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Un cambio de paradigmas
Por Joaquín ((I)) - Monday, Aug. 06, 2012 at 3:36 AM

A fines de diciembre del 2011, el ejecutivo de la Provincia de Buenos Aires, anunció que llevaría a la legislatura el proyecto de ley para la creación de una Policía Judicial. En entrevista con Indymedia La Plata, Rodrigo Pomares, Director del Programa de Justicia y Seguridad Democrática de la Comisión Provincial por la Memoria, habló acerca de la esencia del proyecto. En esta primera entrega cuenta cómo surge el proyecto, sus antecedentes y asegura que “en la provincia no se persiguen delitos más complejos como la corrupción, (...)sino que la realidad es la persecución de los sectores pobres”.

Indymedia La Plata:¿Cuál es el diagnóstico sobre la seguridad que se realiza de cara a la creación de una policía judicial?

Rodrigo Pomares: Proponer una policía judicial cobra el objetivo de interferir o interceder en que la policía bonaerense, como actor concreto del aparato represivo del Estado, viene llevando adelante las investigaciones judiciales. Un primer punto, que tiene que ver con el Acuerdo de Seguridad Democrática, es la necesidad de un cambio de paradigma de esas estructuras policiales o de seguridad. Y ese cambio de paradigma entendemos que tiene que estar asentado fundamentalmente en la constitución de instituciones democráticas.

Lo que se ha evidenciado de la historia de la policía bonaerense es la construcción de un poder en sí mismo, lo que obviamente no implica estar al margen de las correlaciones con el sector político, ni ser un quiste de la sociedad. Fundamentalmente, es esto que describe Saín muy bien, que el poder político canjea con la institución policial mantener un cierto status quo, de niveles de violencia aceptables, que no comprometan al sector político al momento de tener que dar respuestas ante la sociedad. Entendemos, y lo entiende un amplio arco político, que una forma de quebrar ese poder de negociación es que es el gobierno civil y político de la fuerza, el que tiene que determinar esa estructura.

Por otro lado, hay que desterrar estos discursos punitivistas que diicen que construyen soluciones mágicas y efectistas, ante problemas bastante más complejos. El delito no es un fenómeno ligado únicamente a la actividad delictiva propiamente dicha. Ahí hay circuitos comerciales, hay estructuras mucho más amplias; hay problemáticas sociales que generan mayores condiciones de vulnerabilidad en algunos sectores, que las hacen más propicias a ser los incorporados al sistema punitivo. En la provincia no se persiguen delitos más complejos, que son la estructura del delito, como la corrupción o como algunas redes delictivas más complejas, sino que se persiguen a los sectores pobres.

((I)) LP:¿Cómo se piensa entonces a este nuevo cuerpo?

R.P.: Las policías administrativas tienen un rol tal vez casi central en la prevención del delito, y no en la investigación o represión del delito. Darle estas dos funciones es un primer paso hacia su desprofesionalización.

La inclusión o la creación de un organismo de investigaciones profesionalizado y complejo tiene como uno de sus principales objetivos quebrar esa atribución de dos responsabilidades o dos funciones, para precisamente poder constituir un órgano que no esté ligado al poder ejecutivo. Que sea un órgano independiente, ligado sí a la estructura del Poder Judicial, que es la que tiene asignado el impartir justicia e investigar propiamente dicho, realizar investigaciones que concluyan en una instancia de debate, de juicio, que permita deslindar o atribuir responsabilidades por un hecho penal, un delito concreto.

Este es el quiebre, sacar de la órbita de la policía administrativa a la policía bonaerense. En este caso, sacarle una parte de sus funciones, que tiene que ver precisamente con la investigación o su participación en la investigación del delito. Por otra parte es incidir en una transformación del paradigma de la investigación, también asentado en algunas lógicas muy particulares.

((I)) LP: ¿Cómo fue el proceso de creación del proyecto y cuáles son sus antecedentes?

