Julio López
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¿Existe el anarquismo autoritario?
Por El Libertario - Wednesday, Apr. 04, 2012 at 12:34 AM

Notas sobre el conflicto en la Federacion Libertaria Argentina (FLA)

El Libertario - Año 28 - Nº69 - Verano-Otoño 2012

Mi llegada a la casa de los libertarios - por Sebastián, compañero del Bachi

Cerca del final del año 2010, animado por una ince-
ante búsqueda que me reafirmara en lo que se cono-
e como movimiento anarquista, llegué un día a la
ederación Libertaria Argentina. Ese día que toqué el
imbre de Brasil 1551 fui recibido por Edgar. Me cues-
a considerar la idea del destino, incluso la idea de la
uerte, pero lejos de toda lírica metafísica, de todo
oncepto celestial, debo agradecer que fuera ese ge-
ial personaje el que me abrió las robustas puertas
el local de la FLA, hoy cerradas a todo aquel que no
umpla los requisitos de la aberrante lógica purista
e los apropiadores de espacios.
Ese día de verano Edgar me mostró fugazmente la
asa de los libertarios, pasando por la librería, Ami-
os de la Ciencia, las bibliotecas y el salón. En esa oca-
ión no había conocido aun el archivo, el lugar más
orprendente de material libertario que pude cono-
er en mi vida.
Mi llegada a la FLA coincidió con la de una joven in-
eresada en entrevistar a los protagonistas del proyec-
o educativo que se había iniciado hacia unos pocos
ños en la Federación. Edgar, que ejercía (y ejerce)
e profesor de Química y Biología en dicho proyecto,
onocido como la Escuela Libre de Constitución y
ue afectuosamente le llamamos Bachi, me invitó a
articipar como oyente de la entrevista a realizar por
a joven. También llamó a otros dos grandes protago-
istas del superador proyecto: Moni y Hernán, com-
añeros profesores de Desarrollo Comunitario y
iteratura, respectivamente. En el transcurso de la im-
rovisada entrevista, fui conociendo los detalles más
nteresantes del Bachi. Supe que por aquel entonces
a estaba entrando en su cuarto ciclo lectivo, que po-
o tiempo antes había tenido su primera camada de
gresados, que no existían premios, castigos ni direc-
ores y que la orientación de la escuela era la de desa-
rollo comunitario. Orientación que propone a los
óvenes estudiantes la posibilidad de organizar un
royecto autogestionario, horizontal y (a mi enten-
er) propone virar la idea establecida de trabajo ha-
ia una lógica distinta donde los estudiantes puedan
xplayar su creatividad y aplicarla en el marco de
na organización completamente horizontal y solida-
ia.
Yo que había abandonado la escuela hacía varios
ños, en una característica desidia adolescente poten-
iada por un discurso “antisistema” en el que esboza-
a la idea de que la escuela no era más que una
nstitución de adoctrinamiento para la sumisión,
oté pronto que, frente a esta alternativa que me pre-
entaba la E.L.C. (Escuela Libre de Constitución), ese
iscurso se desinflaba como un globo viejo del cum-
leaños de un adolescente punk, que ya esta-
a muy crecidito para escupir banderas al
rito de ¡No hay futuro!, en vez de participar
ctivamente en la construcción de la insumi-
ión de nosotros, los oprimidos.
No dudé en anotarme en esta escuela libre,
no lo dudé porque realmente pude sentir-
me cómodo en contacto con el ámbito ame-
o y libertario que propiciaban estos
ocentes, que, lejos de proselitismos, abogan
or la realización de individuos dueños de
ensamientos críticos, verdaderos librepen-
adores.


