Este órgano es el encargado de evaluar el trayecto profesional de lxs trabajadorxs docentes, determinar el puntaje y alcance de los títulos, de los antecedentes, confeccionar las listas de orden de mérito (L.O.M.) que regirán el ingreso a los cargos y la adjudicación de las horas, definir los perfiles que están habilitados para dar clase. En definitiva, lo que sucede al interior de la Junta de Clasificación tiene que ver con la vigencia de los derechos laborales y estatutarios relacionados con el ingreso, permanencia y ascenso escalafonario de todxs lxs trabajadores de las escuelas de nivel secundario en la provincia de Córdoba, y debe tomarse como otro espacio de lucha gremial. Por esta razón, no es menor el hecho de que tres de lxs cinco vocales de las diferentes Juntas sean elegidxs directamente por todxs lxs docentes, mientras que lxs dos restantes son nombradxs por la gestión de gobierno. Esta dinámica, fruto de una conquista gremial docente, evita que se instalen juntas dependientes del ejecutivo y del gobierno, sin representación de lxs trabajajadorxs. 

 

Sin embargo, y no casualmente, hace ya nueve años que estas vocalías no se renuevan, a pesar de que deben votarse cada cuatro años. Y esta convocatoria ha sufrido varias maniobras desde la conducción oficialista de UEPC, como la de cambiar tres veces en el año la fecha de las elecciones, o plantear posibles cambios de lugares de votación, sobre la hora, como denunciaba en el programa Clase Pública el candidato de la Lista 3, Gustavo Luna. Sumado a una política que ha distanciado a las Juntas de lxs docentes en actividad, haciendo muchas veces inescrutables los criterios de puntaje y organización de las listas de orden de mérito, y sin crear canales de publicidad de estos criterios y de las decisiones de las juntas en general.

 

 

Las repetidas prórrogas de estas elecciones por parte de la conducción, prentenden despegar estas elecciones de  los procesos de autoconvocatoria y de cuestionamiento a la política de UEPC que se manifestaron el año pasado y que se plasmaron, por ejemplo, en la construcción de la lista Unidad y Participación Docente, que se reconoce surgida de esos espacios.

 

Para estas elecciones, se presentan cuatro listas: N° 1: Color Azul y Blanca, de las asociaciones ADEME - AMET; la oficialista N°2 UEPC, Celeste; la lista N°3: Unidad y Participación Docente compuesta por Encuentro Docente, Agrupación Docente María Saleme, Tribuna Docente, Docentes D-Base y docentes independientes; y la lista N°7, Pluricolor, donde se agrupan organizaciones de izquierda y algunas escisiones de la conducción del gremio (La Naranja, Aternativa Docente, Azul y Blanca, Docentes en Marcha, Autonomía Docente, Blanca y organizaciones del interior).

 

Como referencia, es interesante señalar que las listas de docentes organizadas por fuera de las presentadas por la conducción de los sindicatos o asociaciones (UEPC, ADEME, AMET), fueron una estrategia de lxs docentes independientes ante la negativa de democratizar los mecanismos de selección de lxs candidatxs, que eran designadxs por la Junta Ejecutiva del gremio sin ninguna consulta a lxs afiliadxs. La primera vez que se presentó una lista indepediente fue en el año 2003, cuando lo hizo la Lista Fucsia.

 

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