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El tic-tac del Bauen: amenaza de desalojo mientras los diputados demoran la expropiación
Por reenvío lavaca - Wednesday, Apr. 18, 2012 at 4:13 PM

El jueves 19 de abril será un día decisivo para el Hotel Bauen. En realidad, cada día de funcionamiento, cada hora, es decisiva. Pero esta vez, más aun, los trabajadores enfrentan momentos en los que se sacuden las agujas de todos los barómetros. Y por eso el 19 convocan a marchar desde Callao 360 hasta un juzgado; otra vuelta por el laberinto judicial.

Para comprender: el pasado martes 10 los trabajadores se reunieron con asesores de distintos diputados para tratar el proyecto de Ley de Expropiación del edificio a su favor, con resultados positivos. La instancia clave debía ser la del día siguiente, miércoles 11, cuando el proyecto sería tratado en la Comisión de Asuntos Cooperativos, Mutuales y ONG de la Cámara de Diputados.

Sin embargo, los funcionarios suspendieron la reunión y la reprogramaron para el 26 de abril, fecha que saltea el otro round clave en la pelea por la expropiación: este jueves 19 de abril en el que fueron citados al Juzgado nº 9 de Capital Federal (M.T de Alvear y Callao) para que les notifiquen, presumen, una nueva orden de desalojo.

“Los tiempos de las cámaras legislativas van a contramano de los tiempos de los trabajadores, se supone que ellos deberían estar prestos a reunirse y tratar los proyectos de ley que tienen urgencia como en nuestro caso. Sabían claramente que el 19 tenemos una audiencia y que era muy importante conseguir un despacho favorable en la Comisión de Cooperativas”, analiza ante lavaca Federico Tonarelli, presidente de la cooperativa del BAUEN.

Lo legal y lo político

Desde el lunes 11 de julio de 2011, cuando la Corte Suprema rechazó un recurso de queja presentado por la cooperativa, las instancias legales por la expropiación del Hotel BAUEN a favor de sus trabajadores fueron agotadas. La citación del 19 significa así que “la causa se sigue moviendo, y no en un sentido favorable a nosotros”, dice Tonarelli.

Por eso los trabajadores ponen todas las fichas a los dos proyectos de ley que plantean la expropiación del inmueble, que tienen estado parlamentario y serán tratados el 26 de abril en primera instancia. Según pudieron adelantarles los asesores de diputados de distintos bloques, “todos, menos el Pro –que ha estado históricamente en contra de la cooperativa- manifestaron que era necesaria la sanción de la ley. Pero a pesar de ese acuerdo, los diputados no se presentaron”, se lamenta Federico sobre esa brecha entre las palabras con los hechos.

Un proyecto de Ley de Expropiación del Hotel BAUEN había sido presentado por la diputada de Libres del Sur Victoria Donda. Cajoneado, perdió estado parlamentario en 2011. Este año la propuesta se volvió a presentar, así como un nuevo proyecto del bloque de Nuevo Encuentro, que lidera Martín Sabbatella. Tonarelli no hace diferencias entre uno y otro, salvo “algunas variaciones técnicas en la transferencia del inmueble” y entiende que, lejos de ser una puja partidaria, ambos alimentan la necesidad de la expropiación. En la reunión con los asesores, cuenta, también diputados del Frente para la Victoria –que tiene mayoría en ambas cámaras- se expresaron a favor deteniéndose en la “historia oscura” que trae la propiedad del hotel desde la dictadura.

Historia oscura

La historia de la propiedad del edificio de Callao 360 se remonta no casualmente al año 1978. Situado en una zona porteña estratégica – Corrientes y Callao- el BAUEN fue construido para ampliar la infraestructura de servicios de la Ciudad de cara al Mundial y por iniciativa del gobierno militar. Tonarelli: “El hotel se levantó con fondos estatales y con un préstamo del ex Banco Nacional de Desarrollo (actualmente en manos del Banco Nación) a un tal Marcelo Iurcovich. El préstamo jamás fue cancelado”. La confianza del Estado militar hacia Iurcovich es al menos sospechosa.

A comienzos de los 90, el hotel entró en decadencia y hubo un brusco descenso en los porcentajes de ocupación. Tras algunas maniobras que intentaron posicionarlo nuevamente, finalmente en 1997 fue vendido parcialmente al Grupo Solari, a cargo de una cadena hotelera en Chile, que debía saldar la deuda de Iurcovich con el Estado. Una nueva estrategia de apostar a los viajeros de negocios y contingentes turísticos tampoco funcionó y, en febrero del año 2000, la firma Solari pidió la propia convocatoria de acreedores. Tan sólo había pagado 4 de los 12 millones que adeudaban, por lo que, dicen los trabajadores, “la quiebra es fraudulenta y el Grupo Solari no fue nunca el propietario”.

