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El problema de los loles
Por George Loleman - Monday, Mar. 19, 2012 at 10:02 AM

El periodismo ciudadano es aquel que consiste en que son los ciudadanos (y no las empresas de comunicación) quienes recogen, analizan y difunden la información de forma independiente. El ejercicio de este derecho está amparado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos,1 que establece que todos los individuos tienen derecho, no sólo a recibir información y opinión, sino también a difundirlas por cualquier medio de expresión, derecho que también está recogido en algunas legislaciones estatales.

Aunque el término periodismo ciudadano se comenzó a popularizar gracias a Internet a finales de los 90 y principios de los 2000, el inicio de este tipo de periodismo está ligado con el de los medios de comunicación comunitarios,3 que son aquellos que pertenecen a una asociación sin ánimo de lucro (no hay reparto de beneficios), que gestiona y dirige el proyecto, que no realizan proselitismo religioso ni partidista, y cuyos objetivos son profundizar en la democracia con más participación ciudadana, dar voz a quienes no la tienen, y hablar de lo que no se habla en los medios. Cualquier ciudadano que quiera puede participar de estos medios haciéndose socio.
El primer medio comunitario fue Radio Sutatenza3 (Colombia), que nació en 1940 con el ánimo de educación popular para la alfabetización; en la misma década, aparecieron en Bolivia las radios sindicales mineras, más politizadas. Los primeros ejemplos en España son las radios libres Onda Lliure (Barcelona), Osina Irratia, Radio Paraíso y Satorra Irratia (País Vasco) y Radio Maduixa (Granollers), y en los 804 se popularizaron. En cuanto a televisiones, la primera alternativa a las televisiones públicas fue Tele Cardedeu,5 6 cuya situación legal no fue regularizada por la administración hasta después de la entrada en vigor de la Ley Audiovisual en 2010.7
Este tipo de medios están presentes en más de 100 países de todo el mundo, y muchos están agrupados en redes mundiales (Asociación Mundial de Radios Comunitarias), estatales (Red de Medios Comunitarios) o regionales (Unión de Radios Libres y Comunitarias de Madrid).
Estos medios tienen el apoyo de las resoluciones, dictámenes e informes de instituciones como el Parlamento Europeo,8 9 el Consejo de Europa,10 los relatores de la libertad de expresión de la ONU11 12 y otros organismos,13 Maputo14 o la Asociación Mundial de Radios Comunitarias,15 o la opinión de profesores universitarios como Manuel Chaparro Escudero,16 o el Catedrático Ramón Zallo.17 18 A pesar de todo ello, las legislaciones sobre este tipo de medios son variables. Algunos países, como Francia o Argentina, reservan un tercio del dial a estas emisoras;19 en España, únicamente se han otorgado dos licencias3 de emisión, de las cuales, sólo Ràdio Klara la conserva.

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