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Un mes sin Néstor Vargas: un mes sin justicia
Por Encuentro por los DDHH Reconquista - Thursday, Nov. 24, 2011 at 6:14 PM

Reconquista (Santa Fe), 18 de noviembre de 2011

Un mes sin Néstor Vargas: un mes sin justicia

Este 19 de noviembre se cumplirá un mes del deceso del trabajador rural Néstor Vargas, muerto después de haber manipulado agrotóxicos en un establecimiento rural del departamento Vera y de haber pasado una semana sufriendo fuertes malestares físicos sin lograr un tratamiento adecuado, digno de un ser humano, en el efector público de salud de la ciudad de Vera.
Este 19 de noviembre se cumplirá también un mes sin justicia para Néstor, ya que ninguno de los poderes del Estado provincial ha dado todavía respuesta al pedido, a la exigencia, de conocer la causa de la muerte y, con ello, dilucidar responsabilidades:
- A un mes, todavía no se conocen los resultados de la autopsia; a un mes, el laboratorio encargado de los análisis para el Poder Judicial todavía no informó al juez la causa de muerte. En lugar de ello, el ministro de Salud de la provincia, Miguel Angel Capiello busca desviar la atención sobre los agrotóxicos diciendo, irresponsablemente, que si bien “se espera el resultado de la autopsia (…) el primer diagnostico que dieron los médicos en el Hospital José María Cullen de Santa Fe indicaría que el deceso se habría producido por hantavirus o leptospirosis”.
- A un mes, aún no se discriminaron los grados de responsabilidad de los efectores de salud que, incluso ante la insistencia de Néstor y su familia en relacionar la desmejora en su salud con la manipulación de agrotóxicos, no le dieron al trabajador un trato adecuado a tal circunstancia. Según la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, el 2.4D –producto que habría estado manipulado Néstor– “se volatiliza fácilmente y su inhalación daña severamente los pulmones produciendo distress respiratorio, este es un cuadro altamente peligroso, que requiere internación inmediata en terapia intensiva y asistencia respiratoria mecánica, aun así tiene una elevada letalidad. Por la característica de las manifestaciones que presento Néstor Vargas, en él se estaba estableciendo un distress de origen tóxico-químico, que no fue detectado por el equipo de salud en su pueblo de origen”. En lugar de esto, tratamiento para la angina y nebulizaciones.
- A un mes, Juan Vargas, hermano de Néstor, denuncia que “no se llamó a nadie para declarar, ni a los médicos ni la gente que está nombrada en el expediente para que puedan dar su declaración” ni se allanaron completamente los galpones: “Yo tengo la carpeta del allanamiento y había denunciado una parte del galpón donde están los agroquímicos, y eso no se allanó".
- Y como si no fuera suficiente, para agravar la indignación ante las condiciones de explotación a las que era sometido Néstor, quien manipulaba los tóxicos sin la más mínima protección (echando por tierra el discurso de las “buenas prácticas agronómicas”, argumento en el que coinciden tanto las autoridades como quienes lucran con la fabricación, venta y aplicación de los agrotóxicos), su hermano Juan contó que el peón “había sido blanqueado seis días antes de su muerte y que unos días después del fallecimiento se acercó el patrón a la viuda y le pagó sólo esos días, lamentando que entraron tarde los papeles y ahora no va a poder tener una pensión (…) Y le pronosticó que si van a juicio lo van a perder”.

Pero, trascendiendo específicamente la muerte de Néstor, luego de años de denuncias por sobre las causas de los agrotóxicos sobre el ambiente y la salud humana, debemos decir –nuevamente con la Red de Médicos de Pueblos Fumigados– que nuestro sistema de salud sigue sin encontrarse preparado para responder a personas afectadas en forma aguda o crónica por agrotóxicos, “ya que esta toxicidad no es reconocida por las autoridades nacionales y provinciales de las aéreas de ambiente, salud, agricultura e incluso ciencia y tecnología; estos funcionarios siguen afirmando que el Glifosato, como ser, es tan tóxico como el agua con sal. No contamos con programas de formación para detectar y actuar ante estas emergencias, principalmente porque no son consideradas un problema de salud”.
Tampoco las autoridades han avanzado en controlar seriamente la manipulación, depósito y aplicación de los agrotóxicos, ni en alejarlos de las áreas habitadas ni de los cursos de agua, ni en propiciar una recategorización seria de la toxicidad de los mismos, basados en estudios independientes y no en investigaciones patrocinadas por los fabricantes de biocidas, ni en concretar el registro de intoxicaciones por plaguicidas establecido en la Resolución 276/10, ni en realizar estudios epidemiológicos de morbilidad y mortalidad asociada a agrotóxicos.
Mientras eso no suceda, deberemos seguir lamentando víctimas como Néstor Vargas, los envenenados seguirán sin una atención adecuada, y los responsables seguirán impunes.
Por último, no podemos dejar pasar por alto una triste realidad. Este aniversario del fallecimiento de Néstor nos encuentra lamentando otra muerte joven, motivada por el mismo modelo de desarrollo agroindustrial que promueve el uso indiscriminado de agrotóxicos y el aumento de las superficies cultivadas a cualquier costo: Cristian Ferreyra, militante del MOCASE - Vía Campesina, asesinado el miércoles en Santiago del Estero por su resistencia a los desalojos de campesinos y a los desmontes para extender la frontera de la soja.

A un mes, y como entonces, decimos:
¡Basta de ocultamiento e impunidad! ¡Justicia para Néstor Vargas!
Juicio y castigo para quienes lo envenenaron y para quienes lo condenaron con un tratamiento negligente en efectores públicos de salud.
Basta de agrotóxicos envenenando nuestra tierra, nuestro aire, nuestra agua y nuestra gente.
Justicia para Cristian Ferreyra.
Encuentro por los Derechos Humanos, Reconquista

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