Julio López
está desaparecido
hace 6429 días
versión para imprimir - envía este articulo por e-mail

Mas sobre el ex espia que maneja prostibulos
Por Por Raúl Kollmann - Wednesday, Jan. 11, 2012 at 9:46 AM

UNA VICTIMA DEL TRAFICANTE DE MUJERES DENUNCIADO POR SU HIJA RELATO A PAGINA/12 LO QUE PADECIO CUANDO FUE LLEVADA A MEXICO


http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-185234-2012-01-11.html

UNA VICTIMA DEL TRAFICANTE DE MUJERES DENUNCIADO POR SU HIJA RELATO A PAGINA/12 LO QUE PADECIO CUANDO FUE LLEVADA A MEXICO


“El día en que llegamos nos quitaron los pasaportes” - Por Raúl Kollmann (mie 11 ene 12)


La mujer fue trasladada desde Argentina hasta Cancún, donde logró escapar. Trabajó para Raúl Martins, ex agente de la SIDE, quien la llevó engañada y la mantuvo privada de su libertad. “El miedo estaba siempre presente”, relató.


“El primer día en que llegamos a México, a Cancún, nos quitaron los pasaportes. Eramos tres chicas. Martins, su pareja, Estela, y la hermana de Estela, Natalia, nos decían que nos llevaban invitadas y que podíamos trabajar como recepcionistas. Pero esa misma noche nos suben a autos y nos llevan a una casa muy lujosa, del dueño de uno de los hoteles más grandes de Cancún. Había doce hombres y una mujer, armas, cocaína en bolsas sobre las mesas y nos hicieron de todo. Nosotras llorábamos, nos escondíamos en el baño, gritábamos, pero nadie nos ayudó. Yo hasta sangraba. A la mañana, Raúl Martins nos dijo que no sabía que iba a pasar eso, que no iba a volver a ocurrir, pero ese fue el principio del infierno.” La chica, todavía muy joven, solloza mientras cuenta a Página/12 esta historia de la que ya pasaron varios años. En esta nota la llamaremos Carla, pero va a declarar ante la Justicia con su verdadero nombre. Y no es la única chica que va a contar lo ocurrido.

Como adelantó en exclusiva este diario en su edición del lunes, Lorena Martins se presentó ante la Justicia argentina y denunció a su propio padre, Raúl Martins, oficial de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) durante 13 años. De acuerdo con la denuncia de Lorena, Raúl Martins es el dueño de siete boliches-prostíbulos en Buenos Aires y del más importante de la zona turística de Cancún, The One (ver nota aparte). La joven no sólo señaló ante la Unidad Fiscal de Atención a Víctimas de Secuestros Extorsivos y casos de trata de personas la forma en la que se enviaban chicas a México, sino que también le dirá a la Justicia Federal quiénes son los funcionarios policiales que cobran coimas para permitir el funcionamiento de los prostíbulos y quiénes son los integrantes de la Secretaría de Control Comunal que evitan las inspecciones y las clausuras de esos boliches. El fiscal Marcelo Colombo envió el expediente a sorteo y la causa quedó en manos del juzgado de Norberto Oyarbide y la iniciativa está en manos del fiscal Gerardo Pollicita. Es muy probable que Lorena vuelva a declarar entre hoy y mañana y, además, lo hará Carla con su verdadera identidad.


Menos de 18

“Yo no había cumplido todavía los 18 años y buscaba trabajo –cuenta Carla–. Eran épocas de tremenda crisis. Vi un aviso en el que pedían recepcionistas. Llamo por teléfono y me citan en Flores, en un boliche que se llama Top Secret. Me atiende un señor Mario, que es una especie de mano derecha de Raúl Martins. Lo que me pagaban de recepcionista era una miseria, algo así como 25 o 30 pesos por día. Entonces me ofrecen prestarme plata para que me haga las lolas y participe del baile del caño en ese local, que está en Artigas y Juan B. Justo, y en otro que quedaba ahí cerca, Hot Area”, relata Carla.

