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Una Rosa menos
Por Fuente: Marcha - Friday, Jul. 27, 2012 at 5:33 PM

Géneros | Miércoles, 25 Julio 2012 | Por Lucía Cano, desde Rosario. El 24 de julio se realizó una marcha por las calles de la ciudad de San Lorenzo, localidad cercana a Rosario. Convocada por la Multisectorial de Mujeres de Rosario y del Cordón Industrial, la movilización giró en torno al asesinato de Rosa Silva y su hijo, perpetrado por su ex pareja, como caso testigo de femicidio y de violencia de género.

Una Rosa menos...
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Rosa tenía 26 años, era afiliada de ATE y trabajaba como mucama en el Hospital Granaderos a Caballo de San Lorenzo, pero hacía poco tiempo que vivía en Puerto General San Martín, una localidad vecina.

El pasado domingo 15 de julio al mediodía, personal policial ingresó a la vivienda de Rosa y allí la encontraron junto a su hijo Adrián, de 8 años, ambos masacrados a golpes. En el comedor hallaron a Walter Luque, autor de los asesinatos y ex novio de Rosa, ahorcado con una cadena. Hacía varios días que compañeros y compañeras de trabajo de la víctima denunciaban alarmados que no se presentaba a trabajar y que no se detectaban movimientos en su casa.

El 1ro de julio Rosa había denunciado que Walter le había pegado en la calle y la había amenazado con quemarle la casa, denuncia que sólo sirvió para dejar al descubierto una vez más cómo la desidia y la indiferencia del estado y sus instituciones deja desamparadas y sin ningún tipo de protección a las mujeres que manifiestan ser víctimas de la violencia ejercida por sus parejas o ex parejas.

En esta oportunidad, Marcha entrevistó a Teresa Lencina, delegada de ATE del Hospital Granaderos a Caballo de San Lorenzo, donde trabajaba Rosa Silva.

-¿Por qué están realizando esta movilización hoy?

Hoy estamos acá porque fue asesinada una compañera, Rosa, que era una compañera tan luchadora como todas las que están acá presentes. El que la conoció a Rosa sabe que iba al frente con todo, así como también fue al frente hasta entregar su vida en esta situación. A su vida en realidad se la arrebataron, porque no hubo una instancia que ayudara, como a ninguna otra mujer, en este claro caso de violencia. La mujer violentada no es una mujer que esté, en este momento, capacitada para saber cuál es el camino que debe seguir. Tampoco ninguna mujer, ni siquiera las que estemos al lado o las personas que estemos al lado de esta mujer violentada sabe bien cuál es el camino ni puede hacerlo por sus propios medios. Por eso es que hoy estamos todas, como mujeres, acá. En San Lorenzo hemos hecho público este caso reciente y hemos logrado la adhesión de todas las instituciones. Pero las organizaciones sociales y de mujeres venimos haciendo este camino desde hace mucho y queremos terminar con el arduo calvario que tiene que hacer la mujer violentada, que lo sufre y que en realidad es un camino que ninguna mujer sabe transitar. Tampoco lo va a aprender, porque la mujer que está en esa circunstancia en realidad no puede estar sola, tiene que estar acompañada y más que nada por el Estado, porque por lo general alrededor de ella también estamos todas en las mismas condiciones, sin saber; y a veces sin poder actuar, sin poder reaccionar.

-Una de las consignas de esta marcha era “basta de desidia institucional” y esto tiene que ver con que Rosa había hecho denuncias previas en relación a las amenazas propiciadas por Luque. ¿Ustedes la venían acompañando? ¿Cómo fue ese proceso?

Sí, los compañeros la venían acompañando desde que comenzó esto, hace un largo tiempo, pero en realidad la vía institucional tendría que haberse activado para que la resolución sea otra, para evitar el terrible asesinato, la muerte de la compañera y su niño. Siempre decimos que la contención de los compañeros, la contención de la familia en muchos casos no es suficiente, no es lo que realmente nos va a llevar a una solución. Por eso para nosotros en realidad el caso de Rosa es un caso testigo, lo dijimos en el momento y lo analizamos cuando nos reunimos con las compañeras, lamentablemente, en el momento en que Rosa ya estaba muerta. Es un caso de librito, es un caso donde todo falló. Absolutamente todo falló. Y en eso, nadie puede decir que no falló el Estado, porque nunca, en una muerte en estas circunstancias de violencia de género, se puede decir que no falló el Estado. Nos digan, nos acusen, lo vamos a seguir diciendo, lo vamos a seguir afirmando y lo hemos comprobado en todos los casos en que hemos estado, en ese momento, cuando con las compañeras comenzamos el camino de tratar de conocer la causa por la cual esto sucedió. Porque a nosotras, las mujeres, y mucho más a las mujeres golpeadas, no se nos puede culpar como se nos culpa, de no saber a dónde ir, de no saber qué puerta golpear, porque no es así. Porque las mujeres golpeadas sabemos muy bien que en esta instancia somos inútiles para todos porque nos inutilizan. No sólo los hombres que nos golpean, nos inutiliza el Estado porque no está presente o sí está presente para no cumplir con lo que corresponde; por lo tanto, yo creo que esto sí tiene que ser un caso testigo y esto sí tiene que seguir. Está bien que estemos todas acá. Porque no sólo la mujer tiene que estar acá, tiene que estar la comunidad, la comunidad misma porque realmente estamos afectados todos, no sólo la que murió, sino todas las que quedamos en estas mismas condiciones y todas las que vendrán. Si esto no se toma como corresponde, si no se cumplen las leyes que están vigentes y no se aprueban las que precisamos, estas cosas van a seguir sucediendo.

Entre las reivindicaciones que fueron parte de la movilización del día martes, las organizadoras exigieron que se realice un refugio en la ciudad para mujeres víctimas de violencia, así como el cumplimiento efectivo de la Ley nacional 26.485 para la prevención, sanción y erradicación de la violencia contra la mujer, aprobada en 2009. Asimismo, y como parte de una campaña que se viene impulsando desde distintos lugares del país, Silvia León, integrante del Concejo Directivo de ATE Nacional, expresó durante el acto que “como la violencia de género es un problema eminentemente social y eminentemente político, tiene que tener una respuesta política, por eso es que hoy nosotros estamos acá (…) y vamos a trabajar para que se declare la situación de Emergencia en violencia de género y sexual en todo el país, para que no haya más leyes vacías sin contenido y sin presupuesto”.

El caso de Rosa sólo es uno más entre las decenas que se han contabilizado este año en la provincia de Santa Fe, que, finalizado el primer semestre de 2012 cuenta con el triste privilegio de ser el segundo distrito del país en cantidad de femicidios registrados luego de Buenos Aires.

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