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Se firmó el convenio para la recuperación de un sitio de memoria
Por Reenvio | Prensa Comisión por la Memoria - Saturday, Mar. 10, 2012 at 12:30 AM

Recuperación edilicia de un sitio de memoria 

El acto se realizó esta tarde en la actual sede de la CPM, 7 y 42.

Se firmó el convenio...
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La Comisión Provincial por la Memoria firmó un convenio con el Ministerio de Infraestructura de la Provincia de Buenos Aires para la recuperación edilicia y puesta en valor como sitio de memoria de su sede ubicada en calle 54 N° 487 de La Plata donde funcionó la Dirección de Inteligencia de la policía bonaerense.

El documento lleva la firma del Ministro Lic. Alejandro Arlía y los presidentes de la CPM Adolfo Pérez Esquivel y Hugo Cañón.

Estuvieron presentes la Ministra de Economía Silvina Batakis; el jefe de gabinete del Ministerio de Infraestructura, Ricardo Lospinatto; el decano de la Facultad de Humanidad de la UNLP, Aníbal Viguera; la Secretaria de la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata, Dra. María A. Pérez Galimberti; Edgardo Binstok, asesor de Jefatura de Gabiente; el Secretario General de CTA La Plata, Carlos Leavi y representantes de organismos de DDHH.

El Dr. Hugo Cañón, presidente de la CPM dijo que “hoy es un día de celebración de la memoria, más que un anuncio de la remodelación de un edificio, que es algo material. Pero tenemos que analizar la profundidad de este convenio en cuanto al camino de verdad y justicia que venimos recorriendo en la Argentina. Nos hace sentir muy plenos como luchadores, como militantes por la vida. Aquellos que vivimos en la dictadura, pasábamos por esta casa maldita con miedo a que nos interrogaran. Hoy es un lugar de trabajo por la vigencia de los derechos humanos, con la participación de los jóvenes, donde se reciben denuncias de víctimas, etc.”

Por su parte, el Ministro Alejandro Arlía expresó “Son un ejemplo para todos los que abrazamos la militancia política como una forma de transformación de la realidad a favor de los más humildes, de los desprotegidos, de quienes no tienen oportunidad de decir las cosas. Una de mis principales preocupaciones era resguardar la integridad de esos documentos, fundamentales para la memoria, la verdad y la justicia, pilares de un estado que quiere vivir hacia delante tiempo de paz, de prosperidad y de garantías para sus ciudadanos.” Este proyecto entonces surge y lo asumimos como una obligación del estado, que nace del derecho de los ciudadanos a conocer la verdad.”

Y, al finalizar el acto, Adolfo Pérez Esquivel dijo: “Lo único que puedo decirles que hay que seguir caminando juntos. Que no perdamos la fuerza la esperanza de que otro mundo es posible. Esto que estamos construyendo desde la CPM, en el país, con todas las contradicciones, es para ayudar, no es estar en contra por estar en contra, sino ayudar para mejorar todos. Sigamos entonces caminando juntos”.

La Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires (DIPPBA), funcionó hasta 1998 en la céntrica casa de calle 54 casi 5, en La Plata. En 2001 se convirtió en sede institucional de la Comisión cuando la Ley 12 642 aprobada por unanimidad en la Legislatura bonaerense dispone entregarle a la CPM el edificio y los archivos de la DIPPA, un extenso y pormenorizado registro de más de 4 millones de fojas, que da cuenta de la persecución político ideológica que miles de ciudadanos sufrieron durante casi medio siglo en la Argentina. Desde hace 11 años la CPM está ubicada en ese edificio donde funcionan los programas Jóvenes y Memoria, Justicia y Seguridad Democrática, el Comité contra la Tortura, entre otras áreas de la CPM.

 

 

La historia detrás de la casa

El 22 de marzo de 2001, mediante la ley 12.642, el gobierno de la provincia de Buenos Aires entregó a la Comisión por la Memoria el edificio donde había funcionado hasta 1998 la Dirección de Inteligencia de la Policía (DIPPBA). El gobierno de la provincia había comprado el edificio en el año 1965, aunque ya estaba funcionando desde antes en ese lugar la Dirección de Inteligencia. Con diferentes nombres -Oficina de movimiento político en 1945, Servicio de Informaciones de la policía en 1955, Dirección General de Inteligencia a partir de 1977- este órgano de la policía tenía como objetivo formal informar a la Jefatura de policía y al gobierno provincial, sobre posibles hechos delictivos que se estuvieran por cometer en el territorio bonaerense.

En la práctica –y sobre todo a partir de 1955 después del derrocamiento de Perón- se convirtió en el lugar donde se reunía información sobre el accionar político de todos los ciudadanos, información que luego servía para perseguirlos, encarcelarlos y a partir de la década del 70, hacerlos desaparecer o asesinarlos. La Dirección de Inteligencia de la policía tenía a su vez delegaciones en todo el territorio provincial que funcionaban en comisarías. Desde esas delegaciones se enviaba la información obtenida del seguimiento de las personas, ya sea en forma directa (a través de personas detenidas legalmente o secuestradas ilegalmente, o de la observación de actos políticos, estudiantiles, sindicales) o de forma indirecta (escuchas telefónicas, robo de padrones de sindicatos y partidos políticos, publicaciones, etc.) a la Dirección General que era la entidad que funcionaba en el actual edificio de la Comisión Provincial por la Memoria.

