Julio López
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El Frente Unico Revolucionario
Por Movimiento Moreno Vive - Wednesday, Dec. 21, 2011 at 9:21 PM

A DISCUSIÓN SOBRE COLOMBIA (1985 – 1986) LA DISCUSIÓN SOBRE MÉXICO NAHUEL MORENO Secretariado Centroamericano —SECA— Centro Internacional del Trotskismo Ortodoxo —CITO— http ://www.oocities.com/obreros.geo/ mail : seca_6@yahoo.com Edición electrónica Diciembre 2001 (Tomado de Ediciones Crux, Buenos Aires, 1994)

INDICE

PRESENTACION

PROLOGO

GLOSARIO

Comite Ejecutivo Internacional Mayo de 1985

Comite Ejecutivo Internacional Setiembre de 1985

Comite Ejecutivo Internacional Abril de 1986

Carta de Nahuel Moreno a Simón

Conversación entre Nahuel Moreno y Alberto Frank Noviembre de 1986

Carta abierta del Secretariado Internacional de la LIT-CI al partido

APÉNDICE LA DISCUSION SOBRE MEXICO

Comite Ejecutivo Internacional Abril de 1986


PRESENTACION

Con este libro la Colección Inéditos comienza a publicar las intervenciones de Nahuel Moreno en las reuniones del Comité Ejecutivo Internacional (CEI) de la Liga Internacional de los Trabajadores-Cuarta Internacional (LIT-CI) de los años 1985-1986. Moreno preparaba cuidadosamente los puntos fundamentales de esas reuniones, por lo cual lo que aquí se publica no debe ser tomado como una improvisación sino como un desarrollo teórico y político profundamente elaborado.

Puesto que el Comité Ejecutivo Internacional era un organismo permanente de dirección de la LIT-CI, sus temarios incluían diversos temas, algunos de tipo general y otros dedicados al análisis coyuntural de la situación de la lucha de clases en diferentes países y a la elaboración de la respuesta a los problemas que surgían en la vida cotidiana de la LIT-CI y de sus secciones. Determinados temas, por ejemplo la situación y la política en Bolivia desde el comienzo del ascenso revolucionario que culminó en la gran huelga general de 1985 hasta la derrota de ésta y la situación reaccionaria que se abrió a partir de allí, fueron tratados en sucesivas reuniones. Lo mismo ocurrió con otras cuestiones, como es el caso de la discusión sobre el frente único revolucionario en Colombia, que presentamos en este libro.

Esto nos obliga a modificar el criterio que empleamos en los tres volúmenes anteriores, en los que publicamos las intervenciones de Moreno en los congresos de 1985 de la LIT-CI y del Movimiento al Socialismo (MAS) de Argentina, en la escuela de cuadros realizada en Venezuela en 1982 y en otra realizada en la Argentina en 1984. Al encarar la edición de las discusiones en el Comité Ejecutivo Internacional mantendremos ante todo la unidad temática, es decir, reuniremos las intervenciones de Moreno y los documentos escritos de los cuales fue autor o coautor sobre un mismo tema, en el orden cronológico en que se produjeron.

La discusión sobre la aplicación de la táctica de frente único revolucionario en Colombia en los años 1985-1986 tuvo dos caras, íntimamente ligadas: la política y la teórica. La primera tenía que ver con la política que debía mantener el Partido Socialista de los Trabajadores de Colombia – PST (C) , sección de la LIT-CI en dicho país– frente a la organización A Luchar . El aspecto teórico se refería a las definiciones de clase y políticas de las organizaciones y movimientos pequeñoburgueses que coyunturalmente enfrentan con métodos revolucionarios al imperialismo y/o a los gobiernos y regímenes burgueses de sus países, así como a cuál debía ser la política trotskista frente a esas corrientes y a los gobiernos que constituían si triunfaban.

Optamos por dejar para un próximo libro la cuestión teórica y comenzar presentando en este volumen la discusión política. Los materiales que la contienen son:

1. El debate en la reunión del CEI de la LIT-CI de mayo de 1985.

2. El debate en la reunión del CEI de la LIT-CI de setiembre del mismo año.

3. El debate en la reunión del CEI de la LIT-CI de abril de 1986.

4. La carta de Nahuel Moreno a Simón del 30 de agosto de 1986.

5. La conversación entre Nahuel Moreno y Alberto Frank de noviembre del mismo año, cuya grabación casi completa se ha conservado.

6. La Carta Abierta del Secretariado Internacional de la LIT-CI al Partido, de enero de 1987.

7. Como apéndice, la discusión sobre el frente único revolucionario en México del CEI de abril de 1986.

Algunos lectores nos han señalado que el título de esta colección, “Inéditos”, podía dar lugar a que se interpretara que se trata de trabajos que Moreno tenía la intención de publicar. Esto nos lleva a reiterar lo que ya hemos dicho respecto de los tres libros anteriores. Los textos escritos fueron, en su momento, cuidadosamente revisados por Moreno, y por ello deben ser tomados como la expresión más acabada de sus posiciones. Las intervenciones orales, en cambio, tienen las características que hacen a la forma de discutir de nuestro movimiento, que el propio Moreno alentaba, en donde quien hablaba exponía libremente su pensamiento para enriquecer la elaboración colectiva; contienen, por lo tanto, las unilateralidades y exageraciones que se producen inevitablemente en la polémica. Hecha esta aclaración, subrayamos que un estudio atento de las intervenciones de Moreno permitirá al lector corroborar la sólida unidad orgánica de su pensamiento teórico y político.

Junio de 1994

Mercedes Pepper

Eugenio Greco

PROLOGO

En los libros anteriores de la Colección Inéditos de Nahuel Moreno tratamos de resolver los vacíos de información que pudiera tener el lector a través de notas de los editores. En esta ocasión nos vemos obligados a hacer este prólogo para que el lector pueda ubicarse en algunos elementos de la realidad de Colombia en los años 1985-1986, así como en las diferentes etapas que tuvo la discusión sobre la aplicación de la táctica del frente único revolucionario.

La situación política

El proceso revolucionario en Colombia fue en el pasado esencialmente campesino. Su máxima expresión fue la guerra civil conocida como La Violencia (1948-1957). A su finalización, se estableció un pacto para gobernar alternadamente el país entre el Partido Liberal y el Partido Conservador . Estos dos partidos burgueses, a pesar de que el pacto dejó de tener vigencia, siguen siendo las herramientas políticas fundamentales de la burguesía colombiana.

El 14 de setiembre de 1977 estalló en Colombia el Paro Cívico Nacional, que fue una combinación de huelga general obrera con elementos de insurrección popular urbana. Esta fecha marcó la apertura de una situación revolucionaria y señaló un cambio en la lucha de clases: aunque combinándose con la tradicional lucha en el campo, la revolución colombiana se hacía obrera y urbana.

Sin embargo, desde entonces hasta hoy el movimiento obrero, pese a que tuvo períodos de grandes luchas, no logró repetir la gesta de 1977 debido al papel traidor de sus direcciones políticas y sindicales. Paralelamente se siguió desarrollando una permanente acción guerrillera. Por un lado, la tradicional en el campo, con algunas expresiones que localmente tenían cierta base de masas, y otras de tipo foquista. Por otro lado, surgió la guerrilla urbana.

Para la época de esta discusión (1985-1987), el gobierno burgués se había dado la política de negociar una tregua con la guerrilla, para que abandonara la lucha armada y se integrara a la democracia burguesa. Algunas organizaciones guerrilleras, entre ellas la más fuerte, las FARC, habían firmado la tregua; otras, como el ELN, estaban en contra, y otras, como el M-19, oscilaban entre las negociaciones de paz y seguir la lucha guerrillera, con acciones como la toma del Palacio de Justicia, que terminó en una masacre de guerrilleros y de magistrados a manos del ejército.

Políticamente, el movimiento obrero y de masas seguía a los dos partidos burgueses tradicionales, y existía también un importante sector cuyo atraso lo llevaba a desinteresarse de la política, lo cual se manifestaba en un elevado abstencionismo electoral. Sindicalmente, la clase obrera estaba dividida en diferentes centrales, que respondían a los conservadores y liberales y al Partido Comunista. Existía, además, el sindicalismo independiente, que agrupaba a un importante sector encabezado por una vanguardia muy combativa, sobre gran parte de la cual influían políticamente las diversas organizaciones guerrilleras.

