versión para imprimir - envía este articulo por e-mail |
Respuesta de las Asambleas en lucha contra la Megaminería a la Señora Presidenta
Por UAC - Unión de Asambleas Ciudadanas -
Tuesday, Feb. 14, 2012 at 2:30 AM
Prensa Unión de Asambleas Ciudadanas Informa
14 de febrero de 2012
Carta Abierta de
la UAC
Unión de Asambleas
Ciudadanas
Respuesta de las
Asambleas en lucha contra la Megaminería
a la Señora Presidenta
de la Nación
El jueves 9 de febrero, en el marco
de un acto de inauguración, la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner se
manifestó pidiendo un “debate responsable y en serio” sobre la minería en
Argentina, y plantó un pseudo acto circense en el que un aparente minero ‘despolitizado’
(luego devenido en experimentado militante político) reclama el deseo de “trabajar
en paz”. Este señor, llamado Armando Domínguez, es el actual presidente del
Partido Justicialista de la localidad de Olavarría y secretario General
del gremio que los nuclea, AOMA.
Y, según sabemos, hace 25 años que no se pone un casco. Aún así,
fue presentado como un obrero común que trabaja en la industria del cemento,
minería de canteras, la cual no tienen nada que ver con la megaminería metalífera
a cielo abierto, a la que resisten las comunidades afectadas en el norte del
país.
Desde el momento
de esas declaraciones, algunas agrupaciones kirchneristas no han parado de
comunicar una serie de falacias que, acompañadas por el ya conocido intento
maniqueista de desviar los conflictos a posturas de blanco sobre negro, no
hacen más que confundir los puntos focales del conflicto contra la megaminería
en nuestro país.
Dado que la lucha de nuestros compañeros
y compañeras dispuestos/ as en los cortes de las provincias de Catamarca,
La Rioja y Tucumán continúa más vigente que nunca, y que somos concientes
que luego de la represión violenta, las amenazas no merman, nos vemos obligados
a responder a esta cascada de engaños provenientes de las fuerzas oficialistas.
Las consecuencias de implementar una
actividad propia del extractivismo como la contaminación del agua y del aire,
los daños a la salud humana y consecuencias socioambientales (desarticulación
de las economías regionales, las migraciones, o el desempleo) son
cuestiones serias
que no han sido consideradas por el
gobierno nacional y los gobiernos provinciales
al momento de aceptar la instalación de estos proyectos. Las asambleas,
en cambio, sí vienen teniendo
ese debate serio que tanto se reclama
desde hace años a través del trabajo reflexivo de los compañeros y
las compañeras en los cortes, conversando con la comunidad, debatiendo en
escuelas, lugares de trabajo, universidades y llevando adelante medidas de
carácter institucional.
Es importante resaltar que se trata
de verdaderas puebladas que, con sus propios cuerpos, sostienen la lucha por
no ser contaminadas, negándose a brindar
la licencia social a esos proyectos.
Maestros, comerciantes, empleados públicos, niños y niñas, mujeres, ancianos
y ancianas, estudiantes. Todos y todas se hacen presentes en esos cortes intentando
que el debate serio
sea dado desde todas las instancias posibles. En ningún caso, la
presencia de ONGs transnacionales
se encuentra detrás de aquellos que llevamos esta protesta, como están
intentando instalar ante la opinión pública. Quienes resistimos al saqueo
y contaminación de nuestros territorios, somos trabajadores/as, vecinos, ciudadanos,
pueblos autoconvocados de modo horizontal y asambleario.
Con hechos como la implementación
de la ley antiterrorista, en diciembre de 2011, y las acciones concretas de
represión de las manifestaciones pacíficas en cada uno de los cortes realizados,
el gobierno nacional
no sólo demuestra una connivencia con los poderes locales y provinciales,
con intereses mineros, sino que además muestra una iniciativa activa en el
intento de acallar las posibles voces divergentes y las luchas sociales que
buscan plantear un modelo de país más inclusivo y sostenible para sus habitantes,
una sociedad donde los bienes comunes
estén a disposición de una vida digna, saludable y sin explotación.
