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El Quai Branly repasa el mito del "salvaje" creado por el imaginario colonial
Por EFE - Tuesday, Nov. 29, 2011 at 6:04 PM

París, 28 nov (EFE).- El mito del "salvaje" creado por el imaginario colonial y que contribuyó a divulgar una visión racista de los indígenas, llega a París en una gran exposición que repasa varios siglos de exhibición publica de esos seres humanos en circos y ferias de medio mundo.

El Quai Branly repas...
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El exfutbolista Lilian Thuram es el comisario de "La invención del salvaje", que se inaugura mañana en el Museo del Quai Branly, una presentación de unas 600 obras que reflejan cinco siglos de exhibición pública en circos, ferias o exposiciones universales y coloniales.
Muy implicado en la lucha contra el racismo, el exdefensor del Barcelona aseguró hoy que la muestra pública de esas figuras apoyó en los países coloniales la idea de que los indígenas eran seres inferiores, lo que justificaba su misión civilizadora.
Según los organizadores, unos 1.400 millones de personas acudieron a esas exhibiciones públicas entre los siglos XIX y XX para observar hasta a 35.000 "salvajes" junto a otras "rarezas", como la mujer barbuda, los hermanos siameses o enanos y gigantes, que componían el elenco habitual.
Las secuelas de aquel fenómeno se mantienen "aún visibles" en nuestros días, aseguran los organizadores, que pretenden deconstruir ese mito a través de una toma de conciencia que quieren alimentar con la muestra.
El Quai Branly recorre los inicios de ese fenómeno, desde que Cristóbal Colón trajo de América a seis indígenas que presentó a los Reyes Católicos, hasta sus últimos ejemplos en 1958, cuando se cerró el último pueblo artificial congoleño en Bruselas.
"Lo extraordinario es que la gran mayoría de las personas nunca han oído hablar de esos 'zoos humanos'", reflexionó Thuram, que cree necesario "curarnos de las secuelas" que dejaron en el imaginario colectivo.
El exfutbolista recordó, por ejemplo, que el bisabuelo de su compañero Christian Karembeu, oriundo de Nueva Caledonia, fue mostrado en una jaula como si se tratase de un caníbal.
Carteles, cuadros, daguerrotipos, películas, esculturas de cera o canciones lanzan uno de los interrogantes que quiere provocar la muestra: "¿Cómo el racismo científico (de finales del XIX) pudo derivar en racismo popular en apenas 50 años?".
"Mediante la construcción de nuestra percepción del 'otro'", responde Thuram, quien, en broma, afirma que su piel se "volvió negra a los nueve años", cuando llegó a la blanca Francia desde su archipiélago natal de las Antillas.
La exhibición arranca con una reproducción de la procesión de indios Tupinambá de Brasil ante el rey francés Enrique II en 1550, que en realidad se hizo gracias al aporte de 150 figurantes normandos disfrazados para la ocasión.
Se suceden entonces los testimonios gráficos de varios siglos de "espectáculo" de seres humanos, entre ellos los de algunos personajes tan célebres como la "venus hotentote", cuyo cuerpo momificado fue expuesto durante el siglo XIX como "patrimonio" francés y sólo fue devuelto a Sudáfrica en 2002.
Exhibir a pueblos colonizados como "monos de feria" justificó su sometimiento a las potencias mundiales europeas, o la instauración de "sistemas como el 'apartheid' en Sudáfrica o la prohibición durante años de los matrimonios interraciales en Estados Unidos", explicó uno de los comisarios científicos de la muestra Pascal Blanchard.
El fenómeno se atemperó a finales de los años treinta del siglo XX, antes de desaparecer definitivamente dos décadas más tarde, aunque no por una toma de conciencia del público.
Contribuyó más a ello el auge de la televisión, que introdujo en los hogares figuras como "Tarzán de los monos", que cobraron una gran popularidad e hicieron que no fuese necesario acudir a los "zoos humanos" para vivir de cerca el exotismo de otros pueblos.
Blanchard asegura que el prejuicio del "otro" sobrevive, como demuestra que los turistas en nuestros días pagan por ver a los "verdaderos masái", lo que obliga a ciudadanos de Kenia a disfrazarse para parecerse a la imagen que el visitante tiene en su mente.

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