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Megaminería: Profundizar el modelo con cianuro
Por MIR Movimiento de Izquierda Revolucionaria - Thursday, Feb. 23, 2012 at 1:57 PM
mirenrosario@gmail.com

Famatina: el agua, el oro y la vida

“El sector minero puede ayudar muchísimo para el desarrollo argentino, para el crecimiento productivo, del empleo, de las exportaciones, para el ingreso de divisas. Así que nosotros desde el Gobierno Nacional vamos a jugar fuertemente a apoyar al sector”, decía Néstor Kirchner en la inauguración del Plan Minero en 2004, amparado en las leyes mineras legadas del menemato. Tal como lo avizoró en aquella oportunidad, el desarrollo minero viene avanzando gracias al apoyo del gobierno nacional y los gobiernos provinciales, pero también encontrando la resistencia de las comunidades. Desde la constitución de 1994, la administración de los recursos naturales depende de las provincias. En el caso de iniciativas de este tipo que tienen un alto impacto ambiental, las mismas generan la resistencia popular.

La minería a cielo abierto es una forma de extracción de minerales que a diferencia de la minería tradicional de socavón, basado en la perforación de la montaña, utiliza explosivos que destruyen los cerros dejando toneladas de material que luego debe ser procesado. La técnica más utilizada es la de lixiviación, que permite separar los minerales buscados (oro y plata la mayoría de las veces) del resto de los desechos. Esta técnica utiliza al cianuro como sustancia que permite separar los minerales. Esto trae como consecuencia el derrame y filtrado de sustancias tóxicas para el medio ambiente y para la vida. Además, el proceso requiere grandes cantidades de agua, que en una zona casi desértica como es la provincia de La Rioja el impacto es altamente crítico.

A lo largo y ancho del país se vienen gestando las Asambleas Ciudadanas. Algunas sobrevivientes del estallido del 2001, otras surgidas con motivo de la resistencia a la minería a cielo abierto. Nucleadas en lo que se conoce como la Unión de Asambleas Ciudadanas (UAC), vienen desarrollando acciones de coordinación en las diferentes provincias para enfrentar a las empresas y a los gobiernos pro mineros, como es el caso de José Luis Gioja (San Juan), Daniel Peralta (Santa Cruz), Martín Buzzi (Chubut), y Luis Beder Herrera (La Rioja) por mencionar algunos. Todos gobernadores kirchneristas.

El Famatina no se toca

La localidad de Famatina arranca su historia de lucha en el 2007, cuando la Barrick Gold había intentado explotar la zona de la vieja mina La Mexicana. En ese momento, las diferencias entre el gobernador Ángel Maza y su vice Luis Beder Herrera sumaron un nuevo foco de conflicto. Beder Herrera, con un discurso anti minero e impulsor de la ley 8137 (1) que prohibía actividades que utilizaran cianuro, se puso del lado de las movilizaciones y las asambleas, y la crisis del gobierno hizo dar marcha atrás el proyecto provocando la retirada de la Barrick. Como consecuencia de esto, Angel Mazza fue destituido en marzo del 2007.

En las elecciones de los meses siguientes, Beder Herrera, con un fuerte discurso ambientalista, fue elegido gobernador. Casi un año y medio después, y apoyándose prácticamente en los mismos legisladores que la sancionaron, se derogó la ley que prohibía la explotación minera.

Una integrante de la asamblea de Famatina decía: “una falta de respeto para los que han trabajado muchos años defendiendo la vida; esa lucha y ese sacrificio ha beneficiado a un sector político para destituir a un gobierno y sentarse en el poder, y hoy está entregando los recursos naturales, burlándose de la decisión de un pueblo”.

En junio de 2011, el gobernador declaró “Tiene que dejarse de joder con la minería”. En Diciembre, luego de una reunión entre funcionarios provinciales y miembros de la empresa Osisko (nueva interesada en el Famatina), se encontraron “listas negras” que contenían datos personales de integrantes de las asambleas de Famatina y Chilecito. Toda una muestra de la metodología que los funcionarios están dispuestos a utilizar para frenar la lucha popular.

Casi la totalidad de los 6000 habitantes de la localidad de Famatina se viene movilizando para evitar los inicios del plan de exploración de Osisko Mining Corporation. En el corte iniciado el 2 de enero la población se mantiene firme frente a la vigilancia de fuerzas policiales que amenazan con repetir lo sucedido en Andalgalá (2). Al cierre de este artículo el gobernador Beder Herrera anunció la postergación en el inicio de las actividades, abriendo un impasse en la pelea, con el fin de ganar tiempo para desarticular la movilización popular.

Frente a esto, los habitantes de Famatina se mantienen firmes en el reclamo. Saben que no están solos, que están acompañados por miles de trabajadores, estudiantes y organizaciones a lo largo y ancho del país que vienen haciendo suyo el lema “El Famatina no se toca”.

Seguiremos resistiendo a la minería y luchando contra un modelo que pretende saquear nuestros recursos naturales, a costa de la salud de nuestro pueblo y en beneficio de las multinacionales.

Pedro Benedetti

Notas:
1- Dicha ley fue aprobada en marzo del 2007 por la legislatura riojana.
2- En febrero del 2010, los vecinos de la localidad de Andalgalá, en Catamarca, fueron reprimidos en una protesta anti minera. El saldo fue de unas 60 personas heridas por el accionar policial.

