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Señora presidenta: nuestro trabajo tiene el mismo valor que el de cualquier trabajador
Por Amsafe Rosario - Monday, Mar. 05, 2012 at 7:25 PM

Hace pocos días escuchamos por cadena nacional sus dichos en relación a los docentes. Entre otras cosas, usted afirmaba: “… creo que quedaron atrapados en la lógica de otro país; la lógica de la carpa blanca” y "tienen tres meses de vacaciones y jornadas laborales de cuatro horas". Rechazamos enfáticamente que frente a un conflicto laboral que usted y muchos gobernadores enfrentan en distintas provincias, pretenda denostar nuestra tarea como trabajadores de la educación, apelando a un discurso que sin lugar a dudas encierra falsedades y una vez más intenta enfrentarnos con otros trabajadores. Ante estas apreciaciones que usted hace, le respondemos con las palabras vertidas por el compañero Daniel Couselo en los medios de comunicación : “La lógica de otro país y la referencia a otras épocas está justamente en el discurso de la presidenta. Esto mismo nos decían gobernadores que en los años '90 querían privatizar la educación pública y me trajo reminiscencias de las apelaciones de Neustadt a Doña Rosa para justificar la privatización y el ajuste en el sector público.”

Sostenemos que su discurso encierra falsedades porque es de público conocimiento que los docentes trabajamos no sólo cuatro horas y media frente al aula, sino que nuestra tarea continúa en los hogares estudiando, planificando, seleccionando material, corrigiendo, armando actividades específicas para los alumnos con problemas de aprendizaje, elaborando informes, entrevistándonos con los profesionales que asisten a nuestros alumnos y realizando visitas domiciliarias. De más está decir que el apodo de “profesor taxi” está bien ganado, debido a la cantidad de traslados que debemos hacer de una institución a otra . Además, muchas maestras y profesores recorremos más de 100 kilómetros para llegar a las escuelas, sin contar con ningún medio de transporte y viéndonos obligados a hacer dedo para cumplir con nuestro trabajo.

También usted sabe mejor que nosotros, porque es el mismo Ministerio de Educación quien dispone el calendario escolar, que no tenemos tres meses de vacaciones. Como cualquier trabajador, contamos con una legislación que establece que la licencia anual ordinaria se corresponde con nuestra antigüedad, llegando a un máximo de cuarenta y cinco días una vez cumplidos los veinte años de trabajo en el sector.

Los maestros no sólo salimos a luchar por salarios, como usted dice. Salimos a reclamar por todas y cada una de las condiciones de trabajo en las escuelas públicas, que son nada más y nada menos que las condiciones de aprendizaje de los hijos del pueblo. Que los gobernantes hagan oídos sordos a estos reclamos y se sienten a discutir sólo salarios a principios de año, es una lógica que nos pretenden imponer su gobierno y los gobiernos provinciales.
Que usted haga referencia a nuestra estabilidad laboral o al salario que ganamos, que no fueron graciosamente concedidos por ningún gobierno, sino alcanzados con la lucha colectiva, no nos va a enfrentar, sino que, muy por el contrario nos hermana con el resto de los trabajadores ocupados y desocupados, quienes conocen perfectamente la historia de nuestro pueblo, su organización y el costo de cada una de las conquistas que fuimos ganando.
Jamás los trabajadores de la educación hemos cuestionado la genuina lucha de otros trabajadores. Aspiramos a que todos ganemos salarios que nos permitan satisfacer todas nuestras necesidades y a condiciones dignas de trabajo. Le recordamos que jamás alentaremos al enfrentamiento de pobres contra pobres, porque tal como lo decía Arturo Jauretche, “conquistar derechos provoca alegría; mientras que perder privilegios provoca rencor”.

Su discurso apunta al lugar equivocado. Los trabajadores tenemos derechos y no privilegios. Los privilegios sólo son patrimonio de aquellos que detentan el poder económico o que le sirven a él, como es el caso de los legisladores que se aumentan sus dietas un 100 %, mientras permiten que la riqueza que producimos los trabajadores siga concentrada en pocas manos.
Un conflicto con los trabajadores nunca encontrará solución cuestionando nuestro trabajo. Somos los que históricamente y en medio de todas las adversidades sostuvimos y sostenemos la escuela pública. Es hora de que los gobiernos dejen de explicarnos todo lo que hacen por la educación y empiecen a reconocer el valor que ella tiene para un país. Es hora de que la riqueza que producimos vuelva al pueblo fundamentalmente en educación y salud.
Señora Presidenta, como trabajadores nunca vamos a renunciar a nuestro derecho a luchar por lo que nos corresponde, y como docentes hacemos propias las palabras del educador popular Paulo Freire: “Si hay algo que el pueblo necesita saber, desde la más tierna edad, es que la lucha a favor del respeto a los educadores y a la educación significa que la pelea por salarios menos inmorales es un deber irrecusable y no sólo un derecho. La lucha de los profesores en defensa de sus derechos y de su dignidad debe ser entendida como un momento importante de su práctica docente, en cuanto práctica ética. No es algo externo a la actividad docente, sino algo intrínseco a ella.”

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