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Intensidades y torturas en Rauch y Ugarte
Por fernando wilhelm - Thursday, May. 17, 2012 at 7:47 AM
feraw_2010@yahoo.com.ar

Dos changarines detenidos por la policía en la ciudad de Rauch fueron brutalmente golpeados. A uno de ellos le aplicaron el submarino seco con gas pimienta, sufrió vejámenes y amenazas de cortarle un dedo. Para la fiscal Margaretic son "apremios" y no torturas.



Por Fernando Wilhelm (*)

El próximo lunes se conocerá el fallo por las torturas a dos changarines de la ciudad de Rauch, hechos ocurridos el 25 de mayo de 2010. La fiscal pidió penas de cárcel por apremios, pero la APDH-Azul y de Rauch y el abogado Jorge Moreno dicen que son torturas.

¿Torturas o apremios ilegales?, esa es una pregunta que se hizo la fiscal Laura Margaretic antes de pedir la elevación a juicio el caso. Y por entonces concluyó que los tormentos que sufrieron dos pobladores que habían salido ese día a cazar mulitas para poder ponerle algo a la olla, podían ser calificados como "apremios ilegales".

¿Pensará lo mismo la fiscal Margaretic, tras escuchar en las audiencias a las víctimas volver a relatar los hechos aberrantes a los que fueron sometidos por los seis policías?. ¿Pensará ahora que son apremios, algo olvidable, un hecho menor como casi con sorna y desprecio calificó el jefe de la Policía comunal Ugarte?. ¿O se pondrá unos minutos, un rato, en la humanidad de quien está esposado, detenido clandestinamente y sometido a tormentos?.

¿Podrá Margaretic llegar a imaginarse como sentir lo que siente alguien que es golpeado brutalmente con un guante de boxeo y a puño limpio durante una hora y media, en medio de amenazas con cortarle un dedo de la mano con una tenaza para cortar alambre?. ¿Ella aguantaría, Margaretic, su corazón aguantaría que le pongan en la cabeza una bolsa de nylon después de rociarle los ojos con gas pimienta, unas diez veces, hasta dejarla semiasfixiada, tal como volvió a relatar la víctima que testimonió su calvario y lo escuchó el juez Héctor Torrens, la propia fiscal, los defensores, los acusados y el público presente, entre los que estaban pobladores de Rauch, militantes de organismos de derechos humanos en función directiva de Azul y de Rauch; dirigentes sindicales del gremio de docentes SUTEBA y de la Central de Trabajadores Argentinos CTA, entre otros.

Margaretic y las torturas

¿Qué será torturas para Margaretic, tras escuchar otra vez a los torturados en la Patrulla Rural?. ¿Qué tendrían que hacerle a una persona para que la fiscal considere que está ante la presencia de torturas?. A las víctimas las esposaron y luego, en el caso de Lezcano, dos policías lo golpearon y torturaron con submarino seco y lo sometieron a vejámenes con una botella en sus partes íntimas. ¿Eso no es torturar a una persona, sino, cómo se califica estos procederes, donde incluso la víctima puede llegar a dejar la vida en ese trance, o sea, dejar de respirar, morirse?.

La fiscal Margaretic, una persona joven, leerá su alegato tras escuchar al último testigo previsto en la audiencia, un médico que atendió a las víctimas cuando tras los tormentos fueron trasladados al Hospital Municipal de Rauch, donde una enfermera en el juicio declaró haberlos visto llegar a Lezcano y Rolón detenidos y acompañados por policías.

Luego de la fiscal será el turno de las defensas, cuyos abogados la más de las veces callaron y no hicieron preguntas a los testigos, y alentaron que el intendente Ugarte, jefe de la Policía Comunal diera detalles de su actividad como jefe de la Policía Comunal y hablara del barrio MIT, estigmatizándolo como un barrio peligroso.

Ugarte dijo en el juicio que él le daba órdenes al comisario y que los llamaba a su despacho cuando él lo consideraba, y que le llevaban informes "como corresponde", declaró, si bien dijo no acordarse de este caso, que sucedió apenas dos años atrás y en cuyo marco su hijo el secretario de Gobierno hizo declaraciones atacando al fiscal Molinero y defendiendo a los policías acusados de tormentos. Por ese hecho que fue público por medios de prensa, igual que el allanamiento de la sede de la Patrulla Rural, tampoco se acordaba, dijo, si bien reconoció que nada se mueve en Rauch sin que él lo sepa. Sin embargo, les soltó la mano a sus subordinados, al decir que no se acordaba nada, que no sabía de nada, algo asi como: "Muchachos, Peralta y compañía, háganse cargo ustedes, yo, no se nada, no di órdenes ni supe nada de esto".

Ugarte, el jefe de la Policía Comunal

Bien se lo podría haber acusado de falso testimonio, porque dijo que "jamás" le llegó una queja por apremios ilegales o malos tratos policiales, cuando por los golpes y maltratos a un ciudadano de Rauch, Pablo Orcajo, docente y artista plástico y muralista, fueron condenados en un juicio oral y público en Azul policías de esa ciudad, por un hecho ocurrido en Rauch, por efectivos de la Bonaerense, justamente a su cargo, como dijo que así era como jefe de la Policía Comunal. Uno de los tantos hechos, por otros viajó la APDH de Azul y se reunió con los vecinos afectados, charlando con ellos y recogiendo sus denuncias.