Los detractores

Al poco tiempo de empezar las clases, co-
ocí a Diego, el profe del taller de serigrafía
uno de los muchos talleres de la E.L.C., en-
re los que se cuentan: teatro, tango, cocina,
lectricidad, dibujo y pintura, entre otros),
ra y solidaria, y un anarquista crítico, que aparte de
enseñarme la técnica de serigrafía logró enseñarme
que no se puede entender al anarquismo (y mucho
menos a la anarquía) como una cosa perfecta, resolu-
ta o inmaculada, sino que, por el contrario, los liberta-
rios tenemos la tarea de desglosar y transformar
nuestro ideal, encarando proyectos que posibiliten la
idea de un anarquismo vivo, con militantes que inter-
pelen la realidad, que se mueva en el fango de los ex-
cluidos, de los oprimidos y que se aleje cada vez más
del anquilosamiento y decadencia en que se encuen-
tra desde hace muchos, muchos años.
Claramente, la autocrítica anarquista es un debate
que muchos no están dispuestos a dar, y que incluso
son capaces de despotricar una y otra vez contra el
que la plantee, pero ese debate debe dejar en claro
que el anarquismo no es doctrina (o, al menos, no
una sola) y que la revolución social no es un fin, sino
medios.
Para esto quiero citar a José Peirats, un militante
de la CNT que combatió al fascismo franquista en la
Guerra Civil Española y que, si bien en la actualidad
estamos lejos de las realizaciones de aquella Revolu-
ción Social del '36, considero que sus palabras son
más que ilustrativas:
El destino episódico de una revolución es lo de me-
nos. Lo importante es el contenido en ideas y realiza-
ciones luminosas, constructivas, libres. Éstas
sobreviven a todas las derrotas episódicas. ¿Cuando
nos curaremos de la manía funeraria de “la victoria
por encima de todo?” El triunfo por encima de todo,
como el “renunciamos a todo menos a la victoria”,
no es revolucionario sino maquiavelismo. Es absur-
do que los hombres luchen sin identificar un princi-
pio moral elevado con la victoria. El principio de “la
victoria ante todo” es no tener principios. Una revolu-
ción cuyo desenlace no tenga los escrúpulos a repri-
mir y las víctimas a inmolar es cualquier cosa
contraria a una verdadera revolución. Y, a la inver-
sa, una caída digna tras una serie de episodios fecun-
dos, no es más que una derrota provisional. El
libertario debe preferir siempre estas “derrotas” a
aquellas “victorias”.
José Peirats estudió en la Escuela Moderna de un
ateneo racionalista de Sants, si bien a los 8 años, de-
bido a las injusticias del sistema, tuvo que empezar a
trabajar en diversos oficios.
Pese a las divergencias, de las que me fui haciendo
conocedor a medida que más me empapaba de las
internas de la casa, y de la hostilidad de algunos que
te consideraban enemigo por tener distintas nocio-
nes y prácticas; el ambiente que se generaba en el ba-
chi era un ambiente de un compañerismo fraterno,
donde la amistad no era mala palabra sino una herra-
mienta para vincularse con el mundo.


La adversidad


Lamentablemente, una cosa que descubrí en el
local de Brasil 1551: es que el maquiavelismo es algo
que resuena en la conciencia de algunos, o mejor di-
cho, el maquiavelismo actúa en el lugar donde algu-
nos tenemos la conciencia.
Así fue como llegado el momento propicio para la
acción desmedida y aberrante, los apóstoles del pu-
rismo ácrata, traicionando todo principio libertario,
complotaron, cambiaron la cerradura y se atrinche-
raron en el local prohibiendo la entrada a quienes no
cumplan con los requisitos de una moral que ni si-
quiera ellos son capaces de sustentar.
Pese a la adversidad, la Escuela Libre de Constitu-
ción seguirá construyendo, activando en unos de los
tantos barrios marginales de Buenos Aires, haciendo
la tarea superlativa de posibilitarles a los estudiantes
el contacto con la solidaridad, la fraternidad y la
igualdad como principios inviolables.
En un reportaje a Murray Bookchin, se le pregunta
sobre “el aggiornamiento del anarquismo” con tono
de autocrítica, a lo que él responde:
El anarquismo tiene que ser capaz de hacer la “po-
lítica” y formar una organización de nuevo o va a de-
venir en un tipo de boutique, a terminar como un
elemento bohemio o en un culto a la personalidad
en donde se trata de satisfacer los propios deseos. En-
tonces el anarquismo se volverá una parte de la in-
dustria del éxtasis (no tengo nada contra el éxtasis,
me encanta el éxtasis... se ríe).
El anarquismo tiene que hablarle a la gente de
nuevo, no sólo a nosotros mismos. Se tiene que capa-
citar para la política de nuestro círculo para afuera.
Considero que estas palabras elocuentes delinean
certeramente las prácticas que llevamos a cabo todos
los compañeros que quedamos afuera del local de
Brasil, los compañeros de la Federación Libertaria Ar-
gentina.


