Julio López
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Colombia. El conflicto armado y la autodeterminación de los pueblos originarios
Por reenvío agencia walsh - Friday, Jul. 20, 2012 at 11:53 AM

(AW) El Cauca es una región de Colombia con gran porcentaje de la población originaria de la zona al noroeste del país. Allí el conflicto armado se vive crudamente por la presencia guerrillera y por ende, las actuaciones de los militares. Ahora, los pueblos originarios, cansados de los asesinatos, la destrucción de sus pueblos y de ser utilizados como barricadas por el mismo Ejército con bombardeos y enfrentamientos, han decidido, formar una "guardia indígena" compuesta por más de 600 personas. Exigen a los actores armados que se retiren de la zona y que ellos se encargaran de ser la autoridad máxima de su territorio. Esto ha significado un gran enfrentamiento con el presidente Santos y las fuerzas militares, a quienes están sacando a la fuerza dada la negativa de Santos de retirar a los soldados. La situación extremadamente tensa ya se cobró la vida de un poblador a manos del Ejército Colombiano. Los medios masivos de comunicación masiva reproducen las mentiras de los militares y las organizaciones sociales abrazan las causas populares.

Los medios oficiales le hacen eco a las mentiras de los militares

Este martes 17 de 2012, desde muy temprano las carreteras del Norte del Cauca se inundaron de chivas que transportaban a centenares de indígenas hacia el municipio de Toribío. Todos empujados por la fuerza de los bastones de mando que representan para ellos la autonomía.



Por Tejido de Comunicación - ACIN



Mientras en los medios masivos publicaban la respuesta del ministro Juan Carlos Pinzón sobre la petición de los indígenas de retirar las tropas del Cauca," A los indígenas hay que decirles que los respetamos, que el diálogo es la voluntad del Gobierno, pero de ninguna manera la Fuerza Pública se va a ir de allá", más de dos mil indígenas avanzaban hacia uno de los cerros que se imponen sobre las montañas de la cordillera central del nororiente caucano, para llegar hasta donde se encuentran 400 indígenas que acampan y cuidan el cerro el Berlín desde el pasado 11 de julio, (día de la visita del presidente Juan Manuel Santos a Toribío). Es en esta montaña donde se encuentra una de las bases militares que cuidan las dos antenas de las compañías de telefonía celular.

Estando allí el gobernador indígena de Toribío, dio a conocer a los militares, la carta dirigida a los diferentes actores armados, que dice "...No nos vamos a quedar de brazos cruzados mirando cómo nos matan y destruyen nuestros territorios, comunidades, planes de vida y nuestro proceso organizativo, por esto, enraizados en la palabra, la razón, el respeto y la dignidad, iniciamos caminar en grupos hasta donde están atrincherados los grupos y ejércitos armados, para decirles frente a frente, que en el marco de la autonomía que nos asiste, les exigimos que se VAYAN, QUE NO LOS QUEREMOS, QUE NOS CANSAMOS DE LA MUERTE, QUE ESTAN EQUIVOCADOS, QUE NOS DEJEN VIVIR EN PAZ....". Ante este comunicado los militares argumentaron que ellos estaban allí para proteger a la población porque es un gran riesgo dejarla sin fuerza pública. Pero la gente ya no cree en este discurso pues ha tenido que padecer los abusos que le han hecho confirmar todo lo contrario, ya que ha sido blanco de ataques de ambos bandos. "Siempre dicen lo mismo," gritaba una mayora, mientras la multitud procedía a recoger las pertenecías de los militares. "Pedimos a los espíritus para que nos protejan, en esta lucha que es justa" dijo una de las autoridades de la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca - ACIN; desde el cerro Berlín en Toribio -Cauca.