La organización A Luchar surgió de la aplicación de la táctica de frente único revolucionario, que se plasmó en un acuerdo entre el PST (C), algunas corrientes sindicales políticamente influidas por las organizaciones guerrilleras que estaban en contra de la tregua y algunos grupos políticos de menor envergadura. Para ubicar el debate que se abrió al respecto, reseñaremos en qué consistía esa táctica y las etapas que tuvo la discusión.

El frente único revolucionario

La política de intentar construir frentes únicos revolucionarios fue propuesta por Moreno casi desde los comienzos mismos de su labor internacional, al comenzar la crisis del stalinismo, cuyas primeras manifestaciones fueron las rebeliones de Berlín oriental y Hungría en la década del 50. Su primera formulación aparece en las Tesis de Leeds. Moreno sostenía que se iban a dar tres procesos de ritmo desigual. El primero, y más rápido, sería la crisis de los aparatos contrarrevolucionarios del movimiento obrero. El segundo, producido por el anterior pero más lento, sería el surgimiento de sectores de vanguardia que avanzarían hacia posiciones cada vez más revolucionarias (los denominó “trotskizantes”). El tercero, más lento que los otros dos, dado que arrancaría de un situación de marginalidad, sería el fortalecimiento de los partidos trotskistas y de la Cuarta Internacional. Sobre la base de estos pronósticos, Moreno sostenía que la dirección revolucionaria, la Cuarta Internacional, no avanzaría hacia ganar influencia de masas en forma acumulativa, por su propio proceso de crecimiento, sino por la fusión de los trotskistas con esas corrientes revolucionarias. Citaba al respecto la definición de Trotsky –aparentemente contradictoria–de que la Cuarta Internacional se haría de masas cuando los trotskistas fueran minoría en su interior.

Para Moreno, lograr esa fusión debía ser una política consciente del trotskismo, consistente en proponer a las corrientes trotskizantes un programa y acuerdos organizativos (un frente) para la acción revolucionaria común en la lucha de clases. Y, a partir de allí, haciendo con esas corrientes todas las discusiones políticas y programáticas necesarias, avanzar hacia la constitución en conjunto de partidos obreros revolucionarios. A esa política la denominó “frente único revolucionario”.

No haremos la historia de las experiencias y las precisiones sobre esta política que van desde su formulación hasta la discusión que es objeto de este libro. Veamos directamente cómo se definía esta política en el Manifiesto de la LIT-CI, redactado por mandato del Primer Congreso Mundial de la LIT-CI, de marzo 1985, y publicado tres meses después:

La Cuarta Internacional se construirá a través de la fusión de nuestra corriente con organizaciones y grupos que rompan con las direcciones traidoras y reformistas y constituyan frentes revolucionarios a nivel nacional e internacional. La táctica de unir a los revolucionarios en todos los países donde sea posible, construyendo frentes revolucionarios, es una táctica muy importante en esta etapa para la construcción de la Cuarta Internacional de masas.

Nada tiene que ver esta política con el revisionismo mandelista. El frente único revolucionario debe ser la unidad de los luchadores revolucionarios, no de todos los que luchan bajo otras banderas, como la castrista o la sandinista. Es decir que un verdadero frente único revolucionario es aquél que se acuerda sobre la base de un claro programa revolucionario. Sin ese claro programa, se corre el peligro de que tal frente no sea revolucionario, sino una organización centrista, que no sea un paso hacia la construcción del partido obrero revolucionario, sino una barrera casi infranqueable para su construcción.

El frente único revolucionario es, pues, una táctica, importantísima en esta etapa de crisis de las direcciones tradicionales del movimiento de masas, pero nada más que una táctica, que se puede y debe aplicar en algunos momentos y países en la línea de construir la Cuarta Internacional. Más que nunca, la gran tarea a llevar a cabo en todos los países es desarrollar y fortificar la organización trotskista. Sin ella, lo más probable es que no se construyan frente revolucionarios o que, aun en el caso de que se construyan, degeneren rápidamente hacia el centrismo y el oportunismo capitulador. [1]

El debate sobre A Luchar

Dicho a trazo muy grueso, en ese debate se enfrentaron dos posiciones. Una, encabezada por Simón, uno de los dirigentes más importantes del PST (C), que planteaba que A Luchar debía convertirse en un frente único revolucionario y el PST (C) disolverse en su interior. La otra, encabezada por Moreno, que sostenía que A Luchar debía desarrollarse como una corriente sindical revolucionaria pero no como un frente político, dado que en las demás organizaciones que la integraban tenía influencia política la guerrilla. [2] Junto a Moreno se alinearon las direcciones de todos los partidos de la LIT-CI y el ala que terminó siendo absolutamente mayoritaria del PST (C).

Reseñaremos sintéticamente las etapas de esa lucha política.

• La Carta Abierta del Secretariado Internacional de la LIT-CI al Partido (que publicamos en este mismo volumen) señala cuál fue la posición inicial de la dirección internacional y, como parte de ella, de Moreno en el Congreso Mundial de la LIT-CI (marzo de 1985):

En el Congreso Mundial de marzo de 1985, habíamos discutido la posibilidad de que A Luchar se convirtiera, rápidamente, en un frente único revolucionario o, dicho en otros términos, que diera las bases para avanzar hacia un partido obrero revolucionario. [3]

Sin embargo, ya en el propio Congreso Mundial, Moreno alertaba que tal frente no podía constituirse sobre la base de puntos programáticos mínimos, como estar en contra de Contadora, de su diplomacia secreta y de sus acuerdos para frenar y derrotar a la revolución centroamericana, estar en contra de entregar luchadores a la policía, etcétera:

Me asusta que se crea que el frente único revolucionario es sólo contra Contadora, para nada [lo es]. Tiene que tener un programa claramente revolucionario, de revolución socialista. Y es una táctica, no más, dentro de nuestra estrategia principista y fundamental de hacer partidos marxistas revolucionarios de masas. Tiene ese objetivo. Es una táctica hoy en día privilegiada por la crisis de los aparatos [4]

Yo no creo que el programa mínimo revolucionario sea el programa del frente único revolucionario. Son indicaciones generales mínimas para comenzar a discutir un frente único revolucionario.

Por ejemplo, en Colombia el stalinismo ha entregado la lista de todos sus militantes y guerrilleros que no acataron la tregua. Si nosotros al entrar a A Luchar les preguntamos si eso les parece bien (...) y nos contestan que sí, no hablamos más, ni siquiera les damos el saludo. Pero eso no significa que [, si condenan al PC, A Luchar] sea un frente revolucionario (...) hasta un reformista medianamente honesto dice “no se le entrega nada a ningún policía” (...)

El programa mínimo sirve entonces para eso, para comenzar a discutir. [5]

• En el Comité Ejecutivo Internacional de mayo de 1985 comenzaron a clarificarse las diferencias que ya se venían esbozando. Moreno cambió de posición y sostuvo que A Luchar era un “fenómeno sindical revolucionario” o una “corriente sindical revolucionaria”; que había que desarrollarla como tal, y que no iba hacia un partido revolucionario. La dirección del PST (C) no estuvo de acuerdo con esta caracterización e insistió en que debía desarrollarse como frente único revolucionario, hacia un partido revolucionario común.

• En el CEI de setiembre de 1985 la dirección del PST (C) planteó que en Colombia había una guerra civil en curso. Moreno polemizó con esta caracterización y alertó que podía llevar a que el partido se sometiera políticamente al bando de la guerrilla, abandonando un análisis de clase. Se mantuvieron las diferencias sobre el carácter y evolución de A Luchar.

• En el Congreso del PST colombiano se impuso la caracterización y política de la dirección encabezada por Simón.

• En el CEI de abril de 1986 se discutió uno de los temas cruciales del Congreso del PST (C) (que presentaremos en el volumen que recogerá el aspecto teórico de este debate): la definición de clase de las direcciones y de los países independientes del imperialismo. Moreno señaló que, el M-19, el ELN, el FSLN de Nicaragua, el FMLN de El Salvador, Sendero Luminoso de Perú, etcétera, eran direcciones independientes del aparato stalinista, revolucionarias pero pequeñoburguesas, no obreras, y que por esas limitaciones de clase llevarían la revolución a un callejón sin salida. Señaló además que toda alianza o acuerdo con esas direcciones debía ser transitorio y sobre problemas coyunturales, ya que estaban en contra de profundizar la revolución nacional, de desarrollar la revolución socialista obrera mundial, de tener como tarea prioritaria la construcción de la Internacional, y de luchar por la democracia obrera antes y después de la toma del poder. E insistió en que los integrantes de A Luchar estaban abiertamente en contra de estas posiciones del trotskismo y, por lo tanto, no se podía construir con ellos un partido revolucionario común.

