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Estética del caos, estética del no
Por (reenvio) Enrie kagots - Thursday, Jun. 14, 2012 at 6:56 PM

«Como trágica letanía se repite a sí misma la memoria boba. La memoria viva, en cambio, nace cada día, porque ella es desde lo que fue y contra lo que fue.

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Aufheben era el verbo que Hegel prefería, entre todos los verbos de la lengua alemana. Aufheben significa, a la vez, conservar y anular; y así rinde homenaje a la historia humana, que muriendo nace y rompiendo crea.» El libro de los abrazos de Eduardo Galeano.

Esto No es un cuento

En este fin de siglo de Teatros correctos, de Fábricas abandonadas, de Gritos establecidos, algunos desalmados comediantes -como Ander Lipus- sobreviven a los Tiempos Bobos. Soplos que nos llegan del Underground, del sub-suelo, de la realidad del grado inferior1, susurros sub-terráneos que exigen nuevos amantes para un nuevo espectáculo. Tales personajes que vagan en espacios y tiempos vacíos se llaman: ENRI, NIÑO-PÉNDULO, IGNATIUS... y quizá, Ander Lipus.

A continuación expondré las ideas generales sobre las que Ander Lipus enfoca su trabajo. Una pequeña síntesis de su técnica y representación teatral, así como las explicaciones de su último trabajo en ANDERGROUND. Actual-mente se está preparando un libro, con los guiones de las obras, la fotografía y las impresiones que emergen de la necesidad de crear una nueva línea de investigación teatral.

Ander Lipus en Anderground

La idea parte del dicho: “Sólo los borrachos, los niños y los locos dicen las grandes verdades, pero estas verdades permanecen ocultas en el UNDERGROUND”.

Desde este punto de vista se plantean los guiones de los tres monólogos que conforman la trilogía ANDER LIPUS en ANDERGROUND. “Ardoaz” de Josu Lartategi, “Un minuto” de Sarah Saghi y “Mis rarezas dirías tú” de Peru C. Saban & Pedro Blanco.

Ardoaz escrita por Josu Lartategi es la más dura y trágica de las tres que conforman la trilogía.

El protagonista es un borracho, un personaje, Ignatius, que vive automarginado y marginado por la sociedad. La cruel imagen de un vagabundo que sobrevive en los suburbios de una ciudad post-industrial. Patético. Obsesivo. No soporta las circunstancias que le llevan a una vida muy sufrida, y retorna siempre a la apología del vino como solución para huir de la cruel realidad.

Sus relaciones fantasiosas con Ruby y otras putas, el deprecio que siente hacia la sociedad, su ansiedad por beber, fumar y comer plátanos continuamente y la ironía que desprende con sus canciones en directo crean durante la representación un ambiente áspero y de humor negro. El cuerpo físico de Ignatius es la representación pura del Grito y su principio y su final es, como diría Jean Paul Sartre, “una larga silueta indistinta que marcha en el horizonte”. Así termina la obra, un hombre sólo que camina con una pistola en mano, las imágenes de una vía de tren, y la poesía de Lepoldo Mª Panero:

“Es tan bella la ruina, tan profunda,
sé todos sus colores,
y es como una sinfonía la música del acabamiento”.

Un minuto de Sarah Saghi, viene a ser la segunda parte de la trilogía. Es el niño-péndulo que vive la vida como un poema, un triste y cariñoso personaje que está sometido a vivir en un armario de reloj, excepto cuando la magia y la poesía le inváde que es cuando puede salir de ese armario-reloj, pequeño infierno florido, cadena de rosas, calabozo de aire, como diría Julio Cortázar.

Una obra que abarca cuestiones que van de la existencia del ser humano sometida al tiempo por él inventado, hasta el encuentro con lo estético, pasando por lo real-irreal, la herída trágica3, y la crítica social.

Mis rarezas dirías tú de Peru C. Saban y Pedro Blanco es la tercera y última parte de la trilogía ANDERGROUND. Una pieza bilingüe (euskera y castellano), con pequeñas pinceladas de francés, inglés, italiano y árabe.

Un show, que incluye música electrónica y temas cantados en directo, proyecciones a través de un espejo y una peculiar participación del espectador/a.

El personaje principal de esta tragicomedia se llama Enri (Punk Cibernético4), y le acompañan dos graciosos personajes (Famus y Kronopius).

Enri se define como el nuevo showman del año 2000, el Quijote del siglo XXI, un suicida del nuevo milenio. Una bala de fogueo que vive las veinticuatro horas con la pose, con el gesto. Un jugador nato. Un loco. Un esperpéntico personaje, peligroso para toda la humanidad.