Al ver la decisión de los civiles, el comandante a cargo en la torre, con respeto y acatando la decisión de la gente, dio la orden de salir del lugar. Sin embargo seis de los militares opusieron resistencia y se tiraron al suelo, entonces la guardia indígena procedió a cargarlos para sacarlos del lugar. Al mismo tiempo, otros comuneros se dispusieron a cargar víveres y demás pertenencias de los militares, ayudando a agilizar su retiro. La guardia indígena acompañó a los militares hasta un lugar determinado". Afirmó un comunicador de la emisora Radio Nasa.

Sin embargo los integrantes de las fuerzas militares afirmaron lo contrario por los medios: En Caracol Radio habló Jorge Humberto Jerez, comandante de la Fuerza de Tarea Conjunta Apollo "Nos quemaron los víveres, maltrataron a los soldados, la guerrilla está hostigando las tropas en el mismo sitio, es un trabajo conjunto de las FARC y los indígenas porque se les ha bloqueado los corredores del narcotráfico, los cristalizaderos, tenemos asesores jurídicos para más adelante judicializar a estos indígenas con la fiscalía y los sectores del estado ..."

Las afirmaciones del comandante Jerez son irresponsables y sumamente riesgosas para nuestra comunidad, fueron los mismos soldados quienes quemaron un colchón para que ante la prensa se atribuyera al supuesto ataque de los indígenas. Al contrario de lo que decían todos los medios sobre la quema de los víveres, la guardia fue la que transportó las remesas hacia la parte baja del cerro donde se alojaría la fuerza pública. Quienes dispararon al aire y tiraron gases fueron los militares tratando de hacer un montaje y afirmando que la guerrilla estaba cerca hostigando.

Sólo al comandante Jerez, se le ocurre comparar empujones y gritos a los soldados con balas, muertos, ocupación de nuestras viviendas, señalamientos y falsos positivos contra nuestros comuneros. Sin embargo parece que no sólo el comandante usa la estrategia de la mentira y la manipulación porque al instante todos los medios le hicieron eco a estas afirmaciones malintencionadas. Es así como el gobierno planea justificar las arremetidas contra las comunidades indígenas y desdibujar la legitimidad nuestra lucha por la defensa del territorio. "Quién permitiría que le pongan una trinchera en la puerta de la casa, el Cerro Berlín es nuestra casa."

Es la vida la que está en riesgo


El cerro Berlín es un sitio sagrado para los y las indígenas nasas. Es un cerro que hace parte de la Yat Wala (casa grande). Es un lugar que tiene un dueño espiritual. Por eso cada vez que lo atropellan, se manifiesta. Después de cada combate las nubes se visten de gris y comienzan a llorar. Los mayores (rayos) se expresan con fuerza. Sus gritos claman justicia porque ya no aguantan más tanto atropello a la vida. Asimismo, hoy miles de hombres y mujeres manifiestan que están cansados de ser víctimas de los actores armados y del gobierno que cada vez abre paso a los proyectos extractivos, que desangran la Mama Kiwe (Madre Tierra).

Sí. Esa es la verdad que hay frente a este problema de la guerra, aquí hay resistencia pacífica, hay tierras fértiles para la agricultura y además riqueza mineral.

La comunidad de Toribío aprendió a la fuerza a vivir en medio del conflicto. Han soportado los atentados guerrilleros y los ataques del ejército. Sus hijos deben transitar en medio de retenes de la policía y en las escuelas deben recibir clases "custodiados" por las trincheras de la guerra. Sus casas destruidas y familias llorando a sus muertos. Es un pueblo semidestruido, es una comunidad que sufre la desgracia de una guerra por el poder.


Por eso hoy este pueblo milenario le esta gritando al mundo entero que tiene sed de justicia y que ninguno de los dos bandos les protege su territorio. Que es necesario que sepan que aquí en el Norte del Cauca, en Toribío se encuentra gente dispuesta a proteger la vida, ya que nunca lo ha hecho el gobierno con su fuerza pública.



