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Historia de una estafa intelectual: denuncia a Cine Insurgente
Por Edit Marinozzi y otrxs - Wednesday, Aug. 15, 2012 at 8:06 PM

(O de cómo el Diablo de la idea de Propiedad mete la cola en las mejores Familias)

"ella se proponía mostrar los estragos de la contaminación sobre su pueblo, y ahora tiene que denunciar también esto: el cáncer que afecta la conciencia, reseca la sensibilidad, agrieta las palabras e infecta la ética de los que abandonan los principios solidarios de la clase obrera y se pasan de lleno al bando de la Propiedad."

Muchos de ustedes, probablemente, saben quiénes son Fernando Krichmar y Omar Neri. Conocen su trabajo, su pertenencia ideológica, los principios anticapitalistas que ellos proclaman. También nosotros. Por el contrario, es menos probable que conozcan a María Giovis.

Nosotros, en cambio, sí conocemos a María Giovis. Somos amigas, nuestra amistad se fue amasando durante los muchos años en los que hemos compartido distintos espacios de militancia.

La conocimos cuando estudiaba en el INEF. Se hospedaba en una modesta pensión de la calle Talcahuano, y se pagaba sus estudios trabajando como docente.

La conocimos cuando, en la semiclandestinidad, luchábamos por la organización de grupos de trabajadores docentes, en capital y provincia. Cuando ayudaba –ponía su cuerpo y sus contactos– para sacar, con rigurosidad revolucionaria, a compañeros que había que resguardar de las garras de la represión.

La conocimos cuando, juntos con muchos otros que atesoran esos momentos en que había que poner el pecho al miedo, apoyábamos a los organismos de DD. HH., sobre todo, a Madres y Familiares. Juntábamos dinero para los familiares, para los presos, recogíamos firmas por la aparición con vida de los compañeros desaparecidos, y por la libertad de los presos políticos.

Compartimos con ella y muchos compañeros, la lucha contra la burocracia sindical.

La conocíamos cuando, joven madre, seguía trabajando mientras cursaba Psicología en la UBA, y lo hizo sin pausa hasta obtener el título.

No solo nosotros podemos dar testimonio de la coherencia entre sus ideas y sus acciones. Pueden darlo sus compañeros del INEF, sus compañeros de las escuelas, sus compañeros de las instituciones psi en la que participó, sus compañeros y alumnos de la cátedra Grupos II de la Facultad de Psicología.

Nadie puede dudar a qué clase ella pertenece, a qué clase ella defiende.

Y los que la conocemos sabemos que no llegó a esa militancia movida solo por los conocimientos teóricos que fue adquiriendo con cada paso o lugar que frecuentaba.

María Giovis pertenece a una familia de inmigrantes, una de las tantas a las que corrió el hambre de la posguerra europea. Ella es hija de la clase obrera, la clase que solo tiene su fuerza de trabajo para reproducirse. Y es hija de las luchas de esa clase obrera INSURGENTE de comienzos del siglo XX: en las montañas del norte de Grecia su familia de origen luchó, fusil en mano, contra el fascismo. Perdida la guerra civil, derrotada la guerrilla, el abuelo y un tío de María estaban presos cuando su madre, con 20 años, se embarcó hacia Comodoro Rivadavia, donde ya estaba su padre. María siempre supo –y lo supo porque lo vivió– que solo había dos clases, y que llegáramos a dónde llegáramos, la cuestión era, es, y siempre será: “clase contra clase”.

Así, por conocer toda su historia, nos pareció un hito absolutamente natural que elaborara un proyecto que salió de sus entrañas: un documental que se constituyera en una denuncia de la llamada “globalización”, que no es otra cosa que la forma actual del capitalismo. Un documento que develara lo que las multinacionales hacen con lo que alguna vez fue llamado el “patio trasero del imperialismo”. Porque fue, justamente, en su pueblo, Ingeniero White, donde se estableció un polo petroquímico. Un proyecto que modificó de raíz al pueblo. Un pueblo donde la vida giraba en torno al ferrocarril, el puerto, y la Junta Nacional de Granos. En casi todas las familias había empleados de esas empresas estatales.

El padre de María era ferroviario, y murió cuando ella era adolescente, en un accidente de trabajo. Su hermano trabajaba en la draga portuaria. En los 90, con la privatización, pasó a ser empleado de una empresa; el trabajo del dragado consistía en cavar el fondo de la ría para profundizar los canales de navegación. El cavar la ría significó y significa extraer barro junto a todos los sedimentos tóxicos que originan las empresas petroquímicas, tóxicos que iban a parar al mar. Y de repente, a los 46 años, un cáncer inesperado y galopante lo arrebata de su casa, del amor de su familia, dejaba a su mujer, su novia de toda la vida, y a su hijo, en la casa recién construida.

No fue un caso único en el pueblo. Tristemente, se sucedieron las muertes por cáncer de personas de todas las edades, incluso niños. Hay también trabajadores muertos por accidentes en las empresas. Hubo, hay, muchos casos de enfermedades de la piel, problemas respiratorios. Hubo escapes de cloro y amoníaco, de gases. Nubes tóxicas que emanan de las chimeneas del polo, fuertes olores. Grietas en las casas producto de las construcciones de los puertos de estas empresas. La gente emigra. La pesca se hace en alta mar. No es posible pescar en aguas contaminadas. El negocio de los pescadores ya no es el mismo.

El pueblo ya no es el mismo. El proyecto privatizador que instaló el Polo, si bien comenzó en los 90, fue acuñado por la dictadura de Lanusse. Fue el propio dictador quien bajó de un helicóptero el 17 de noviembre de 1972, e instaló la piedra fundamental de ese proyecto, el proyecto ahora hecho realidad, que, en palabras de María, “mató a Ingeniero White”. Todos los gobernantes de todos los signos que le vinieron después siguieron apoyando a las transnacionales. ¿Cómo no reconocer, los que conocemos la historia, que es un pueblo al que mataron? ¿Cómo no van a pensarlo y decirlo así María, sus hermanas, sus otros familiares, sus amigos, sus vecinos? El pueblo que ellos conocieron no existe más. Las privatizaciones y la instalación del Polo Petroquímico han convertido a White en un pueblo donde la gente muere, por la contaminación o por el dolor y la tristeza. El vigoroso pueblo, modelo del país agroexportador, no existe más. Nuestra burguesía lo hizo fuerte, nuestra burguesía lo mató.

Clase contra clase. Es lo que pensamos sus amigos, sus compañeros de militancia o de vida, los que de alguna u otra manera acompañamos el proyecto. Algunos han puesto dinero, otros, aportamos ideas. Sí, María: hacelo. (Y circulaba además un comentario en el circuito íntimo, como descendiente de griegos que es, María, nuestra Antígona, si hace el documental, va a poder enterrar a su hermano.)