Pensamiento simbólico

Todo trabajo teatral ha de ser búsqueda. Toda búsqueda persigue pequeños encuentros. Todas las palabras y artificios son encuentros. Encuentros que no son otra cosa que justificaciones simbólicas que han de ser proyectadas desde lo estético. Un Juego que continuamente -y sobre todo, desde la realidad impuesta- se torna mentira (palabra propicia para la definición de Arte). A pesar de todas las dudas, a pesar de las contradicciones, es necesario crear una nueva disciplina de trabajo en el campo del teatro. Y en toda esta búsqueda, aún no sabiendo qué es lo que un@ quiere, un@ puede saber o al menos intuir lo que no quiere. Y en este continuo indagar, la búsqueda de Ander Lipus Antzerkixe se sitúa entre la nada, el vacío, la ESTETICA del CAOS, y la locura, la muerte, la ESTETICA del NO.

Un camino que se encuentra entre los hilos del Teatro Pobre, Teatro Metafísico y del Teatro Poético.

Teatro Pobre

El libro de Peter Brook, El espacio vacío empieza así: “Puedo tomar cualquier espacio vacío y llamarlo un escenario desnudo. Un hombre camina por este espacio vacío mientras otro lo observa, y esto es todo lo que se necesita para realizar un acto teatral”5.

Esta frase pone en evidencia el mal rumbo que sigue el actual teatro “profesional”. Olvidando la esencia, la chispa del acto teatral, podemos contemplar un patético escenario donde las escenografías, los guionistas, los actores... son tratados como mercancías. El teatro se Prostituye penosamente ante las grandes productoras, los patrocinadores y las subvenciones institucionales. Los nuevos actores buscan desesperadamente a un manager o representante para conseguir el papel de su vida. Y ante esta vergonzosa realidad algunos amantes inconformistas buscamos esos espacios y tiempos aparentemente perdidos para así ganar a la vida.

Una constante reivindicación de Teatro Popular podría salvarnos de tantos artificios innecesarios, de tantas jeraquías y supraestructuras creadas por el poder -sobre todo económico-políticos, y no culturales-, un Teatro Pobre, que sitúa sus bases en la magia de lo cotidiano, en la imaginación y lo muestra al pueblo sin parafernalias, tal como es, un Teatro por y para el Pueblo “donde la conciliación es posible, donde anverso y reverso cesarán de desgarrarse, donde el hombre podrá ocupar su puesto en esa jubilosa danza que alguna vez llamaremos realidad”6. Teatro Metafísico

Son muchos los directores (Tadeusz Kantor, Antonin Artaud...) que han utilizado el término de lo “metafísico” como ingrediente ineludible en el juego teatral. P. Cerezo, en su libro “La voluntad de aventura” se refiere a lo metafísico como producto vital y existencial de la vida humana, porque vivir es interpretar y preocuparse (estar-en, habérselas-con, ser-en, estar-abierto), contar con un horizonte vital de sentido.

Llegados a este punto, la Percep-ción se sitúa como eje para la búsqueda real del espacio y el tiempo, del AQUÍ Y AHORA, y en este Juego lo metafísico se abre a la experiencia originaria del ser como abismo. Destruir cualquier tipo de fundamentación para así partir de la libertad de pensamiento y sentimiento.Concebir el ser como libre juego, en el que no hay razones ni explicaciones.

Como dice Artaud, debemos condenar al teatro actual, “a este estado de cosas en que vivimos, y que es necesario destruir, destruir con aplicación y maldad, en todos los puntos en que se opone al libre ejercicio del pensamiento”.

Teatro Poético

La experiencia del libre ejercicio del pensamiento se da en lo poético. Ante la imposición del pensamiento que el poder (hacedor de miserias) ejerce, sea este lógico, jurídico, científico, filosófico, racional... los amantes de la realidad del grado inferior debemos re-inventar la exaltación de la realidad desde lo poético. Desde un pensamiento plural, que “el artista, el poeta canta, celebrando el todo y su multiplicidad, la naturaleza, las ciudades, los hombres y las mujeres, sin pretender diseccionarlos, ni reducirlos, ni someterlos a un orden impuesto por un esquema de la razón”.Y aceptar “el dominio del puro devenir, del puro fluir del tiempo y de las cosas”. Aprobar “el caos de la realidad, su desorden y multiplicidad irreductibles e inagotables, y aceptar que miríadas de seres y de cosas acontecen al mismo tiempo, que miríadas de manifestaciones de esos seres y esas cosas se producen simultáneamente y que son tan importantes -o insignificantes- unas como otras, sin excepción”.

Para terminar, anotaré una de las últimas frases de ENRI en «Mis rarezas dirías tú», que dice: «Bai, badakit, hitzez deskribatu ezin diren gauzak ederrenak direla badakit eta...» (Y ya lo sé, ya sé que aquellas cosas que no podemos describir con palabras son las más bellas...»)

Salud y caos

revista Ekintza Zuzena nº24
fuente http://www.nodo50.org/ekintza/article.php3?id_article=171

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