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Colombia en la encrucijada de la paz y la guerra
Por Jhon Jairo Salinas - dirigente social - Friday, Jan. 20, 2012 at 5:37 PM

Como no podemos ser mariposas contemplativas frente a los hechos trascendentales, en este caso la paz, es imposible pasar por desapercibido un tema de tan vital importancia en nuestra política diaria del país.

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Como no podemos ser mariposas contemplativas frente a los hechos trascendentales, en este caso la paz, es imposible pasar por desapercibido un tema de tan vital importancia en nuestra política diaria del país. La discusión entre quienes propugnamos la solución política negociada al conflicto armado, y quienes propugnan la paz por la salida de la guerra.
Tomas moro decía “y hasta parecen que buscan pretextos para que haya guerra y de este modo evitar que los soldados se vuelvan ineptos y olviden cómo es el arte de matar (…) pues las manos y el ánimo se pueden entorpecer en la inactividad”. Parece ser que la constante en Colombia en los últimos sesenta años, es matar las esperanzas de la consecución y consolidación de la paz, entendida como un consenso nacional.
Después de las cartas epistolares que ha emitido el máximo jefe de las FARC, Rodrigo Londoño (timochenco), esta guerrilla no renuncia al dialogo, si no que por el contrario trata de recoger la llave de la paz que se había extraviado en los diálogos del caguan.
Lastimosamente los MAS – MEDIA han querido mostrar ante la opinión “despistada” del país que este es un dialogo entre sordos y mudos, una cosa es la paz negociada, y otra es la paz por la salida de la guerra, que es la que propuso en su programa de gobierno el doctor Juna Manuel Santos, siendo este candidato a la presidencia.
Cito textualmente: “derrotaremos al terrorismo, terminado el conflicto y construiremos la paz. Manteniendo una presión incesante sobre los violentos, organizados en bandas criminales, grupos guerrilleros y terroristas. No les dejaremos más opción que la rendición, la reinserción, y la aceptación de la constitución política de Colombia. Manteniendo la exitosa política del presidente Álvaro Uribe Vélez, que cambio la mano tendida por el pulso firme” .
Bajo esta premisa del presidente de la república, sigue convencido que la paz hay que negociarla basada en el principio de rendición y dejación de las armas. Concepto totalmente equivocado, la paz tiene que ser un entendimiento entre ambas partes, sustentado en un dialogo para superar los problemas sociales, económicos, políticos, ambientales, civiles, y plena garantía de los derechos humanos.
Colombia no necesita la paz de las banderitas blancas, ni del silenciamiento de los fusiles, ni la claudicación de la justicia social, entendida esta como la superación de la pobreza, desempleo, desplazamiento; y poniendo fin al terrorismo de estado, que los últimos gobernantes han utilizado como arma legitima de sometimiento y terror a campesinos, indígenas, defensores de derechos humanos, líderes de izquierda, sindicalistas, organizaciones estudiantiles; sectores que históricamente han resistido a dicho terrorismo.
Quienes siguen sosteniendo que la paz es por la salida de la guerra están totalmente errados, esta trae desesperanzas, angustias, muerte, dolor, desarraigo, desplazamiento etc.
Señor presidente usted juro ante la constitución política de Colombia, y no puede desconocer el artículo 22 “la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”.
Las experiencias de otros países que padecieron guerras internas como Guatemala, Nicaragua, Salvador, Sierra Leona, Ruanda. Llegaron a acuerdos sustentados en la armonía de sus pueblos de conseguir una verdadera paz incluyente.
Las experiencias de diálogos de paz entre gobierno e insurgencia en nuestro país, han estado marcadas por una serie de acontecimientos de desconfianza y traición por parte del estado colombiano, traemos a colación algunos ejemplos de experiencias de diálogos:
El dialogo de paz en la década de los cincuenta entre el gobierno de Gustavo Rojas Pinilla, y la guerrilla liberal comandada por Guadalupe Salcedo y Manuel Marulanda Vélez, obteniendo como resultado en este proceso, el exterminio y persecución de quienes habían dejado las armas de esta guerrilla. Diálogos de paz año de 1984 en la Uribe meta, bajo el gobierno de Belisario Betancourt, resultado de este proceso, exterminio total de la unión patriótica por parte del estado, utilizando como estrategia el paramilitarismo. Los diálogos de paz de Crabo norte y Tlascala, año 1990 gobierno Cesar Gaviria Días, resultado de este proceso la toma de casa verde y la declaración de la guerra integral. Por último el dialogo de paz en el Caguan 1999- 2001, gobierno Andrés Pastrana Arango, resultado final implementación del plan Colombia, y la reingeniería de las fuerzas militares.