• Después del CEI de abril de 1986 el Secretariado Internacional (SI) de la LIT-CI y Moreno en particular comenzaron a preocuparse por el curso de la política del PST (C), que estaba cediendo a las presiones de los demás integrantes de A Luchar. Esto se expresaba en una política vanguardista y no hacia el conjunto del movimiento obrero, y en la posición frente a la huelga general del 20 de junio de 1985, a las elecciones, a la visita del Papa, a las acciones aisladas de la guerrilla, etcétera. Además, plantearon que el eje de actividad del partido debía ser la unidad sindical. La dirección del PST no estuvo de acuerdo. Viajó a Colombia el Negro E., miembro del CEI y de la dirección del Movimiento al Socialismo (MAS) de Argentina, para hacer esa discusión.

• A fines de agosto de 1986 Moreno envió una carta a Simón donde volvía a señalar las cuestiones antes mencionadas y concluía: “jamás de los jamases A Luchar se transformará en un partido obrero revolucionario”.

• Paralelamente comenzaron a enfrentarse dos posiciones en el Comité Central del PST (C): la encabezada por Simón y Miguel Angel, que tendía a disolver políticamente el partido en A Luchar, y otra que se oponía. La discusión comenzó a tomar un tono fraccional. Por esta razón, el SI de la LIT-CI propuso aplazar toda discusión en la base del partido hasta que se terminara el Congreso de la central obrera unitaria que se estaba fundando, la CUT; llamó a los compañeros que se oponían a disolverse políticamente en A Luchar a facilitar la aplicación de la línea partidaria, creando el mejor clima para facilitar la discusión de este problema, y propuso que, una vez terminado el Congreso de la CUT, se convocara el Congreso del PST (C).

• Para intervenir en ese debate, se escribieron dos importantes documentos: las Tesis sobre el guerrillerismo, de Moreno, Greco y Frank, y luego la Carta Abierta del Secretariado Internacional de la LIT-CI al Partido.

• La lucha fraccional dentro del PST (C) se siguió agudizando durante los últimos días de Moreno y después de su muerte, hasta culminar en la ruptura con el PST (C) de Simón y un reducido grupo de cuadros. En su transcurso, se publicaron varios materiales importantes, que fueron recogidos en la Circular Internacional de abril de 1987.

El ala opuesta a la disolución del PST en A Luchar ganó la mayoría de la dirección. El 26 de enero de 1987, la corriente minoritaria encabezada por Simón se constituyó en Tendencia Nacional. El Comité Ejecutivo del PST, para salvaguardar la unidad del partido propuso a la Tendencia Nacional que, “dentro de un acuerdo partidario en el Congreso, se pudiesen aplicar las dos líneas sometiéndolas a la práctica; o sea que Simón y Miguel Angel podrían hacer su experiencia en A Luchar con un grupo de compañeros que estuvieran de acuerdo”. [6]

• Esta propuesta no fue aceptada por la tendencia de Simón, que el 22 de febrero se conformó como “Corriente Internacionalista”, y anunció que había tomado la “decisión de conformarnos como organización independiente” y de no participar del Congreso del PST. [7] A pesar de que el Comité Ejecutivo del PST insistió en que participaran del Congreso con todas las garantías, el 19 de marzo la tendencia de Simón ratificó su decisión en un documento titulado ¿Por qué no vamos al Congreso? [8]

El número de militantes que rompieron con el PST fue pequeño, pero entre ellos se contaban Simón y Miguel Angel, dos importantísimos dirigentes partidarios. Ambos terminaron apartándose del trotskismo, lo cual significó una indudable pérdida, no sólo para la LIT-CI sino para la revolución obrera en Colombia. Más tarde, A Luchar desapareció. De allí la importancia de esta discusión, de la cual el lector podrá extraer varias enseñanzas. Quizás la más importante de ellas sea comprender cómo Moreno era capaz de combinar la iniciativa para aprovechar las oportunidades para construir el partido con la conciencia de que, cuanto más audaz es una táctica, más es necesario que el partido se aferre a ciertos principios básicos del marxismo: los análisis de clase como método, el programa revolucionario como fundamento, las políticas concretas ante los hechos de la lucha de clases como prueba definitiva del carácter de toda corriente u organización y, ante todo, una ubicación internacionalista orgánicamente plasmada en la pertenencia a una Internacional obrera y revolucionaria.

Buenos Aires, junio de 1994

Mercedes Pepper

Eugenio Greco

GLOSARIO

El movimiento obrero

Para la fecha de estas discusiones, el movimiento obrero colombiano estaba dividido básicamente en las siguientes corrientes sindicales:

• La Unión de Trabajadores de Colombia (UTC) : fue la central sindical mayoritaria hasta mediados de la década del 80; fundada por la Iglesia, era controlada por los partidos burgueses, especialmente el Conservador.

• La Confederación Sindical de Trabajadores de Colombia (CSTC) , dirigida por el Partido Comunista.

• La Confederación de Trabajadores de Colombia (CTC) , encabezada por Manuel Felipe Hurtado.

• El sindicalismo independiente , que agrupaba a una serie de sindicatos independientes de estas dos centrales. Uno de los más importantes y luchadores era la Federación Colombiana de Educadores ( FECODE ) , que agrupaba a todos los sindicatos de maestros estatales de Colombia, y cuyo sindicato en Bogotá, la capital del país, era la Asociación Distrital de Educadores (ADE) . El sindicalismo independiente era el sector más combativo del movimiento obrero colombiano, y en su seno tenían influencia diferentes corrientes, entre ellas las guerrilleras. El Comité de Unidad del Sindicalismo Independiente (CUSI) constituyó un intento de centralizar las diferentes corrientes del sindicalismo independiente.

En 1986 se produjo un importante cambio en la organización del movimiento obrero colombiano. Un importante dirigente de la UTC, Jorge Carrillo, asumió el cargo de ministro de Trabajo del gobierno de Belisario Betancur. Desde allí, como maniobra al servicio de la burguesía pero adaptándose también a lo que era una necesidad imperiosa de la clase obrera colombiana, promovió la constitución de una central sindical única. Para ello, Carrillo impulsó la constitución del Frente Sindical Democrático (FSD) , una fórmula organizativa cuyo objetivo fue aglutinar a dirigentes sindicales alrededor de ese proyecto. La UTC sufrió una importante división, de la cual surgió la Unión de Trabajadores de Bogotá y Cundinamarca (UTRABOG ) , liderada por Carrillo, que confluyó con la CSTC y el CUSI para constituir la Central Unitaria de los Trabajadores (CUT) .

Los partidos políticos, las corrientes sindicales y las organizaciones guerrilleras

Dentro del movimiento obrero y de masas, además de los partidos burgueses, actuaban otros partidos políticos, organizaciones guerrilleras y corrientes sindicales:

• El Partido Comunista (PC) : Además de su corriente sindical, el PC colombiano tiene influencia en sectores del campesinado, ganada cuando combatió aliado al Partido Liberal durante La Violencia. La organización guerrillera campesina políticamente afín al PC son las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) . Su máximo líder es el legendario Manuel Marulanda Vélez (“Tirofijo”) , cuyo verdadero nombre es Pedro Antonio Marín. Tirofijo se inició en la guerrilla liberal; luego se integró al Partido Comunista y se convirtió en jefe indiscutido de las FARC. Fue dado falsamente por muerto en repetidas oportunidades, y no se sabe a ciencia cierta si sigue vivo. Tomó su seudónimo de “Manuel Marulanda Vélez” a instancias del PC, en honor a un dirigente campesino muerto bajo la tortura policial.

• El Movimiento 19 de Abril (M-19) . Era una guerrilla urbana que terminó firmando la tregua con el gobierno. Su máximo dirigente era Carlos Pizarro. Posteriormente se convirtió en la Alianza Democrática , un partido electoral integrado al régimen democrático burgués; su máxima figura es Antonio Navarro Wolf, quien fue ministro del presidente Gaviria.

• El Movimiento Independiente y Revolucionario (MOIR) : Partido proveniente del maoísmo que llegó a ser, junto con el Partido Comunista, uno de los dos principales partidos de izquierda de Colombia, hasta que entró en crisis. Desde hace años su política está estrechamente vinculada con la de algunos sectores de la burguesía colombiana.

