Julio López
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Foro Social Mundial. Declaración de la Asamblea de los Movimientos Sociales
Por reenvío rebelión.org - Monday, Jan. 30, 2012 at 11:17 AM

El Foro Social Temático (FST) terminó ayer en Porto Alegre y ha supuesto el pistoletazo de salida de una gran movilización global que debe desembocar en la Cumbre de los Pueblos, a celebrarse de forma paralela a la reunión oficial de Río +20. La Asamblea de Movimientos Sociales emitió su comunicado en el FST. Reproducimos íntegra esta contundente declaración de intenciones.

Finaliza en Porto Alegre el Foro Social Temático


Otramérica




Nosotros, pueblos de todos los continentes, reunidos en la Asamblea de movimientos sociales durante el Foro Social temático Crisis capitalista, Justicia social y ambiental, luchamos contra las causas de una crisis sistémica que se expresa en una crisis económica, financiera, política, alimentaria y ambiental, colocando en riesgo la propia sobrevivencia de la humanidad. La descolonización de los pueblos oprimidos y el enfrentamiento al imperialismo es el principal desafío de los movimientos sociales de todo el mundo. En este espacio nos reunimos desde nuestra diversidad, para construir juntos agendas y acciones comunes contra el capitalismo, el patriarcado, el racismo y todo tipo de discriminación y explotación. Por eso, reafirmamos nuestros ejes comunes de lucha, adoptados en nuestra Asamblea en Dakar, en 2011.

Lucha contra las transnacionales Lucha por la justicia climática y por la soberanía alimentaria Lucha por la eliminación de la violencia a la mujer Lucha por la paz, contra la guerra, el colonialismo, las ocupaciones y la militarización de nuestros territorios

Los pueblos de todo el mundo sufren hoy los efectos del agravamiento de una profunda crisis del capitalismo, en la cual sus agentes (bancos, transnacionales, conglomerados mediáticos, instituciones internacionales y gobiernos a su servicio) buscan potenciar sus beneficios a costa de una política intervencionista y neocolonialista. Guerras, ocupaciones militares, tratados neoliberales de libre comercio y “medidas de austeridad” expresadas en paquetes económicos que privatizan bienes, rebajan salarios, reducen derechos, multiplican el desempleo y explotan recursos naturales. Estas políticas afectan con intensidad a los países más ricos del Norte, aumentan las migraciones, los desplazamientos forzados, los desalojos, el endeudamiento, y las desigualdades sociales.

La lógica excluyente de este modelo sirve solamente para enriquecer a una pequeña élite, tanto en los países del Norte como en los del Sur, en detrimento de la gran mayoría de la población. La defensa de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, la justicia económica, ambiental y de género, son la llave para el enfrentamiento y la superación de la crisis, fortaleciendo el protagonismo de un Estado libre de las corporaciones y al servicio de los pueblos.

El calentamiento global es el resultado del sistema capitalista de producción distribución y consumo. Las transnacionales, las instituciones financieras, los gobiernos y organismos internacionales a su servicio, no quieren reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero. Ahora intentan imponernos la “economía verde” como solución para la crisis ambiental y alimentaria, lo que además de agravar el problema, resulta en la mercantilización, privatización y financiarización de la vida. Rechazamos todas las falsas soluciones para esas crisis, como los agro-combustibles transgénicos, la geo-ingeniería y los mercados de carbono, que son nuevos disfraces del sistema.

La realización de Río+20, en el mes de junio en Río de Janeiro, pasados 20 años de la Eco ’92, refuerza la centralidad de la lucha por justicia ambiental en oposición al modelo de desarrollo capitalista. El intento de “enverdecimiento” del capitalismo, acompañado por la imposición de nuevos instrumentos de la “economía verde”, es una alerta para que los movimientos sociales reforcemos la resistencia y asumamos el protagonismo en la construcción de verdaderas alternativas a la crisis.

Denunciamos la violencia contra la mujer ejercida regularmente como herramienta de control de sus vidas y sus cuerpos. Además, el aumento de la explotación de su trabajo para atenuar los impactos de la crisis y mantener el margen de ganancia constante de las empresas. Luchamos contra el tráfico de mujeres y de niños, las relaciones forzadas y el prejuicio racial. Defendemos la diversidad sexual, el derecho a la autodeterminación de género y luchamos contra la homofobia y la violencia sexista.