Y María busca en las páginas del Doca. Elige Cine Insurgente como grupo al que contratar para su documental. Contacta a Fernando Krichmar y este, a su vez, una vez conocido el proyecto, le presenta a Omar Neri y luego a Alejandra Guzzo. ¡Cine Insurgente, el grupo que hizo Diablo, Familia y Propiedad! ¡Mascaró, el grupo que hizo Clase, Gaviotas Blindadas! ¡Una elección perfecta! Todos sus amigos la alentamos. ¿Quién iba, por entonces, a tener dudas acerca de los documentalistas por ella elegidos?

¿Cómo no iba María a confiar en semejantes documentalistas? ¿Cómo no iba a transmitir a sus amigos la alegría de ese “encuentro”, del entusiasmo que su proyecto había generado en Krichmar y en Neri? Plantada en su trayectoria militante, en la voluntad militante que la impulsaba y la impulsa a realizar ese documental, no podía tratar a estos realizadores, que también se autoproclamaban militantes, sino como compañeros. Compañeros en cuya conducta ética confiaba, a quienes no discutió el presupuesto que le pasaron por sus servicios de filmación, compañeros de quienes no consideró necesario cuidarse.

Y aquí comienza la estafa.

María ya había contactado a Osvaldo Bayer para que hablara de la histórica huelga de estibadores de White de 1907. Porque hacía tiempo que venía madurando el hilo de lo que deseaba narrar, los hitos a recorrer, los temas, los lugares, las personas. Lo primero que hace con el grupo es filmar esa entrevista a Bayer. Un tiempo después, en febrero de 2011, viaja con ellos al pueblo. Ella va una semana antes a preparar todo y luego, durante cinco intensos días, graban lugares y situaciones que ella conocía y había elegido, entrevistan a personajes a quienes ella se había ocupado de buscar y contactar. María se hace cargo del traslado, alojamiento y comida del grupo, y les paga además, lo acordado por sus servicios: 20.000 pesos.

El grupo le propone preparar con ese material un corto para presentar en el INCAA y solicitar un subsidio. Considerando la difusión que algo así representaba para su denuncia, María acepta. Y la estafa comienza a tomar forma.

Comienzan las dilaciones, maniobras, explicaciones confusas, y el tiempo pasa y la impaciencia de María crece. Se le pide que prepare un curriculum vitae y una explicación de sus motivaciones para acompañar la presentación al INCAA. Entretanto, ella debe realizar un viaje por cuestiones familiares, y de regreso, antes de internarse para una operación programada en el hospital Roffo, intenta ver el corto y la carpeta que va a presentarse y no lo consigue. Los ve, se los entregan, finalmente, cuando ya han sido presentados al INCAA: la carpeta no incluye su curriculum ni su escrito, sino un guión escrito a sus espaldas por Krichmar y Neri y con el que no acuerda; y el corto presentado no solo lleva un título diferente al que ella proponía, sino que figura a nombre de Fernando Krichmar, Omar Neri y Alejandra Guzzo. El nombre de María Giovis no aparece.

Recién entonces comienza a comprender, averigua y descubre que SU documental ha sido inscripto en el Registro de Autor a nombre de... Fernando Krichmar y Omar Neri. Ante su indignación, se le responde con excusas, disculpas, justificaciones, intentos de convencerla que se ha hecho todo así para poder conseguir el subsidio y que los errores y omisiones podrán de todos modos modificarse. Ante la expectativa de poder hacer el documental con el subsidio, aunque ya en estado de alerta, y sabiendo que deberá defenderse y pelear para conseguir que su proyecto resulte como quería, María espera todavía.

Pero cuando finalmente, el INCAA otorga el subisidio, la estafa se presenta en toda su asquerosa y desnuda verdad. De allí en más ya no hay dilaciones o explicaciones confusas, sino directamente psicopateadas, ninguneadas, mentiras y maltratos. El grupo Cine Insurgente quiere, simplemente, sacarse de encima a María, organizar todo prescindiendo de ella. Robarle su proyecto.

María pasa entonces a la acción, a la denuncia, busca un abogado. No le reclama a Cine Insurgente los 200.000 pesos del subsidio. No reclama que le devuelvan el dinero que de su bolsillo había aportado.

Reclama que se le devuelvan las imágenes filmadas durante el viaje ideado, organizado, producido, y bancado por ella. Exige que Cine Insurgente se comprometa a no utilizar esas imágenes para cuyo uso, por otra parte, todos los entrevistados, incluido Bayer, le firman una cesión exclusiva de derechos a su nombre. Exige que Cine Insurgente se abstenga de utilizar su nombre, su imagen y su voz.

Pero Cine Insurgente, es decir, Fernando Krichmar, Omar Neri y Alejandra Guzzo, se niegan a devolver las imágenes. Todas las maniobras y dilaciones previas se revelan como el entramado de una estafa muy bien organizada. Terminan, así, robando las imágenes (por cuya grabación ya habían cobrado 20.000 pesos) como robaron el proyecto y las ideas de María Giovis. ¿Qué los mueve? ¿Los 200.000$ del INCAA? ¿El deseo de protagonismo? ¿La búsqueda del prestigio? ¿Algún oscuro interés político que pretende frenar o desviar las denuncias? ¿El machismo? ¿El narcisismo? ¿El carrerismo? Sea como sea, lo que la repugnante conducta de estos personajes revela está muy lejos del clasismo y de la honestidad militante y humana que impulsa los movimientos de María. Lo que habla a través de estos estafadores es la moral corrupta de ese mismo capitalismo que María combate. Sí, ella se proponía mostrar los estragos de la contaminación sobre su pueblo, y ahora tiene que denunciar también esto: el cáncer que afecta la conciencia, reseca la sensibilidad, agrieta las palabras e infecta la ética de los que abandonan los principios solidarios de la clase obrera y se pasan de lleno al bando de la Propiedad.

Pero en esto María Giovis no está sola. Hoy tomamos nosotros la palabra en su nombre y lo haremos muchas otras veces, junto con muchos otros. Cada vez que estos estafadores proyecten el documental que robaron a su legítima autora, estaremos allí para denunciarlos.

En cuanto a ellos, ojalá el Capitalismo les reconozca los deshonestos servicios prestados y los colme de sus enmierdados laureles. Lo tendrán merecido.

Edit Marinozzi
Silvia Guiard
(Grupo de apoyo al documental Ingeniero White, un pueblo que están matando, de María Giovis)
junio 2012
whitedenuncia@gmail.com

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Declaración de Grupo de Cine Insurgente sobre EL FUTURO LLEGO (Abril 2012)
Por Cine Insurgente - Thursday, Aug. 16, 2012 at 2:14 PM

Comunicado

Ante el inicio de rodaje de nuestro largometraje documental, EL FUTURO LLEGÓ sobre las luchas populares y el desarrollo de la lucha de clases en la zona de Bahía Blanca e Ingeniero White, nuestro grupo ha sido objeto de calumnias e injurias por parte de la psicóloga María Giovis ex participante de este proyecto. Por este motivo nos vemos en la obligación de aclarar algunos puntos.