“Yo era muy chica, pero lo del baile del caño era muy tentador porque una se ganaba propinas. Pero, además, me empezaban a apretar con la plata del préstamo, que eran tres mil dólares. De entrada me habían dicho que iba a poder pagar como quisiera, pero después me empezaron a apretar. Yo, encima, estaba con la angustia de tener que mantener a mi familia. No vengo de un hogar de plata, sino todo lo contrario. El siguiente paso fue que me presionaron para que haga fiestas privadas, bailes de caño. Varias veces me mandaban obligada a fiestas privadas de comisarios o de inspectores. A eso le llamaban ‘hacer VIP’. Ellos, la gente de Martins, era la que pagaba. Los comisarios y funcionarios de la municipalidad no pagaban. Hubo casos en que acepté ir con clientes al hotel de enfrente. Estaba presionada, necesitaba plata. Ellos igual se quedaban con la mitad. También nos llevaban de invitadas a fiestas familiares, como si fuéramos su pareja.”


Vía México

“Muy pocos meses después de la operación en la que me hice las lolas, la gente de Martins me propuso el viaje a México –sigue relatando Carla–. El argumento es que allí el trabajo sería más fácil y sólo de recepcionista. Pero ni siquiera íbamos a trabajar, era una visita. La propuesta era para mí y para otras dos chicas que eran más grandes que yo. Lo increíble es que en esa época yo había perdido todos mis documentos, pero la verdad que Martins me mandó con un comisario y sin que yo tuviera ningún papel, salí con mi pasaporte esa misma mañana. Por supuesto que ellos pagaron el pasaje y no bien llegamos nos dijeron que les debíamos esa plata. Nos habían prometido un lugar donde vivir y enseguida nos empezaron a decir que teníamos que pagar por el departamento en el que vivíamos las tres chicas.

“Con todo eso nos tiraron el mismo día que llegamos. Pero lo tremendo pasó esa noche. Nos llevaron a conocer el boliche de Martins en Cancún, en el que íbamos a trabajar de recepcionistas. No bien entramos nos dijeron que sí o sí teníamos que ir a una fiesta de recepción. Nos subieron en unos autos y nos llevaron a una casa que era del dueño de uno de los hoteles más grandes de Cancún. Cuando entramos, empezamos a temblar. Hombres armados por todos lados, armas en las mesas y en la cintura de los tipos. En las mesas había droga en cantidades increíbles. El que era el dueño tenía un balazo en una pierna y había un enfermero que a cada rato le limpiaba la herida porque supuraba. Enseguida nos agarraron de los pelos y nos hicieron de todo. Yo lloraba, me escondía en el baño. Las otras chicas, que eran más grandes que yo, también temblaban. Eran doce hombres y una mujer, que también era abusadora, y nosotras éramos tres. Yo, además, empecé a sangrar. Y no había forma de irse. ¿Adónde nos íbamos a ir? Cuando los tipos se terminaron quedando dormidos, los choferes de los autos nos llevaron de vuelta. Ahí Martins, la pareja que tiene ahí, una tal Estela, que es la peor de todas, y una hermana de Estela, Natalia, nos empezaron a decir que fue un accidente, que no iba a volver a ocurrir, que nos quedáramos. Yo quería volverme enseguida, no paraba de llorar, pero ellos tenían mi documento y yo por supuesto no tenía plata para sacarme un pasaje. Lloré y lloré, pero no hubo caso.”

“En total, yo creo que en el boliche de Martins en Cancún, The One, había unas cien mujeres. Las argentinas éramos unas 40 o por ahí más. Es que allá les gustan las argentinas. El resto de las chicas eran brasileñas y algunas mexicanas. La mayoría de las argentinas vivíamos en unos departamentos que estaban muy cerca en un edificio que se llamaba algo así como Villa Marly. Todas vivíamos una situación dramática. Ellos nos exigían plata, tenían nuestros pasaportes y nosotros necesitábamos plata para mandarles a nuestras familias. Empezabas por el baile y terminabas en aceptar todo. Encima, uno de los trabajos era hacer tomar a los clientes y los clientes mexicanos toman tequila. Nosotros pedíamos que nos pongan agua en la copa, pero nos ponían también tequila. Era brutal, terminabas en forma horrible. Si no tomabas, te aplicaban una multa, se quedaban con tu plata. Y tengo que decir que ahí me hice medio alcohólica. Por eso del tequila, pero también porque las cosas eran imposibles de soportar sin el alcohol.”

“El miedo estaba siempre presente. Te obligaban a ir con funcionarios, políticos, policías mexicanos. Me quisieron mandar a un barco con unos funcionarios, pero yo tenía miedo y me negué. Entonces me aplicaron una multa, se quedaban con mi plata. Y de golpe veías por la televisión que un tipo que había estado en el boliche ese mismo día, aparecía como prófugo en los noticieros. Recuerdo un tal Sonny, por ejemplo. De golpe se ponían violentos, agresivos y una vivía en el terror, porque nadie te defendía. Cuando nos rebelábamos, venían funcionarios de Migraciones y nos amenazaban con llevarnos presas. Ah, y por supuesto nos hacían trabajar de lunes a lunes.”