El panorama megaminero

Las luchas en defensa de los bienes comunes, la resistencia al saqueo y la contaminación han conocido en los últimos años un crecimiento extraordinario. El avance de estas luchas ha sido proporcional al intento incesante de capitales transnacionales por atravesar nuestras fronteras. Y este avance es, a su vez, la consecuencia directa de la política pro minera del gobierno nacional: entre el 2003 y el 2010 se registró un crecimiento acumulado de 1544% en las inversiones, mientras que la cantidad de proyectos para 2010 es de 572, un 3078% más que en 2003, cuando asumiera Néstor Kirchner. Los datos anteriores muestran la dimensión que la extracción minera tiene para el proyecto kirchnerista: es uno de los pilares de su modelo económico.

El año que comienza trae noticias importantes y renovadas luchas en lo que se refiere a la resistencia contra la megaminería. Dos días antes de finalizar el 2011 el kircherismo logró en Río Negro la derogación de la Ley 3891 que impedía la minería metalífera a cielo abierto con uso de cianuro y mercurio. Esto permitiría la inmediata puesta en funcionamiento del proyecto Calcatreu, que ya ha sido rechazado masivamente por los pobladores de Ingeniero Jaccobacci, ubicado a diez kilómetros de la mina. Calcatreu, además, pondría en peligro la subsistencia de las comunidades mapuches y tehuelches que habitan los alrededores.

Una iniciativa idéntica tiene lugar en Chubut, cuyo gobernador pretende terminar con la Ley 5001, que prohíbe la minería a cielo abierto con uso de cianuro. Así, se intentaría poner en marcha un emprendimiento que fue rechazado previamente en 2003.

Mientras tanto en la provincia de Mendoza, la situación no es muy diferente. Luego del triunfo popular que logró detener el proyecto San Jorge en el mes de agosto, tres meses después el gobierno provincial arremetía de nuevo. El pueblo de San Carlos cortó la ruta para detener las exploraciones de la Teck Cominco, que pretende extraer oro y plata. Además, el nuevo director de minería de la provincia declaró que “Mendoza debe tener un desarrollo minero porque es una provincia minera” (Los Andes, 21/01/12). Como última perlita, Cristina Fernández de Kirchner anunció que visitará personalmente la mina de Potasio Río Colorado, de capitales brasileros.

Al panorama nacional debe agregarse la resistencia heroica por el Famatina (ver nota central), las protestas en Chilecito por igual motivo, y el corte de ruta de los catamarqueños en Belén, que siguen combatiendo La Alumbrera.

El modelo es un gran agujero

La megaminería tiene una importancia central (junto con la sojización de los campos) en la tan mentada “profundización del modelo”, con lo que se trata de mejorar la competitividad y posicionar a Argentina un gran exportador.
En lo concreto esto implica reducir al mínimo las restricciones a las transnacionales a través de la flexibilización de leyes, bajísimas retenciones, privilegios impositivos.

Al mismo tiempo en que se da luz verde al saqueo, se profundiza el capitalismo dependiente argentino. Se abren las puertas de par en par a las Barrick, Coro Mining, Yamana Gold, Vale, etc. para que inviertan millones de dólares que luego recuperan acrecentados miles de veces. Dejan miseria, contaminación mientras se llevan todo. El modelo es un gran agujero.

La lucha se renueva

El avance megaminero ha encontrado una resistencia férrea en todo el país. A lo largo de toda la cordillera el pueblo dijo no al ataque imperialista para despojar esta tierra de nuestros bienes comunes. Una de las herramientas que se contó en esta pelea fueron las diferentes “leyes anticianuro” sancionadas desde el 2003 por iniciativa popular. Sin embargo, la fortaleza que alcanzó el kirchnerismo con las últimas elecciones, y que le otorgó casi todas las gobernaciones del país, permite augurar que arremeterán contra dichas leyes, como ya se hizo en Río Negro.

En lo inmediato, parece claro que los esfuerzos de las diferentes organizaciones socio-ambientales, asambleas populares, estarán destinados a la defensa de las leyes antimineras. Ese pareciera ser el gran dique de contención, aunque es evidente que lo único que nos permite resistir en pie es la organización y movilización constante en todos los puntos del país.

En una perspectiva de mediano plazo es necesario tener conciencia de que cualquier freno al ingreso de mineras que contaminan y roban lo nuestro es provisorio. El lugar que ocupa nuestro país en el orden capitalista es el de ser productores de materias primas, lo que en gran medida es llevado a cabo por capitales extranjeros en terreno argentino, que se lo llevan todo ayudados por un gobierno, un Estado y una burguesía criolla cómplices.

La lucha contra la megaminería sigue siendo una parte dentro del conjunto de la lucha antiimperialista de nuestro pueblo. Desde hace años adquirió una relevancia en la agenda política que sólo una gran ceguera puede ignorar. Por lo tanto, la tarea de los revolucionarios es ser parte de ella y trabajar para que se transforme en una lucha contra el azote del imperio y por la liberación definitiva de nuestro continente americano.

Ariel

(Artículos publicados en A Vencer N°39, edición enero-febrero)

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