María Giovis se acercó a nosotros planteando la intención de que nuestro grupo realizara una película sobre la historia de Ingeniero White, nos refirió ser natural de la zona aunque desde los 17 años (hace aproximadamente 40 años) reside en Buenos Aires. También refirió ser conocedora de nuestra obra cinematográfica de más de quince años de trayectoria y de haberse acercado a nosotros justamente por ello y por el carácter político de nuestras producciones.

Gentilmente se le explicó que había dos posibilidades, hacer nuestro taller, del cual surgieron decenas de documentalistas que ya han realizado muchas producciones audiovisuales, algunas con participación de miembros de nuestro grupo y otras sin ninguna participación más que la pedagógica según cada caso. Siempre hemos sido generosos con nuestros alumnos y generalmente contribuimos a enriquecer sus ideas desde nuestra experiencia. En ese sentido esa era la primera opción, cursar nuestro taller de realización documental y realizar el trabajo como parte del proceso de aprendizaje.

La otra posibilidad que le ofrecimos era la de estudiar el caso más profundamente y desde lo profesional, desarrollar un proyecto del cual ella podría participar como parte del colectivo.

Se le explicó que para este tipo de documental, el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) cuenta con ayudas en la denominada Vía Digital. Sin eso sólo se podría realizar un medio o pequeño corto, dado el complejo entramado político de la historia y la información seria y verás que hacía falta obtener para acusar a las empresas involucradas en la película, por ende habría costos para la investigación, teniendo en cuenta la distancia existente entre Bs.As. y Bahía Blanca. También porque nosotros no vivimos del cine, sino de la docencia entre otros trabajos, así que este proyecto se podría hacer sólo a lo largo del tiempo. Contraria a esta idea, Giovis nos manifestó su urgencia por realizar el documental y propuso conseguir algo de dinero para el desarrollo del proyecto, que consistiría en una entrevista en Bs As a Osvaldo Bayer, 5 días de rodaje en Ingeniero White y la presentación ante el INCAA de la carpeta correspondiente. Confeccionamos un presupuesto posible que fue aprobado por ella y que excede totalmente todo el trabajo y el esfuerzo puesto en esta etapa por todos, pero que consideramos vital para que esta compleja historia pudiera narrarse. De esta forma dimos inicio al proyecto, comprometiéndonos colectivamente a que tanto el dinero aportado por María como todo nuestro aporte y trabajo sería recuperado si el proyecto presentado en el INCAA era aprobado. El dinero, contrario a lo que al día de hoy se quiere hacer creer, fue aportado por etapas a lo largo de 6 meses de trabajo colectivo por todos en capital y trabajo, no solamente por la Sra. Giovis.

Durante la etapa de rodaje transcurrió todo como estaba previsto. Con el material filmado hicimos un mediometraje que entregamos a su pedido, un cortometraje y escribimos nosotros íntegramente la carpeta que se presentó al INCAA. Esto incluyó la redacción de la sinopsis, motivación, tratamiento audiovisual, plan de rodaje, guión, presupuestos, consideraciones técnicas, cartas aportes y nuestros antecedentes como documentalistas. María Giovis no aportó en nada de esto, sólo le pedimos que escribiera al menos una motivación como personaje, pero debido a su escasa calidad y casi ininteligible escritura, la descartamos por completo. Tampoco pudo estar presente en todo este proceso no obstante su manifiesta urgencia, porque partió de viaje a Europa durante un mes y reapareció cuando todo el trabajo tal cual era su deseo estaba terminado. El proyecto salió ganador de un subsidio de bajo presupuesto en el INCAA en diciembre de 2011 y a partir de ese momento comenzamos a movilizar los medios para llevar adelante el documental. Es importante señalar que aún cuando no se había cobrado ni un peso de este premio, el cual se dará a lo largo del tiempo y en cuotas que tardan tiempo promedio DOS AÑOS en acreditarse, ello no fue impedimento para que siguiéramos trabajando y en permanente contacto con las compañeras y compañeros de Ing. White, habiéndose realizado jornadas de rodaje en marzo y durante los mese venideros como está planificado.

Cabe destacar que en ningún momento ella manifestó la idea de que nosotros éramos “sus técnicos”, ni "contratados" ni mucho menos "sus empleados", como lo hace ahora. Tampoco se hacía llamar "la directora" o "la dueña de la película", cosa que hubiera aclarado los tantos desde el principio, ya que, si las cosas hubieran sido planteadas así desde el comienzo, hubiéramos abandonado por completo toda idea de llevar adelante este proyecto ante una persona sin un ápice del sentido colectivo que defendemos históricamente desde nuestra forma de hacer cine. Por el contrario, fuimos nosotros quienes discutimos como grupo la posibilidad de compartir con ella, una persona totalmente ajena al quehacer cinematográfico ,y declarado por ella, sin ninguna intención manifiesta de adquirir algún conocimiento sobre la materia, la chance de que fuera parte del proceso de realización. Tampoco - lo que es peor- sin pertenencia orgánica sostenida en el tiempo a algún tipo de organización o colectivo político o social dados los interés que dice representar.

La Sra. María Giovis encara el proyecto ubicándose individualmente tal cual su única práctica: trabajo en forma Individual y estableciendo jerarquías.

Repasando estos hechos, recordamos que ya durante la redacción del proyecto, la actitud de Giovis fue transformándose, virando de la amabilidad a la prepotencia. Invocando su urgencia y lejos de intentar comprender los tiempos y las etapas que conllevan la realización documental, de confiar en nuestra experiencia y conocimiento, su trato con nosotros se redujo al hostigamiento permanente. De maneras prepotentes, llegó a querer erigirse: "la directora, productora y guionista" del documental, queriéndonos dar órdenes no sólo de realización, sino incluso en el rumbo político que éste debía seguir.

Baste el ejemplo del título para graficar esta situación. Nuestra propuesta -y así se presentó al INCAA- fue "El Futuro Llegó". Ella pretendía cambiar el título a "Ing.White, un pueblo que se muere". Está claro que no es sólo una cuestión formal, sino que se ponía en juego un rumbo que debía llevar el proyecto. Mientras que ella quería un mirada nostálgica del pasado idílico del puerto de Bahía Blanca, las playas, los pescadores, los ferroviarios, etc. y en segundo plano una denuncia sobre los males que trajo el Polo Petroquímico, nosotros proponíamos un documental que sirviera de herramienta de lucha para los que en la actualidad están comprometidos con poner un freno a la catástrofe social y ambiental que el neoliberalismo trajo a la zona con quienes esta señora no mantiene ninguna relación porque “la clase trabajadora” que lucha no está en su eje de interés.