–¿Le pegaron? –preguntó este diario.

–Lo principal eran amenazas, pero sí hubo golpes. Era cuando una cometía lo que para ellos era lo peor: darle tu teléfono a algún cliente. Ahí te mandaban a pegar. En la desesperación yo me enfrentaba. Martins me dijo “te voy a pegar un tiro en la frente”. Pasamos las peores cosas. Te obligaban a practicarles sexo oral a tipos que se negaban a ponerse un preservativo. Y si te negabas, te aplicaban multa. Hay chicas que tuvieron que mantener relaciones sin preservativos porque los tipos venía dados vuelta y lo exigían. Pero lo peor es que no había forma de escaparse. Sin documentos, sin plata, con los diputados, funcionarios y policías del lado de ellos. Tenían todo el poder. Yo viví un momento tremendo: pocos días después de llegar a México, me di cuenta de que estaba embarazada. Ellos me llevaron a un hospital, me aplicaron inyecciones y me provocaron un aborto. Estaba destruida, con el físico destrozado, sangrando ¡y ellos te exigían que vayas a trabajar!

–¿Cómo pudiste escapar finalmente y volver a la Argentina?

–Me di cuenta de que entre Martins y su abogado, Claudio Lifschitz, había una interna, que había mucha tensión. Y entonces le pedí ayuda a Lifschitz. El me consiguió los documentos y el pasaje para volverme. Después, Lifschitz denunció públicamente a Martins en México, algo que pegó fuertísimo: lo cubrió Televisa, el diario Reforma, hubo una enorme presión para que fuera expulsado del país. Nunca más volví a trabajar con la organización de Martins, pero no bien volví, me empezaron a amenazar. Me llamaban por teléfono, no me dejaban tranquila.

La decisión de Lorena Martins de denunciar a su padre motivó a Carla a ofrecerse como testigo. Hay posibilidades de que otras chicas que vivieron aquel calvario se sumen. Por de pronto, Lorena consiguió papeles manuscritos de las tarjetas con las que hacían trabajar a las chicas en México. Se lee, “cuarto”, que significa pasar a una habitación con el cliente, “mamada” (sexo oral), “salida”, que consiste en salir con el cliente a un hotel. Lorena le dirá a la Justicia quién hacía esas anotaciones para que se pueda comprobar por caligrafía.

También hay manuscritos con las multas que se les aplicaban a las chicas, tal cual lo relatado por Carla. Negarse a atender a un cliente, no consumir el tequila y hasta exigir que el cliente se ponga preservativo termina en una quita de dinero brutal.

Desde el punto de vista judicial, la denuncia por escrito de Lorena Martins incluye trata de personas, cohecho, por las coimas que ella enumera que se le pagaban a comisarías y dependencias de la Federal y también cohecho respecto de los funcionarios del Gobierno de la Ciudad.

En el terreno civil, tanto la hija como la esposa de Martins lo están demandando por esconder sus bienes, ocultarlos mediante testaferros y por esa vía sustraer esos millonarios bienes de lo que corresponde a su familia legal.

----------------------------


http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/185234-57330-2012-01-11.html

DE LOS SERVICIOS A LOS PROSTIBULOS


El ex espía que se convirtió en proxeneta - mie 11 de ene 12


Raúl Martins fue agente de la SIDE durante 13 años y se lo considera uno de los mayores zares de la prostitución en la Ciudad de Buenos Aires y en Cancún, la turística ciudad mexicana. Tal como reveló el lunes Página/12, la semana pasada su hija, Lorena, denunció ante la Justicia argentina la intrincada red por la que Martins engaña a chicas locales, prometiéndoles puestos de recepcionista o de modelo en el país azteca. Luego les retiene el pasaporte y las deriva a sus prostíbulos mexicanos. Según detalló su hija, el ex espía mantiene siete locales del ramo en Argentina, mediante coimas que abona a dependencias policiales e inspectores porteños. La joven denunciante sufrió un intento de asesinato en octubre pasado y vive custodiada por la Gendarmería. Hoy, el juez que subroga el caso, Ariel Lijo, podría tomarle declaración.

