Pésimas condiciones carcelarias
Por reenvío red eco alternativo - Monday, Jul. 09, 2012 at 10:33 AM

Dos informes realizados por asociaciones civiles y organizaciones sociales sirven como ejemplo de las deficiencias edilicias y de trato que reciben las personas privadas de su libertad. Mejor alimentación, espacios específicos para visitas, sanitarios sin roturas, colchones en buen estado, agua caliente, son tan solo algunos de los reclamos que efectúan los detenidos.

(Red Eco) Argentina – La Asociación Civil Pensamiento Penal hizo un recorrido por tres unidades penales de Neuquén: la 11 de la ciudad capital, la 22 de Cutral Có y la 32 de Zapala.
Por lo pronto, el ingreso a las unidades debió realizarse con la presencia de jueces de cámara de las distintas jurisdicciones, ya que las autoridades carcelarias impidieron a representantes de asociaciones de la sociedad civil hacerlo solos.
La cantidad de deficiencias descriptas en el informe de la Asociación es incontable, van a continuación algunas a modo de mínimo resumen.
En la Unidad 11 de Neuquén Capital se pudo observar que en muchos casos el espacio de las celdas y pasillos comunes es demasiado reducido. Durante las noches no hay enfermeros ni médicos.
Se recibieron denuncias que indicaban que quienes habían ingresado hacía pocos días no tenían colchones donde acostarse, los que debieron ser provistos por parte de las familias de los detenidos, al igual que las frazadas y almohadas.
En algunos sitios funciona la calefacción (aunque muchos presos aseguraron que la habían prendido por la visita), pero pudo advertirse que es insuficiente, teniendo en cuenta que la mayoría de los vidrios de las celdas están rotos.
En relación a la comida, pudo saberse que es producida por una empresa privada y que consiste en porciones escasas y de muy baja calidad. Los detenidos afirmaron que las viandas consisten en fideos o arroz sin agregados, y que rara vez incluyen algo de carne.
En la Unidad 11 no existe trabajo remunerado. Toda actividad que se asigne se presta en forma gratuita y consiste generalmente en tareas de fajina o de limpieza.
En tanto, en la Unidad 22 de Cutral Có las condiciones no son distintas. Solamente hay un enfermero de lunes a viernes, de 8 a 14. Por fuera de este horario, sólo acude ante alguna urgencia. No se cuenta con servicio médico, por lo que en caso de emergencia los internos deben ser derivados al Hospital Interzonal mediante una ambulancia.
Cada celda posee su lavatorio, generalmente en muy mal estado con pérdida de agua, mientras que el “inodoro” consiste en un agujero en el suelo.
Durante el recorrido, se pudo observar gran cantidad de cucarachas en toda la Unidad. También de gatos, cuya presencia se debe, según explicaron los agentes penitenciarios y las personas detenidas, al intento de controlar las ratas dentro de la cárcel.
A su vez, hubo reclamos de la casi totalidad de los internos por la falta de asistencia de jueces y defensores oficiales. Además, las visitas de los familiares se hacen dentro de los pabellones, por no contar con un lugar específico para ellas. Al igual que las visitas íntimas, que deben hacerse dentro de las propias celdas. También se recibieron quejas por el modo en que se practican las requisas a los familiares, que incluyen desnudos completos y colocación en posición de cuclillas. Este tipo de inspección es el que reciben tanto mujeres como bebés y niños.
En la Unidad 32 de Zapala pudo observarse que en varias celdas había conexiones de electricidad totalmente descubiertas, con cables expuestos. No hay médico en forma permanente, ya que sólo asiste si es requerido. Si algún detenido precisa atención médica, debe presentar una nota a la autoridad penitenciaria solicitando un turno para que sea gestionado en el hospital local.
En relación a la provisión de agua caliente, los internos señalaron que la reciben en escasas ocasiones.
No hay cursos de formación de ningún tipo, aunque es un reclamo por parte de los internos. Prácticamente tampoco hay trabajo. Existe un salón que funciona como taller donde algunos internos hacen manualidades, pero sin que luego puedan venderse en el medio libre.
En la construcción por la que se ingresa a la Unidad existe un sector con dos celdas de aislamiento, cuyas condiciones son deplorables. El “baño” consiste en un lavatorio roto, sin manijas en las canillas, y un agujero en el suelo a modo de inodoro. Durante la visita había una persona sancionada, quien explicó que la sanción de aislamiento consistía en ocho días consecutivos de encierro durante las veinticuatro horas del día, sin ninguna salida al aire libre. Otros presos agregaron que las sanciones se ejecutan ni bien son dispuestas por el Director de la Unidad, sin oportunidad de defensa, ni de control jurisdiccional.
Este es solo un resumen de las terribles deficiencias observadas en las unidades penales de Neuquén. En una de ellas (la 11 de capital) fue herido de muerte Cristian Ibazeta, el joven que había sido testigo principal en el juicio realizado a agentes penitenciarios por torturas contra personas privadas de su libertad.
En tanto, integrantes de la Ong "Radio La Cantora" y el secretario de Ejecución Penal de San Martín, Juan Manuel Casolati, realizaron una visita en la Unidad 29 del Servicio Penitenciario Bonaerense, ubicado en Melchor Romero, y su relato no difiere con lo observado en Neuquén.
Un pabellón estaba inhabilitado, ya que una semana antes un juez de La Plata lo había clausurado por carecer de las condiciones mínimas de detención.
En el pabellón 4 había una celda sin vidrios, con un sistema de calefacción central que no funcionaba, sin agua caliente en la ducha, el inodoro tapado y todo el sistema de bacha y pileta roto con agua perdiendo en todo momento. Además el colchón se encontraba sucio, húmedo y roto. Lo mismo se repite en el resto de las celdas.
Según relataron los internos, la comida es deficiente tanto en cantidad y calidad. Tampoco hay atención médica, ni asistencia psicológica.
En una celda, se encontraba un hombre que debía ser trasladado al Juzgado de Ejecución Nro. 1 de Mercedes. Pero no tenía ni siquiera colchón, por lo que “dormía” sobre una tarima húmeda y fría, con una pequeña frazada. La ventana por supuesto tampoco tenía vidrios.
En la parte del lavadero, personas alojadas en el pabellón 11 (la población trabajadora) realizaban tareas para una empresa privada. Sin barbijos ni guantes debían lavar sábanas, camisolines, fundas, delantales y otras prendas provenientes de clínicas y otras dependencias de la salud, por lo que estaban llenas de restos de materia fecal, orín y sangre.
Solo dos muestras de una realidad que se sufre en las unidades penitenciarias argentinas.