A pesar de esto, en febrero de 2012 coordinamos las fechas de inicio de la pre producción, de las cuales ella estaba al tanto y con tareas a su cargo. Al mismo tiempo, después de una reunión de 3hs, llegamos a un acuerdo de trabajo en el que Giovis ponía las condiciones para seguir en el proyecto. A pesar de las disidencias dentro del grupo, optamos por aprobar sus pedidos, a favor de la realización del documental, de dar a luz estas historias colectivas, siempre por encima de las personas individuales. En el único punto que no estuvimos de acuerdo categóricamente fue en el que ella pedía que el film comenzara con la leyenda "una película de María Giovis" cosa que nos parece un disparate y ajeno a nuestro modo colectivo de producción. De hecho muy pocos de nuestros miembros trabajan como “técnicos“ en la “industria“ y cuando lo hacen por necesidad económica y con empresas del rubro audiovisual y nunca con particulares.

Unos días después de estas conversaciones (documentadas por los mails que nos intercambiamos) recibimos la llamada de "su abogada" que nos exige la firma de un documento en el que nos llama "los contratados" y ella "la contratante". En este escrito, nos exige que renunciemos al subsidio, le entreguemos el material filmado y no utilicemos "imágenes filmadas del pueblo, fotografías o video grabadas en ninguno de sus formatos" (¡¡!!) Al mismo tiempo, recibimos mails amenazantes y lo más insólito, una patota de 8 personas visitó nuestros domicilios particulares para hacernos saber la suerte que correríamos si no cumplíamos con lo exigido en el documento.

Ante este panorama, que incluye injurias, falsedades y amenazas concretas, es que decidimos salir a comunicar de qué manera sucedieron los hechos y aclarar que ni las patotas ni las amenazas nos van a frenar en nuestro compromiso con quienes si están luchando en Bahía Blanca y serán parte protagónica de nuestro documental.

Solicitamos a todas las organizaciones populares que conocen nuestra obra documental y nuestras participaciones en experiencias colectivas de luchas populares que se solidaricen y aclaren ante la maledicencia y las extorsiones quiénes somos los que integramos el Grupo Cine Insurgente.

un fuerte abrazo,

Fernando Krichmar

Alejandra Guzzo

Omar Neri

Grupo de Cine Insurgente

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Declaración de Grupo de Cine Insurgente sobre EL FUTURO LLEGO (Abril 2012)
Por Gacetillas Argentinas - Thursday, Aug. 16, 2012 at 2:42 PM

Comunicado

Ante el inicio de rodaje de nuestro largometraje documental, EL FUTURO LLEGÓ sobre las luchas populares y el desarrollo de la lucha de clases en la zona de Bahía Blanca e Ingeniero White, nuestro grupo ha sido objeto de calumnias e injurias por parte de la psicóloga María Giovis ex participante de este proyecto. Por este motivo nos vemos en la obligación de aclarar algunos puntos.

María Giovis se acercó a nosotros planteando la intención de que nuestro grupo realizara una película sobre la historia de Ingeniero White, nos refirió ser natural de la zona aunque desde los 17 años (hace aproximadamente 40 años) reside en Buenos Aires. También refirió ser conocedora de nuestra obra cinematográfica de más de quince años de trayectoria y de haberse acercado a nosotros justamente por ello y por el carácter político de nuestras producciones.

Gentilmente se le explicó que había dos posibilidades, hacer nuestro taller, del cual surgieron decenas de documentalistas que ya han realizado muchas producciones audiovisuales, algunas con participación de miembros de nuestro grupo y otras sin ninguna participación más que la pedagógica según cada caso. Siempre hemos sido generosos con nuestros alumnos y generalmente contribuimos a enriquecer sus ideas desde nuestra experiencia. En ese sentido esa era la primera opción, cursar nuestro taller de realización documental y realizar el trabajo como parte del proceso de aprendizaje.

La otra posibilidad que le ofrecimos era la de estudiar el caso más profundamente y desde lo profesional, desarrollar un proyecto del cual ella podría participar como parte del colectivo.

Se le explicó que para este tipo de documental, el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) cuenta con ayudas en la denominada Vía Digital. Sin eso sólo se podría realizar un medio o pequeño corto, dado el complejo entramado político de la historia y la información seria y verás que hacía falta obtener para acusar a las empresas involucradas en la película, por ende habría costos para la investigación, teniendo en cuenta la distancia existente entre Bs.As. y Bahía Blanca. También porque nosotros no vivimos del cine, sino de la docencia entre otros trabajos, así que este proyecto se podría hacer sólo a lo largo del tiempo. Contraria a esta idea, Giovis nos manifestó su urgencia por realizar el documental y propuso conseguir algo de dinero para el desarrollo del proyecto, que consistiría en una entrevista en Bs As a Osvaldo Bayer, 5 días de rodaje en Ingeniero White y la presentación ante el INCAA de la carpeta correspondiente. Confeccionamos un presupuesto posible que fue aprobado por ella y que excede totalmente todo el trabajo y el esfuerzo puesto en esta etapa por todos, pero que consideramos vital para que esta compleja historia pudiera narrarse. De esta forma dimos inicio al proyecto, comprometiéndonos colectivamente a que tanto el dinero aportado por María como todo nuestro aporte y trabajo sería recuperado si el proyecto presentado en el INCAA era aprobado. El dinero, contrario a lo que al día de hoy se quiere hacer creer, fue aportado por etapas a lo largo de 6 meses de trabajo colectivo por todos en capital y trabajo, no solamente por la Sra. Giovis.

Durante la etapa de rodaje transcurrió todo como estaba previsto. Con el material filmado hicimos un mediometraje que entregamos a su pedido, un cortometraje y escribimos nosotros íntegramente la carpeta que se presentó al INCAA. Esto incluyó la redacción de la sinopsis, motivación, tratamiento audiovisual, plan de rodaje, guión, presupuestos, consideraciones técnicas, cartas aportes y nuestros antecedentes como documentalistas. María Giovis no aportó en nada de esto, sólo le pedimos que escribiera al menos una motivación como personaje, pero debido a su escasa calidad y casi ininteligible escritura, la descartamos por completo. Tampoco pudo estar presente en todo este proceso no obstante su manifiesta urgencia, porque partió de viaje a Europa durante un mes y reapareció cuando todo el trabajo tal cual era su deseo estaba terminado. El proyecto salió ganador de un subsidio de bajo presupuesto en el INCAA en diciembre de 2011 y a partir de ese momento comenzamos a movilizar los medios para llevar adelante el documental. Es importante señalar que aún cuando no se había cobrado ni un peso de este premio, el cual se dará a lo largo del tiempo y en cuotas que tardan tiempo promedio DOS AÑOS en acreditarse, ello no fue impedimento para que siguiéramos trabajando y en permanente contacto con las compañeras y compañeros de Ing. White, habiéndose realizado jornadas de rodaje en marzo y durante los mese venideros como está planificado.