Luego de que su padre no enviara más dinero al resto de la familia, afincada en España, y tras descubrir que disimulaba su fortuna entre testaferros, Lorena comenzó a investigar y descubrió una red internacional de trata, tal como denunció a la Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos (Ufase). Según fuentes judiciales, la hija de Martins aportó pruebas y habría incluso planillas donde consta que él pagaba mensualmente 35 mil pesos de coimas a once dependencias policiales en Buenos Aires.

El ex espía tiene muchas causas en Argentina por regentear prostíbulos. Una llegó a juicio oral y ese es uno de los motivos por los que evita regresar al país, ya que espera que prescriba esa causa. Sin embargo, su conexión con los prostíbulos mexicanos resulta nueva para la Justicia argentina. Según denunció su hija, Martins engañaba con promesas a muchas de sus empleadas y bailarinas, tanto a las que no ejercían la prostitución como a otras que sí, con promesas de una nueva y mejor vida en tierras mexicanas.

“Les prometen trabajo de recepcionista o de modelo, diciéndoles que pueden hacerles ganar muchísimo dinero. Les pagan los pasajes aéreos, les dan hospedaje y les prometen documentación para residir legalmente en México. Con la excusa de que necesitan los pasaportes para hacer los trámites migratorios y para asegurarse de que salden la deuda del pasaje, les retienen los documentos”, contó Lorena a este diario.

Sin embargo, cuando se instalaban en aquel país el trato cambiaba rotundamente. Primero Martins, junto a su socia y amante Estela Percival, les iban retirando las ayudas más básicas: el hospedaje, por ejemplo. También les complicaban la situación migratoria. “A este proceso, mi padre lo llama ‘quebrar chicas’ y deriva en que van aceptando prestar ‘servicios’. Martins se queda con la mitad de lo que cobra cada chica”, contó su hija. La metodología no se diferencia en nada de la trata de personas para fines sexuales: los supuestos mecenas se transforman en cruentos prestamistas.

Según consta en el expediente, una vez que la chicas entraban al circuito de prostíbulos mexicanos que Martins regentea –el principal se llama The One, como el que tiene en el centro porteño–, el ex espía atesora la mitad de la paga que reciben ellas. “Las chicas cobran por los servicios que hacen según una planilla identificada con número y de acuerdo con unas tarjetas. Por ejemplo, uno y dos son distintos tipo de baile; tres es baile con algo de sexo, por ejemplo, sexo oral; cuatro, es la chica que pasa y tiene sexo con el cliente en los cuartos”, se detalla en la causa abierta la semana pasada.

Con esas tarjetas rinden las cuentas las chicas luego. Incluso las multan o por rechazar un cliente, citarlo fuera del prostíbulo o sólo por sacarles más dinero. “Ellas no pueden retirarse si desde adentro y por handy no dan la autorización al de seguridad de la puerta para que las dejen salir”, relató Lorena en su denuncia. “En verdad están privadas de su libertad”, apuntó. “A las chicas argentinas, tanto Martins como su pareja, Percival, las hacen salir de modo obligado y con una tarifa total de 3 mil pesos mexicanos (alrededor de 200 dólares) con los narcos con los que quieren quedar bien. Las chicas que se niegan son multadas”, agregó Lorena.

Ante cualquier inconveniente que tengan las mujeres argentinas, sea un problema de consumo problemático de drogas o simplemente porque no rinden lo esperado, Martins las echa sin dejarle dinero para que puedan regresar. En México ya son conocidas e investigadas estas actividades y fueron fruto de un escándalo, al descubrirse la trama de complicidades que permitieron encubrir al ex espía, que conseguía con demasiada facilidad algunas visas para las argentinas explotadas sexualmente.

Su situación legal en México es compleja. Las autoridades saben que regentea los locales Divas, Ellegance, The One, Maxims (en Playa del Carmen) y Mix Sky Lounge. Aunque tiene una orden de expulsión, sus abogados presentaron varios amparos para frenar esa medida. Mientras tanto sigue libre.

Su hija, según denunció, recibió la visita de dos matones el 29 de diciembre pasado en su casa en la localidad bonaerense de San Isidro. El fiscal Marcelo Colombo de la Ufase dispuso que sea custodiada y, por los contactos que tiene su padre con la Policía Federal, se optó por asignar personal de Gendarmería.

El juez Lijo conoce bien el tema. A Lorena la representa alguien que conoce a su padre porque fue su abogado: Claudio Lifschitz. En 2006, este letrado se presentó ante Lijo y contó lo que hacía el ex espía en sus prostíbulos en Buenos Aires y en México, pero la causa no avanzó porque Martins estaba en el exterior. Lifschitz también vive custodiado.

