luego aceleran a gran velocidad”.
Cuatro días después de esta declaración, el Comisario encara la investigación pidiendo a la Comisaría una copia del libro de actas, y que confirme o niegue si un tal Salas desempeñaba funciones allí. Habían pasado ya dos meses de presentada la denuncia cuando el comisario Botoni, titular de la Comisaría 1° de La Plata, reconocía que allí trabajaba el Sargento Ayudante Salas Guillermo y que el 11 de julio el mismo ingresaba junto a la joven a su dependencia a las 12:45 a.m.
Tras ser identificado el denunciado, la causa entra en un pozo. El padrastro es llamado a declarar en octubre y reafirma lo dicho por F. L..  Una carta en la cual Asuntos Internos notifica que se le ha iniciado un sumario al Sargento es la anteúltima foja de la causa. La siguiente está fechada el 9 de noviembre: “Atento que en la presente IPP –Investigación Penal Preparatoria -, no obstante las diligencias llevadas a cabo, a la fecha, no existen elementos suficientes que permitan abonar la existencia del hecho por el que se diera motivo al inicio de estas actuaciones, y en su caso, tampoco la eventual autoría, resuelvo archivar las presentes actuaciones”.
El Juzgado de Garantías n°2 de César Ricardo Melazzo daba punto final a la poca investigación que se había realizado, sin llamar a declarar al oficial Barrientos, quien apuntó con un arma de fuego al padrasto, ni menos aún  a quien figura en la caratula de la IPP como imputado: Salas Guillermo.

Ir a:Guillermo Salas el Sheriff platense II - "Ahora vas a saber lo que es la tortura"
Ir a:Guillermo Salas el Sheriff platense III - "¿Robaron algo para nosotros?"
Ir a:Guillermo Salas el Sheriff platense IV - "Un final abierto en las calles, un final cerrado en la justicia"

 

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Muy buen laburo
Por Lisan - Wednesday, Nov. 23, 2011 at 6:57 PM

Muy buenos datos, chicxs, hay que difundir estas cosas por donde sea posible, porque son acciones que ni lxs más fachxs pueden defender, y que, por su tratamiento, quitan cualquier duda de que la tortura, humillación y detención arbitraria son prácticas toleradas por la institución policial.

No lo digo para que lo modifiquen en este artículo, que está muy bien armado, pero me quedó la duda de cómo pudieron acceder a esta información, que fuentes se consultaron.

Un abrazo

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