Cabe destacar que en ningún momento ella manifestó la idea de que nosotros éramos “sus técnicos”, ni "contratados" ni mucho menos "sus empleados", como lo hace ahora. Tampoco se hacía llamar "la directora" o "la dueña de la película", cosa que hubiera aclarado los tantos desde el principio, ya que, si las cosas hubieran sido planteadas así desde el comienzo, hubiéramos abandonado por completo toda idea de llevar adelante este proyecto ante una persona sin un ápice del sentido colectivo que defendemos históricamente desde nuestra forma de hacer cine. Por el contrario, fuimos nosotros quienes discutimos como grupo la posibilidad de compartir con ella, una persona totalmente ajena al quehacer cinematográfico ,y declarado por ella, sin ninguna intención manifiesta de adquirir algún conocimiento sobre la materia, la chance de que fuera parte del proceso de realización. Tampoco - lo que es peor- sin pertenencia orgánica sostenida en el tiempo a algún tipo de organización o colectivo político o social dados los interés que dice representar.

La Sra. María Giovis encara el proyecto ubicándose individualmente tal cual su única práctica: trabajo en forma Individual y estableciendo jerarquías.

Repasando estos hechos, recordamos que ya durante la redacción del proyecto, la actitud de Giovis fue transformándose, virando de la amabilidad a la prepotencia. Invocando su urgencia y lejos de intentar comprender los tiempos y las etapas que conllevan la realización documental, de confiar en nuestra experiencia y conocimiento, su trato con nosotros se redujo al hostigamiento permanente. De maneras prepotentes, llegó a querer erigirse: "la directora, productora y guionista" del documental, queriéndonos dar órdenes no sólo de realización, sino incluso en el rumbo político que éste debía seguir.

Baste el ejemplo del título para graficar esta situación. Nuestra propuesta -y así se presentó al INCAA- fue "El Futuro Llegó". Ella pretendía cambiar el título a "Ing.White, un pueblo que se muere". Está claro que no es sólo una cuestión formal, sino que se ponía en juego un rumbo que debía llevar el proyecto. Mientras que ella quería un mirada nostálgica del pasado idílico del puerto de Bahía Blanca, las playas, los pescadores, los ferroviarios, etc. y en segundo plano una denuncia sobre los males que trajo el Polo Petroquímico, nosotros proponíamos un documental que sirviera de herramienta de lucha para los que en la actualidad están comprometidos con poner un freno a la catástrofe social y ambiental que el neoliberalismo trajo a la zona con quienes esta señora no mantiene ninguna relación porque “la clase trabajadora” que lucha no está en su eje de interés.

A pesar de esto, en febrero de 2012 coordinamos las fechas de inicio de la pre producción, de las cuales ella estaba al tanto y con tareas a su cargo. Al mismo tiempo, después de una reunión de 3hs, llegamos a un acuerdo de trabajo en el que Giovis ponía las condiciones para seguir en el proyecto. A pesar de las disidencias dentro del grupo, optamos por aprobar sus pedidos, a favor de la realización del documental, de dar a luz estas historias colectivas, siempre por encima de las personas individuales. En el único punto que no estuvimos de acuerdo categóricamente fue en el que ella pedía que el film comenzara con la leyenda "una película de María Giovis" cosa que nos parece un disparate y ajeno a nuestro modo colectivo de producción. De hecho muy pocos de nuestros miembros trabajan como “técnicos“ en la “industria“ y cuando lo hacen por necesidad económica y con empresas del rubro audiovisual y nunca con particulares.

Unos días después de estas conversaciones (documentadas por los mails que nos intercambiamos) recibimos la llamada de "su abogada" que nos exige la firma de un documento en el que nos llama "los contratados" y ella "la contratante". En este escrito, nos exige que renunciemos al subsidio, le entreguemos el material filmado y no utilicemos "imágenes filmadas del pueblo, fotografías o video grabadas en ninguno de sus formatos" (¡¡!!) Al mismo tiempo, recibimos mails amenazantes y lo más insólito, una patota de 8 personas visitó nuestros domicilios particulares para hacernos saber la suerte que correríamos si no cumplíamos con lo exigido en el documento.

Ante este panorama, que incluye injurias, falsedades y amenazas concretas, es que decidimos salir a comunicar de qué manera sucedieron los hechos y aclarar que ni las patotas ni las amenazas nos van a frenar en nuestro compromiso con quienes si están luchando en Bahía Blanca y serán parte protagónica de nuestro documental.

Solicitamos a todas las organizaciones populares que conocen nuestra obra documental y nuestras participaciones en experiencias colectivas de luchas populares que se solidaricen y aclaren ante la maledicencia y las extorsiones quiénes somos los que integramos el Grupo Cine Insurgente.

un fuerte abrazo,

Fernando Krichmar

Alejandra Guzzo

Omar Neri

Grupo de Cine Insurgente

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Declaración de Grupo de Cine Insurgente sobre EL FUTURO LLEGO (Abril 2012)
Por Gacetillas Argentinas - Thursday, Aug. 16, 2012 at 2:43 PM

Comunicado

Ante el inicio de rodaje de nuestro largometraje documental, EL FUTURO LLEGÓ sobre las luchas populares y el desarrollo de la lucha de clases en la zona de Bahía Blanca e Ingeniero White, nuestro grupo ha sido objeto de calumnias e injurias por parte de la psicóloga María Giovis ex participante de este proyecto. Por este motivo nos vemos en la obligación de aclarar algunos puntos.

María Giovis se acercó a nosotros planteando la intención de que nuestro grupo realizara una película sobre la historia de Ingeniero White, nos refirió ser natural de la zona aunque desde los 17 años (hace aproximadamente 40 años) reside en Buenos Aires. También refirió ser conocedora de nuestra obra cinematográfica de más de quince años de trayectoria y de haberse acercado a nosotros justamente por ello y por el carácter político de nuestras producciones.

Gentilmente se le explicó que había dos posibilidades, hacer nuestro taller, del cual surgieron decenas de documentalistas que ya han realizado muchas producciones audiovisuales, algunas con participación de miembros de nuestro grupo y otras sin ninguna participación más que la pedagógica según cada caso. Siempre hemos sido generosos con nuestros alumnos y generalmente contribuimos a enriquecer sus ideas desde nuestra experiencia. En ese sentido esa era la primera opción, cursar nuestro taller de realización documental y realizar el trabajo como parte del proceso de aprendizaje.

La otra posibilidad que le ofrecimos era la de estudiar el caso más profundamente y desde lo profesional, desarrollar un proyecto del cual ella podría participar como parte del colectivo.