_______________________________________________________________________



http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-185073-2012-01-09.html


UNA MUJER DENUNCIO A SU PADRE, RAUL MARTINS, EX AGENTE DE LA SIDE, POR MANEJAR CENTROS DE PROSTITUCION


Un emporio de Buenos Aires a Cancún - Por Raúl Kollmann - lun 9 ene 12


Según Lorena Martins, su padre mantiene siete locales en Buenos Aires y un gran boliche en la ciudad de Cancún, en el Caribe mexicano, y denunció que pagaba coimas a autoridades policiales. En la investigación declararán mujeres que fueron llevadas a México.


La hija del hombre considerado uno de los mayores zares de la prostitución en la Argentina y en Cancún, México, se presentó ante la Justicia la semana pasada para denunciar a su propio padre, detallando la forma en la que quiebran a las chicas, las llevan a México y las mantienen en un régimen durísimo. Lorena Cristina Martins es quien formuló esta denuncia contra Raúl Martins, agente de la SIDE durante 13 años, que mantiene en Buenos Aires un emporio de siete locales y domina también la noche de Cancún con el único local –de gran envergadura– en la zona turística de esa ciudad. El expediente quedó abierto en la Unidad Fiscal de Asistencia en Secuestros Extorsivos (Ufase), encabezada por el fiscal Marcelo Colombo, que atiende los casos de trata de personas. Colombo giró el expediente a la Cámara Federal y ésta sorteó la causa, quedando a cargo el juez Norberto Oyarbide y el fiscal Gerardo Pollicita. Ante la Justicia, Lorena también denunció que se pagan las coimas en once dependencias de la Policía Federal por un total de 35 mil pesos mensuales, y que jefes e inspectores del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires cobran para evitar las inspecciones y clausuras. También declararán chicas que fueron llevadas a México. Lorena sufrió una tentativa de homicidio: el 29 de octubre pasado, dos matones intentaron atacarla en su vivienda de San Isidro (ver aparte), por lo cual el fiscal Colombo pidió que se le ponga una custodia y la ministra de Seguridad, Nilda Garré, ordenó que esté a cargo de hombres de la Gendarmería.

Raúl Martins ya había sido denunciado ante el fiscal José María Campagnoli por el delito de promoción y facilitación de la prostitución. Su prontuario como ex agente de la SIDE y esas denuncias terminaron llevándolo a Cancún, donde estableció –siempre según señala su hija en la denuncia– un famoso prostíbulo, The One, que lleva el mismo nombre que el que tenía y sigue teniendo en la Capital Federal en la calle Chacabuco. En México se armó un verdadero escándalo porque las autoridades federales acusaron a las provinciales, del departamento de Quintana Roo, por encubrimiento de Martins. Entre otras cosas se imputaban la facilidad con que el ex agente de la SIDE conseguía visas para las chicas argentinas que trabajaban en sus prostíbulos: Divas, Ellegance, The One, Maxims (Playa del Carmen) y Mix Sky Lounge. El primero fue clausurado, pero el segundo se reabrió después del escándalo. En el país del norte ya rige una orden de expulsión de Martins, pero su equipo de abogados presentó un amparo judicial tras otro, y su situación actual es que no puede salir de México porque no podría volver a entrar.

Hace un año, Martins empezó a desconocer a su esposa y a sus tres hijos, todos los cuales vivían en España. A raíz de ello, Lorena decidió simular un acercamiento para infiltrarse en la organización y reunir los elementos para denunciar a su padre, sus actividades y la forma en la que estaba despojando a su madre y a las tres hijas. En ese proceso descubrió que Martins vivía con otra mujer, Estela Percival, y que pasó a nombre de testaferros una enorme cantidad de bienes y cuentas. Dentro de la organización, Lorena accedió a mails con los informes sobre las coimas que se pagaban y vio de cerca todo el proceso de trata de personas, incluyendo el reclutamiento en la Argentina. En este año, la joven de 35 años fue apoyada por su madre y estableció también una relación con Claudio Lifschitz, ex abogado de Martins en México y quien en su momento también lo denunció, desatando el escándalo en Cancún y en el gobierno federal mexicano. La asombrosa historia tiene una relación con el caso AMIA (ver aparte).

