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Lucas Menghini, un trabajador como muchos
Por El Saltimbanqui - Sunday, Feb. 26, 2012 at 11:50 AM
saltimbanquiradio@hotmail.com

Lucas Menghini, el último asesinado encontrado después de 2 días en el vagón cuarto, representa el perfil de la victima en extremo de este sistema basado en el funcionamiento corrupto. Trabajador explotado de un call center y carne de cañon de la desidia.

Lucas Menghini, un t...
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Lucas, el chico al que lo buscaba la familia, tenía un laburo como trabajador de un call center. No hace falta imaginar mucho lo que significa trabajar de llamador constante o bien, oficiar de receptor de puteadas por doquier. Una mierda. Trabajo de mierda con sueldos de mierda.

Con condiciones laborales de mierda. Bueno, además de eso, encima, para ir hacia el lugar donde debía de ir para ganarse el puchero, tenía que hacerlo desde la propuesta amasijadora asfixiante que propone ésta superable realidad: el tren sarmiento de los patrones Cirigliano. No hace falta, también, escarbar mucho para conocer quiénes son los Cirigliano: protagonistas de primera plana en los procesos de tercerización del ferrocarril en los '90.

La empresa EMFER, de la familia mencionada, era la que reparaba los coches de TBA y de UGOFE (la famosa asociación estatal con los concesionarios privados del ferrocarril, integrada por el grupo Romero, el grupo Roggio y el grupo Cirigliano) con plata del Estado. Y no son moneditas: por ejemplo, en 2003 TBA declaró utilidades por 80 millones de pesos repartidos entre sus accionistas.

Los índices de crecimiento de la economía posteriores aumentaron el nivel de flujos de esas ganancias. En 2012 está previsto que TBA reciba más de dos millones de pesos en subsidios estatales por día, totalizando 832 millones de pesos anuales. Y toda esa bola de dinero estatal revienta en los bolsillos y las cuentas de los Cirigliano y otros tantos garcas más (mientras Lucas, vos, yo, nos encontramos viajando en ese tren de mierda, y en todos los trenes de mierda) fue conseguida a fuerza de corrupción.

La Cámara Federal porteña consideró probadas el desembolso de coimas y el pago de viajes por parte de Claudio Cirigliano hacia Ricardo Jaime, predecesor de Juan Pablo Schiavi en la secretaría nacional de Transporte. Lo loco aparece cuando uno se aleja por un segundo de la coyuntura, y ve las cosas un poco desde otro lado. Puede ser que allí surjan algunas reflexiones o preguntas, como por ejemplo: ¿Hace falta vivir así? ¿Por qué hay que estar, como en el caso de Lucas, y de muchos (casi todos, la gran mayoría) viviendo de un trabajo que prácticamente te vuelve loco, insalubre al mango, cobrando seguramente un cuarto o algo así, de lo que realmente se necesitaría para cubrir las necesidades básicas?

Las sobras de ellos es el faltante nuestro, lo que precisamos para una existencia digna descansa en las costosas propiedades y furiosas cuentas bancarias de los Cirigliano y compañía. Nos acostumbraron a ello, lo vivimos como normal, natural, como que no queda otra: es así. Pero la visión lejana, desde un poco más arriba que de costumbre (no mucho) nos dirá que esta realidad horrible y asesina puede y tiene que ser cambiada. Lucas no se merecía eso. Su muerte, como todos los del Tren, costearon, ni más ni menos que la gran bienaventuranza de los ricos que nos dirigen, que nos tiene que decir de qué laburar, cómo nos van a pagar y de qué manera debemos ir al yugo. ¿No es hora de que lo decidamos nosotros?

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