Las potencias imperialistas utilizan bases militares extranjeras para fomentar conflictos, controlar y saquear los recursos naturales y promover dictaduras en varios países. Denunciamos el falso discurso en defensa de los derechos humanos, que muchas veces justifica las ocupaciones militares. Nos manifestamos contra la permanente violación de los derechos humanos y democráticos en Honduras, especialmente en el Bajo Aguán, el asesinato de sindicalistas y luchadores sociales en Colombia y el criminal bloqueo a Cuba que completa 50 años. Luchamos por la liberación de los 5 cubanos presos ilegalmente en los Estados Unidos, la ocupación ilegal de las Islas Malvinas por Inglaterra, las torturas y las ocupaciones militares promovidas por los Estados Unidos y la OTAN en Libia y Afganistán.

Denunciamos el proceso de neo-colonización y militarización que vive el continente africano y la presencia de la Africom. Nuestra lucha es también por la eliminación de todas las armas nucleares y contra la OTAN.

Expresamos nuestra solidaridad con las luchas de los pueblos del mundo contra la lógica depredadora y neocolonial de las industrias extractivas y mineras transnacionales, en particular, con la lucha del pueblo de Famatina en Argentina, y denunciamos la criminalización de los movimientos sociales.

El capitalismo destruyó la vida de las personas. Por eso, cada día nacen múltiples luchas por justicia social para eliminar los efectos dejados por el colonialismo y para que todos y todas tengamos una calidad de vida digna. Cada una de estas luchas implica una batalla de ideas que hace imprescindible acciones por la democratización de los medios de comunicación, controlados hoy por grandes conglomerados, y contra el control privado de la propiedad intelectual. Al mismo tiempo exige el desarrollo de una comunicación independiente que acompañe estratégicamente nuestros procesos.

Comprometidos con nuestras luchas históricas, defendemos el trabajo decente y la reforma agraria como único camino para impulsar la economía familiar, campesina e indígena, y un paso central para alcanzar la soberanía alimentaria y la justicia ambiental. Reafirmamos nuestro compromiso con la lucha por la reforma urbana como instrumento fundamental en la construcción de ciudades justas y con espacios participativos y democráticos. Defendemos la construcción de otra integración, fundamentada en la lógica de la solidaridad, y el fortalecimiento de procesos como la UNASUR y la ALBA.

La lucha por el fortalecimiento de la educación, ciencia y tecnologías públicas al servicio de los pueblos, así como la defensa de los saberes tradicionales, se vuelven urgentes una vez que persiste su mercantilización y privatización. Manifestamos nuestra solidaridad y apoyo a los estudiantes chilenos, colombianos portorriqueños y de todo el mundo, que continúan en marcha en la defensa de estos bienes comunes.

Afirmamos que los pueblos no deben continuar pagando por esta crisis y que no hay salida dentro del sistema capitalista. Se encuentran en la agenda grandes desafíos que exigen que articulemos nuestras luchas y que movilicemos masivamente. Inspirados en la historia de nuestras luchas y en la fuerza renovadora de movimientos como la Primavera Árabe, Ocuppy Wall Street, los indignados y la lucha de los estudiantes chilenos, la Asamblea de los Movimientos Sociales convoca a las fuerzas y actores populares de todos los países a desarrollar acciones de movilización coordinadas a nivel mundial. Debemos contribuir a la emancipación y auto-determinación de nuestros pueblos, reforzando la lucha contra el capitalismo.

Convocamos a todas y todos a fortalecer el Encuentro internacional de derechos humanos en Solidaridad con Honduras y a construir el Foro social Palestina Libre, reforzando el Movimiento global de boicot, desinversiones y sanciones contra el Estado de Israel y su política de apartheid contra el pueblo palestino.

Tomemos las calles a partir del día 5 de junio en una gran jornada de movilización global contra el capitalismo. Convocamos a impulsar la Cumbre de los Pueblos por justicia social y ambiental, contra la mercantilización de la vida y en defensa de los bienes comunes, frente a la Rio+20.

¡Si el presente es de lucha el futuro es nuestro!