En diálogo con Página/12, Lorena reveló que a las chicas argentinas “les prometen trabajo de recepcionista o de modelo, diciéndoles que pueden hacerles ganar muchísimo dinero. Les pagan los pasajes aéreos, les dan hospedaje y les prometen documentación para residir legalmente en México. Con la excusa de que necesitan los pasaportes para hacer los trámites migratorios y para asegurarse de que salden la deuda del pasaje, les retienen los pasaportes.

“Una vez instaladas –sigue contando Lorena– se les van quitando las supuestas ayudas, como ser el hospedaje, les complican la situación migratoria y las colocan en situación de desamparo. A este proceso, mi padre lo llama ‘quebrar chicas’ y deriva en que van aceptando prestar ‘servicios’. Martins se queda con la mitad de lo que cobra cada chica.”

En la denuncia que se presentó a la Justicia, Lorena Martins describe minuciosamente la metodología.

- “Las chicas cobran por los servicios que hacen según una planilla identificada con número y de acuerdo con unas tarjetas. Por ejemplo, uno y dos son distintos tipo de baile; tres es baile con algo de sexo, por ejemplo, sexo oral; cuatro, es la chica que pasa y tiene sexo con el cliente en los cuartos.”

- “Cuando las chicas se quieren retirar del prostíbulo, primero tienen que entregar la mitad de lo que cobraron, rindiendo cuentas con las tarjetas numeradas que son marcadas. Además, a las chicas les ponen multas. A veces son por rechazos de las chicas a algún cliente, pero otras veces se usan las multas para sacarles plata a las chicas. Ellas no pueden retirarse si desde adentro y por handy no dan la autorización al de seguridad de la puerta para que las dejen salir. La autorización se da cuando pagaron lo que tienen que pagar. En verdad están privadas de su libertad.”

Lorena le contó a este diario que las multas más graves se ponen cuando le pasan el teléfono a algún cliente, cuando intentan citarse fuera del local, cuando le cuentan al cliente que “la casa” se queda con una parte, en caso de faltas de respeto al cliente, llevárselo al cuarto sin que consumiera la copa o, simplemente, por cualquier cosa con la que “la casa” no estuviera de acuerdo.

“A las chicas argentinas, tanto Martins como su concubina, Percival, las hacen salir en modo obligado y con una tarifa total de 3 mil pesos mexicanos (unos 200 dólares) con los narcos con los que quieren quedar bien. Las chicas que se niegan son multadas. Y si reinciden, las dejan a la buena de Dios en un país que no es el de ellas.”

Lorena relata que “cuando les dejan de servir, porque ya no soportan que les quiten tanta plata o se involucran mucho con la droga, no les permiten ingresar más al prostíbulo, dejándolas sin el dinero para volver a la Argentina”.

Después de declarar largamente en la Ufase, el fiscal Marcelo Colombo resolvió trasladar la denuncia a la Cámara Federal, quien realizó el sorteo. Es posible que el juez Oyarbide se aparte del expediente porque ya ha actuado en otros similares vinculados con Martins. Por su parte, Pollicita abordará el caso hoy mismo, cuando retorne de una breve licencia.

_______________________________________________________________________________________



http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/185073-57303-2012-01-09.html

COIMAS EN LA POLICIA Y A FUNCIONARIOS DEL GOBIERNO DE LA CIUDAD


Seis locales en la Capital - Por Raúl Kollmann - lun 9 ene 12


La denuncia de la hija de Raúl Martins incluye acusaciones contra funcionarios policiales y del Gobierno de la Ciudad que actuarían para proteger a los seis locales que funcionan en Buenos Aires.

La hija de Raúl Martins también denuncia toda la actividad del ex agente de la SIDE en el mundo de la prostitución en Buenos Aires y los pagos que se efectuarían a dependencias de la Policía Federal y a funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. En concreto, le imputa a su padre facilitación y promoción de la prostitución en seis locales de la Ciudad Autónoma, pero además señala con nombre y apellido quiénes son las personas que pagarían coimas a las comisarías, cuáles serían esas comisarías y dependencias de la Policía Federal y quiénes serían los dos funcionarios de la estructura del Gobierno de la Ciudad que habrían recibido dinero a cambio de evitar inspecciones y clausuras.

