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Alberto Rex González - In Memorian
Por Fuente: Marcelo Valko - Thursday, Mar. 29, 2012 at 5:17 PM

Como muchos de nosotros, comencé a conocerlo a través de sus textos, y leerlo fue comenzar a admirar a ese médico, antropólogo, filósofo, arqueólogo, militante de los DDHH, y tantas facetas más, pero sobre todo admirar a esa gran persona que fue Alberto Rex González. Como tantos de nosotros, me sedujo “Arte, estructura y arqueología”, un texto que tiene cuatro décadas y sigue siendo tan actual... También quede deslumbrado por su monumental “Arte precolombino de la argentina”. Un trabajo notable y bello. Indudablemente tenia vuelo poético para escribir!

En el verano de 1998 tuve la fortuna de visitar “la pirámide de Rex”, en el sitio denominado La Choya, allí fui invitado por las arqueólogas Inés Gordillo y Florencia Kusch. La trinchera que cruzaba a la pirámide llegaba casi a la base. El sol rajaba la tierra, el lugar era desértico, caluroso, bichero, con enormes cardones, varios de ellos florecidos. Ese lugar, había sido en su momento un punto neurálgico de la geografía sagrada precolombina a la que Rex quería devolverle la magia de la palabra y decir lo que había sido.
De regreso en Buenos Aires, fuimos con Florencia a visitarlo al departamento que tenía en la Av. Belgrano. Rex muy atento nos esperaba con triples y bebidas, mientras le comentaba a Florencia Kusch sobre los avatares de la excavación de La Choya, aproveché para observar sus estanterías metálicas donde tenía todos los últimos trabajos arqueológicos de sus colegas. Debajo de cada pila había pegado papelitos escritos en imprenta con los nombres de cada uno de ellos. Para quienes trabajamos entre libros, siempre es interesante observar como otro investigador y de semejante trascendencia, ordena los suyos.
Recuerdo que a diferencia de tantos otros, no se sorprendió que un psicólogo (como es mi caso) se interesara por estos temas. En aquella oportunidad hablamos sobre la azarosa vida del sueco Erik Boman, quedamos en que me concedería un reportaje para ahondar al respecto, pero poco tiempo después se mudo a La Plata y varias veces el proyecto de entrevista se frustró por sus problemas de salud.
Años después me volví a encontrar con él en el Centro de la Cooperación, en un acto que realizamos quienes le exigimos a la Secretaría de Cultura realizar un ADN mitocondrial a los restos de Don José de San Martín para dilucidar su origen mestizo. Allí, Rex ya estaba en silla de ruedas, pero apenas su cuerpo, su brillante intelecto seguía volando intacto como lo comprobamos todos los que lo escuchamos aquella noche disertar sobre la posibilidad que el Padre de la Patria tuviese una progenitora indígena. Luego con mi hermano Alejandro lo ayudamos a bajar del escenario y volvimos a conversar sobre las exploraciones de Boman. Aunque se lo veía cansado y molesto por su impedimento físico, esa misma situación no le impidió seguir trabajando por una ciencia ética al servicio de un país justo y fraterno. Se nos fue un gran Maestro.
Mis respetos a sus familiares.
Marcelo Valko

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