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El Salvador: El FMLN nombra a un general como ministro de Interior y a otro como jefe...
Por La Haine - Sunday, Jan. 29, 2012 at 1:59 PM

En dos meses la ex-guerrilla desmanteló el andamiaje civil de Interior para poner a militares. Pero no hay que preocuparse, son militares "cercanos" al FMLN

El 22 de noviembre juramentó al general David Munguía Payés como ministro de Seguridad [Interior]. Luego puso a un asesor militar de Munguía Payés como subdirector del Organismo de Inteligencia del Estado y este lunes nombró a un general en la Policía Nacional Civil (PNC).

Hace dos semanas el presidente Funes, del FMLN, celebró los 20 años de los Acuerdos de Paz en El Mozote, una pobrísima aldea de las montañas donde en 1981 los militares, siguiendo los manuales norteamericanos que preconizaban "quitarle el agua al pez", asesinaron a todos los pobladores, casi 1.000 personas, de ellas casi 500 niños. Allí Funes siguió la línea implantada por el FMLN desde que tomó el Gobierno: pedir perdón sin castigo a los culpables, lo mismo que hizo en el aniversario del asesinato de monseñor Romero.

El presidente, con "lagrimas" en los ojos, anunció reparaciones materiales (mínimas y sobre todo propagandísticas) y morales: reclamó a la Fuerza Armada por honrar como héroes a militares violadores de derechos humanos y, aclarando que él respeta la independencia judicial, pidió a jueces y fiscales que inicien procesos contra los asesinos. Por supuesto, jueces y fiscales también se lavaron las manos diciendo que hay que ver caso por caso, que no es tan fácil.

Pocos días después, justo cuando todos los ex-comandantes guerrilleros, hoy diputados o ministros, alababan los Acuerdos de Paz y mencionaban como uno de sus máximos logros la prohibición de los militares de realizar tareas policiales, el Gobierno de ese mismo partido militariza la cúpula de Interior. Ya se había criticado mucho al Gobierno del FMLN por sacar a los militares a la calle para combatir la violencia social, cosa que ni Arena se había atrevido a hacer, pero esto de ahora ronda lo inconstitucional.

El presidente Funes explicó que se decidió por el general de división Salinas Rivera como jefe de policía porque el nombramiento de un militar de alta graduación facilitaría la comunicación en un gabinete que ya lo dirige otro militar de alta graduación, además de que fue el primer jefe de la unidad encargada de reprimir la guerra social (maras o pandillas). Cuando se le preguntó qué esperaba del general, Funes explicó: "Salinas [debe] fortalecer la institucionalidad de la Policía y mejorar el desempeño de los agentes". El propio general, al ser entrevistado, apeló al argumento tan norteamericano de que su misión era mejorar "la eficiencia" de la policía. Siempre nos han dicho que los militares son "eficientes".

En diciembre pasado, Funes también destituyó al director del Organismo de Inteligencia del Estado (OIE), Eduardo Linares. Este había sido un jefe guerrillero y no era de la confianza del presidente, según este dijo a funcionarios de la embajada de Estados Unidos en El Salvador, en información revelada por Wikileaks. Funes temía que lo espiaran a él y decía temer incluso por su seguridad personal. Cuando Linares dejó el puesto, quedó como director interino un coronel, ex-asesor del nuevo ministro del Interior cuando este era aún ministro de Defensa.

El mandatario, a pesar de todas las evidencias, negó que se tratara de un proceso de militarización: "Este no es un proceso de militarización. Yo no estoy poniendo a la Policía bajo al mando de la Fuerza Armada ni de un militar".

Diferencias entre comandancia y bases del FMLN

Cuando en noviembre pasado Funes destituyó al efemelenista Manuel Melgar como ministro de Seguridad, un grupo de jefes policiales, previendo la llegada de un militar al cargo, se reunió y discutió la posibilidad de renunciar si se concretaba el nombramiento de Munguía Payés en Interior. La policía tiene una marcada división entre oficiales provenientes de las filas del ejército y aquellos que venían de la guerrilla desmovilizada del FMLN. Los jefes policiales que combatieron del lado de la guerrilla, a diferencia de la dirección del FMLN, no conciben que un militar pueda tomar las riendas del área de seguridad pública.

Una vez se hizo oficial el nombramiento de un general como jefe de policía, otra pieza clave del gabinete de Seguridad Pública decidió romper con el gobierno del FMLN. La inspectora general de la policía y efemelenista, Zaira Navas, famosa por su lucha contra la corrupción interna, decidió dejar el cargo.

La inspectoría general depende de la dirección de la policía, y Navas, dado su pasado en un organismo que logró evidenciar cómo los militares se dedicaron a la desaparición sistemática de menores durante la guerra civil, no podía seguir. Navas fue abogada de la Asociación Pro Búsqueda, una organización no gubernamental que logró ubicar a cientos de menores desaparecidos que habían sido dados en adopción a familias en el extranjero, cuando se supo que durante la guerra los militares montaron un mercado de venta de menores.

La Inspectora Navas recibió múltiples ataques de la derecha cuando inició una investigación que involucra a un grupo de altos mandos policiales que usaban el uniforme para prestar servicios de seguridad de frontera a frontera a cargamentos de droga. El informe es oficial y salpica al ex director de la Policía y al jefe del Centro Antipandillas de los gobiernos de Arena. Junto a ellos podrían estar implicados 16 oficiales más. En la misma investigación disciplinaria, la Inspectoría reveló indicios de otros posibles ilícitos ejecutados por otros cinco jefes policiales, entre los que figuran el ex subdirector de Áreas Especializadas, hoy jefe del Centro Antipandillas.