R.P.: En realidad todos los proyectos de policía judicial en la provincia tienen una historia bastante mas extensa que el proceso que dimos nostros. Desde el 60', en la Provincia de Buenos Aires hubieron distintos proyectos que quedaron truncos por distintas secuencias que tuvieron que ver, entre otras cosas, con los procesos de dictaduras. Eso es una parte de antecedentes que no se puede dejar de ver, porque lo que surgió acá no fue un proceso desligado de todo aquello, tampoco desligado de lo poco o mucho que se puede haber generado con la reforma del paradigma inquisitivo al sistema acusatorio, ni con aquella mínima previsión de la policía judicial en la ley de Ministerio Público Fiscal.

Lo que hacemos o hicimos en la Comisión es retomar una idea, una vieja idea, pensándola con muchos anticuerpos, con muchos reparos al momento de pensar qué atribuciones y qué límites, y de qué forma había que constituirla. En ese sentido, lo que hicimos es iniciar con la elaboración de un primer boceto muy extenso que hizo mucho hincapié en principios, en atribuciones, en límites, en mecanismos de selección, y demás. Y a partir de ahí convocamos a un espacio muy amplio de actores de distintos ámbitos: judiciales, académicos, organizaciones sociales, organizaciones de DDHH, sindicales, actores del poder judicial, jueces, fiscales, defensores. Y constituimos ese espacio como un primer espacio de debate y de aportes a ese boceto del proyecto.

Con ese boceto lo que se hizo fue constituir un espacio que se propuso difundir e instalar el tema del debate . Un montón de organizaciones, que lo que hicieron es acordar 14 puntos básicos para la creacion de la policía judicial , con la idea de que, más allá de que el proyecto que se estaba elaborando finalmente fuera o no el que se tomara, fueran esos 14 puntos los que guiaran cualquier proyecto que finalmente se plasmara.

((I)) LP: ¿Qué sucedió a partir del anuncio del gobierno?

R.P.: Lo que sucedió fue que en realidad nosotros esperábamos una instancia de proceso de elaboración y de instalación del tema mucho más largo en el tiempo. El punto de inflexión en que el gobierno lo tomó y lo envió al congreso aceleró el proceso, que nosotros pensábamos que iba a ser más lento, lo cual fue positivo, porque después de ahí vinieron aportes. Eso favoreció fuertemente esto de querer hacer público, de querer dar debates. De hecho, la legislatura lo toma, el senado lo toma, y hace estos foros en todas las secciones electorales.

((I)) LP: ¿Qué voces se escucharon en los foros?

R.P.: Todas las voces que se escucharon en los foros fueron coincidentes en la creación e implemenación de una Policía Judicial. Lo que hubo fueron matices en cuanto a funciones, atribuciones, cosas muy específicas ya del proyecto que se ponía en la mesa. Aparte, nosotros tuvimos reuniones con la mayoría de los sectores politícos de la provincia, y con todos los bloques legislativos salvo el PRO. Con el resto de los bloques políticos tuvimos reuniones y todos coincidieron en que era un buen proyecto, creían que tenía matices discutibles. De hecho hay otros proyectos. Incluso leímos otros proyectos de otros sectores políticos y tratamos de incorporar el espíritu de la mayoría de los proyectos que también había en danza, aunque con un nivel de elaboración más extenso.

En general fueron de expresión de ideas sobre el proyecto, con apoyos, críticas constructivas, y la verdad es que fueron bastante amplias, y todos los sectores pudieron participar, no hubo límites a la participación, lo que le dio al proyecto un consenso amplio. Si hay alguna vialidad que tiene hoy este proyecto, es que surge y va creciendo con consensos, en base a consensos políticos y sociales, de organizaciones.

((I)) LP:¿Qué relación guarda este proyecto con la reforma de los 90'?

R.P.: En la provincia de Buenos Aires se avanzó en los 90’ con la reforma del Código Procesal y en la estructura procesal, pasando del sistema inquisitivo que acumulaba las funciones de investigar y juzgar en el juez instructor (al acusatorio). Era un esquema que reducía garantías, no tenía un juez que controle las garantías del proceso, y no tenía un fiscal que sea el que lleve adelante las investigaciones. Este quiebre tenía una pata bastante fundamental que era esa, un organismo de investigación que asistiera a los fiscales en estas investigaciones.