En el texto presentado ante la Justicia, Lorena Martins señala los locales que son propiedad de su padre, pero que en varios casos figuran a nombre de testaferros: el local nocturno Rouge y/o Brut, en la calle Vicente López 2257; New Manhattan y/o Fama, en Rivadavia 7373; Hot Area, en Artigas 1490 y Juan B. Justo 5302; Top Secret, en Artigas 1438 y Oba Oba, en Rivadavia 2434. En cada caso, la hija de Raúl Martins detalla a nombre de quién está cada local y cada habilitación. “En tres de esos locales, Top Secret, New Manhattan y Oba Oba –detalla Lorena– hay habitaciones en donde las chicas mantienen sexo con los clientes. En Hot Area, los clientes usan las habitaciones de Top Secret porque queda a 40 metros.” La hija de Martins, que se infiltró en la organización, señala que el Appart Hotel y Swinger Club Anchorena también es propiedad de su padre y allí se cuenta con cinco o seis chicas que ejercerían la prostitución encubierta: el objetivo es que mantengan relaciones sexuales con algunos de los hombres que concurren solos y de esa manera hacer atractivo el lugar.

Lorena revela que varios de los locales están preparados para inspecciones, ya que cuentan con “puertas trampa” que permiten escapes tanto a menores como extranjeras sin documentación. En su denuncia judicial, la joven indicó exactamente dónde están esas puertas trampa y a qué departamentos de edificios contiguos conectan. Esos escapes se accionan en forma electromagnética, según detalla el texto presentado.

La hija de Martins también detalló la forma en la que se pagarían las coimas mensuales a las dependencias de la Policía Federal. Es más, acompañó las planillas que le fueron enviadas por mail por las allegadas a su padre, que son primas de su actual concubina, y en las que constan los valores y las dependencias. Lorena sostiene que resultará fácil comprobar el origen, el IP, de esos mails.

En la planilla figura, por ejemplo, como Gaona, la comisaría 50, ubicada en esa avenida; la 83 de la planilla en verdad es la 38: árbitro 11 es la que corresponde al barrio de Once; la 19 es “vecinos” porque queda a pocos metros del Club Swinger; Drogas Peligrosas es Farmacia; Extranjeros es Asuntos Extranjeros; la División Seguridad Personal, ex Moralidad es Casa Mayor; Ruidos Molestos es Tata, y delitos contravencionales es Contra. Los pagos suman 33.400 pesos mensuales.

Para no entorpecer el trabajo de la Justicia el diario se abstiene de publicar los nombres de quienes pagan y de quienes cobran el dinero en cada caso, pero Lorena aportó todos los elementos que configuran el delito de cohecho.

Respecto de los funcionarios del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, también la joven aportó todos los nombres, tanto de un ex funcionario de altísimo rango como el operador del que se valdría para evitar las inspecciones o incluso abortarlas cuando se iniciaron. Lorena Martins sostiene que el Club Swinger de la calle Anchorena es utilizado como disco, sin que esté habilitado al efecto, y señala los inmensos riesgos que se corren porque va una enorme cantidad de gente y “no existen las mínimas medidas de seguridad contra incendio y limitación de la capacidad. Una simple llamada de mi padre al influyente funcionario llevó a que los inspectores se retiraran del lugar cuando concurrieron este año”.

La investigación de Lorena sobre todos esos locales se enmarca en la acción que su madre y ella llevan adelante para que Martins no haga desaparecer sus bienes que son considerados conyugales. Por ello, intimaron al ex integrante de la SIDE a que restituya todos esos bienes que –según ellas– “fueron sustraídos en forma fraudulenta o mediante ocultamiento a la sociedad conyugal”. El reclamo es sobre todos los locales mencionados, además de The One, de la calle Chacabuco, que está siendo reformado. Lorena enumera en cada caso las sociedades uruguayas que aparecen como propietarias, pero incluso figuran en una carta documento de intimación, bienes y cuentas que existen en Miami, Estados Unidos. Por último, la mamá de Lorena, Susana Cancela, esposa legal de Martins, exige no sólo el blanqueo de todas las propiedades, sino también una indemnización por daños y perjuicios por cuatro millones de dólares.

_______________________________________________________________________________________



http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/185073-57304-2012-01-09.html

“TE VOY A MATAR A VOS Y A TU NOVIO” LE HABRIA DICHO MARTINS


Con amenazas, espías y matones - Por Raúl Kollmann - lun 9 ene 12


El 29 de octubre pasado, por la noche, Lorena Martins denunció una tentativa de asesinarla y se presento ante la comisaría de Boulogne, en San Isidro. Dijo entonces que su padre se comunicó con ella desde México, a través del sistema Nextel, porque se enteró que formó pareja con el abogado Lifschitz. “Te voy a matar a vos y a tu novio”, le dijo.