• El Ejército de Liberación Nacional (ELN) : Organización guerrillera pro castrista fundada en 1965. Con esta organización simpatizaban los Comités de Trabajo Sindical (CTS) , una corriente sindical que hacía parte del sindicalismo independiente.

• El Partido Comunista Marxista Leninista (PC-ML) : Organización de origen maoísta que, para la época de esta discusión se había hecho pro albanesa. Influía políticamente sobre la organización guerrillera Ejército Popular de Liberación (EPL) .

• El Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) : Organización guerrillera que en 1991 participó en la Asamblea Nacional Constituyente amañada por la burguesía y terminó integrándose al régimen democrático burgués junto con el M-19. La tendencia sindical que simpatizaba con el PRT era la Corriente de Integración Sindical (CIS) , que hacía parte del sindicalismo independiente.

• La Coordinadora Nacional Guerrillera (CNG) : que agrupaba a las FARC , el ELN , el EPL y otras organizaciones menores.

• La Asociación Nacional de Usuarios Campesinos (ANUC) : Organización de tipo gremial que agrupaba a campesinos pequeños y medianos, pero no al proletariado agrícola ni a los jornaleros. Para la época en que se desarrolla la discusión recogida en este libro, la ANUC estaba dividida. El ala influida por los sectores “democráticos” que simpatizaban con la guerrilla participaba como ANUC en A Luchar.

A Luchar

El proceso que condujo a la constitución a A Luchar comenzó a escala local a través de acuerdos sindicales muy progresivos de algunas corrientes del sindicalismo independiente con el PST (C). Luego fue tomado por el PST (C) como una política nacional. El punto más alto de este proceso fue la Primera Convención Nacional de A Luchar, realizada en Bogotá los días 28, 29 y 30 de junio de 1986, cuyas resoluciones fundamentales fueron recogidas en el folleto Documentos – Primera Convención Nacional – ¡A Luchar! – Por la unidad revolucionaria.

A esa Convención asistieron 850 delegados elegidos en las diferentes regiones del país, y en una barra que completaba poco más de 1.000 asistentes. Para ese entonces las organizaciones más importantes que integraban A Luchar eran los Colectivos de Trabajo Sindical (CTS), la Corriente de Integración Sindical (CIS) y el PST (C); estaban también agrupamientos menores: el Movimiento Pan y Libertad (MPL), la Coordinadora Obrera Revolucionaria (COR), el Comité de Activistas Creditarios (CAC) y Opinión Obrera. De conjunto, estaba representado un sector importante y combativo, aunque minoritario, de la vanguardia sindical colombiana, que hacía parte del sindicalismo independiente.

COMITE EJECUTIVO INTERNACIONAL
MAYO DE 1985

(La discusión sobre el punto referido a Colombia en este Comité Ejecutivo Internacional se inició con un informe presentado por Lucas, miembro del Secretariado Internacional y de la dirección del PST (C). Hemos transcripto los párrafos más importantes de dicho informe.)

LUCAS: La situación dio un salto importantísimo en la lucha de clases. Se inició y se está desarrollando la crisis de la tregua. A tal punto es así que la guerrilla, en los hechos, en la práctica, se ha dividido entre las FARC por un lado, que actúan a fondo a favor de la tregua y del gobierno, y el M-19, que está prácticamente en combates permanentes. No logran asestarle una derrota militar al M-19, a pesar de los intentos.

Esto no es más que un reflejo del desarrollo muy importante del movimiento guerrillero a nivel nacional. El M-19 se empezó a meter en las ciudades, influenciando bastante en barrios y sectores marginales. Hay un fortalecimiento importante a nivel nacional del Frente Ricardo Franco [agrupación disidente de las FARC que se oponía a la tregua], que estaría ganándole sectores a las FARC. También se fortalece mucho la guerrilla indígena del Cauca, lo que lo hace casi una zona liberada. Pero el fenómeno entre el movimiento de masas, popular, marginal a la clase obrera, es el M-19. Lo que marca la situación nacional es el movimiento guerrillero.

Junto con eso, el movimiento de masas ha dado un salto muy importante. El movimiento sindical viene dando muchas luchas parciales, y hay un ascenso campesino importantísimo, que no es lucha guerrillera sino acciones de masas campesinas. Hay algunas acciones populares, como paros cívicos barriales.

Hace dos o tres meses que teóricamente empezó la campaña electoral, pero en la realidad no arranca. Algunos políticos dicen que se abre la guerra antes de las elecciones.

La estrategia económica de la burguesía es reducir el salario real en un 40% en aproximadamente un año y medio. (Es un cambio en relación al período 1982-84, en el que no sólo no se atacó el salario real sino que aumentó levemente. La estrategia de Betancur, a pesar de la crisis, fue no atacar el salario real para resolver el problema de la guerrilla.) Entonces es previsible que siga habiendo resistencia del movimiento de masas como por ejemplo la huelga del magisterio que se está preparando.

Como conclusión, lo que vemos es que el movimiento de masas avanza, pero dentro del movimiento de masas la clase obrera es evidentemente lo más retrasado. El movimiento campesino está en ascenso, y se fortalece la guerrilla, sobre todo el M-19. La mafia está en la oposición al gobierno y es aparentemente la que abastece de armas al M-19. Hacen campañas políticas: contra el imperialismo, contra la extradición.

“A Luchar” es un fenómeno político revolucionario que no lo controla nadie. Creemos que es un fenómeno de vanguardia con ciertos elementos de influencia de masas. Entre las direcciones que hacen parte de A Luchar hay acuerdo en el sentido de que hay que ir para adelante, que hay que hacer audacias políticas, etcétera, pero ha surgido un ala por la base –que no sabemos a qué obedece, si es un ala militarista o fomentada por la dirección de la guerrilla– que plantea que A Luchar es un fenómeno político-sindical para coordinar acciones, que tiene que coordinar con los sectores populares, campesinos y estudiantiles pero que dentro de A Luchar no tienen que existir esos sectores.

Esto ha conmocionado a todas las fuerzas, incluso a nosotros, que tenemos claro que hay que desarrollar A Luchar, que hay que sacar el periódico, volantes, que habría que golpear en acuerdos con algunas fuerzas. La mayoría de las fuerzas están de acuerdo en que hay que desarrollar A Luchar como una fuerza política que tienda a un movimiento político de masas. Nosotros decimos que A Luchar no es una alternativa de dirección revolucionaria, pero que hay que desarrollarla como una fuerza política que sea una componente de un proyecto revolucionario que también sea integrado con otras fuerzas que existen. Nuestro planteo es que con todas esas fuerzas habría que ir a un proyecto revolucionario, una alternativa de dirección revolucionaria que para nosotros es la construcción de un partido revolucionario.

En el Comité Central nosotros votamos actuar supeditados políticamente a A Luchar. Es decir, nosotros damos batallas al interior de A Luchar, pero en últimas se hace lo que dice A Luchar. A partir del surgimiento de este sector hemos empezado a cuestionar esa forma de actuar, pero no sabemos bien cómo continuar. Barajamos cambiar esta política de supeditación, y pensamos plantear un boletín interno de discusión mediante el que se conozcan ampliamente nuestras posiciones, o sacar la revista y aportar nuestras posiciones ahí.

ALBERTO FRANK: ¿No tenemos caracterizaciones de las corrientes internas, de los cambios que ha habido en las posiciones de algunas de ellas?

LUCAS: La única explicación es que es un fenómeno. Por ejemplo la fuerza de vanguardia eran los CTS, y los CIS eran de retaguardia, eran los que decían: “Esto es político-sindical”. Ahora dicen: “Vemos la realidad y nos jugamos por esto. Esto es un proyecto político, y aunque no sabemos bien a dónde lo llevamos, a un partido o qué, por aquí pasa la acción de los revolucionarios. Entonces desarrollémoslo sindical, popular, campesino, haciendo lucha política...”. Y todas las direcciones dicen eso.

MORENO: Una pregunta, que es la siguiente: ¿Cuál es el programa de A Luchar? ¿Por qué proyecto político vamos a empujar? Veo mal al partido ahora. Ahí hay elementos de empirismo que pueden ser fatales; es decir, de golpe [A Luchar] queda armada y el partido queda armado, [y se va a] una catástrofe pertidaria. ¿Nosotros hemos dicho que en A Luchar no puede haber nadie que no ataque todas las semanas al PC por oportunista y que si no [nos ponemos de acuerdo en eso] A Luchar se rompe? Porque a mí me da la impresión de que, con eso de que “somos los de A Luchar”, estamos entrando en el mandelismo. Es muy peligroso . Y a lo mejor es muy, muy positivo lo que dicen de que [A Luchar] es un frente político-sindical. Por eso las cuestiones teóricas [son importantes].

