Mascocidio
Por (reenvio) Ángela Trejos García - Thursday, May. 17, 2012 at 1:57 AM

18/10/2011- Muchos habremos tenido uno que otro animal con la que era imposible tener de mascota pero la quisimos tanto, que nosotros mismos la matamos. En mi caso, tuve como 5 animalitos que los llore hasta más no poder porque no se podía tener en casa. El primero fue una Rana, yo, tenía unos cinco añitos y me la encontré casualmente mientras yo también jugaba con las comadres flores del jardín, saltando de piedra en piedra y molestando entre las materas de mi madre al igual que ella. Simplemente me la encontré trepando y husmeando mi terreno.

Nos cruzamos miradas, ella se asustó obviamente, pero dentro de mi hermosa inocencia de niña, la atrapé, la agarré entre mis manos y decidí darle un segundo hogar en mi casa, en mi cuarto y le di permiso para fuéramos amigas e incluso la perdoné por haberse metido a jugar con mis flores y las materas de mi madre. Ah, (también la regañé por metida, porque no sabía qué hacía allí).

Pasaron como 4 horitas en que jugábamos a que yo la cogía mientras ella, no sé porque jugaba siempre saltando a tirarse por la ventana de mi cuarto, no sé cómo no murió instantáneamente al tirarse dos veces y caer intacta sin ningún rasguño, entonces, al verla hacer lo mismo por dos veces, la regañé y la volvía a subir.

Pasaron 15 minutitos y “Rana” escapó, lloré, patelié hasta encontrarla, cuando mi madre me vio llorando por semejante animal, no duro en dejarme terminar la frase de “… Rana se escondió de mi…” y ya me estaba lavando las manos con límpido yo creo que si encontraba ácido, me lo echaba, pues porque una Rana, no tiene porque ser tu mascota porque no puede estar en una casa, come moscas, insectos, es venenosa y le inventó “defectos” a la pobre Rana que llore en toda la tarde, pobrecita, no tenía la culpa, a todas esas quede peor de ver que Bruno mi perro de esa época, lo había visto con mis propios ojos verse meter a la boca Ranas, Pájaros, Lagartijas, Ratas y Babosas. Pero a él si no le decían nada, mamá lo adoraba. Y bueno, nunca supe más nada de la ranita, la condenada de mi hermana la botó ó la dejó ír, mis hermanos de ahí en adelante, me veían comiendo chitos y saboreando mis dedos y después de ese acontecido día, jamás me volvieron a pedir comida.

Mi segunda “Mascota” duro un día entero. Fue un pájaro, la cogí y me llené de orgullo, pues son de esas que tienen tan buenos reflejos, que jamás se dejan coger y que por más que corres y corres se vuelan y nunca las atrapas, aunque bueno, esta se cayó solita y facilito mi captura. (Cara de mala).

La arropé, saque una caja y la modifique como una casita, la metí entre cobijitas y no me despegue de ellas hasta que comiera y se acostara a dormir. No le cepille los dientes porque nunca se los vi, de lo contrario lo habría hecho créanme. Y bueno… la historia es cortita, pues le di tanta comida que murió ahogada, no sabía porque no digería su comida como es, que desaplicada, que caprichosa porque no se toma la sopita eh?, del enojo , pasé al llanto, sus signos ya no respondían y como era de esperarse falleció aburrida de su madre adoptiva y sobreprotectora.

Faltarían tres historias de mascotas más para completar mis cinco, pero mejor les cuento una más y ya, no quiero asustarlos. Mis otras dos mascotas fueron dos Hamsters, Lupita y Peluza, tenían de todo, casita de cristal con una rueda gigante para jugar a correr, tenian agua y de todo. Para resumirles la historia, murieron porque mi hermana las subió al patio para que Bruno, mi perrito no se las comiera o las fuera a lastimar… pero… murieron de calor, se insolaron! Y las encontramos buscando agüita para ese desierto que les hicimos pasar mi hermana y yo. Si, las lloramos al igual que los otros, solo que en esta historia yo tenía como 10 años, me sentía igual culpable, pero me hicieron reír mucho… Y bueno, ya acabé mi historia de mascotas lastimadas por mis ganas de sobreprotegerlos y con ganas de darles una mejor vida, pensando positivamente, pasaron a una verdadera mejor vida. De mi perro Bruno, nombrado anteriormente no tengo historia que contarles, pues este si murió de viejito, no lo mate yo.

¿Alguna vez tuviste una mascota a quién cuidaste mucho y no pudiste hacer nada más aunque quisieras? ¿Así sea un zancudito?

fuente http://bolsonweb.net/diariobolson/detalle.php?id_noticia=26115

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