Porto Alegre, 28 de enero de 2012

Asamblea de los Movimientos Sociales

Fuente: http://otramerica.com/radar/declaracion-de-la-asamblea-de-los-movimientos-sociales/1414


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Del Foro de Porto Alegre a la Cumbre de los Pueblos en Río
Por reenvío rebelión.org - Monday, Jan. 30, 2012 at 11:19 AM

Esther Vivas
Rebelión


Los debates, seminarios, grupos de trabajo, actos culturales... continúan en el Foro Social Temático: Crisis capitalista, justicia social y ambiental que estos días tiene lugar en Porto Alegre (Brasil). Uno de los temas centrales, abordado en múltiples actividades, és cómo enfrentar la crisis ecológica y climática global, combatir al capitalismo verde y acordar propuestas de acción y movilización que permitan la coordinación de las luchas.

Con la mirada puesta en la Cumbre de los Pueblos por la Justicia Social Ambiental, contra la Mercantilización de la Vida y la Naturaleza y en Defensa de los Bienes Comunes que se celebrará en Río de Janeiro, del 18 al 23 de junio del 2012, coincidiendo con la Cumbre Oficial de la ONU sobre Desarrollo Sostenible Río+20, los colectivos reunidos en Porto Alegre colocan en el centro de sus debates la necesidad urgente de vincular la lucha social indignada al movimiento por la justicia climática global. Y de este modo preparar desde el Foro Social Temático en Porto Alegre el camino hacia Río+20.

Y es que desde la celebración de la Conferencia de la ONU sobre Medio Ambiente y Desarrollo en Río de Janeiro en 1992, donde se aprobó la Convención sobre Cambio Climático y se establecieron las bases sobre desarrollo sostenbile, los acuerdos y negociaciones referentes al clima no han hecho sino ir de mal en peor. Los resultados de las cumbres del clima de la ONU en Copenhaguen (2009), Cancún (2010) y Durban (2011) son la mejor prueba de este estrepitoso fracaso. El capitalismo es incapaz de sacarnos de la crisis ecológica global a la que su lógica productivista y cortoplacista nos ha conducido.

Las soluciones tecnológicas al cambio climático, desde las nucleares pasando por los agrocombustibles hasta los cementerios de CO2 no son una alternativa real para frenar el calentamiento global. Al contrario, estas medidas no van sino agravar la crisis social y ecológica en la que nos encontramos, siendo un instrumento más, al servicio del capitalismo verde, para hacer negocio.

Así lo afirmaba Pat Mooney, director del Grupo ETC, en el seminario 'Ecosocialismo o barbarie. La trampa del capitalismo verde', cuandodecía que la "tecnologia no es una respuesta para la gente". Y añadía: "En la cumbre de las Naciones Unidas en el 92 la gente tenía una gran monto de palabras que los capitalistas convirtieron en un gran monto de dinero".

El Foro de Porto Alegre da en el clavo al señalar la centralidad de la crisis ecológica y climática. Y es que el futuro del planeta nos atañe a tod@s. No hay justicia social sin justicia ambiental ni justicia ambiental sin justicia social. Tomemos nota.

Esther Vivas participa en el Foro Social Temático en Porto Alegre.

+info: http://www.esthervivas.wordpress.com

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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Los debates en los Foros mundiales
Por reenvío rebelión.org - Monday, Jan. 30, 2012 at 11:21 AM

Julio C. Gambina
Rebelión


Es un hecho desde el 2001 la confrontación anual de dos lógicas de análisis de la realidad económica mundial. Hace más de 10 años que surgió el Foro Social Mundial (FSM), en paralelo y en réplica al Foro Económico Mundial (FEM), surgido en 1971, hace 40 años.

Uno expresa el debate de la élite mundial, con más del doble de guardias que los custodian de la resistencia popular que rodea los cónclaves del poder. El otro, desde la autogestión, convoca a decenas de miles que desde la subalternidad debaten y construyen una búsqueda por organizar alternativas al orden vigente.

En ambos se procesan interrogantes, dudas y controversias. Unos por restablecer el orden capitalista y por ende la ganancia, el crecimiento y el consenso social de que otro mundo es imposible. Ese es el razonamiento que los lleva a discutir el capitalismo en el Siglo XXI. En los otros, la búsqueda se empecina en darle carnadura y visibilidad a “otro” orden económico, social, político y cultural para transformar la realidad. Es una mirada desde los de abajo, sin edulcorarla, puesto que los debates apuntan a rumbos a veces contrapuestos, sin síntesis superadoras en la experiencia del decenio transcurrido.

Lo concreto es la continuidad por una década de un debate en contraposición, manifestando la existencia de sujetos en pugna y de proyectos en discusión en uno y otro de los Foros, dando cuenta de un tiempo de crisis que anima una agenda que puede construir nuestro futuro, en el sentido que propone el frío de Davos, o en la calidez de Porto Alegre.