Cada vez [lo] veo más confuso. Y empiezo a tener miedo de que nos enterremos, porque ese empirismo [puede llevar] a que explote todo. Y, al explotar todo, nos quedamos sin nada: se van para todos lados. Es muy peligroso decir: “Yo no sé para dónde vamos”. Si se dice “No sé para dónde vamos”, cuando empecemos a avanzar de golpe uno va a decir: “No, para donde van yo no quiero ir; yo no quiero un partido unificado que ataque sistemáticamente al PC”. Otro dirá: “Quiero un partido maoísta”. Eso es a lo que yo le tengo miedo. No veo los puntos programáticos de A Luchar, o de un ala de A Luchar.

El solo problema [de] si A Luchar va a partido o no es muy peligroso, en la medida en que no tenemos claridad sobre a qué partido va y a qué programa va.

Por algo nosotros estamos contra la tregua. Tenemos ese punto [en común]: Contra la tregua. ¿Qué más? ¿Qué otros puntos decís? Porque, por ejemplo, “Por la revolución socialista” es implícito, pero no explícito. Eso es muy peligroso.

LUCAS: Realmente, el punto que tenemos firme es el de la tregua y todo lo referido a ella.

MORENO: Entonces es un frente político-sindical.

LUCAS: Y también el paro nacional y la lucha intransigente contra el gobierno.

MORENO: Sí, pero “intransigente contra el gobierno”, ¿qué significa? El M-19 [también está contra el gobierno]. Sí, estamos jodidos... ¿Qué pasa si ustedes presentan un programa y dicen: “Tres meses de discusión y listo, y si no se aprueba no seguimos. Sigue A Luchar pero como frente político-sindical”? ¿Qué pasa? ¿Lo van a aceptar ellos? Yo opino que no, que ellos van a decir: “No señor, a tres meses no aceptamos nada”. Nosotros estamos aceptando que [la política] sea: “Vaya p’adelante, vaya p’adelante”. Y entonces ahí nos derrotan.

NEGRO E.: Que vaya para adelante sin definir la propuesta. En la propuesta que ustedes hacen el énfasis es: “Ampliemos A Luchar, que vengan los guerrilleros, que venga todo el mundo”, sin definir dentro de qué límites programáticos ampliamos.

MORENO: Y eso es peligroso. Si nosotros apretamos, rompemos... A Luchar es una cosa grandiosa. Aunque parezca que no, [con] lo que digo lo estoy defendiendo. Es algo grandioso. Y a lo mejor los más lúcidos son los que dicen: “Es un acuerdo político-sindical”. [Aunque para mí] ni siquiera es político-sindical: [es sindical]. Esa es mi primera duda. Si apretamos el acelerador y el motor no da, a lo mejor nos distanciamos de mucha gente. ¿Y por qué? A Luchar ya ha demostrado que es una corriente altísimamente progresiva, inmensamente [progresiva] en el terreno sindical, para mí. Es una cosa que toda la LIT tiene que aprender.

Pero también ahora tenemos que aprender lo otro, Lucas: cómo la teoría sirve enormemente para la práctica. [Eso] quiere decir que es decisivo definir si [A Luchar] va para un partido político de verdad revolucionario o no. Porque si definimos que no, nuestros aliados son los del ala más retrógrada de los CTS, llegado el caso. Es decir, yo acá en frío no me animaría a decir: “Esta es el ala progresiva y ésta no”. Porque en el ala que dice “Vamos para adelante” a lo mejor está el sector guerrillero que quiere ese movimiento sin objetivo [porque] nos consideran “una fiera” y sobre todo por nuestra extraordinaria capacidad. [Porque] los guerrilleros piensan: “No tenemos ninguno como Lucas o como Simón; nada hay parecido a ese partido, ¡carajo!, esto nos viene bien”. Pero ¿para qué? Para un quilombito de dos o tres años. Y ellos [también] están dispuestos a entrar en otra tregua el día de mañana. Porque no está claro en el programa. Entonces puede ser fatal para el propio partido.

En cambio, bien precisadas estas cuestiones, no nos damos la línea de no captar a otra gente y sí la de seguir creciendo. Es decir, todo lo que tenemos que discutir estos días es muy delicado.

FRANK: Como proyecto partidario, ¿no habría que tender a cerrar políticamente con los que hay? Es decir, ¿no sería mejor plantear que nos pongamos de acuerdo ya mismo en abrir la discusión política para ver si lo que hay da para un partido?

MORENO: Puede ser.

FRANK: Si nosotros planteamos esto, ¿lo rechazan?

MORENO: Para mí, sí.

MERCEDES PETIT: A Luchar puede ser realmente un fenómeno de tipo sindical revolucionario, que nos da unas condiciones excepcionales para ir hacia el frente único revolucionario, el partido obrero y crecer. Pero si lo mezclamos nos vamos a quedar desnudos y sin partido.

MORENO: Eso es.

[?] [9] : ¿Qué hacés con los sectores no sindicales?

MORENO: Eso es extraordinario. ¿Por qué a un movimiento sindical no pueden venir artistas y estudiantes, campesinos y todos los que quieran? Ahí sí yo estaría a favor, una vez precisado. ¿Qué problema hay? Eso es secundario. El problema es ¿para qué vienen?, ¿vienen para el movimiento sindical? Entonces vienen artistas a apoyar nuestra actividad sindical, perfecto.

LUCAS: En A Luchar, en el fondo, hay proyectos distintos sin explicitar. Nosotros queremos el partido revolucionario y hay algunas alas de A Luchar que están discutiendo eso mismo. Hay gente que lo ve como un frente político de masas de un sector guerrillero. Otros lo ven como un movimiento político de masas autónomo. El sector que reacciona y le pone frenos es el que defiende el proyecto del CTS, son los que plantean que el proyecto revolucionario es el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que tiene que tener un frente sindical, un frente popular y un frente campesino.

Se está discutiendo el aspecto programático. Nosotros, Pan y Libertad y el CIS planteamos que hay que darle un encuadre programático a A Luchar.

MORENO: Pero a lo mejor nosotros somos los que tenemos que estar en contra aun de los que dicen que hay que ir a un partido. Lo primero es el programa. Ni siquiera [discutir sobre] partido. ¡La discusión es tan sencilla! [Pero creo] que lo están encarando todo mal. Ustedes tienen que decir: “A Luchar es lo más grande que hay, y es una corriente sindical revolucionaria”. Y eso ya tenemos que definirlo así, aunque haya oportunistas que estén por la unidad con la burguesía. Sindicalmentes es [eso:] ha surgido orgánicamente una tendencia sindical revolucionaria en Colombia. Y no es otra cosa. Es muy peligroso todo lo que hagamos empujando; [eso es] confundir los deseos con la realidad.

A [continuación de] eso tiene que ir una nota nuestra a todos ellos diciéndoles: “Con una tendencia sindical revolucionaria en Colombia no hacemos nada. Hacemos mucho pero no hacemos nada, porque no se soluciona el problema de la lucha campesina, etcétera. Y entonces nosotros queremos discutir este programa [con] A Luchar y con los que quieran, para ponernos de acuerdo en ir a un frente de tipo político revolucionario y no sindical revolucionario”. Yo creo que es así de sencillo, es sencillísimo. Y más que nunca, hacer un periódico precioso del partido –no este boletín– que plantee eso todas las semanas. Esa es una variante.

La otra variante es: ¿no querés hacer ese lío?, lo hacés con la dirección. “Bueno compañeros, nuestro partido va a empezar una campaña feroz por un frente político revolucionario; como nos llevamos tan bien queremos [hacer un] seminario o lo que sea para discutir quince días o un mes antes de salir con eso. Pero nosotros vamos a salir con eso, porque si no hay [un frente político revolucionario] esta revolución se hunde; nadie va a lograr agarrar al M-19; viene un despelote bárbaro con las FARC.”

Hay que delimitar [posiciones] para esta política, que [tiene que pasar] a la historia del movimiento revolucionario colombiano, aun cuando la rechacen y quedemos solos. Porque si no, la vía empírica va a ser fatal para todos. Yo opino que sí, que hay proyectos. Ellos mismos los están estudiando, pero [son proyectos] de ellos .