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¿Existe el anarquismo autoritario? - por el grupo Archivo-BAEL


Durante más de una década y me-
dia el grupo de afinidad que se formó
en torno al archivo de la FLA ha desple-
gado un trabajo constante. Ese traba-
jo no sólo consistió en el ordenamien-
to, la clasificación, la catalogación, la
digitalización y la atención de todos
aquellos que se acercaron a consultar
el material, sino en un ejercicio de refle-
xión sobre la forma de llevar adelante
la tarea.
Lejos de establecerse como funcio-
narios que administran los papeles
l@s compañer@s pensaron, discutie-
ron y trataron de desplegar prácticas
que pueden entenderse dentro del
anarquismo Social, Autónomo y Fe-
derado. Las primeras reflexiones so-
bre estas experiencias salieron edita-
das en el folleto El trabajo cultural del
anarquismo1 del año 2007. Más tarde,
a fines de 2010, un pequeño tríptico de-
finía y bregaba por lograr un tipo de tra-
bajo y organización afín a esos princi-
pios: ¿Cómo nos organizamos los
anarquistas?2
Ahora bien, el grupo de Archivo-
BAEL, durante mucho tiempo, escribió
diversos artículos en El Libertario que
rondaron la temática específica de los
documentos, los libros y la histórica
del anarquismo. No se habían conjuga-
do todavía las circunstancias para ha-
blar de la actualidad del movimiento,
para llegar a un examen que pudiera
aportar, desde la parcialidad, a la com-
prensión de su estado actual, de sus
potencialidades y sus carencias.
Tal vez el trabajo cotidiano, la militan-
cia diaria, el quehacer específico en el
archivo y el crecimiento constante del
grupo de compañer@s nos concentró
en las tareas necesarias para lograr re-
sultados concretos y preservar ese
gran tesoro de la memoria ácrata, que
es el Archivo de la FLA. Nos concentra-
mos también en tener una atención
abierta a tod@s los que quisieran acce-
der a la consulta, sin distinción de gru-
pos o personas, con el fin de propagar
las ideas y que sean cantera de apor-
tes para las luchas actuales.
Despegados de las grandes teorías
y de los esquemas fastuosos de organi-
zación, no por considerarlos innecesa-
rios, esperamos que estos desplega-
ran su potencial en el momento
oportuno. Es decir, renegamos de ante-
ponerlos a nuestra práctica libertaria3
porque sospechábamos que si lo
hacíamos se convertirían en dogmas
estériles. Pero lo que más nos alejaba
de este proceder era la imagen de
aquellos, que al hacerlo, comenzaban
a transformarse en verdaderos autori-
tarios.
Lo paradójico de la situación es que
identificábamos esas prácticas en
aquellos que militaban en partidos polí-
ticos, socialdemócratas o marxistas.
Con el tiempo comenzamos a ver que
también sucedía en las filas de los
que decían llamarse anarquistas.


