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Juicio por Mariano: la tercerización como un crimen
Por La Brújula Cooperativa de Comunicación - Thursday, Aug. 09, 2012 at 6:06 AM

(Lucas Pauliovich para Brujulacomunicacion.com) | El lunes comenzó el juicio por el crimen de Mariano Ferreyra. Paso un año y ocho meses de aquel 20 de octubre de 2010, cuando una patota de la Unión Ferroviaria fusilaba al joven militante de 23 años, que se sumó a los reclamos de los trabajadores tercerizados del ferrocarril Roca. La tercerización, encarnada en las burocracias, fue el arma mortal.

Juicio por Mariano: ...
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Mariano Ferreyra no era ferroviario. Tampoco tenía intereses en juego. No corría riesgo su trabajo. Ni el futuro de sus hijos. O sí, de algún modo. Pero Mariano Ferreyra era, fundamentalmente, solidario. Llegó a Barracas para sumarse a los reclamos de los trabajadores tercerizados. Allí lo espero toda la intolerancia de las formas más represivas del Estado. Una patota de la Unión Ferroviaria descargó toda su bronca. Mariano y los trabajadores reclamaban el pase a planta permanente de los trabajadores tercerizados del Ferrocarril Roca. La respuesta fue un disparo en el pecho. Las 60 mil personas que marcharon a Plaza de Mayo al día siguiente marcaron el comienzo de una intensa lucha contra la impunidad. La justicia, algo sorda, oyó el reclamo cuatro meses después: el 22 de febrero de 2011 se detuvo a los jefes de la patota: José Ángel Pedraza, titular de la Unión Ferroviaria (UF), y a su segundo, Juan Carlos “Gallego” Fernández. También cayeron Cristian Favale, barrabrava señalado como autor material; Pablo Díaz, que es apuntando como reclutador de la patota; y seis afiliados a la UF, entre los que se encuentra Gabriel Sánchez, que también es indicado como autor material. Como no podía ser de otra manera, la nómina de imputados tiene su cuota policial: siete agentes figuran implicados.
La complicidad gubernamental es una pieza fundamental del montaje que comienza a desmoronarse: dice el periodista Diego Rojas, autor del libro “¿Quién mató a Mariano Ferreyra?”: “Un día después del crimen de Mariano, Aníbal Fernández aseguró que la actuación policial había sido impecable. Hoy hay 6 imputados”. Agrega que “el sistema ferroviario K (basado en subsidios a privados, corrupción y desvío de fondos) eclosionó con asesinato de Mariano y la tragedia de Once”. La complicidad oficial, según Rojas, es innegable: “Antonio Guillermo Luna, de La Fraternidad -socios de Pedraza-, sigue siendo el elegido por CFK para comandar los destinos del ferrocarril”. Desde medios oficiales, sin embargo, si intenta marcar el papel jugado por la presidenta Cristina Fernández y por el expresidente Néstor Kirchner para luchar contra la impunidad: dicen, incluso, que aportaron un testigo clave, que se presentó 24 horas después del asesinato en Olivos.
El lunes, esa lucha tuvo una nueva victoria: el Tribunal Oral en lo Criminal N° 21 de la Ciudad de Buenos Aires dio comienzo al juicio oral y público por el crimen de Mariano y por las heridas sufridas por otros manifestantes. Serán 360 testigos los que relataran sus versiones. Es la primera vez, en más de dos décadas de democracia, que la cúpula sindical es procesada y detenida como autores intelectuales de un crimen. La justicia, si es que llega, demorará cerca de cinco meses, según los cálculos más optimistas.



Ventajas de la tercerización
Voracidad de ganancias, el capital invertido por los empresarios se vuelca a las máquinas y se olvida de los trabajadores. Ya no es el hombre-máquina, autómata enajenado, que ejerce una partecita de una partecita de otra partecita del trabajo. Ahora es, sencillamente, el hombre sin trabajo. La competitividad es la regla. Y, en este caso, los capitalistas son muy estrictos para cumplirlas: la tendencia a la baja de ganancias debe ser evitada de cualquier manera. La tercerización, obra maestra del ahorro, tiene sus ventajas:
1) Permite pagar salarios menos al personal estable
2) Evita responsabilidades, echando la piedra a las empresas contratantes de mano de obra: de esa forma, cuando ocurre un conflicto, mágicamente, la culpa no es de nadie.
3) Fragmenta a los trabajadores e impide su organización y defensa conjunta.
4) Impide la realización de convenios colectivos homogéneos entre los trabajadores y, por lo tanto, reduce la fuerza de los reclamos.