Entonces, primero, nosotros somos los campeones de mantener A Luchar como tendencia revolucionaria, y no queremos interferir. No vamos a plantear que A Luchar se transforme en partido ni nada [por el estilo], porque somos muy respetuosos de los que están a muerte por el paro, de los que están a muerte contra el gobierno y de los que están a muerte por la movilización, y no vamos a ser nosotros los ultimatistas o los que tratemos de manipular a A Luchar. Yo opino que eso les cae fantástico a ellos. Somos los campeones de que A Luchar sea lo que es actualmente. Si deja de serlo y es lo que nosotros queremos... bueno, es una fiesta, nos sacamos la lotería.

[Pero] el punto débil que yo le veo a A Luchar, [ya] desde el Congreso Mundial, es el problema del programa político para ir hacia allá.

FRANK: ¿Sería inferior al Frente Obrero Campesino Estudiantil y Popular (FOCEP) peruano en ese sentido?

MORENO: Totalmente. Es lo opuesto del FOCEP, por ahora es lo opuesto. El FOCEP era político . Por eso yo opino que es correcta tu definición de que [A Luchar] es de vanguardia con elementos de masas, pero hay que insistir mucho, mucho, en el problema de la influencia de masas. En sindical son muy fuertes, [aunque] no de masas, porque creo que ellos no tienen fuerza para hacer su [propia] central. Por eso estoy de acuerdo: no es de masas.

Entonces creo que estamos [muy bien], y que nos vamos a llevar bien, y [que] no [tenemos que] diluirnos ahora. Entonces [hay que] sacar A Luchar como un boletín sindical-político, pero fundamentalmente sindical. Sale y nuestra bomba atómica es esa batalla política para crear el partido revolucionario.

Porque para mí, y también para Lucas, nosotros tenemos problemas muy graves ahí: la presión del M-19, el problema de las FARC, el mismo [Frente Ricardo] Franco, eso que decís vos de que la guerrilla la dominan ellos. Nosotros tenemos que seguir preparándonos para una captación de vanguardia. Nosotros tenemos ahí una lacra, que son las FARC y el retraso de la clase obrera. Y nosotros, ¿dónde somos capos? Cuando viene el planteo obrero de fondo, ahí predominan todas nuestras mociones. [Eso] no es casual; el proceso de la lucha de clases se desplaza a la guerrilla y nosotros quedamos cada vez más marginados; viene el movimiento obrero y nosotros vamos al centro de la [escena]. Tenemos que discutir así. Por eso yo veo una impasse en ustedes. Ustedes ven que están muy bien ubicados, y al mismo tiempo no saben por dónde salir. Esa es la impresión que yo tengo. Y es debido a eso, a que estamos en un proyecto confuso , confuso por todos lados, Aun los que dicen “Vamos p’adelante” pueden ser el colmo de la confusión. Ellos mismos te lo dicen.

[Tenemos que hacerles] este mismo planteo. Son muy buena gente, vamos a captar a muchos. Para mantener bien la relación tenemos que empezar a estar de acuerdo en si hay acuerdo político o no. Sabiendo que A Luchar es inamovible, queda como está porque es algo grandioso. A Luchar es objetivo para nosotros, y es grandioso; no grande: grandioso.

¿Por qué no se da el FOCEP ? Yo creo que tiene que ver con causas objetivas: el proletariado colombiano también es bruto, como el argentino. Tenemos dos desgracias grandes. Y el proletariado peruano es extraordinario, tiene un nivel altísimo. Entonces es lógico que se dé A Luchar en Colombia y es lógico que se dé el FOCEP en Perú.

LUCAS: En A Luchar nadie se juega a un proyecto claro.

MORENO: Y [no hay] nadie que se pueda jugar a un proyecto que sea disolver lo de ellos. Sólo nosotros que somos marxistas. Lo digo en serio, es verdad. Ellos cuidan su negocio, son pequeñoburgueses.

LUCAS: Si se da el paro nacional nosotros quedamos bien ubicados para convencer sobre la necesidad de un partido revolucionario. Si no hay paro, si hay un reflujo muy grande, todo se va a canalizar por el movimiento guerrillero.

MORENO: Claro.

LUCAS: Entonces nosotros vamos a quedar bastante jodidos en nuestra política, en nuestra perspectiva.

MORENO: Ah, no. Pueden perder [pero sólo] en el momento... ¡Dios me libre!, ustedes ya están [inmejorablemente] ubicados. Ellos están mal parados. Si, sí, [los guerrilleros] van a captar por miles y nosotros unidades, pero [al final], te quedás con el paquete. Veinte veces más que en Nicaragua. Te quedás con el paquete porque la clase obrera no va a desaparecer, la lucha no va a desaparecer. La continuidad de A Luchar... [Navarro Wolf], todos esos van a sonar a pesar de sus éxitos extraordinarios. Tenemos que seguir discutiendo. Ese es el punto fuerte de Lutte Ouvrière . ¿Vos sabías que Lutte Ouvrière dice que en el ’47 dirigió Renault? Cuarenta y cinco mil obreros en una fábrica toda junta en el borde de París. Para que vean: un grupito chiquito, de menos de cien [militantes], conmovió a Francia. Si hubieran tenido esa fuerza en el ’68 cambia la historia de Francia.

LUCAS: Nuestra política de captación no es directamente al partido, sino que es organizar círculos de A Luchar dirigidos por nosotros. Esa es la forma de organizar gente que se daría el partido.

MORENO: Si tienen un buen periódico, esa táctica es buenísima.

LUCAS: Nosotros pensamos suplir el periódico con un buen boletín político que vaya a todo el mundo, al partido, a su periferia e incluso a los círculos, para captar y armar políticamente al partido.

MORENO: Muy bien, también puede ser una revista, un mensuario. Pero ahí tienen un problema: el boletín de A Luchar es horrible en ese sentido. No tienen la respuesta semanal. Pero eso es táctico . Puede ser la revista una vez por mes, puede ser un boletín para no chocar, lo que sea. Lo importante es por qué vía damos la pelea [sistemática] por nuestro programa. Porque, para mí, [transformar a A Luchar en un partido revolucionario] no es consigna hoy en día. No hay suficientes elementos de juicio, ni conocimiento de ellos ni de la realidad. Tampoco por las características de Colombia podemos hacerlo ya. Desgraciadamente no se hizo el seminario. Es una perspectiva falsa creer que podremos transformar a A Luchar en un partido revolucionario.. Ya, categóricamente, no existe esa perspectiva . Imponerla significa la ruptura de A Luchar. Eso no quiere decir que con algunos sectores no lo logremos. Pero inclusive [puede ser que no lo logremos] con ninguno, porque nos vamos a encontrar con que tienen distintos proyectos de partido. A lo mejor el ochenta por cien está de acuerdo con el punto “Hagamos de A Luchar un partido”, pero cada cual piensa: “Mi partido”. Esa es otra cosa grave: “Mi partido”.

[?]: ¿No podemos ir a procesos más avanzados de discusión con alguno de esos sectores para ir hacia un partido?

MORENO: Sí, a muerte. Pero sólo lo podés saber una vez que les mandaste una nota y ellos te dicen: “Vea, en estos puntos estamos de acuerdo y en estos no”.

[?]: ¿E intentar una discusión a fondo con el ELN?

MORENO: Pero si yo le estoy proponiendo que antes de mandar la carta reúna a todo el mundo y le diga: “Bueno, quiero discutir con ustedes este proyecto; éstos son nuestros puntos”. Ver qué dicen y entonces discutir a fondo.

¿Para qué guiarnos por impresiones psicológicas? ¿Por qué no les damos una nota a cada uno y decimos si hay acuerdo o no? Y nos dicen: “Estamos de acuerdo en esto y en esto no”. Es [el] primer [paso]. O una discusión, un seminario, una charla a fondo, pero[que] ya [sea] preciso: “¿Está de acuerdo en esto, en esto, en esto?”. Yo digo [esto] para el proyecto político, [siempre] cuidando a A Luchar como a la niña de nuestros ojos, porque A Luchar ya es una conquista y lo otro son cien palomas volando. No sé si me comprenden. Entonces esa conquista hay que mantenerla cuidándola mucho, siendo conservadores en eso. No vaya a ser que por apretar el acelerador se nos divida. ¿Está claro o no?

CARMEN CARRASCO: En últimas, eso era lo que pensábamos.

MORENO: Esa línea estaba muy bien: íbamos al seminario, discutíamos a fondo. [Acá] barajábamos [la hipótesis de] que [A Luchar] se dividía. El verdadero plan acá era que, al hacer el planteo en el seminario, inevitablemente [iba a surgir] un ala. Nuestra gran alegría [hubiera sido que] la mayoría estuviera a favor nuestro.