Se le explicó que para este tipo de documental, el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) cuenta con ayudas en la denominada Vía Digital. Sin eso sólo se podría realizar un medio o pequeño corto, dado el complejo entramado político de la historia y la información seria y verás que hacía falta obtener para acusar a las empresas involucradas en la película, por ende habría costos para la investigación, teniendo en cuenta la distancia existente entre Bs.As. y Bahía Blanca. También porque nosotros no vivimos del cine, sino de la docencia entre otros trabajos, así que este proyecto se podría hacer sólo a lo largo del tiempo. Contraria a esta idea, Giovis nos manifestó su urgencia por realizar el documental y propuso conseguir algo de dinero para el desarrollo del proyecto, que consistiría en una entrevista en Bs As a Osvaldo Bayer, 5 días de rodaje en Ingeniero White y la presentación ante el INCAA de la carpeta correspondiente. Confeccionamos un presupuesto posible que fue aprobado por ella y que excede totalmente todo el trabajo y el esfuerzo puesto en esta etapa por todos, pero que consideramos vital para que esta compleja historia pudiera narrarse. De esta forma dimos inicio al proyecto, comprometiéndonos colectivamente a que tanto el dinero aportado por María como todo nuestro aporte y trabajo sería recuperado si el proyecto presentado en el INCAA era aprobado. El dinero, contrario a lo que al día de hoy se quiere hacer creer, fue aportado por etapas a lo largo de 6 meses de trabajo colectivo por todos en capital y trabajo, no solamente por la Sra. Giovis.

Durante la etapa de rodaje transcurrió todo como estaba previsto. Con el material filmado hicimos un mediometraje que entregamos a su pedido, un cortometraje y escribimos nosotros íntegramente la carpeta que se presentó al INCAA. Esto incluyó la redacción de la sinopsis, motivación, tratamiento audiovisual, plan de rodaje, guión, presupuestos, consideraciones técnicas, cartas aportes y nuestros antecedentes como documentalistas. María Giovis no aportó en nada de esto, sólo le pedimos que escribiera al menos una motivación como personaje, pero debido a su escasa calidad y casi ininteligible escritura, la descartamos por completo. Tampoco pudo estar presente en todo este proceso no obstante su manifiesta urgencia, porque partió de viaje a Europa durante un mes y reapareció cuando todo el trabajo tal cual era su deseo estaba terminado. El proyecto salió ganador de un subsidio de bajo presupuesto en el INCAA en diciembre de 2011 y a partir de ese momento comenzamos a movilizar los medios para llevar adelante el documental. Es importante señalar que aún cuando no se había cobrado ni un peso de este premio, el cual se dará a lo largo del tiempo y en cuotas que tardan tiempo promedio DOS AÑOS en acreditarse, ello no fue impedimento para que siguiéramos trabajando y en permanente contacto con las compañeras y compañeros de Ing. White, habiéndose realizado jornadas de rodaje en marzo y durante los mese venideros como está planificado.

Cabe destacar que en ningún momento ella manifestó la idea de que nosotros éramos “sus técnicos”, ni "contratados" ni mucho menos "sus empleados", como lo hace ahora. Tampoco se hacía llamar "la directora" o "la dueña de la película", cosa que hubiera aclarado los tantos desde el principio, ya que, si las cosas hubieran sido planteadas así desde el comienzo, hubiéramos abandonado por completo toda idea de llevar adelante este proyecto ante una persona sin un ápice del sentido colectivo que defendemos históricamente desde nuestra forma de hacer cine. Por el contrario, fuimos nosotros quienes discutimos como grupo la posibilidad de compartir con ella, una persona totalmente ajena al quehacer cinematográfico ,y declarado por ella, sin ninguna intención manifiesta de adquirir algún conocimiento sobre la materia, la chance de que fuera parte del proceso de realización. Tampoco - lo que es peor- sin pertenencia orgánica sostenida en el tiempo a algún tipo de organización o colectivo político o social dados los interés que dice representar.

La Sra. María Giovis encara el proyecto ubicándose individualmente tal cual su única práctica: trabajo en forma Individual y estableciendo jerarquías.

Repasando estos hechos, recordamos que ya durante la redacción del proyecto, la actitud de Giovis fue transformándose, virando de la amabilidad a la prepotencia. Invocando su urgencia y lejos de intentar comprender los tiempos y las etapas que conllevan la realización documental, de confiar en nuestra experiencia y conocimiento, su trato con nosotros se redujo al hostigamiento permanente. De maneras prepotentes, llegó a querer erigirse: "la directora, productora y guionista" del documental, queriéndonos dar órdenes no sólo de realización, sino incluso en el rumbo político que éste debía seguir.

Baste el ejemplo del título para graficar esta situación. Nuestra propuesta -y así se presentó al INCAA- fue "El Futuro Llegó". Ella pretendía cambiar el título a "Ing.White, un pueblo que se muere". Está claro que no es sólo una cuestión formal, sino que se ponía en juego un rumbo que debía llevar el proyecto. Mientras que ella quería un mirada nostálgica del pasado idílico del puerto de Bahía Blanca, las playas, los pescadores, los ferroviarios, etc. y en segundo plano una denuncia sobre los males que trajo el Polo Petroquímico, nosotros proponíamos un documental que sirviera de herramienta de lucha para los que en la actualidad están comprometidos con poner un freno a la catástrofe social y ambiental que el neoliberalismo trajo a la zona con quienes esta señora no mantiene ninguna relación porque “la clase trabajadora” que lucha no está en su eje de interés.

A pesar de esto, en febrero de 2012 coordinamos las fechas de inicio de la pre producción, de las cuales ella estaba al tanto y con tareas a su cargo. Al mismo tiempo, después de una reunión de 3hs, llegamos a un acuerdo de trabajo en el que Giovis ponía las condiciones para seguir en el proyecto. A pesar de las disidencias dentro del grupo, optamos por aprobar sus pedidos, a favor de la realización del documental, de dar a luz estas historias colectivas, siempre por encima de las personas individuales. En el único punto que no estuvimos de acuerdo categóricamente fue en el que ella pedía que el film comenzara con la leyenda "una película de María Giovis" cosa que nos parece un disparate y ajeno a nuestro modo colectivo de producción. De hecho muy pocos de nuestros miembros trabajan como “técnicos“ en la “industria“ y cuando lo hacen por necesidad económica y con empresas del rubro audiovisual y nunca con particulares.

Unos días después de estas conversaciones (documentadas por los mails que nos intercambiamos) recibimos la llamada de "su abogada" que nos exige la firma de un documento en el que nos llama "los contratados" y ella "la contratante". En este escrito, nos exige que renunciemos al subsidio, le entreguemos el material filmado y no utilicemos "imágenes filmadas del pueblo, fotografías o video grabadas en ninguno de sus formatos" (¡¡!!) Al mismo tiempo, recibimos mails amenazantes y lo más insólito, una patota de 8 personas visitó nuestros domicilios particulares para hacernos saber la suerte que correríamos si no cumplíamos con lo exigido en el documento.

Ante este panorama, que incluye injurias, falsedades y amenazas concretas, es que decidimos salir a comunicar de qué manera sucedieron los hechos y aclarar que ni las patotas ni las amenazas nos van a frenar en nuestro compromiso con quienes si están luchando en Bahía Blanca y serán parte protagónica de nuestro documental.