Como ven en estos cuatro procesos de iniciativas de paz, y dialogo, la resultante no fue la paz, sin no por el contrario ha sido la entronización de la guerra.Dejando como saldo víctimas inocentes, la consolidación y ratificación de más pobreza, desplazamiento forzado, desapariciones, asesinatos; Con la estrategia de la combinación de todas las formas de lucha, de la ultra derecha colombiana.
Señor presidente: Platón decía “el que gobierna (…) lo que ordena es siempre lo más ventajoso para él, y eso mismo es lo que debe ejecutar el que a él está sometido”.
Los áulicos del régimen por estos días hablan y opinan sobre las cartas de “timochenco”, reconocen en este jefe guerrillero su capacidad de escribir y analizar los problemas del país con una prosa impecable, pero insisten que no deja de ser un “terrorista”, “bandido”, lo que necesitamos son hechos de paz, dicen estos personajes de marras, orientados y dirigidos por la hidra(mostro de la mitología griega)Álvaro Uribe Vélez, echando fogonazos y metralla contra un posible dialogo de paz en Colombia. “Diciendo con criminales, terroristas y bandidos no se puede negociar, lo único que hay es someterlos a la justicia”.
Bajo este concepto retardatario de Álvaro Uribe “Balas” cito otra vez a platón “los ladrones comunes, cuando son cogidos infraganti (…) se les llama bandidos, picaros, salteadores. Pero si se tratara de un tirano que se ha hecho dueño de los bienes y las personas de sus conciudadanos, en lugar de darle estos epítetos detestables, se le mira como el hombre más feliz”.
Está demostrado que es tal el desinterés de buscar un acercamiento, para un futuro dialogo, como lo propone “timochenco” los MAS – MEDIA del régimen, lo único que interpretaron en su miseria intelectual, en las ultimas epístolas de las FARC, como era posible otra vez una zona de despeje.Esto es totalmente falso. Lo que propone el máximo jefe de esta guerrilla, es retomar la agenda de los diálogos fracasados del Caguan, a continuación recordamos a partes de dicha agenda, en su preámbulo “solución política negociada”: se buscara una solución política al grave conflicto social y armado que conduzca hacia una nueva Colombia, por medio de las trasformaciones políticas, económicas y sociales que permitan consensos para la construcción de un nuevo estado fundamentado en la justicia social, conservando la unidad nacional. En la medida en que se avance en la negociación, se producirían hechos de paz. De ahí, el compromiso que debemos asumir todos los colombianos en construcción de la paz, sin distinción de partidos, intereses económicos, sociales y religiosos.
Otros puntos centrales de la agenda son: protección de los derechos humanos como responsabilidad del estado, política agraria (democratización de la tierra), explotación y conservación de los recursos naturales, estructura económica y social, reformas a la justicia, lucha contra la corrupción y el narcotráfico, reforma política para la ampliación de la democracia, reforma del estado, acuerdos sobre derecho internacional humanitario (intercambio de prisioneros de guerra, liberación de secuestrados con fines económicos, no más minas antipersonal), fuerzas militares (defensa de la soberanía nacional, protección de los derechos humanos, combate a los grupos de autodefensa, tratados internacionales), relaciones internacionales (autodeterminación de los pueblos), y formalización de los acuerdos. Esto es en síntesis la agenda que propone retomar Rodrigo Londoño “timochenco”.
Como sociedad civil solicitamos al estado colombiano deponer sus intereses de guerra, para anteponer los intereses de nuestro pueblo. Como decía Jorge Eliecer Gaitán “señor presidente,… quienes anegan en sangre el territorio de la patria, cesarían en su ciega perfidia. Estos espíritus de mala intención callarían al simple imperio de vuestra voluntad”.Y agrego finalmente como autor de este escrito “prefiero una sola voz gritando la paz, que mil voces gritando la guerra. Colombia no puede seguir abonando su tierra con la sangre de los hijos de su pueblo. Paz, pan y tierra para ellos”.
Las actas de los diálogos de paz entre estado e insurgencia terminaron siendo “yo no os aconsejo la paz, si no la victoria (…) no es posible callarse y permanecer tranquilos, si no cuando se tiene flechas y arcos”(Nietzsche).
Lastimosamente esto es lo que pretenden los halcones de la guerra en Colombia, que sigamos siendo condenados a tirarnos flechas cuyo blanco sean los pechos de los más débiles de esta sufrida patria.

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