El Foro de Davos, el Foro del poder mundial

Las motivaciones del FEM aludían a la necesidad de los capitales más concentrados, en pleno despliegue de la crisis capitalista de esos años, manifestada como crisis monetaria, energética, ecológica; importante recesión, inflación, con reducción de las ganancias, e importante poder de los trabajadores, con un difundido imaginario por el socialismo y el cambio social anticapitalista. A comienzos de los setentas hacía falta renovar el discurso del poder económico y contrarrestar la hegemonía del orden “keynesiano” emergente a la salida de la segunda posguerra y que fuera la fundamentación teórica de los 30 años gloriosos entre 1945 y 1975.

En 1971, en Davos, Suiza, se concentraron propietarios, ejecutivos, gerentes, jefes de Estados e intelectuales orgánicos del poder para discutir el programa necesario para reinstalar el orden económico y social bajo el paradigma del libre comercio, que había sido soterrado por la bipolaridad de un desarrollo capitalista de Estado del Bienestar y el intento de organización socialista en el Este de Europa y otras latitudes del planeta (China, Cuba, Viet-Nam). Ese programa fue ensayado en Chile y en las dictaduras del terrorismo de Estado del Cono Sur americano, para instalarse en el Norte desarrollado con la restauración conservadora con Margaret Thatcher en 1979 y con Ronald Reagan en 1980, en Inglaterra y EEUU respectivamente.

Esa fue la plataforma de lanzamiento de la política neoliberal que una y otra vez fue discutida por 40 años en Davos y que sirvió de inspiración para políticas globales aplicadas por gobiernos nacionales y supervisados por organismos supranacionales, todos bajo el interés de los capitales transnacionales; todos los cuales se han constituidos en sujetos históricos de este tiempo del capitalismo. El debate inicial sirvió para construir la realidad de las décadas transcurridas, y el resultado es el funcionamiento del capitalismo con mayor nivel de inequidad, de desigualdad, con fortunas inaccesibles convergentes con 1.000 millones de hambrientos.

La cuestión es el agotamiento del “modelo” definido en este trayecto de cuatro décadas, y la necesidad de redefinir el presente y el futuro para retomar la “normalidad” de la explotación capitalista. Es el desafío planteado en la versión de 2012 del FEM. En ese sentido, Klaus Schwab, fundador del Foro de Davos señaló que “No se pueden resolver los problemas con modelos superados”, convocando a superar recetas que sirvieron para desmantelar el orden criticado a comienzos de los 70´ y pensar con las claves del capitalismo de esta época, que lo imaginan bajo la batuta de la “economía verde”, una suerte de privatización de la naturaleza.

El primer interrogante que se les suscitó a los miles de dirigentes empresarios y representantes de gobiernos de 40 países remitió a si el capitalismo del Siglo XXI le está fallando a la sociedad del Siglo XXI, en clara alusión a la larga crisis iniciada en 2007 y que se prolonga sin final a la vista en las principales potencias del capitalismo mundial. La desazón de una recesión inacabada, de impactos sociales que se generalizan con sus respectivos conflictos de “indignados” por doquier, desde África a Europa, Israel o EEUU, suma un mapa de rebelión que solo atinaba a expresarse en los 90´ en nuestra América.

El lema en discusión por estas horas reza “La gran transformación. Dando forma a nuevos modelos”, en el mismo momento donde los pronósticos de la ONU y los Organismos Internacionales son poco alentadores sobre el panorama económico de mediano plazo, es decir, más allá, aún, del 2012.

En la sesión inaugural la jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, demandó por más Unión Europea, en lo que debe leerse mayor subordinación de los miembros al dictado del imperialismo alemán y sus empresas, con ajustes y desmantelamiento de los remanentes del Estado de Bienestar en el viejo continente.

Ya no se discuten los eufemismos de la “cooperación para el desarrollo” que poblaban anteriores encuentros, como una dádiva de los ricos a los pobres. El problema se concentra en la “solución” de la crisis de los grandes de la economía mundial. A los más débiles se les propone el “ajuste” más crudo junto al recetario de apertura y liberalización. Ni hablar de las dimensiones alimentarias, energéticas o medioambientales de la crisis contemporánea.