Esa pata al momento del cambio de paradigma hacia el sistema acusatorio, quedó trunca. Quedó trunca por motivos muy concretos: las corporaciones policiales y algunos sectores políticos conspiraron contra la posibilidad de que eso tenga una implementación válida. Quedó como un apéndice dentro de la ley del Ministerio Público Fiscal, y nunca se creó. Se crearon algunos grupos minúsculos dentro de la Procuración de la Corte, pero eso nunca tuvo el rol central que tenía que tener que era realmente constituir un grupo, un cuerpo profesionalizado en la investigación criminal.

((I)) LP: ¿En que consisten estos pequeños grupos que hoy existen?

R.P.: Cuando el anterior procurador tenía la gestión lo que hizo es, tomando algunas de las cuestiones previstas en la ley de Ministerio Público, crear un grupo de investigadores muy reducido y muy limitado, y con pocos recursos, que tenían como idea aportar a investigaciones, fundamentalmente a aquellas investigaciones donde la policía está sospechada y aquellas de alto impacto social. Pero lo concreto es que hoy funcionan como una oficina de muy pocos instructores o investigadores, si se quiere, y sin una estrategia de política criminal con incidencia concreta que los guíe a un objeetivo de política pública.

((I)) LP: ¿Qué otras reformas se plantean para acompañar el proyecto de la policía judicial?

R.P.: Fundamentalmente, la gran deuda que se sigue teniendo es la reforma estructural de la policía bonaerense. Cambiar el pensamiento estructural de la policía bonaerense sería seguramente la gran transformación. También la política pública de seguridad de la provincia, inclinarla a un proyecto de política de Estado que exceda las límites de una gestión, que se constituya a partir de un acuerdo de todos los sectores políticos que permita que cambie la lógica de perseguir a los delitos de los sectores populares aprovechando su vulnerabilidad, y a través de eso construir una idea de que así se va a solucionar el problema del delito.

El Acuerdo por una Seguridad Democrática tiene que ver con eso, con decir que esta forma autoritaria y demagógica de ver el problema de la inseguridad no va a solucionar nada sino que incremente la violencia estatal. Entonces lo que hay que hacer es cambiar esa lógica y aceptarla en otras formas, pensar en estructuras democráticas, pensar que se puede reducir los niveles de violencia con intervención estatal desde otros lados, con otras agencias. Desde bajar un gato de un árbol o una pelea entre vecinos, todo el mundo recurre a la policía. Los conflictos no deberían resolverse sólo con la intervención judicial, ni sólo con la intervención policial, sino con metodologías claras que piense con mayor seriedad el abordaje de distintos problemas. .

Nosotros hicimos también mucho hincapié en el proyecto de Policía Judicial incorporando este tipo de desarrrollos que seguramente nosotros consideramos van a servir para debatir otras cosas. Nosotros no sólo proponemos audiencias públicas para este caso, proponemos para la selección de todos los magistrados, todos los funcionarios judiciales de un determinado nivel, no empleados judiciales, pero por supuesto fiscales, jueces y demás. Nosotros también pensamos que los controles de gestión deben estar en todos los organismos del Estado, no sólo en este.

La reforma de la estructura del Ministerio Público de alguna manera también es necesaria, hay que garantizar la autonomía de la defensa pública, que no sea parte de un órgano bicéfalo que maneja la defensa y maneja la acusación. La reforma del Código Procesal también es una reforma en el sentido de profundizar el sistema acusatorio que ya se instaló y eso fue un cambio de paradigma importante.

Pero ninguno de estos cambios por si sólos va a generar mejores niveles de realidades de vida cotidianas. Los niveles de violencia no solamente van a desaparecer por algunas modificaciones de las estructuras que tienen el monopolio de la fuerza del Estado, sino por un cambio en la transformación social que es la idea de generar en la población mejores condiciones de vida.

 

Foto: http://democratizaciondelajusticia.wordpress.com


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