Solicitamos a todas las organizaciones populares que conocen nuestra obra documental y nuestras participaciones en experiencias colectivas de luchas populares que se solidaricen y aclaren ante la maledicencia y las extorsiones quiénes somos los que integramos el Grupo Cine Insurgente.

un fuerte abrazo,

Fernando Krichmar

Alejandra Guzzo

Omar Neri

Grupo de Cine Insurgente

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cine insurgente carajo
Por Fernando Krichmar - Friday, Aug. 17, 2012 at 12:00 AM


Comunicado

Ante el inicio de rodaje de nuestro largometraje documental, EL FUTURO LLEGÓ sobre las luchas populares y el desarrollo de la lucha de clases en la zona de Bahía Blanca e Ingeniero White, nuestro grupo ha sido objeto de calumnias e injurias por parte de la psicóloga María Giovis ex participante de este proyecto. Por este motivo nos vemos en la obligación de aclarar algunos puntos.

María Giovis se acercó a nosotros planteando la intención de que nuestro grupo realizara una película sobre la historia de Ingeniero White, nos refirió ser natural de la zona aunque desde los 17 años (hace aproximadamente 40 años) reside en Buenos Aires. También refirió ser conocedora de nuestra obra cinematográfica de más de quince años de trayectoria y de haberse acercado a nosotros justamente por ello y por el carácter político de nuestras producciones.

Gentilmente se le explicó que había dos posibilidades, hacer nuestro taller, del cual surgieron decenas de documentalistas que ya han realizado muchas producciones audiovisuales, algunas con participación de miembros de nuestro grupo y otras sin ninguna participación más que la pedagógica según cada caso. Siempre hemos sido generosos con nuestros alumnos y generalmente contribuimos a enriquecer sus ideas desde nuestra experiencia. En ese sentido esa era la primera opción, cursar nuestro taller de realización documental y realizar el trabajo como parte del proceso de aprendizaje.

La otra posibilidad que le ofrecimos era la de estudiar el caso más profundamente y desde lo profesional, desarrollar un proyecto del cual ella podría participar como parte del colectivo.

Se le explicó que para este tipo de documental, el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) cuenta con ayudas en la denominada Vía Digital. Sin eso sólo se podría realizar un medio o pequeño corto, dado el complejo entramado político de la historia y la información seria y verás que hacía falta obtener para acusar a las empresas involucradas en la película, por ende habría costos para la investigación, teniendo en cuenta la distancia existente entre Bs.As. y Bahía Blanca. También porque nosotros no vivimos del cine, sino de la docencia entre otros trabajos, así que este proyecto se podría hacer sólo a lo largo del tiempo. Contraria a esta idea, Giovis nos manifestó su urgencia por realizar el documental y propuso conseguir algo de dinero para el desarrollo del proyecto, que consistiría en una entrevista en Bs As a Osvaldo Bayer, 5 días de rodaje en Ingeniero White y la presentación ante el INCAA de la carpeta correspondiente. Confeccionamos un presupuesto posible que fue aprobado por ella y que excede totalmente todo el trabajo y el esfuerzo puesto en esta etapa por todos, pero que consideramos vital para que esta compleja historia pudiera narrarse. De esta forma dimos inicio al proyecto, comprometiéndonos colectivamente a que tanto el dinero aportado por María como todo nuestro aporte y trabajo sería recuperado si el proyecto presentado en el INCAA era aprobado. El dinero, contrario a lo que al día de hoy se quiere hacer creer, fue aportado por etapas a lo largo de 6 meses de trabajo colectivo por todos en capital y trabajo, no solamente por la Sra. Giovis.

Durante la etapa de rodaje transcurrió todo como estaba previsto. Con el material filmado hicimos un mediometraje que entregamos a su pedido, un cortometraje y escribimos nosotros íntegramente la carpeta que se presentó al INCAA. Esto incluyó la redacción de la sinopsis, motivación, tratamiento audiovisual, plan de rodaje, guión, presupuestos, consideraciones técnicas, cartas aportes y nuestros antecedentes como documentalistas. María Giovis no aportó en nada de esto, sólo le pedimos que escribiera al menos una motivación como personaje, pero debido a su escasa calidad y casi ininteligible escritura, la descartamos por completo. Tampoco pudo estar presente en todo este proceso no obstante su manifiesta urgencia, porque partió de viaje a Europa durante un mes y reapareció cuando todo el trabajo tal cual era su deseo estaba terminado. El proyecto salió ganador de un subsidio de bajo presupuesto en el INCAA en diciembre de 2011 y a partir de ese momento comenzamos a movilizar los medios para llevar adelante el documental. Es importante señalar que aún cuando no se había cobrado ni un peso de este premio, el cual se dará a lo largo del tiempo y en cuotas que tardan tiempo promedio DOS AÑOS en acreditarse, ello no fue impedimento para que siguiéramos trabajando y en permanente contacto con las compañeras y compañeros de Ing. White, habiéndose realizado jornadas de rodaje en marzo y durante los mese venideros como está planificado.

Cabe destacar que en ningún momento ella manifestó la idea de que nosotros éramos “sus técnicos”, ni "contratados" ni mucho menos "sus empleados", como lo hace ahora. Tampoco se hacía llamar "la directora" o "la dueña de la película", cosa que hubiera aclarado los tantos desde el principio, ya que, si las cosas hubieran sido planteadas así desde el comienzo, hubiéramos abandonado por completo toda idea de llevar adelante este proyecto ante una persona sin un ápice del sentido colectivo que defendemos históricamente desde nuestra forma de hacer cine. Por el contrario, fuimos nosotros quienes discutimos como grupo la posibilidad de compartir con ella, una persona totalmente ajena al quehacer cinematográfico ,y declarado por ella, sin ninguna intención manifiesta de adquirir algún conocimiento sobre la materia, la chance de que fuera parte del proceso de realización. Tampoco - lo que es peor- sin pertenencia orgánica sostenida en el tiempo a algún tipo de organización o colectivo político o social dados los interés que dice representar.

La Sra. María Giovis encara el proyecto ubicándose individualmente tal cual su única práctica: trabajo en forma Individual y estableciendo jerarquías.

Repasando estos hechos, recordamos que ya durante la redacción del proyecto, la actitud de Giovis fue transformándose, virando de la amabilidad a la prepotencia. Invocando su urgencia y lejos de intentar comprender los tiempos y las etapas que conllevan la realización documental, de confiar en nuestra experiencia y conocimiento, su trato con nosotros se redujo al hostigamiento permanente. De maneras prepotentes, llegó a querer erigirse: "la directora, productora y guionista" del documental, queriéndonos dar órdenes no sólo de realización, sino incluso en el rumbo político que éste debía seguir.

Baste el ejemplo del título para graficar esta situación. Nuestra propuesta -y así se presentó al INCAA- fue "El Futuro Llegó". Ella pretendía cambiar el título a "Ing.White, un pueblo que se muere". Está claro que no es sólo una cuestión formal, sino que se ponía en juego un rumbo que debía llevar el proyecto. Mientras que ella quería un mirada nostálgica del pasado idílico del puerto de Bahía Blanca, las playas, los pescadores, los ferroviarios, etc. y en segundo plano una denuncia sobre los males que trajo el Polo Petroquímico, nosotros proponíamos un documental que sirviera de herramienta de lucha para los que en la actualidad están comprometidos con poner un freno a la catástrofe social y ambiental que el neoliberalismo trajo a la zona con quienes esta señora no mantiene ninguna relación porque “la clase trabajadora” que lucha no está en su eje de interés.