2001. Revuelta y crecimiento

El estallido social producido en di-
ciembre de 2001, y las jornadas si-
guientes, nos encontraron en las ca-
lles. Concurríamos como todos los
viernes, hasta la actualidad, a reunir-
nos en el archivo. Pero esa concurren-
cia era sólo en un lugar de encuentro
para salir de inmediato hacia la Plaza
de Mayo entonando cantos libertarios.
El estallido fue eso, un estallido que na-
die preveía, aunque luego corrieron
ríos de tinta presagiando lo sucedido.
Los que estuvieron recordarán que el
19 y 20 de diciembre fue un momento
clave, pero que las jornadas se suce-
dieron durante meses en marchas y
concentraciones hacia la Plaza.
Lo cierto es que la sensación de es-
pontaneidad en las calles nos condu-
cía, el espíritu de insurrección contra
todo lo establecido nos transportaba,
las barricadas en las esquinas nos da-
ban esperanzas y allí estábamos, circu-
lando, marchando, aspirando gases la-
crimógenos.
Pero todo no era sólo insurrección si-
no que también había creación. Crea-
ción producida por la espontaneidad
de la necesidad, por la ruptura de los
esquemas pútridos de un sistema que
mostraba ser inútil y perverso: fábri-
cas recuperadas, asambleas barria-
les, trueque, movimientos de desocu-
pados y proyectos autogestivos, se
perfilaban como un escenario nuevo
donde se percibía algo de libertario.
Nosotros ahí, viendo, aprendiendo, tra-
tando de aportar algo, nunca condu-
ciendo, debido a nuestra poca capaci-
dad numérica, a nuestro asombro,
pero sobre todo porque no queríamos
ser conductores de nadie.
El nuevo escenario repercutió en to-
dos lados y como era lógico en la FLA
también. La casa de la FLA, casi
vacía en décadas anteriores, sosteni-
da con gran esfuerzo por viejos compa-
ñeros que ya no están, comienza a lle-
narse de actividades: grupo de
merendero callejero, grupo de apoyo
escolar, crece la cantidad de compañe-
r@s en el archivo y las bibliotecas, apa-
recen grupos de jóvenes que arman
pequeñas agrupaciones, teatro, cine,
presentaciones de libros, ediciones, la
Escuela Libre de Constitución y un lar-
go etcétera. Durante una década se
iba produciendo un crecimiento aluvio-
nal que insuflaba de ganas, de creacio-
nes y de proyectos.
Pero a la par también se sucedía al-
go de confusión, de errores, de ensa-
yos fallidos. Todo aquello que compo-
ne el aprendizaje de la nueva
militancia, de las nuevas generacio-
nes que nos acercamos al mundo liber-
tario, y de las un poco más viejas (no
mucho), sobrepasadas por las circuns-
tancias y sin una experiencia real, ya
que los verdaderos militantes habían
muerto poco antes sin poder transmitir-
nos sus vivencias de cuando la Federa-
ción funcionaba como una Federación.
¿Cuántos de los que nos acerca-
mos sabíamos qué era el anarquismo
Social, Autónomo y Federado?,
¿Cuántos de los que estaban sabían
que la FLA fue uno de los propiciado-
res de la creación de la IFA? ¿Cuán-
tos saben que la IFA tiene una clara
forma de entender el anarquismo que
se distancia de las posturas insurrec-
cionalistas y del plataformismo?
Todo lo anterior se fue aprendiendo
en el camino, en discusiones, en con-
gresos, sintiendo la afinidad con algu-
nos y las diferencias con otros, articu-
lando, rearmando los lazos
federativos.
Hasta que vino el Golpe. Artero, trai-
cionero, ruin. Algunos de afuera dicen
que ya lo presagiaban, que era lógico.
Otros no lo pueden creer, a nosotros
nos cuesta. Alfredo Zitarrosa cantaba
“Dice mi padre que un solo traidor pue-
de con mil valientes”.
Sobre lo segundo no vamos a exa-
gerar, pero sobre lo primero será la
historia la que juzgue, si no hay auto-
crítica y arrepentimiento.
Aquí no vamos a juzgar si los insu-
rreccionalista y plataformistas son au-
toritarios. Sabemos que los primeros
dicen que los segundos son estalinis-
tas, y a la inversa, que sufren de infan-
tilismo político y que joden mal. Lo
que sí juzgamos son los hechos, las
prácticas y las circunstancias reales.
Sobre eso no hay dudas. No nos im-
portan los “ismos” y, como dijimos va-
rias veces, conocemos a personas va-
liosas en todas las corrientes. Lo que
no podemos aceptar es que se rompa
un criterio esencial del mundo liberta-
rio. Desde Bakunin, hasta Kropotkin,
pasando por todos los referentes que
conocemos, no hay relativización en
las prácticas libertarias. Aquello que
nos diferencia de los partidos políticos
es que nuestros medios deben ajustar-
se a nuestros fines, no hay atajos pa-
ra llegar al mundo que queremos
construir, quienes utilizan métodos an-
tiasamblearios, quienes aplican la au-
toridad y la violencia sobre sus pares,
quienes aplican la dictadura de los
“buenos objetivos”, sólo llegarán a ser
dictadores, sólo puede llamárselos
“autoritarios”.


Notas:

1. El folleto puede bajarse en
http://federacionlibertaria.org/archivo-
folletos.html. También salió en Anarchist
Studies, 2007 y Revista Germinal del
mismo año.