También removió a otro ex-jefe policial de Arena, que durante el gobierno del FMLN fungió como jefe de Interpol, por mantener las malas costumbres: estando borracho en un hotel de playa, fue a su habitación y como no encontraba la llave, abrió la puerta a balazos.

"Aplicaremos el método de pacificación que se usa en las favelas de Río"

Una unidad policial antipandillas, estados de excepción focalizados que prohíban a los menores de edad caminar de noche por las calles y que autoricen a la Policía la entrada a un domicilio sin orden judicial, además de fiscales especiales y jueces especiales. Estos son los elementos del plan del nuevo ministro de Interior, que afirma será similar al que aplican las UPP, Unidades de Policía Pacificadora en Rio de Janeiro. Junto a esto, la creación de grupos civiles parapoliciales o "rondas campesinas" como las de Perú en los años '80, para lograr que "la población esté más organizada. Cuando llega un extraño, lo identifican y lo sacan."

En entrevista con El Faro, insinúa que hay que endurecer las leyes porque los organismos represivos hacen "200 o 220 capturas diarias que el sistema (judicial) no logra procesar ... para poder poner a los delincuentes donde deben estar y sacarlos de la calle". Por supuesto, cuando habla de delincuentes se refiere a las maras: "más del 90% de los homicidios en el país los cometen pandilleros", a pesar de que la dirección anterior de la Policía ha repetido que según ellos la cifra anda alrededor del 20% y el instituto de Medicina Legal habla de alrededor del 10%.

El ministro asegura que fue la falta de consensos políticos lo que hizo fracasar el "Plan mano dura" lanzado en 2003 por Francisco Flores y adaptado después por Antonio Saca como "Super mano dura", ambos escuadroneros y últimos presidentes del país. Ahora quiere convocar a "toda la sociedad" (se refiere a la clase media, un 20% de la población) para que participe en la cacería del pobre.

En su análisis, Munguía Payés deja afuera a la mayor delincuencia del país, la de cuello blanco, la que no paga impuestos, desertiza la poca tierra que hay y protege al narcotráfico. Según analistas económicos, el enorme aumento de los precios, tanto inmobiliarios como de bienes de consumo, que se está dando en toda América Central, se debe al dinero del narcotráfico. Los carteles han elegido estos países como zona de transporte de droga, por la corrupción general en las instituciones, el poco control aduanero cuando se trata de grandes transportes y la connivencia con los grandes empresarios.

Militares "cercanos" al FMLN

Aunque no se dice públicamente, se deja entrever que todos los militares nombrados en la cúpula de Interior son "cercanos" al FMLN y con posiciones "progresistas". Se los ve departir amigablemente con los ex-comandantes guerrilleros en actos como el de El Mozote.

En una entrevista que le hizo el Instituto Naval de Estados Unidos, publicada en marzo de 2010, el nuevo jefe de policía Salinas Rivera esbozaba brevemente algunas ideas progresistas sobre cómo combatir la criminalidad. "La falta de oportunidades de empleo, la baja recaudación de impuestos y las deportaciones hacia nuestro país de salvadoreños vinculados al crimen, son algunos de los factores que facilitan el desarrollo y el fortalecimiento de las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18 en las ciudades de Puerto El Triunfo, Puerto de La Libertad y Acajutla", dijo en aquella ocasión. Pero luego le salía el alma militar, revelaba su visión de cómo atacar el problema: "Es necesario utilizar unidades de la Fuerza Naval para restaurar en esos lugares el orden civil, la actividad económica y reducir la criminalidad".

Salinas Rivera ahora tendrá que colaborar con la meta que el nuevo ministro de Interior Munguía Payés se trazó en público en noviembre pasado, cuando prometió reducir en un 30% la criminalidad al cabo de un año. Típica muestra de la "eficiencia" militar, poner cifras a tenas políticos. Nos imaginamos los mapas con banderitas rojas y azules que tendrá en su despacho, quizás hasta una mesa de arena con muñequitos de tez blanca representando a los buenos y otros aindiados para los malos. En una de sus primeras apariciones públicas, el general-policía visitó una escuela en una zona violenta con uniforme y con guardaespaldas armados de fusiles.

La cúpula del FMLN, siguiendo con su política de mostrar hacia afuera diferencias entre el partido y el presidente, sacó un comunicado de 6 puntos donde en uno de ellos critica superficialmente la militarización, diciendo que va en contra del espíritu de los Acuerdos de Paz, aunque luego aclara que quiere los mismo que los militares: mejorar la eficacia policial para derrotar a la delincuencia. Pero insistió en que lo importante no es la militarización si no recordar que estamos en proceso electoral y dio a entender que todo esto son maniobras de Arena. Una de las niñas mimadas de la izquierda latinoamericana, la ex-guerrillera y hoy diputada Lorena Peña, lo reafirmó al decir que a pesar de la militarización "no hay que detenerse en ningún otro debate que el de derrotar a Arena" en las próximas elecciones.

Mientras la derecha política y mediática aplaudió los nombramientos, los movimientos sociales y organizaciones feministas los criticaron duramente. Según analistas de izquierda, militarizar la policía es como si las gallinas decidieran poner a un zorro "cercano" a las gallinas de jefe de seguridad del gallinero.

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"No hay acumulación de capital sin batallas sangrientas"
Por prensa297 - Thursday, Feb. 02, 2012 at 3:46 PM
prensa297@gmail.com

http://materiacontinua.blogspot.com/2012/02/la-legalidad-burguesa-es-una-estrategia.html

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