Venderse a uno mismo

Reaparece en escena el apellido Iurcovich, quien ofrece al juzgado saldar las deudas a cambio del inmueble; el juez concede pero las cuentas indican que Irucovich nunca devolvió el dinero.

El hotel fue cerrado el 28 de diciembre de 2001, en plena crisis, un día de los Inocentes. Los trabajadores despedidos enseguida se contactaron con el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas y formaron una cooperativa. Durante un año y medio subsistieron con algunos subsidios de desempleo que utilizaban para mantener la infraestructura del hotel. A mediados de 2003 firmaron un convenio con el Gobierno de la Ciudad y el propio Marcelo Iurcovich, que les permitió empezar a explotar comercialmente los salones a cambio de ceder el uso del teatro a la Ciudad. Antes y después, la familia Iurcovich calificaría a los trabajadores de “ocupantes ilegítimos”.

La familia Iurcovich anunció, en 2005, una nueva venta del edificio, esta vez a Mercoteles S.A., empresa que supuestamente se haría cargo de las inversiones necesarias para su reapertura, y en cuyo directorio está el propio Iurcovich hijo, de nombre Hugo. Ninguna de las firmas todavía había pagado la deuda impositiva de 5 millones que pesaba sobre el negocio.

Trampa mauricia

En diciembre de 2005 el macrismo ganó en la Legislatura la votación de una ley con el mínimo de votos que perdonaba la deuda pero proclamaba nula la cooperativa de los empleados para manejar el Hotel. Gracias a la presión de los trabajadores, el entonces jefe de gobierno porteño Jorge Telerman demoró la firma de la ley. En julio de 2006 la Justicia determinó que el hotel pertenecía a la firma Mercoteles, y el 30 de ese mes la jueza comercial Paula Hualde intimó al desalojo del Bauen para el mes de septiembre. Los trabajadores lanzaron un comunicado: “Hoy tenemos un pleno funcionamiento. Desde que nos constituimos como Cooperativa hemos realizado todas las acciones y medidas a nuestro alcance para poder explotar el lugar, seguir generando más puestos de trabajo y demostrar que la gestión de las empresas recuperadas por sus trabajadores es viable, concreta y exitosa. Los logros están a la vista, hemos generado más de 150 puestos de trabajo -de los 20 iniciales -, en menos de tres años, y otra cantidad de empleos tercerizados si tenemos en cuenta los contratos con empresas proveedoras de insumos”.

Testaferros originarios

Si bien la orden de desalojo se mantiene, hasta hoy los trabajadores continúan autogestionando el hotel. La última presentación que hicieron fue en 2009, un recurso de queja que se detenía en “la deuda impaga del grupo originario, el que construyo el hotel, que hasta el día de hoy no fue saldado. Y, segundo, que se le quiere restituir el inmueble a un grupo económico que no presenta actividad económica, no presenta patrimonio y que claramente es testaferro del grupo originario”.

La presentación fue rechazada en primera instancia y luego en la Cámara de Apelaciones. El fallo intimaba a devolver el hotel a la firma Mercoteles S.A. Los trabajadores pidieron a la Corte Suprema que se examinara el expediente. Pero en julio de 2011 la Corte consideró suficientes los fallos anteriores, y avaló su resolución. “No queda una instancia superior a la Corte Suprema. Si bien desde el principio supimos que la pelea judicial iba a ser difícil, con esto nos queda más que claro que tenemos que resolverlo a través de la Ley nacional de Expropiación”, decía Federico Tonarelli por entonces a lavaca.

¿Cuál es la idea de los proyectos que se deberían discutir lo más rápidamente posible? Como expropiante puede actuar tanto el Estado Nacional como la Municipalidad de la Ciudad. “El Estado se sienta con la cooperativa a buscar algún modelo de transferencia del edificio, que puede ser la venta, el préstamo o la cesión”. Todo será nuevo: no hay antecedentes en la ciudad de una expropiación a favor de los trabajadores.

La esperanza está puesta en la mayoría que en ambas cámaras tiene el Frente Para la Victoria, que de palabra parecer estar de acuerdo con los proyectos de ley: “Lo que queremos es que el Gobierno juegue todas las cartas en esto. Hasta ahora, nos ha apoyado tibiamente” dice Federico. La idea es que este año “no hay excusas” y en eso están los trabajadores: difundiendo la enredada historia propietaria del inmueble, construyendo alianzas, y lo de siempre: trabajando.

Este jueves 19 de abril tienen una nueva cita en el juzgado. Y no quieren llegar solos. Por eso, en las puertas del Hotel, a las 10 de la mañana, convocan a marchar hasta el Juzgado Comercial nº9 de Capital Federal Será, como siempre, un día decisivo.

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