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Ante las declaraciones del genocida Videla
Por Movimiento 19 de Julio - Monday, Apr. 16, 2012 at 8:36 AM

ANTE LAS DECLARACIONES DEL GENOCIDA VIDELA. HABLA EL M-19

Domingo, 15 de abril de 2012

En primer lugar, las declaraciones señalan una realidad objetiva: el PRT-ERP, por su concepción político-militar, no podía establecer ningún tipo de acuerdo con el ejército antinacional y antipopular, y mucho menos con la junta que se impuso formalmente luego del 24 de marzo como conducción.
La estrategia de poder, las afirmaciones políticas, la integridad moral de sus militantes, podrían caber perfectamente en lo que el dictador señala como “más enemigos” (si es que existe tal concepto).

Además, el cuerpo de Santucho, sea en un cementerio, en un monumento o en cualquier otro lugar, representaría una posibilidad cierta de realizar concentraciones para “homenajes y celebraciones” como sostiene Videla. “Era una persona que generaba expectativas”, manifiesta; pero lo que olvida señalar, es que, además del propio Santucho, toda una concepción política y social era la que generaba expectativas. De cambio, de transformación radical, de eliminación del capitalismo en nuestra patria, de aceptación por buena parte del pueblo, que derivó en los 30.000 desaparecidos, presos políticos, exilios forzosos.

“Queríamos también disciplinar al sindicalismo” dice. Y ese sindicalismo, combativo, antiburocrático, antipatronal, clasista en unos casos, de liberación en otros, confluía en el mismo rechazo a la política económica, a unirse con distintos sectores sociales por cuestiones que excedían el marco del mero reclamo; y avanzar, por el medio necesario, en la discusión de alternativas políticas y sociales.

“Desde el punto de vista estrictamente militar no necesitábamos el golpe”. En eso estamos absolutamente de acuerdo. Las bandas parapoliciales tenían algunos años operando (sobre todo en Buenos Aires), y en el resto del país, a través de distintos grupos que comenzaron a operar al menos desde el año anterior. Quizás el más conocido sea el “Operativo Independencia”, lanzado en Tucumán para combatir a la gloriosa Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez, a su base de apoyo y a los pobladores en general. Lo que cambia, a partir del golpe, es que todas las dependencias “civiles” pasan a manos militares. Además, “las desapariciones se dan luego de los decretos del presidente interino Ítalo Luder (casi seis meses antes del golpe), que nos dan licencia para matar”. La diferencia, en tal caso (debería saberlo, como integrante de una de las fuerzas represivas históricas) es que, luego del 24 de marzo, no necesitaban autorización formal. Por caso, recordemos lo realizado por la Armada (con quien compartieron la Junta) en Trelew, casi cuatro años antes, con otra dictadura (en ese caso la de Lanusse), fusilando a 16 combatientes del PRT-ERP, de Montoneros y de las FAR.

“Nuestro objetivo (el 24 de marzo de 1976) era disciplinar a una sociedad anarquizada”. Si esa sociedad era “anarquizada”, lo fue mucho más luego de su paso, y se profundizó tras los regímenes “democráticos” que le siguieron: ya que querían ir a una “economía de mercado, liberal” (según sus propias palabras), encontraron a sus mejores exponentes en la prensa, los intelectuales, los políticos y otros personajes que deambularon por nuestra patria durante la Junta y durante los períodos siguientes, que perfeccionaron el modelo neoliberal (entrega, saqueo, destrucción productiva, hambre, desocupación, etc.).

Quizás la referencia al PRT-ERP, y a su Secretario General, Mario Roberto Santucho, se deban a los recuerdos que tenga de la “Operación Gaviota”. Fue una acción ejecutada por la Unidad Especial del ERP “Benito Urteaga” en 1977 para ajusticiarlo haciendo estallar una carga explosiva cuando carreteaba por la pista del Aeroparque Jorge Newbery un avión que lo trasladaba.

“Era el precio a pagar para ganar la guerra contra la subversión”. Es llamativo que, siendo militar, desconozca ciertos términos. La junta militar que gobernó, “dejando tras de sí una estela de barro y sangre”, entre 1976 y 1983, pudo obtener una victoria en esa batalla frente el pueblo argentino, y frente a su vanguardia armada; sin embargo, no venció en la guerra. Antes el ejército ya había vencido en otras batallas sobre el pueblo, desde mucho antes de que nacieran los abuelos de Videla; y no por ello dejó de pelear. La guerra entre las fuerzas represivas y las fuerzas del pueblo solo se resolverá con la victoria definitiva del pueblo. Creer que una sola persona puede derrotar al pueblo es un error. “Luchar, fracasar, volver a luchar, volver a fracasar, volver a luchar hasta la victoria”. Las fuerzas represivas, por más fuerza militar, en términos humanos y materiales, con que cuente, no podrán ganar jamás una guerra contra todo el pueblo.
El ejemplo del Ejército Revolucionario del Pueblo tenía una ventaja decisiva: su pertenencia al pueblo.

Como conclusión, y advertencia, desde las filas del M-19 reafirmamos que la lucha no ha terminado. Por sobre la parafernalia mediática del tirano detenido en el corazón del Ejército Contrarrevolucionario, volvemos a manifestar, certeramente, que la lucha continuará para que el poder pase, de una vez por todas, a manos del pueblo.

COMANDANTE MARIO ROBERTO SANTUCHO Y 30.000 COMPAÑEROS DETENIDOS DESAPARECIDOS: ¡A VENCER O MORIR POR LA ARGENTINA!
¡VIVA LA GESTA HISTÓRICA DE LA UNIDAD ESPECIAL JORGE BENITO URTEAGA Y LA OPERACIÓN GAVIOTA!
¡LA LUCHA CONTINÚA!

Movimiento 19 de Julio
M-19 de Argentina

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