Son más de un millón los trabajadores tercerizados en el país. Aunque los números son muy turbios y no existen demasiado datos accesibles. La perspectiva es de crecimiento. La desregulación de las relaciones laborales continúa, a su forma, demasiado vigente. Si el trabajador tercerizado recibe el 50% del sueldo de un trabajador estable, debería considerarse un afortunado. La precarización es la hermana menor de la tercerización. Aunque la ley haya dicho lo contrario: la “vieja” ley 20.744 de Contrato de Trabajo (LCT) establecía algunas “contemplaciones”: en los artículos 31 y 32, decía que en los casos que se contratara personal por medio de terceros, los trabajadores serían “considerados empleados directos de quien utilice la prestación”. Tantas obligaciones para los patrones no podían tolerarse, por eso la normativa fue modificada drásticamente por la dictadura militar. Fue una de sus primeras tareas: ni siquiera dejaron pasar el primer mes en el poder para derogar 25 artículos y modificar 98, de los 306 que componían la LCT. Campo abierto para la impunidad, las tercerizaciones, de esa forma, quedan legalizadas y evaporada la responsabilidad del empresario que utiliza la mano de obra.

Terceriza y dominarás…
Hoy, las empresas de servicios eventuales están reguladas en el artículo 29 y 29 bis de la LCT. Este último artículo prevé la solidaridad entre la empresa de servicios eventuales y la usuaria. Fue modificado a través de la Ley 24.013 en su artículo 75. (El empleador que ocupe trabajadores a través de una empresa de servicios eventuales habilitada por la autoridad competente, será solidariamente responsable con aquélla por todas las obligaciones laborales y deberá retener de los pagos que efectúe a la empresa de servicios eventuales los aportes y contribuciones respectivos para los organismos de la Seguridad Social y depositarlos en término. El trabajador contratado a través de una empresa de servicios eventuales estará regido por la Convención Colectiva, será representado por el Sindicato y beneficiado por la Obra Social de la actividad o categoría en la que efectivamente preste servicios en la empresa usuaria. (Artículo incorporado por art. 76 de la Ley N° 24.013 B.O. 17/12/1991)”) Pero del dicho al hecho… el resultado fue la desregulación y la desprotección laboral. ¡Las empresas de servicios eventuales han sido creadas! ¡El fraude laboral comienza con impune marcha!
Las burocracias sindicales juegan un rol fundamental de complicidad con las patronales y control represivo de las fracciones combativas: “Se organizan patotas desde diversos sindicatos para acallar a opositores, donde en conjunto los empresarios y los sindicalistas usan este método que a ambos les conviene, por un lado a los empresarios les conviene que no haya protesta social, por otro a las direcciones sindicales burocratizadas que en una cantidad de casos hace décadas están en sus puestos, les conviene que no haya voces opositoras a sus mandatos”, comenta Rojas.
Las empresas de servicios eventuales que inventaron los militares se ofrecen como “prestadoras de trabajadores para tareas eventuales”, que son aquellas que se refieren a “servicios extraordinarios (…) o exigencias extraordinarias y transitorias de la empresa, explotación o establecimiento” (artículo 99 LCT). Esa figura estaba prevista en la LCT, pero lo que no estaba previsto era el negocio… y entonces había que armarlo. ¡Las multinacionales, ahora, tenían las puertas abiertas! La responsabilidad solidaria desaparece de la LCT: ahora la solidaridad es entre empresas para perjudicar al trabajador. De tercerizaciones se construye la opresión. Los trabajadores que sufren el castigo de la tercerización laboral, si reclaman, son castigados por la tercerización de la represión. Como Mariano. “En el caso del Indoamericano y el de Mariano Ferreyra se usó un método que ha estado teniendo una repetición inusual en estos últimos años que es el caso del uso de patotas para reprimir a la protesta social, que es lo que podría llamarse la tercerización de la represión (…) el gobierno dice que no se reprime la protesta social, sin embargo la demanda de grupos sociales fue reprimida por patotas”, dice Diego Rojas. El juicio por Mariano puede ser una oportunidad para que suspire la justicia, al menos un momento.

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