2. Puede bajarse en
http://federacionlibertaria.org/archivo-
actualidad,debate.html

3. En El trabajo cultural del anarquismo
definimos nuestra forma de
funcionamiento libertaria. Renegar del
abuso de las grandes teorías no implica
renunciar a los principios libertarios, sino
entender que la teoría se alimenta de la
práctica y resulta útil si tiene su relación
dialéctica con ella.


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Invasión, traición y propiedad - nota editorial

por la Asamblea Permanente de Agrupaciones de la FLA nota editorial



Nos resulta doloroso y vergon-
zoso dedicar la Editorial de El Li-
bertario a este tema.
Lamentablemente no podemos
evitarlo. No sólo porque la situa-
ción afecta en forma terminante
al 90% de las agrupaciones y acti-
vidades que se realizan en la FLA
(Capital), sino porque constituye
un acto de autoritarismo y de trai-
ción en el que tod@s l@s que tra-
bajamos por un mundo libre y sin
dominación deberíamos tomar
nota, sacar conclusiones e inten-
tar hacer algo.
Esta es la realidad que nos ro-
dea. Pensamos que es un grave
error encerrarnos en consignas
puristas, pintarnos de negro y
creer que todo lo que está afuera
es lo impuro a combatir. El auto-
ritarismo, la dominación, la cons-
titución del poder, nos permea a
tod@s. Quienes no seamos capa-
ces de ser autocríticos y de pen-
sarnos diariamente en nuestras
prácticas, tenemos mayor posibi-
lidad de reproducir lo peor que
genera el sistema en el que vivi-
mos, y luego ocultarlo en consig-
nas dogmáticas que
autojustifiquen las acciones.
Los hechos se sucedieron de la
siguiente manera:

- El jueves 22/12 se realizó la
reunión de Consejo de la FLA co-
mo todas las semanas. En esa reu-
nión se encontraban presentes
todos los grupos que trabajan en
la casa de la Federación Liberta-
ria Argentina. El grupo Difusión
Anarquista propuso la realización de un Plena-
rio General para marzo de 2012. Fue aprobado.

- El viernes 23/12 compañeros de varias agru-
paciones se acercaron a la Casa FLA para reali-
zar las actividades que siempre desarrollaban.
Un grupo de personas había cambiado la cerra-
dura del local e impidió el paso a todas las agru-
paciones. Pasaron un comunicado por debajo
de la puerta justificando la actitud. En el inte-
rior quedó un grupo minoritario de la casa con
apoyo externo de otro sector ajeno.

- El lunes 26/12 se realizó una asamblea de to-
dos los grupos de la FLA que fueron dejados
afuera, en una plaza a dos cuadras del local. Du-
rante la asamblea un grupo de aproximadamen-
te 30 individuos vestidos de negro y uno de
remera celeste se acercó con palos, cadenas, ma-
noplas y botellas para romper la asamblea. En
la asamblea cabe destacar que había niños y jó-
venes que participan de las actividades de los
grupos (merendero, apoyo escolar y Escuela Li-
bre de Constitución). En el grupo atacante se pu-
dieron identificar personas ajenas a la FLA y
pertenecientes a otras corrientes del anarquis-
mo. Pudo evitarse el enfrentamiento. La asam-
blea se constituyó en Asamblea Permanente de
Agrupaciones de la FLA.

- El jueves 29/12 se formó una mesa de diálo-
go con varios grupos del mundo libertario de
Buenos Aires que no pertenecen a la FLA preo-
cupados por el tenor que iban tomando los
acontecimientos. La Asamblea Permanente de
Agrupaciones de la FLA participó de la mesa de
diálogo con un delegado por cada agrupación.
La parte invasora fue invitada especialmente pe-
ro no se presentó, ni envió comunicado (ver
links al final de este artículo).

- La Asamblea Permanente de Agrupaciones
de la FLA comenzó a funcionar regularmente,
con reuniones de delegados y asambleas genera-
les todas las semanas. Se encaró principalmen-
te el trabajo de difusión debido a las calumnias
que se infundían para justificar la “invasión”:
reuniones con grupos, envío de información, si-
tio Web. Se acordó evitar la violencia para la re-
cuperación del local de la FLA.