Se trata de salvar empresas y bancos transnacionales en problemas. La insignia alemana preside las “soluciones” de época en la vieja Europa, intentando sostener una moneda, el euro, en disputa con el dólar, moneda de su rival en la dominación capitalista. Ni el euro logró emerger en la década de existencia como moneda global hegemónica, y el dólar sufre las consecuencias del debilitamiento estructural de la economía estadounidense y las experiencias de autonomía monetaria en el comercio mundial que empuja China y otros “emergentes”. Son variados los países del mundo que suscriben acuerdos “swap” con China para intercambiar y garantizarse mutuamente con monedas locales (Argentina y otros países de la región latinoamericana; de Asia y de África lo vienen realizando).

El Foro por el “otro” mundo posible

No puede pensarse en la convocatoria del 2001 sin las resistencias populares de los 80´ y los 90´ en nuestra América, contra el ajuste y las reformas estructurales, de privatización, descentralización, precarización del empleo, superexplotación y liberalización de la economía.

Por eso la cita fue en Porto Alegre, gobernada entonces por el Partido de los Trabajadores, entonces un Partido de Izquierda, de bandera roja y con un líder obrero metalúrgico, que reconocía como principal aporte la construcción de un “presupuesto participativo” que expresaba las banderas de la democracia participativa enarbolada por la izquierda luego de la caída del este de Europa y la pérdida del imaginario socialista en el movimiento popular mundial.

El encuentro de variadas expresiones de la institucionalidad popular construida en la resistencia animó las discusiones en el FSM y habilitó el camino de la transformación de movimientos populares en lucha contra el neoliberalismo y el capitalismo en soportes de nuevos gobiernos que discutían la argumentación hegemónica de las políticas de los años previos. El FSM es producto de la lucha que contribuyó a modificar el mapa político de la región en la primera década del Siglo XXI. Cada uno de los gobiernos de la región latinoamericana que generaron y aún generan expectativas en los pueblos del mundo tiene sustento de origen en aquella resistencia y en el ideario crítico, con matices, sustentado en la historia del FSM. Uno de los temas en debate en la presente versión y aún en las últimas se asocia a la cooptación de varios de los movimientos, o de sus lideranzas por los gobiernos, en una fusión entre movimientos y gobiernos, o movimientos y Estados.

El debate se convoca bajo el lema de “Crisis capitalista, justicia social y ambiental”, preparando las condiciones de movilización y debate para la Cumbre +20 a realizarse en Río de Janeiro en junio próximo, a 20 años de la Cumbre de la Tierra, donde se hizo evidente la dimensión ecológica de una crisis que se profundiza en el presente. Es que el modelo productivo asentado en la depredación de los bienes comunes se potenció en nuestra región, haciendo ampliamente funcional a nuestra América a la demanda de petróleo, gas, cobre, litio, tierra, agua, de las principales potencias económicas del capitalismo mundial. Convengamos que uno de los límites del FSM transcurre entre quienes imaginan la posibilidad de cambios sin modificar el sistema capitalista, que los lleva a propuestas dentro de lo posible, de lo permitido, sin apuntar a discutir a fondo el orden capitalista, posición sostenida por aquellos que animan al interior del FSM la asamblea de movimientos y que empujan un cronograma de acciones que pueda pasar de la defensiva a la ofensiva por otro mundo posible. Entre otras iniciativas se piensa en una campaña continental contra la “economía verde”, un nuevo ALCA que requiere ser contrarrestado.

La cita del 2012 reúne experiencias de los trabajadores, campesinos, pueblos originarios, mujeres, estudiantes; de la economía solidaria, cooperativa, autogestionaria; como iniciativas de educación popular, resistencias contra el negocio inmobiliario y por el hábitat popular, por el empleo. Siendo un clásico, la inauguración se realizó con una gran movilización por las calles de la ciudad, en lo que anticipa la gran manifestación en la cumbre popular sobre los problemas de la tierra en la ciudad carioca a mediados de año.

El escenario está montado. Ya no existe el pensamiento único imperante en décadas pasadas. Sin síntesis, el debate se reanima entre visiones de avanzar por el camino de lo posible o ir más allá, extendiendo la mirada del otro mundo posible por la senda de la alternativa al capitalismo en crisis. Lo novedoso son los indignados, paso inicial de una protesta que se inscribe en la búsqueda de construcción de alternativas. En ese rumbo se construyen sujetos que proyectan rumbos de transformaciones sociales y fuerzas políticos sociales que asuman la iniciativa necesaria del cambio social por otro mundo posible.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

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