La fiscal Margaretic en el juicio lo trató con sumo respeto al jefe policial Jorge Ugarte, con muy buenos modales, no así a las víctimas, a quien los trató con dureza, dirigiéndose a ellos cada tanto con un "escúcheme" de tono imperativo antes de empezar cada pregunta, tonito que no tuvo para con el ex intendente de facto de la dictadura de su amigo Videla.

Es curioso, un intendente que maneja la policía, que dice que es "intendente las 24 hs" del día, que recibe gente en su casa, que dice conocer a todos los vecinos, porque hace 8 años que es intendente y lo conocen todos, que se entera de todo, que no le hayan llegado noticias de que sus policías son llevados a juicio por malos tratos y apremios ilegales. Cuando hubo hasta policías condenados por apremios.

En el juicio eclararon los policias Mansilla y Peralta, los más involucrados, junto con Caputo. "Puro cinismo", sintetizó sus testimonios una fuente de la parte acusadora en este juicio. El mismo que demostró Ugarte al negar acordarse de los hechos que lo tuvieron como protagonista a él y su hijo, quien fustigó al fiscal por la falta de respeto al allanar la sede de la Patrulla Rural, donde se secuestró elementos utilizados en las torturas descriptos por las víctimas ante el fiscal Fabio Molinero.

Intendente y jefe policial 24 hs

"Era vox populi que Peralta era un poco violento", dijo la testigo Paseggi, que oficiara de presidenta del Foro de la Seguridad de Rauch por cuatro años, quien declaró en el juicio que el propio Peralta le confesó de las torturas como una especie de acto heroico; y que ella había ido a verlo a Ugarte con la madre de Lezcano a quejarse de las torturas, teniendo como respuesta de su boca que: "Estaban en el lugar equivocado en el momento equivocado". Nada de esto se acordó Ugarte en su declaración en la justicia, pero dijo que "podría ser, si usted lo dice", en virtud que atendía "mucha gente", le contestó a la fiscal Margaretic.

Más allá de lo que la fiscal considere, del alegato que haga, de si califica de apremios o torturas a los tormentos aplicados a las víctimas, el juez Héctor Torrens deberá calibrar la pueba obtenida y decidir qué hacer. En el caso que decida que la calificación de los hechos encuadra en un delito penal, deberá declinar de dar un fallo y elevará la causa al fuero Criminal, donde deberá sustanciarse otro juicio, bajo figuras que tienen penas de prisión efectiva de 8 a 15 años.

Pero queda Ugarte, el jefe de la Policía Comunal, que está involucrado en los hechos, dado que reconoció en el juicio estar al tanto de todo lo que pasa en Rauch y de dar órdenes al comisario en su despacho. Queda claro que mintió porque dijo no conocer al Daniel Sánchez, el consignatario de hacienda más importante de la ciudad, acaudalado vecino, al que le robaron las 6 ruedas de un camión, hecho que le imputaron a las víctimas. Y que lo fue a ver a su despacho por ese hecho, según declaró una testigo. No puede decir, lúcido como está, que no conoce a Sánchez, persona de larga trayectoria y conocido por todos por su actividad empresaria que vive en Rauch, donde comercia con ganado.

Sánchez "lo fue a ver a Ugarte, estas cosas se saben en el pueblo", aseguró la testigo Paseggi, quien también declaró que se ofreció una recompensa por las ruedas robadas, del orden de los 10.000 pesos. Por su jerarquía, Ugarte como jefe de la Policía Comunal a la que mandaba, difícilmente podía ignorar las detenciones ni las acciones de sus subordinados, caso el jefe de la Patrulla rural Peralta, en un robo donde una testigo dijo que había presiones para esclarecerlo, refiriéndose a que el hecho había sido publicado y difundido por medios de Rauch, donde se anoticiaba que "los detenidos son los autores y el hecho estaría esclarecido", así había informado el policía Peralta a un medio local, cuyo periodista de apellido Miguel declaró en el juicio esta semana confirmando que Peralta era su fuente de información, además de otras allegadas "a la investigación", que no develó, tal es su derecho.

Torturas y algo más

El accionar de una Bonaerense desbocada hasta la tortura conducida por represores que mantienen cargos electivos es lo que surge de este juicio, donde queda al desnudo una manera de gobernar, en una ciudad donde pocos tienen mucho y muchos apenas las migajas, haciendo malabares para poder vivir dignamente, con difícil o nulo acceso a un ambiente saludable, a la comida, a la vestimenta, a la educación, a un trabajo bien remunerado o a los bienes culturales que otros sí gozan. Y la educación, ese piso de igualdad de largada para poder desplegar la creatividad en una sociedad que nos tiene que contener a todos los trabajadores y el pueblo.

Este juicio dirá en estos tiempos de modelo nacional y popular, de defensa de los derechos humanos y ampliación de derechos para las mayorías y las mal llamadas minorías, hasta dónde es capaz la justicia de llegar en los tribunales de Azul, cuando es la vida en paz y democracia lo que está en juego. La defensa de la vida, de un mundo para todos, sin excluídos ni torturados.

Es un caso bisagra, para desalentar estas prácticas vedadas por la Constitución Nacional y todas sus leyes, prácticas de la Maldita Policía que la inmensa mayoría del pueblo repudia y condena y queremos ver desterradas definitivamente de nuestra patria chica también. Los derechos humanos se defienden, no se discuten ni se declaman.

(*) Director diario digital La Ventana, presidente de la APDH-Azul, Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de Azul, pcia. de Buenos Aires. Corresponsal Agencia Nacional de Noticias Paco Urondo.

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