La criminalización de la protesta social se viene llevando adelante no sólo
de manera mediática (etiquetando a nuestros luchadores sociales con motes
de ‘extremistas’ o ‘irreflexivos’), sino también abriendo causas judiciales
por delitos inexistentes, encarcelando a compañeros/as con delitos dibujados
y reprimiendo con saña a mujeres, niños y hombres que se encuentran defendiendo
los Bienes Comunes (mal llamados recursos naturales), que son patrimonio de
todos y todas.
Estas luchas no comenzaron en el momento
en que Clarín las mostró. Fueron los medios de comunicación alternativos quienes
durante años las han mostrado y difundido. Los medios masivos sólo han caído,
tal que paracaidistas, a mostrar un conflicto que, ya madurado, se encuentra
en el momento de respuesta más agresiva por parte del gobierno. Es en este
marco que los intentos de la política oficialista por transformar este debate
serio sobre la megamineria, en una burda opereta que tendría como principales
actores al gobierno
y los grandes grupos mediáticos
(que aparentemente inventan las imágenes de represión para “desgastar
al gobierno nacional”) caen rápidamente cuando observamos la realidad de los
hechos. Más
allá del oportunismo político de ciertos medios, más allá del sensacionalismo
de ciertas coberturas que terminan banalizando nuestras luchas, las mismas
son genuinas resistencias populares de larga data; expresan el carácter crítico
de poblaciones enteras que se ven amenazadas por el saqueo de sus fuentes
de agua, sus tierras y sus medios de vida, en un escenario de grandes asimetrías,
donde el poder financiero de las corporaciones encuentra como aliados el clientelismo,
la corrupción y la fuerza represiva del Estado en manos de gobiernos que han
decidido gobernar para aquellas y donde las empresas periodísticas locales,
usualmente funcionan como apéndice del aparato propagandístico de las mineras.
Señora Presidenta, no es serio llamar
al debate cuando el oficialismo ha vetado sistemáticamente el funcionamiento
de las comisiones de minería en el Congreso de la Nación, en el que ‘yacen’
sin pena ni gloria un sinnúmero de iniciativas legislativas para modificar
el actual régimen minero. No es serio asumir la defensa del actual régimen
de minería transnacional a gran escala, monopolizada por grandes corporaciones
extranjeras, exclusivamente orientadas a la exportación de materias primas
sin procesamiento, con gravosos costos ecológicos, en nombre de un ‘proyecto
nacional y popular’. No es serio, desde ese posicionamiento político-ideológico,
sostener un régimen legal que expresa lo más rancio del consenso de Washington
y el neoliberalismo de guerra impuesto por el Banco Mundial en toda América
Latina en los ’90, acá aplicado a rajatabla por el Menemato; no es serio hablar
de ‘postneoliberalismo’ cuando se da continuidad y se profundizan las increíbles
prebendas que la legislación del menemismo (Ley 24.196 y correlativas) le
otorgan a las grandes transnacionales mineras, hoy usufructuarias del agua
y los minerales de nuestra cordillera. Señora Presidenta, no es serio hablar
de ‘políticas de inclusión social’ desde un modelo minero-extractivista con
nulo impacto en el empleo y efectos negativos en la matriz energética y productiva
del país. No es serio asumir la defensa de una ‘economía de enclave’ en nombre
de la ‘industrialización’. No es serio apelar irresponsablemente a sentimientos
nacionalistas para embanderar la defensa de la soberanía y usarla en contra
de quienes estamos también luchando contra las nuevas modalidades del colonialismo.
En su discurso sobre Malvinas
Ud.
plantea que jamás escuchó “a
ninguna ONG ni organización ambientalista hacer críticas al Reino Unido por
lo que se está haciendo en las Malvinas”.
A nosotros nos llama muchísimo la atención que no haya nunca escuchado todo
lo que hacemos contra la depredación por parte de la petroleras, sojeras y
mineras, todas transnacionales, en el territorio nacional dentro del continente.