Escuchemos el reporte del gobernador indígena de Toribío acerca de los hechos ocurridos hoy 17 de julio en El Berlín:http://argentina.indymedia.org/news/2012/07/817565.php

http://www.taringa.net/posts/noticias/15234387/Carta-a-las-FARC-de-los-Indigenas_-Cauca.html


Cauca: la paz en las manos del pueblo

El presidente Santos y sus ministros llevaron al municipio de Toribio el mismo discurso de la militarización y de las promesas sociales, que repiten una y otra vez y que sólo cumplen en la primera parte. Cerca de 15.000 efectivos ocupan esta región y las balas y las bombas continúan cruzando la vida de los pueblos caucanos. Por esa razón la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca-ACIN y el Consejo Regional Indígena del Cauca-CRIC, ratificaron la continuidad de la asamblea permanente y las acciones de hecho de control territorial, para garantizar el respeto por la vida de las comunidades indígenas, campesinas y afro de la región, siguiendo sus principios ancestrales de autonomía y dignidad.
Durante los últimos años el Cauca ha soportado las barbaridades del conflicto armado que vive el país, con momentos de gran intensidad como el que se ha manifestado en estas dos semanas. Solamente el municipio de Toribío acumula ya cerca de 400 hostigamientos entre guerrilla y Fuerza Pública, y en esta ocasión sus habitantes estuvieron cuatro días bajo fuego constante que dejaron 14 personas heridas, 40 casas afectadas y cerca de mil desplazados. Por esta misma fecha, hace un año, Toribío fue sacudido con similares impactos por un bus-bomba.
Para los sectores democráticos y populares del país, es claro que el conflicto armado en el Cauca tiene un trasfondo particular: los intereses geoeconómicos y geopolíticos que configuran los corredores internacionales que cruzan estos territorios, con límites en el promisorio mercado del Pacífico. Explotación de recursos naturales, comercio legal e ilegal, militarización nacional y extranjera, infraestructura transnacional y una institucionalidad adaptada para tales fines, conforman ese teatro de operaciones viabilizadas por la guerra.
Desde tiempo atrás, los pueblos del Cauca han mandatado la realización de diálogos humanitarios regionales por iniciativa propia con todos los actores armados, han desarrollado acciones concretas para aislar el conflicto armado de la población civil y han conminado a todas las fuerzas militares a retirar sus trincheras de las comunidades indígenas. Precisamente hoy, cuando nuevamente la guerra arrecia en contra de las poblaciones del norte del Cauca, la ACIN y el CRIC han puesto en práctica este último mandato y han iniciado el desmonte de los distintos campamentos que los grupos armados, legales e ilegales, han instalado en sus territorios indígenas y en donde despliegan sus confrontaciones bélicas.
Diferentes escenarios de articulación social y política en los que hemos participado activamente, como el Congreso de los Pueblos, el Encuentro de Paz en Barrancabermeja o el Congreso de Tierras y Territorios, el conjunto de organizaciones sociales allí convocadas hicieron propios los mandatos que las comunidades del Cauca han planteado. Hoy lo ratificamos de manera indeclinable, por lo que legitimamos las iniciativas que actualmente se encuentran desarrollando en defensa de la vida, la tierra y los territorios.
Coincidimos en que la fuerza de los movimientos sociales, ahora vigorizados con los procesos unitarios que se han manifestado especialmente en estos tres años, y con una mayor conciencia de país digno, se constituyen hoy en un actor determinante en la perspectiva de desbrozar un camino cierto de superación del conflicto armado que vive el país. En tal sentido apreciamos altamente la resistencia civil que los pueblos indígenas caucanos asumen con gran valentía, apuntalando una opción social y política hacia la Colombia sin violencia que buscamos todas y todos.
Nos convocamos a desplegar todas las iniciativas posibles que expresen nuestro apoyo a las acciones de los pueblos caucanos, en su ardua lucha para enfrentar la guerra, sus actores, y las multinacionales que se benefician de ella y de las políticas gubernamentales. Llamamos a que las tensiones entre las comunidades de la región sean superadas, especialmente en estos momentos cruciales de defensa del territorio.
Bogotá julio 11 de 2012

Minga de Resistencia Social y Comunitaria
Congreso de los Pueblos

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