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Crítica contra la Argentina: La ONU pide medidas urgentes por la situación de indígenas
Por Clarín - Thursday, Jul. 12, 2012 at 9:40 AM

Crítica contra la Argentina: La ONU pide medidas urgentes por la situación de los indígenas.

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Lo hizo ayer en una videoconferencia desde Ginebra. Exigió terminar con los desalojos ilegales de tierras, eliminar impedimentos para acceder a la Justicia y políticas eficaces en salud y educación.

El Relator Especial de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas James Anaya dijo que en Argentina “persiste una brecha significativa entre el marco normativo establecido en materia indígena y su implementación” y realizó una serie de recomendaciones de corto y mediano plazo para acotarla. Si bien reconoció que el Estado tanto a nivel federal como provincial, ha dado “pasos importantes” para reconocer esos derechos, le reclamó que adopte “políticas públicas claras” y que elabore “medidas legislativas y administrativas adicionales” para su efectivo cumplimiento. También pidió que cesen las amenazas e intimidaciones a las poblaciones “tanto por parte de funcionarios como de particulares” y los desalolojos ilegales de territorios.

El funcionario de la ONU, que visitó varias comunidades aborígenes del país entre el 27 de noviembre y el 7 de diciembre pasados, presentó ayer desde Ginebra en video conferencia, su informe preliminar al que las autoridades y organizaciones podrán hacerle aportes antes que en setiembre, el documento final sea elevado ante el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas. A la presentación en el Centro Cultural Recoleta, asistieron representantes de pueblos originarios, ONG y dos funcionarios de Cancillería.

Anaya solicitó que los plazos de las leyes 26.160 y 26.554, que declaran la emergencia en materia de propiedad de tierras, se extiendan más allá de 2013 y pidió a los gobiernos que redoblen esfuerzos para finalizar esa tarea inconclusa, de la que se deriva la mayoría de los reclamos de las comunidades. Para ese labor, consideró “escaso” el presupuesto con el que cuenta el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, clave en el relevamiento territorial. Según el censo 2010, la población indígena auto reconocida es de 955.032 personas, un 2,38% del total del país. El 29,5% habita en viviendas deficitarias y tanto el uso de gas a leña como el de agua de cursos naturales superan la media del país.

“Existe todavía en Argentina una falta de seguridad jurídica respecto de los derechos de los pueblos indígenas a sus tierras y recursos naturales tradicionales” advierte el informe de 35 páginas. Resalta que, pese a la obligatoriedad legal de consulta a las comunidades ante cada avance sobre los territorios reclamados, no son tenidas en cuenta. El texto reclama además la actualización de los códigos Civil, Penal y Minero y aunque no incluye conclusiones sobre la reforma al primero de ellos que debate el Congreso, Anaya tomó nota de la preocupación que tienen las comunidades sobre la iniciativa. La abogada Elena Picasso, del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen dijo que el proyecto se hizo “sin consultar a las comunidades y desde un punto de vista teórico, que desconoce las luchas de los pueblos de los últimos 30 años”.

En otro orden, el Relator solicitó una revisión de la política oficial sobre el establecimiento de parques nacionales y áreas protegidas, que permita a las comunidades el aprovechamiento de los beneficios turísticos. En el caso de la Quebrada de Humahuaca, declarada Patrimonio de la Humanidad, le pidió tanto al gobierno nacional, como al de Jujuy y a UNESCO que fortalezcan la participación de los pueblos indígenas aledaños en el manejo de la zona y aseguren el mantenimiento de sus actividades tradicionales y de subsistencia.

Félix Díaz, dirigente de la etnia Qom en Formosa resaltó la “falta de interés de las autoridades provinciales para solucionar problemas fundamentales” y denunció persecuciones. “Estamos siendo avasallados por la estrategia de una política estatal que excluye a los verdaderos líderes que defienden a las comunidades” afirmó Díaz, de la comunidad La Primavera, una de las visitadas por Anaya.

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Las pueblos originarios, según la Presidenta
Por Clarín - Thursday, Jul. 12, 2012 at 9:44 AM

“Deberíamos rescatar un rasgo distintivo de los hombres y mujeres de los pueblos originarios que combatieron a sangre y fuego para lograr la liberación de la patria. Desde el 25 de mayo de 1810 a aquel 9 de julio de 1816, miles de compatriotas, de las más diversas condiciones sociales, pero unidos por una misma vocación para luchar por la Independencia”, dijo Cristina Fernández el 9 de julio de 2011 en Tucumán. Este año, al presentar la propuesta de reforma del Código Civil aseguró que contempla “la propiedad de los pueblos originarios, con un abordaje serio, responsable, porque reconoce en la comunidad la propiedad.” De estos dichos a los hechos hay una gran diferencia, de acuerdo al relevamiento que hizo la ONU en distintas provincias argentinas.

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De la cosmogonía a la propiedad privada
Por Clarín - Thursday, Jul. 12, 2012 at 9:46 AM

De la cosmogonía a l...
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Hasta las definiciones oficiales resultan un embate contra la historia de los pueblos. En una línea austera y despojada, la Real Academia Española describe a la palabra cosmogonía como un “relato mítico de los orígenes del mundo”. Se queda con la definición griega del término y retacea que las culturas originarias de América hablan de ella con mayor profundidad. Su brevedad parece una decisión política. Es uno de los pilares sobre los que se construye la negación histórica que el viajero de la ONU parece haber descubierto luego de recorrer la Argentina.

Para los indígenas de cualquier geografía, la cosmogonía implica una totalidad, una manera de comprender la vida, de respirar, de despertar cada mañana, de hacer silencio. Implica, además, cierta idea del espacio en el que se desarrolla la cultura y, sobre todo, una forma de valorar la territorialidad. Establece un principio inalterable: se pertenece a una naturaleza que no se posee, sino que se respeta porque tiene la forma suprema de una deidad.

Esto último choca con el concepto romano de propiedad privada que impera en el país. En nombre de la propiedad y sus límites, fue vulnerada la cosmogonía de las culturas indígenas y, desde entonces, el escenario refleja la desigualdad: miles de comunidades reclaman por su derecho a ser reconocidas como pueblos preexistentes al surgimiento de la Nación, mientras la Justicia, hecha a la medida del blanco, atiende los intereses de los dueños de la tierra en todas sus formas.

Los poderosos reclaman con títulos de propiedad en la mano por los espacios que han comprado. El Estado responde a ese pedido y contra la evidencia no hay discurso inclusivo que valga. En el país actual, con frecuencia cardíaca, se gatillan desalojos que sólo son noticia cuando involucran alguna muerte (Viajemos al pasado reciente: Formosa, Santiago del Estero, Jujuy). Frente a la protesta o el reclamo territorial, la respuesta es la demanda, primero, y la represión después. Sobre todo en el Norte existe un vínculo directo entre pobreza, hambre, cultura originaria y exclusión. Está pendiente un relevamiento nacional de territorios encargado por ley hace casi seis años. Ningún organismo centraliza ninguna política oficial específica. La cordillera es un espinel saturado de conflictos donde a veces familias solitarias se enfrentan a corporaciones petroleras o mineras que avanzan sobre su espacio amparadas por un marco jurídico que las avala. Los conflictos atraviesan a las comunidades y castigan sobre los cuerpos: el estrés es la primera causa de enfermedad de los que protagonizan esas luchas interminables y la disgregación de las comunidades su consecuencia inmediata. La lista es grande. Hay mucho más. Es el interior salvaje del país, una idea posible de la patria que nadie publicita, donde no hay cosmogonía en pie, sino presencia vulnerada.

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