Una posible victoria
1700 detenidos en la Cárcel de Devoto realizaron una batucada en sus celdas en contra de la puesta en funcionamiento de un aparato de exploración por Rayos X con efectos cancerígenos (el Body Scanner), utilizado para controlar el cuerpo de las visitas.
Se interpuso también un Hábeas Corpus que no prosperó, pero que fue apelado y hoy está en trámite ante la Cámara de Casación.
Estas medidas lograron que el director nacional del Servicio Penitenciario Federal, Víctor Hortel, se reuniera con detenidos pertenecientes a casi todos los pabellones del penal. Allí se le planteó que en lugar del Body Scanner (BS), se use el Sentinel, que cumple la misma función pero sin emitir rayos.
Finalmente, el funcionario aceptó este pedido. Además, se les entregará a las visitas un folleto informativo sobre los dispositivos de control en uso y su funcionamiento, con una copia para la persona detenida a la que visita.
El BS quedará instalado unos metros más adentro del penal, como última alternativa en los casos en que el Sentinel detecte presencia de explosivos o drogas. En esos casos, y solamente con consentimiento por acta y duplicado, las personas pasarán por los Rayos X.
Los detenidos resolvieron suspender las protestas hasta que el SPF cumpla con lo acordado. Sin embargo, estarán atentos a que no haya ninguna marcha atrás en este acuerdo, ya que sino volverá la batucada.
Fuentes: Secretaría de Ejecución Penal. San Martín / Radio La Cantora / Agencia Walsh / Asociación Pensamiento Penal

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