FRANK: Pero no para dividir a A Luchar sino para ver hasta dónde puede dar.

MORENO: No, dividirla no, pero a partir de ahí volvíamos a [insistir en la discusión de] partido, pero no para dividir . ¿Vos lo ves muy difícil así?

LUCAS: Ahí hay una discusión sobre la perspectiva de hacer un partido, el encuadre programático, etcétera, que ya está abierta y atraviesa las organizaciones. No veo lo de la carta: no nos van a contestar.

MORENO: Bueno, pero entonces no les hacemos una carta. [Sacamos un] periódico semanal donde bombardearmos con eso todas las semanas. Nosotros tenemos que martillar todas las semanas : “En Colombia no se arregla nada si entre los revolucionarios no hacemos un partido basado en este programa mínimo”. Y eso tenés que decírselo, y no oralmente sino [llegar] a miles.

Entonces no hay que sacar ni revista ni boletín. Y [durante] toda la campaña sacan un periódico que diga esencialmente: “Ha habido una crisis, esencialmente del maoísmo. El maoísmo tuvo estos aspectos positivos para los que ingresaron en él: opinaba que había que destruir el aparato del Estado burgués, etcétera, etcétera. Por otro lado estamos los troscos. Entonces no se trata de [discutir] si los trotskistas o los maoístas teníamos razón, sino que se trata de ver, después de esta experiencia, si ex maoístas y actuales trotskistas estamos de acuerdo en el siguiente programa, mínimo, para hacer un partido revolucionario”.

LUCAS: ¿Y si proponemos un boletín de discusión de A Luchar donde cada un presente sus posiciones?

MORENO: Ah, bueno, pero entonces eso significa la captación.

[?]: Claro, de hecho se producen alineamientos.

MORENO: No, de hecho no, porque no podés hacer discusión política por joder. Si vos abrís un boletín de discusión has abierto una alineación de gente. Para mí [A Luchar] se rompe a los quince días, no queda nada. Enterrás la organización sindical. [Por ejemplo,] vos vas a Barranquilla y hay una discusión; los de Pan y Libertad de Barranquilla están en contra, vos les das una paliza y siguen estando en contra. Entonces toman el teléfono y dicen: “Hay que romper A Luchar porque me sacan a todo el mundo”. Yo no creo que logrés un boletín así. Porque entonces llevás la lucha interna a la base de ellos. En cambio, lo que yo te digo es perfecto: “Esto es intocable y no hay boletín interno porque es sindical. Y al hijo de puta que quiere venir acá a traer una tesis política lo echamos a patadas de A Luchar”. “¿Quién lo propone?” “Nosotros: se lo echa. Nosotros somos democráticos.” Entonces nadie te puede decir nada. Y sacamos un periódico que da la línea [nuestra] todas las semanas.

CARRASCO: O sea: manejar dos proyectos paralelos.

MORENO: Unidos pero paralelos.

CARRASCO: Cuidamos A Luchar y discutimos con las otras corrientes desde el periódico.

MORENO: Y con enorme cuidado. A Luchar de Barranquilla está muy bien, hay una corriente muy a favor nuestro, y no la aceptamos [dentro del partido]. Sólo les vendemos el periódico y [hacemos] la reunión. Total eso va... la barca va. Y nadie te puede decir nada. Yo digo [que esto es mejor] porque lo del boletín interno significa la lucha fraccional dentro de A Luchar. Estoy en contra de [eso]. Justamente, A Luchar es tan grande que yo lo cuido. Ahí está la dialéctica: cómo cuidamos a A Luchar. Y además [hay] otra gente que no está en A Luchar que puede simpatizar [con nosotros], los podemos ganar.

Pensá. Ahora, si ellos se aguantan el boletín, fenómeno, yo estoy a favor del boletín. Pero sabé que va a provocar roces a fondo. Lo bueno del boletín [es] que los que están para el lado tuyo vienen rápidamente.

LUCAS: ¿Y si se logra un acuerdo en la dirección?

MORENO: Ah, eso sería grande. Ustedes tienen que ir y quedarse aunque sea uno o dos meses sin sacar boletín, ni periódico, ni nada. Eso es grande como una casa. Pero hablando claro, sin maniobras: “Vean, A Luchar es grande [en el terreno] sindical, compañeros, entonces nosotros no queremos joder a nadie. Queremos tener buenas relaciones, unir, que siga A Luchar. Pero hay otro problema: tiene que haber un proyecto político. Nos estamos demorando y eso jode todo. Nos deja pagando con el M-19, nos deja pagando con el PC oficial, los que, según ustedes, son oportunistas. Bueno, entonces hay que empezar ya la discusión. Y esta discusión tiene que ir a la base, viendo cómo [se hace] para que no joda a nadie, porque no se trata de que alguien se joda sino de que ganemos todos. Aunque tengamos proyectos distintos tenemos una actitud fraternal, estamos militando en sindical que es el frente más importante para nosotros, para nuestro partido. No hicimos el seminario –y volvé a proponer el seminario–, proponemos hacerlo para llegar a acuerdos. Discutamos un mes seguido: todos los sábados las direcciones nos reunimos cuatro o cinco horas para discutir los problemas”. Nada que dé la impresión de que venís con un proyecto para reventarlos, [algo] nuevo o una locura.

LUCAS: Eso parece factible, porque las direcciones funcionan.

MORENO: Bueno, entonces bárbaro. Y después les explicás: “Y si no hacemos así tenemos que seguir sacando el periódico A Luchar mensual, bien sindical, y todos los partidos que vayan sacando sus periódicos, hagan su campaña y traten de ganar sin [tocar a A Luchar]. Nuestro proyecto sigue siendo: no nuestro partido . No va a haber partido marxista revolucionario con influencia de masas en base a nuestro partido. No. Lo va a haber a través de uniones individuales y con grupos revolucionarios. Y nosotros creemos que todos ustedes son revolucionarios. Lo que más queremos es ver si logramos un proyecto común de partido”.

A lo mejor te encontrás con una sorpresa: que las direcciones son las que están más a favor.

FRANK: Entonces se puede avanzar en un programa.

MORENO: Pero llevás el programa, el documento, y les decís: “¿Qué opinan de esto?”. No sé si me entendés: [hay que] empezar por lo político. Tengo mucho temor de que empecemos por el movimientismo y el optimismo y que después, al final, nos encontremos con las sorpresas.

COMITE EJECUTIVO INTERNACIONAL
SETIEMBRE DE 1985

(En este Comité Ejecutivo Internacional, Simón presentó un extenso informe basado en las Tesis que había escrito sobre la situación de la lucha de clases en Colombia y la política que debía llevar adelante el PST (C). Lo que sigue es una síntesis de los párrafos fundamentales de ese informe, después de la cual se recoge lo esencial del debate y las intervenciones de Moreno.)

Informe de Simón

SIMÓN: El 14 de setiembre de 1977 se produce en Colombia un paro nacional obrero y popular. Ese paro coloca al país al borde, como mínimo, de una crisis revolucionaria –que se cierra rápidamente–, y divide la historia reciente en dos partes: la etapa anterior, dominada por la estabilidad –aunque con existencia de guerrilla, etcétera–, y la actual, atravesada por los siguientes períodos:

El período de 1978-79, el de la subida de Turbay Ayala, es el período de la reacción; su esencia es la reacción contra el período de ascenso abierto en 1977.

Al período que va de 1980 a 1981 lo consideramos de transición. En este período le damos mucho peso a la resistencia interna y sobre todo al triunfo de la revolución centroamericana y su repercusión en Colombia.

De 1982 a 1985 hay dos períodos, o dos fases: una fase, la de la situación revolucionaria, que se extiende hasta mayo de 1984, año en que es derrotado el paro nacional y se firma la tregua, y la otra fase es la que se abre con la tregua.

El elemento unitario de estos períodos es la guerra civil, que arranca en 1977 y es el hilo conductor que se ha venido expresando durante siete años. Desde que arranca no tiene solución de continuidad hasta ahora. La tesis central que se propone en este documento es que hay una guerra civil desde hace siete años. Lo que nosotros queremos discutir es si lo que domina la crisis nacional es la guerra civil.

