Julio López
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"Técnica" o "Política", es dictadura burguesa contra la clase trabajad
Por Partido Comunista Internacional - Monday, Dec. 05, 2011 at 8:16 AM
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Tras el mito de la democracia se esconde la dictadura de la burguesía. Luchar por una verdadera democracia es el mismo contrasentido que luchar por un capitalismo más equitativo.

"Técnica" ...
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“Técnica” o “política”: dictadura burguesa contra la clase trabajadora. El bien del país, entendido como bien de los ciudadanos, por encima de las clases, es una mistificación: siempre y únicamente es el bien de los beneficios de la industria y de la banca, es el bien del Capital y de la clase que lo posee, la burguesía. Todo el régimen burgués nos machaca a diario con que de la buena marcha de la economía nacional depende la vida de los trabajadores, porque esta es la única sociedad que puede existir, fundada sobre el Capital; por ello, los trabajadores no tendrían alternativa, y tienen que estar dispuestos al sacrificio. “O capitalismo, o muerte”, es el dogma de la burguesía. Trabajadores y burgueses estamos en el mismo barco, repiten los altavoces del régimen. Mas que los partidos abiertamente de la patronal, son los denominados de “izquierda” tanto “moderada” como “radical” los que de forma mas eficaz encadenan a la clase trabajadora con esta ideología reaccionaria. Estos partidos ilusionan a los trabajadores con la creencia de que en el capitalismo es posible conseguir la igualdad social, conciliando los intereses de las clases opuestas: bastaría aplicar un modelo diferente de desarrollo. Afirman que el enemigo no es el capitalismo sino una particular versión del mismo: el liberalismo. Sostienen que la causa de la crisis es la desigualdad social, y que por ello si se reduce el capitalismo saldría de esa crisis de forma equitativa, sano y salvo. Esto es falso. El capitalismo está fundado sobre la desigualdad entre quienes solamente poseen la fuerza de trabajo, y la tienen que vender a cambio de un salario para vivir, y quienes poseen Capital, y compran esta fuerza de trabajo a fin de incrementarlo: es una sociedad dividida en clases. La brecha entre las condiciones de los trabajadores y las de la burguesía no es eliminable. La miseria del proletariado crece cuanto mas se moderniza y perfecciona el Capital. Pero esta miseria no se debe a un nuevo tipo de capitalismo, es consecuencia de su curso natural de siempre, imposible de ser modificado. Cuando la economía crece, como por ejemplo en la segunda postguerra y los beneficios son enormes la burguesía está dispuesta a conceder algunas migajas a los trabajadores, migajas pagadas con la sobre explotación, porque así se pueden conseguir beneficios aún mayores. Pero ¡en el capitalismo la crisis es inevitable! Sus causas son la sobreproducción y la caída de la tasa de ganancia, enfermedad incurable y degenerativa del Capital. Es en las crisis cuando se hace evidente que los intereses de los trabajadores son inconciliables con os intereses del Capital, de la burguesía, del denominado “bien del país”. Lo que es un bien para el Capital es dañino para los trabajadores y viceversa. La burguesía, en su búsqueda de mantenimiento su economía y retrasar su caída, solo tiene un camino: aumentar la explotación de la clase trabajadora. Esto es a lo que se dedican los gobiernos de todos los países, todos metidos en la misma crisis: de Inglaterra a Grecia, de Alemania a Francia, a Italia, a Norteamérica y Sudamérica, a China…Se adoptan medidas que se pueden reducir a una única característica, la reducción del salario total de la clase trabajadora: se recorta el salario directo (el que figura en nómina), indirecto (los servicios sociales), diferido (las pensiones). Este ataque se lleva a cabo independientemente del color del gobierno: es la demostración de cómo la contraposición entre “izquierda” y “derecha” es una farsa. Quien acepta el Capital debe obedecer sus leyes, renegando de todo bello discurso sobre los “modelos de desarrollo”. La máquina de poder del Capital es su Estado, que sobrevive inmutable a cada gobierno. El teatrillo parlamentario sigue con vida en tanto es útil