Pero ¿cómo logra el 10% concretar este hecho
ante una abrumadora mayoría?
La respuesta es compleja por un lado y muy
simple por otro.
Tenemos que reconocer que cometimos erro-
res importantes en el funcionamiento de la Fe-
deración. Uno de ellos, y que atañe a este
conflicto, consiste en haber permitido que deter-
minadas funciones se perpetúen en el tiempo,
casi como funciones vitalicias. La confianza y la
poca cantidad de militantes en décadas anterio-
res, pueden ayudar a entender este error. Hace
décadas que no se realiza un Plenario Nacional,
como tampoco existe un Secretariado
Nacional. La sede de la FLA llegó a funcionar,
por momentos, casi como una “familia”.
La perpetuación en las funciones sabemos
que no sólo otorga poder a quien la ejerce sino
que también genera mecanismos de conciencia
que le permiten considerarse imprescindible
en relación al resto. Inevitablemente, junto a
esto, se tejen sentimientos propietaristas en
relación al local de la FLA, que se justifican con
un discurso apoyado en la defensa de la
“tradición y la seguridad”. Nos referimos a que
la Secretaría de Finanzas estuvo a cargo de una
sola persona durante más de 15 años, hasta el
momento de la “invasión” y lo mismo sucede
con la vivienda, que está en la sede, utilizada
por la “casera-portera” (quien sostiene la
ocupación) durante
ese mismo lapso.
Todo esto se había
planteado debatirlo
en el Plenario
convocado para marzo de 2012
(en reunión de Consejo del
22/12/2011).
Pero también existe una razón
simple. Esta consiste en que un
grupo externo, con apoyo en
otras expresiones del anarquis-
mo, distantes a la FLA y su corre-
lación la IFA, prestó el apoyo y la
preparación para lograr esta espe-
cie de “invasión”. Esto lo corrobo-
ramos al ver que el apoyo físico y
la fuerza de choque mayoritaria
provienen de personas que no
trabajaron en la FLA, y que inclu-
so tienen opiniones histórica-
mente difamatorias hacia la
Federación.
Ante este escenario nuestra con-
clusión sobre la situación consis-
tió en calificarla de “invasión” de
otra corriente del anarquismo;
pero unida a un acto de “trai-
ción” y de “totalitarismo” por par-
te de un pequeño grupo, que al
no poder imponerse por consen-
so ni por mayoría en las reunio-
nes de Consejo, buscó la alianza
externa para ejercer uno de los
actos más repudiables en el mun-
do libertario: “el desconocimien-
to de la asamblea y el arrogarse
autoridad para imponer su postu-
ra a la fuerza, por ejercicio del po-
der”.
Al grupo externo le decimos: no-
sotros no tenemos enemigos en
otras visiones del anarquismo.
Conocemos a compañer@s valio-
sos en todos los sectores. No se
presten a la ignominia de la trai-
ción y el autoritarismo.
A quienes no han trabajado asiduamente en
la FLA, pero se acercaron ante esta situación les
pedimos: infórmense, tal vez tengamos diferen-
cias en los métodos y hasta ideológicas, debido
a nuestro anarquismo social, autónomo y fede-
rado1, pero nunca se puede avalar la ruptura
esencial de las prácticas anarquistas: la hori-
zontalidad y el combate contra las prácticas au-
toritarias.
Y al pequeño grupo restante...: que se ponga
el saco que le corresponda…
Todavía estamos afuera del local. La FLA, la
Federación, se encuentra en este momento en
la calle, activando como siempre, en el camino
de la libertad y contra toda forma de opresión.


Asamblea Permanente de Agrupaciones de la
FLA:

- Agrupación Difusión Anarquista Buenos Aires
- Agrupación Merendero Callejero
- Agrupación Archivo-BAEL (Biblioteca-Archi-
vo de Estudios Libertarios)
- Agrupación Apoyo Escolar
- Agrupación CIESoL (Centro de Investigación
y Estudios Sociales Libertarios)
- Escuela Libre de Constitución (ELC)
- Grupo Editorial


http://federacionlibertaria.org



Nota:

1. Sobre esta definición se puede ver el excelente folleto que
editó Taller A, en base al trabajo de A-INFOS Uruguay Nº 23.

Links al informe de la Mesa de Diálogo:

http://es.scribd.com/search?query=http%3A%2F%2Fes.scribd.com%
2Fdoc%2F77440577

http://federacionlibertaria.org/Asamblea%20Permanente.html


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