Hemos
denunciado que varias de las grandes corporaciones mineras que operan en nuestra
cordillera forman parte de los mismos holdings empresariales que hacen exploración
petrolera en Malvinas con la licencia de Gran Bretaña. Estamos reclamando
la urgente restitución de nuestra soberanía energética, alimentaria e hídrica,
hoy erosionadas y amenazadas en manos de grandes corporaciones transnacionales
usufructuarias en última instancia del extractivismo petrolero, sojero, minero.
Tampoco es serio convocar al diálogo cuando de antemano se nos estigmatiza
y se descalifica como interlocutores acusándonos a priori de ‘ignorantes’,
‘fundamentalistas’, o ‘pseudo-ambientalistas’ que obedeceríamos a otros intereses.
Se
nos acusa de fundamentalistas porque decimos ‘NO’, pero no decimos ‘NO PORQUE
NO’.
Tampoco le decimos ‘No’ a toda
actividad minera, sino a una modalidad específica de explotaciones: los mega-proyectos
de minería transnacional a gran escala y extranjerizante.
No somos fundamentalistas; tenemos fundamentos, que es distinto.
fundamentalismo es decir ‘sí
o sí’; es imponer este tipo de explotaciones a toda costa y a como dé lugar,
aún apelando al uso de la violencia, del soborno, la cooptación, el clientelismo
y la represión. eso es fundamentalismo minero.
es cerrar los
ojos a la realidad de las consecuencias de este modelo y cerrar los canales
de diálogo para con la propia población.
Es por todo esto que, vemos la actitud
de la señora presidenta como una burla a los pueblos que decimos NO a la megaminería
contaminante y saqueante.
Sí, estamos de acuerdo. Aunque no haya
sido serio su llamado inicial, necesitamos
ABRIR UN PROFUNDO Y SERIO
DEBATE, AMPLIO Y DEMOCRÁTICO SOBRE LA ‘CUESTIÓN MINERA’ CON TODO EL PUEBLO
ARGENTINO. NECESITAMOS DISCUTIR QUÉ MINERÍA QUEREMOS, QUÉ MINERÍA NECESITAMOS,
QUÉ MINERÍA ES POSIBLE.
PERO ANTES, ES IMPERIOSO
PARAR LA SANGRÍA ECOLÓGICA, ECONÓMICA Y POLÍTICA QUE SIGNIFICA EL ACTUAL RÉGIMEN
MINERO. ES URGENTE SU MODIFICACIÓN.
Urge recuperar la Soberanía
sobre nuestro territorio, sobre nuestros cerros, nuestras fuentes de agua
y nuestros bienes ambientales no renovables. Urge recuperar la soberanía sobre
el Estado y las instituciones de gobierno, hoy completamente colonizadas por
las grandes corporaciones mineras. Urge parar la depredación y la represión
como ‘política de estado’.
La lucha de las asambleas ha sido
fruto de la colaboración, el trabajo, la reflexión y el esfuerzo de muchos
hombres y muchas mujeres que, concientes del peligro que implica la presencia
de estas megamineras transnacionales en sus territorios, han generado formas
para defender lo más preciado que tenemos: nuestras tierras, nuestra agua
y nuestra vida. Pueden intentar plantar un sinfín de mentiras. Sin embargo
el espíritu de quienes luchamos sigue más fuerte que nunca, nuestra convicción
de construir un mundo mejor para todos, se fortalece día a día y las ganas
de seguir en las rutas, en las calles y en los oídos de la gente no merma.
UAC - Unión de Asambleas Ciudadanas
¡Fuera las mineras
de nuestro país!
¡Fuera las transnacionales
de todo el territorio nacional!
¡Basta de represión
al pueblo que lucha!
¡No al estado de
sitio en Andalgalá!
¡Ni una mina más!
Adhesiones a esta
carta:
Comisión
Prensa y Comunicación
UAC
Unión de Asambleas Ciudadanas
UAC Unión de Asambleas Ciudadanas
Contra
el Saqueo y la Contaminación