para esconder a la clase obrera la verdadera naturaleza dictatorial y de clase del régimen burgués. Tanto en el caso de que los trabajadores crean que para defender sus propios intereses sirva un cambio de mayoría parlamentaria, votando a la derecha o a la izquierda, como en caso de que echen la culpa de sus situación a la casta de los políticos, el dominio de clase del gran Capital sale reforzado, al poder presentar a los trabajadores falsas alternativas: gobierno “técnico”, de una mayoría “diferente”, o, mañana, una dictadura abierta, con un parlamento cerrado y la casta despedida. Las diferencias entre los diversos partidos burgueses son solo apariencias. Las varias bandas de politicastros, en competencia en sus asuntos de negocios, están todos al servicio del Capital. El único enfrentamiento es el que se da entre los defensores del capitalismo y quienes luchan por su abolición: el comunismo revolucionario. El marxismo explica, sobre bases científicas, que desde hace más de un siglo el propio capitalismo ha creado las condiciones materiales para su superación. El Capital, en su afanosa búsqueda de beneficio ha llevado a un desarrollo tal de las fuerzas productivas que permitiría satisfacer todas las necesidades de la humanidad con pocas horas de trabajo medio diario por individuo. Pero esta fuerza es al mismo tiempo su límite y su condena. Organizar la producción sobre un plan racional, encaminado a satisfacer las necesidades humanas es imposible, ya que esa producción está subordinada al mercado y al beneficio. Emancipar al trabajo del Capital, la abolición del trabajo asalariado es la clave del programa revolucionario comunista, y la única alternativa a la miseria del capitalismo. Tal y como en la fórmula propagandista del bien del país se camufla el beneficio del Capital. Igualmente tras el mito de la democracia se esconde la dictadura de la burguesía. Quien es soberano en el capitalismo no es el pueblo, el conjunto de la ciudadanía por encima de las clases, tal y como recita la ideología democrática, sino el Capital nacional e internacional. Luchar por una verdadera democracia es el mismo contrasentido que luchar por un capitalismo más equitativo. La única política de la clase obrera, mientras el poder este en manos de la burguesía, es la revolución, para conquistar el poder e imponer su dictadura sobre la burguesía, único medio de liberar a la sociedad del Capital, y sacar a la Humanidad de la prehistoria de la sociedad dividida en clases. La perspectiva de superación del capitalismo, aun cuando aparezca aún lejana, es también necesaria para poder llevar, en particular en la presente situación de crisis económica, luchas eficaces para la defensa cotidiana de los trabajadores. De hecho, hoy la defensa de la clase obrera solo puede darse contra los intereses nacionales, contra los intereses del capital. La clase sólo tiene una única posibilidad de defensa: responder a la ofensiva burguesa atacando, sin trabas, el capitalismo, organizando huelgas auténticas y potentes que pongan de rodillas “el país”, es decir la industria y las finanzas. En este camino, los trabajadores deben dotarse de sus organizaciones de combate reconstruyendo un auténtico sindicato de clase, fuera y contra los sindicatos del régimen, y militando su vanguardia en el Partido Comunista Internacional. Contacto por e-mail para España aqui Correo postal e información para España: Edizioni "Il Partito Comunista" – Casella Postale 1157 – 50121 Firenze – Italia. Nuestra página web. ------------------------------------------------------ El comunismo es una exigencia mundial, absoluta, de la sociedad actual. Tarde o temprano, las masas proletarias volverán al asalto de las fortalezas del capitalismo en una inmensa oleada revolucionaria. La destrucción de estas fortalezas y la victoria del proletariado, puede verificarse solamente si la tendencia a la reconstitución del partido de clase se profundiza y se extiende en el mundo entero. La constitución del partido mundial del proletariado: he aquí el fin de todos aquellos que quieren la victoria de la revolución comunista, contra la cual luchan ya las fuerzas coaligadas de la Internacional burguesa. http://www.international-communist-party.org

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