“Instantes más tarde –denunció Lorena en la Justicia–, se hicieron presentes dos personas del sexo masculino que fueron enviados por su padre a través de un amigo de la SIDE al que llaman El Lauchón.” Uno de los sujetos sería un tal José, que trabajó en la custodia de Martins. Lorena se comunicó con uno de los apoderados de su padre en la Argentina, Pablo Paternostro, quien –según el texto de la denuncia– le admitió que Raúl Martins le había pedido a El Lauchón que mande los matones.

Lo asombroso es que Lorena –según reveló por escrito– conoce a El Lauchón desde que era niña, porque trabajaba con su padre en la SIDE. De manera que lo llamó por celular –en la denuncia aportó el número– y éste también le habría confirmado que mandó a los dos matones en un automóvil Mercedes Benz. Todas las comunicaciones de la joven fueron realizadas con el altavoz encendido, de manera que presentó testigos de los diálogos.

El fiscal Marcelo Colombo pidió una custodia para Lorena y la ministra de Seguridad, Nilda Garré, ordenó que se encargara la Gendarmería. Es que en la denuncia de la joven se involucra a integrantes de la Federal en la protección de los prostíbulos.

_______________________________________________________________________________________



http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/subnotas/185073-57305-2012-01-09.html

TAMBIEN LO ACUSA SU EX ABOGADO


Secretario de Galeano - Por Raúl Kollmann - lun 9 ene 12


En la impactante denuncia de Lorena Martins contra su padre, aparece como letrado actuante el abogado Claudio Lifschitz, quien trabajó para Raúl Martins en México y antes de eso, tras un paso como abogado de la Policía Federal, tuvo un papel de importancia en la causa AMIA. Cuando el atentado era investigado por el entonces juez Juan José Galeano y el poderoso ex jefe de la Brigada Antiterrorista, Jorge “El Fino” Palacios, este último recomendó a Lifschitz para que fuera secretario de Galeano. El magistrado lo aceptó con cierta desconfianza, porque eran tiempos de feroces internas entre la Federal y la SIDE y dentro de la misma SIDE.

A partir de 1997, los familiares de las víctimas denunciaron que la investigación del ataque registraba gravísimas irregularidades y que no existía verdadera decisión política de investigar. Eran épocas del gobierno de Carlos Menem. Poco tiempo después, los familiares, agrupados en Memoria Activa, iniciaron una denuncia por esas irregularidades ante la Justicia argentina, pero también ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Fue en ese momento que Claudio Lifschitz pegó el portazo y declaró ante la Justicia que Galeano y el gobierno de Carlos Menem desviaron intencionalmente la investigación, dirigiéndola hacia los policías bonaerenses, cuando el archienemigo de Menem era, justamente, el gobernador Eduardo Duhalde. La declaración de Lifschitz fue de importancia para dejar al descubierto las maniobras en el caso AMIA. El expediente por las irregularidades en la investigación del atentado sigue hasta ahora y en la actualidad está listo para ser elevado a juicio oral. Tal vez las audiencias empiecen este año.

En aquel entonces, hubo numerosas acusaciones contra Lifschitz. Su ex esposa lo demandó y reveló que llevaba un holgado tren de vida en Nueva York, con lo que sugirió que o bien recibía fondos de la Federal para ir contra la SIDE o bien de un sector de la SIDE para ir contra otro sector de la agencia de inteligencia.

De forma sorpresiva, en 2006, Lifschitz se presentó ante el juez Ariel Lijo y reveló que hacía siete años que trabajaba para el ex SIDE Martins, tanto en lo que tuviera que ver con los prostíbulos de la Argentina como con los de Cancún. Lifschitz señaló que Martins lo presionaba para cambiar su testimonio en el caso AMIA y que, además, lo habían tiroteado. Desde entonces, está con custodia.

Lifschitz también terminó denunciando a Martins por sus actividades en Cancún, lo que produjo un enorme escándalo en aquel país, al punto que llegó a la tapa de uno de los principales diarios mexicanos, Reforma.

Ahora, el ex secretario de Galeano vuelve a aparecer en escena. Se ve que en sus actividades como abogado de Martins terminó conociendo y trabando relación con Lorena, la hija del supuesto zar de la prostitución. Ambos conocen la trama muy de adentro. Lifschitz porque fue el abogado de los locales, y Lorena porque en el último año –según dijo ante la Justicia– se mostró cercana a su padre para ver cómo se manejaban las cosas y la forma en que Martins les ocultaba a su mamá y a sus hermanos toda su fortuna.

_______________________________________________________________________________________


agrega un comentario