Ahora bien, releyendo varios textos yo había llegado a la conclusión de que siempre era la reacción quien iniciaba la guerra civil. No es la clase obrera, que no tiene esos métodos, ni otro sector; es la reacción, que no puede hacer concesiones: hay crisis económica, despelotes, tiene que detener la revolución y, en vez de hacer frente popular, declara el fascismo, la guerra a muerte. Yo creía que ese proceso siempre lo comenzaba el enemigo (está el ejemplo de la revolución española, el de Rusia en 1917), y lo que me quitó todas las dudas al respecto fue la revolución mexicana. En México quien declara la guerra civil es Francisco Madero, que saca una proclama en San Luis de Potosí llamando –así dice la proclama– al levantamiento en armas contra el porfirato, y llama a comenzar la guerra civil con fecha fija: 20 de noviembre.

MORENO: Había infinidad de guerrillas. ¿No era guerra civil lo anterior a Madero? Ya hundiste toda tu tesis. Todas las guerrillas fantásticas que había antes de Madero, ¿no eran guerra civil? ¿[La guerra civil] recién comienza cuando Madero hace la proclama?

SIMÓN: En Colombia hubo guerrilla y acciones guerrilleras durante treinta años; pero había estabilidad y por eso sostuvimos que no era guerra civil.

MORENO: Para seguir avanzando: ¿[el proceso mexicano] antes de Madero no era más o menos cincuenta veces superior [al de] Colombia?

SIMÓN: Puede ser, sí. No estoy haciendo una analogía, estoy dando un ejemplo histórico. Yo pensaba que la guerra civil siempre la declaraba la reacción y en este caso vi que no era así. En Colombia se abrió la guerra civil en el ’77 y todavía se mantiene, es un elemento de los últimos siete años.

MORENO: Para precisar: ¿entonces el ’77 [en Colombia] es igual al llamado de Madero en México? ¿Los dos inician una guerra civil?

SIMÓN: No, no es igual. Yo pensé que guerra civil siempre era cuando la reacción iniciaba con métodos de guerra civil un período, y descubrí que estaba totalmente equivocado, que la guerra civil a veces se comienza del lado de la revolución.

MORENO: Permitíme. Yo quiero insistir [ahora], así después no te interrumpo más: ¿La tregua de Madero es parecida a la tregua de Colombia?

SIMÓN: No.

MORENO: No te entendemos.

SIMÓN: Estoy poniendo un ejemplo. Yo creía que siempre la guerra civil era comenzada por la contrarrevolución. Y ahora hemos visto, por medio de otro ejemplo, que también es comenzada directamente por la revolución.

MORENO: No entendemos nada, disculpáme. ¿En Colombia en el ’77 no fue por un paro cívico?

SIMÓN: En el ’77 no se abre la guerra civil; estalla una insurrección obrera y popular.

MORENO: Acabás de decir que [la guerra civil] comenzó y no paró desde el ’77, y ahora nos decís que no. Y [acabás de] decir que es [guerra civil] cuando [la] comienza la reacción, que en Colombia la comienza la reacción, y antes nos dijiste que no la comenzó la reacción sino que la comenzó el paro cívico.

SIMÓN: Me equivoqué. Perdón, compañeros. En el ’77 hay un levantamiento obrero y popular que no tenía por qué desencadenar una guerra civil, pero la desencadena Turbay con el Estatuto de Seguridad. Los métodos de guerra civil son los que abren la guerra civil en Colombia, no es el paro cívico de 1977. Ese proceso lo abre el enemigo.

MORENO: Entonces el [período] de Gil Robles [en España] fue la más grande guerra civil de la historia mundial, porque los decretos de Gil Robles fueron más o menos cincuenta veces más violentos que los de Turbay.

SIMÓN: No conozco lo de Gil Robles. Quiero saber qué ocurrió después de Gil Robles. En Colombia el régimen se desgastó al año de utilizar esos métodos, porque estalló la revolución nicaragüense. La revolución nicaragüense empujó a miles a la guerrilla en Colombia contra los decretos de Turbay y estalló la guerra civil. Entonces la secuencia es: primero, el paro cívico del ’77. Segundo, Turbay abre la reacción con métodos de guerra civil. Tercero, la revolución centroamericana le cambia de signo al proceso (también la resistencia interna, es otro elemento). Cuarto, Belisario Betancur lo trata de desviar con una política de paz. Quinto, el proceso da un salto con el ascenso obrero y popular multitudinario. Sexto, el gobierno modifica otra vez la correlación, imponiendo una tregua, pero la situación revolucionaria se mantiene.

La otra interpretación que aquí se manejaba, que no es la que tenemos ahora porque creemos que no es correcta, es mucho más equilibrada. Está reflejada en un artículo de Solidaridad Socialista que se llama “Entre dos fuegos”. Esquemáticamente, esa interpretación dice que existe un proceso que es el de la guerrilla y otro que es el del movimiento obrero, y hay una combinación entre los dos procesos que es la que explica la historia de la lucha de clases reciente. También sostiene que el primer proceso refleja a Colombia como un país casi parte de Centroamérica, unido a ella por el proceso de la guerrilla, y que el otro proceso es el del movimiento obrero y sus métodos: Bolivia, Ecuador, Argentina, etcétera. Entonces hay una presión de Centroamérica y una presión del Sur. Esta visión tiene la ventaja de que nos permite ver el proceso de la guerrilla paralelo y contradictorio con el nuestro, y mantenernos en el nuestro: el proletariado. Y tiene una desventaja: no nos arma para una multitud de fenómenos que se están presentando. Nosotros ahora vemos que es un solo proceso y, más que decir que hay guerrilla por un lado y luchas directas del proletariado por el otro, decimos que la lucha de clases ha desembocado en este tipo de formas. No vemos dos procesos distintos entre la guerra y la lucha de clases. Más bien hay una lucha de clases en la que una expresión fundamental en determinados momentos, una forma propia de la lucha de clases, es la de la guerra civil.

(...) Siempre que se interpuso la burocracia, los aparatos contrarrevolucionarios, no sólo hubo reflujos, pérdidas, derrotas, sino que hubo algún proceso que indicaba un surgimiento de dirección revolucionaria, o de corrientes progresivas o prorrevolucionarias.

(...) Nosotros definimos A Luchar como un fenómeno político-sindical, no sindical, por el problema de las direcciones, que están ligadas a los grupos.

(...) Sobre el problema de la concepción del partido. Tenemos muchos ejemplos de zonas obreras, algunas de ellas muy importantes, en las que el partido desarrolló un trabajo muy importante. Hoy ya casi no tenemos partido en esas zonas. La descomposición social, la profunda crisis, el desempleo, han creado una situación muy difícil. Está lleno de organismos paramilitares, la represión patronal es brutal y los sindicatos más importantes son dirigidos por gente ligada a la guerrilla. Nosotros hemos estado sometidos, por un lado, a los para

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Las Revoluciones del Siglo XX
Por Movimiento Moreno Vive - Wednesday, Dec. 21, 2011 at 9:23 PM

Descargar acá: http://www.nahuelmoreno.org/revSXX.shtml

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más textos de Nahuel, la perspectivas post-revolución Sandinista
Por Movimiento Moreno Vive - Wednesday, Dec. 21, 2011 at 9:27 PM

leer acá: http://www.marxismo.org/?q=node/612

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por que no editan?
Por omar el colectivero - Saturday, Dec. 24, 2011 at 1:25 AM

Che, por que no editan los escritos del TRIUNVIRATO ROJO y se dejan de joder en editar cosas que siempre llevaron a la derrota de la clase obrera.
El otro dia pase por una libreria de mi barrio, nueva, recien abierta. El librero tenia una remera de Fidel. Le pregunte si tenia algun libro del TRIUNVIRATO ROJO, el librero me dijo: del GLORIOSO TRIUNVIRATO ROJO querras decir- eso mismo le dije- luego me contesto: se habian agotado, vinieron en una 4x4 los de la SOCIEDAD RURAL, compraron todos los libros a punta de pistola y los prendieron fuego en la calle. Luego vino Bergoglio exorciso la libreria y me dijo que no venda libros hereticos que confunden a los socialistas serios y responsables.
Pase por varias librerias y me dijeron que les habia pasado lo mismo. Es mas, todas tenian la cruz de que habia pasado la inquisicion para que nunca se les ocurra vender libros triunviros
Pido a algun valiente que tenga en su casa algo escrito por ellos que estoy dispesto a pagarle bien.

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che, triunvirato y larralde
Por Batallón de Máxima Graduación Alcohólica 601 - Sunday, Dec. 25, 2011 at 10:20 PM

Me resultabas mas gracioso cuando firmabas como San Hector Valdivieso....

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