Allí se procesaban todos los datos recibidos, se los clasificaba (de acuerdo a lo que llamaban factores: políticos, gremiales, estudiantiles, docentes, etc.), se confeccionaban fichas y legajos, y se guardaban en un gran archivo general. Esa información a su vez, era elevada a la Jefatura de policía y servía para continuar con la persecución a otros ciudadanos. Actualmente estos documentos no sólo son prueba documental para conocer cómo funcionaron los procesos de persecución y espionaje, sino también un aporte fundamental para los juicios a quienes fueron responsables de crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura militar en la Argentina.

 

La casa: crónica y testimonios

 

La casa donde funcionó la DIPPBA tuvo varias modificaciones edilicias, una de las más visibles hacia el exterior fue en el año 1976, cuando se construyó una garita de vigilancia que avanzaba sobre la línea municipal. Ocupando una parte de la vereda, interrumpía el paso de los peatones destacando la presencia del edificio. No era una casa más sino que desde allí se realizaba una permanente guardia sobre la cuadra, se registraba minuciosamente quién entraba, quién salía, quién merodeaba la zona. La presencia policial era marcada más allá del interior. Hoy la garita sigue interrumpiendo el paso pero para reflexionar sobre las huellas de ese pasado de violencia y dolor en el presente. Ya no se vigila, ya no están esos ojos en alerta. Actualmente es un lugar abierto a la comunidad. Según lo aportado por algunos testimonios, en el año 1976, al entrar a la casa había una especie de trinchera armada con bolsas de arena apiladas, una “casamata” con una ametralladora apuntando hacia la puerta y un guardia custodiando. Allí en la misma planta estaba también el archivo, detrás de una puerta que decía acceso restringido. En el primer piso había 25 gabinetes de madera dispuestos en forma de herradura, donde se realizaba el trabajo final de confección de las fichas y legajos. Y en el segundo piso, se hacía la primera clasificación del material que llegaba desde las delegaciones, así como el recorte de diarios nacionales y regionales.

Hasta el momento no hay testimonios de personas que den cuenta de que en la casa hubiera funcionado como lugar de detención. Sin embargo, muchos vecinos del barrio han relatado el temor que generaba el lugar durante la dictadura, y coinciden en señalar algunas de las prácticas habituales de la época: el vallado de la calle en 5 y 54 que impedía la circulación vehicular a la noche, la obligación de entrar en contramano por calle 4 con las luces de afuera apagadas y las interiores encendidas, la permanencia de gente de civil que portaba armas de diverso calibre en las proximidades de la casa y el continuo movimiento de autos en la zona. No todos tenían conocimiento de que allí se encontraba la Dirección de Inteligencia de la Policía, y muchos indican que asociaban la casa con una comisaría u otra dependencia policial, por la permanente entrada y salida de gente. “Sabían todos nuestros movimientos y todo lo que pasaba”, recuerda una vecina que vivió en su adolescencia en el barrio. Las personas que se encontraban en el lugar les preguntaban a dónde se dirigían o advertían de episodios de represión sucedidos en otros puntos de la ciudad, “aconsejándoles” si era conveniente salir o no ese día: “sabían quiénes éramos y qué hacíamos”. Cualquier movimiento era sospechoso. De esto da cuenta el relato de un arquitecto que por sacar fotos a un edificio de la cuadra, fue demorado varias horas en la Dirección de Inteligencia mientras allanaban su casa. Otra vecina recuerda un día en el que hicieron desalojar un edificio lindante, porque se había encontrado un bulto sospechoso en la camioneta de su padre, e intervino la Brigada antiexplosivos. Los recuerdos circulan y el horror de la época está presente en el relato de los vecinos, algunos incluso sostienen haber escuchado ruidos muy fuertes, tiros y gritos que provenían de la casa. Y quienes transitaban por la cuadra no pueden olvidar la sensación de miedo e intimidación que provocaba el despliegue de la DIPPBA. Más allá de la prueba concreta sobre lo dicho, lo cierto es que el edificio está cargado de sentidos y sentimientos que hacen una permanente referencia al terrorismo de estado vivido en la Argentina.

Cuando la Comisión tomó posesión de la casa, comenzó a construir una nueva historia. Ese edificio se convirtió en un “lugar” para reflexionar sobre el pasado desde las problemáticas del presente. Las actividades que allí se desarrollan están orientadas a activar la memoria y a transmitir las experiencias sobre la dictadura militar a las nuevas generaciones, para pensar las memorias en presente, para construir una memoria en defensa de los Derechos Humanos.

 

 

 

La COMISIÓN PROVICIAL POR LA MEMORIA está integrada por:

Adolfo Pérez Esquivel - Hugo Cañón - Laura Conte - Aldo Etchegoyen - Alejandro Mosquera - Victor Mendibil - Elisa Carca - Mauricio Tenembaum - Roberto Tito Cossa - Daniel Goldman - Mempo Giardinelli - Elizabeth Rivas - Martha Pelloni - Victor De Gennaro - Emilce Moler - Fortunato Mallimaci - Susana Mendez - Luis Lima - Verónica Piccone - Carlos Sánchez Viamonte

 

 

 

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