A pesar de esto, en febrero de 2012 coordinamos las fechas de inicio de la pre producción, de las cuales ella estaba al tanto y con tareas a su cargo. Al mismo tiempo, después de una reunión de 3hs, llegamos a un acuerdo de trabajo en el que Giovis ponía las condiciones para seguir en el proyecto. A pesar de las disidencias dentro del grupo, optamos por aprobar sus pedidos, a favor de la realización del documental, de dar a luz estas historias colectivas, siempre por encima de las personas individuales. En el único punto que no estuvimos de acuerdo categóricamente fue en el que ella pedía que el film comenzara con la leyenda "una película de María Giovis" cosa que nos parece un disparate y ajeno a nuestro modo colectivo de producción. De hecho muy pocos de nuestros miembros trabajan como “técnicos“ en la “industria“ y cuando lo hacen por necesidad económica y con empresas del rubro audiovisual y nunca con particulares.

Unos días después de estas conversaciones (documentadas por los mails que nos intercambiamos) recibimos la llamada de "su abogada" que nos exige la firma de un documento en el que nos llama "los contratados" y ella "la contratante". En este escrito, nos exige que renunciemos al subsidio, le entreguemos el material filmado y no utilicemos "imágenes filmadas del pueblo, fotografías o video grabadas en ninguno de sus formatos" (¡¡!!) Al mismo tiempo, recibimos mails amenazantes y lo más insólito, una patota de 8 personas visitó nuestros domicilios particulares para hacernos saber la suerte que correríamos si no cumplíamos con lo exigido en el documento.

Ante este panorama, que incluye injurias, falsedades y amenazas concretas, es que decidimos salir a comunicar de qué manera sucedieron los hechos y aclarar que ni las patotas ni las amenazas nos van a frenar en nuestro compromiso con quienes si están luchando en Bahía Blanca y serán parte protagónica de nuestro documental.

Solicitamos a todas las organizaciones populares que conocen nuestra obra documental y nuestras participaciones en experiencias colectivas de luchas populares que se solidaricen y aclaren ante la maledicencia y las extorsiones quiénes somos los que integramos el Grupo Cine Insurgente.

un fuerte abrazo,

Fernando Krichmar

Alejandra Guzzo

Omar Neri

Grupo de Cine Insurgente

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Crónica de un robo intelectual
Por María Giovis - Tuesday, Aug. 28, 2012 at 8:08 AM

Ref.: Película documental “El futuro llegó”

Expediente 34762011 en el INCAA

CRÓNICA DE UN ROBO INTELECTUAL

En el transcurso del 2009 gesté la idea y empecé a poner por escrito lo que para mí sería dar a conocer lo que estaba ocurriendo en mi pueblo de origen, Ingeniero White.

El objetivo era contar en un libro la transformación sufrida fundamentalmente a partir de los años 90, con todo el proceso privatizador de esa década: de un pueblo de ferroviarios y portuarios a la instalación de un Polo Petroquímico, con todos los problemas de contaminación y la consecuente cantidad de personas con problemas de salud.

Esta es la idea básica. En el camino, intentar historizar: quién fue el Ingeniero White – su relación con Roca–, la histórica huelga de 1907, la nacionalización de los ferrocarriles, la dictadura de Onganía y el proyecto de instalación del Polo Petroquímico, los años 70 y el golpe militar, los desaparecidos del pueblo, el 85 y la explosión en la Junta Nacional de Granos con los 22 muertos, las instalaciones de las multinacionales a partir de los 90, los escapes de cloro y amoníaco, los escapes de gases, las rajaduras de las casas, los problemas de piel, las muertes abruptas por cánceres raros, las muertes por accidentes en las empresas.

A finales de ese año, 2009, en uno de mis viajes al pueblo decido grabar la charla con algunos amigos de mi infancia que me refrescaron recuerdos: Oscar, un ferroviario despedido en los 90, Mabel, cuyo padre trabajó en la Junta Nacional de Granos, Graciela, que recordó a los desaparecidos del pueblo.

En una charla con Vicente Zito Lema, le comenté que había grabado y lo qué había grabado, y fue su comentario: “ese material te puede servir para escribir el libro, pero también puede servir tanto para un hacer una obra de teatro como para hacer un documental”.

Ese fue el momento en que decidí que iba a contar esta historia en el lenguaje audiovisual. Comencé a imaginarme un comienzo con fotos de aquellos atardeceres mirando el mar, imágenes de las viajas casas de chapa y madera, las calles de tierra, las casillas ferroviarias.

Rápidamente surgió en mí la idea de entrevistar a Osvaldo Bayer para que relatara la histórica huelga de los estibadores ocurrida en 1907 en White. Pensé que había que preguntarle por qué ese pueblo fundado en 1885 lleva el nombre de Ingeniero White, este ingeniero amigo del General Roca. Pensaba que debería contar la llegada de los inmigrantes a ese puerto, croatas, yugoslavos, griegos, árabes, italianos.

Pero junto a inmigrantes estaban los criollos o mestizos y también descendientes de los pueblos originarios, mapuches. Pensé que debería entrevistar a algunos de ellos para dar cuenta de los habitantes originarios de la zona de Bahía Blanca.

Imaginaba poder contar la importancia de este puerto para el proyecto agroexportador, Ingeniero White tiene el puerto de aguas más profundas del país. Puerto y Ferrocarril. Vagones repletos en la playa de vagones más grande de Sudamérica.

Imaginaba contar los debates de los ferroviarios de la época de los 60 con el plan Larkin y los primeros pasos de recorte de las conquistas y derechos de los trabajadores ferroviarios.

Con un padre ferroviario escuchaba de chica las charlas en los años de la dictadura de Onganía y de la lucha de los ferroviarios a esa dictadura. Pensé que debería contar de esos debates acalorados y cómo se hablaba de huelgas y de carneros.

También, del debate entre los militares de esos años sobre la instalación de un polo petroquímico en Ingeniero White. Me imaginaba imágenes del helicóptero que esa mañana del 17 de noviembre de 1972 aterrizó en el pueblo con el dictador Lanusse, y a Lanusse colocando la piedra fundamental de ese futuro polo petroquímico.

Pensé que debería dar cuenta del golpe militar en nuestro país y del proyecto económico que llevó adelante la dictadura y profundizó en los años 90 el presidente Menen. Debería dar cuenta también del cambio económico a nivel mundial.

Pensé que alguien del pueblo debería contar cuando esa mañana del 76 los milicos argentinos fueron casa por casa por el pueblo de 8 por 5 cuadras donde viví mi infancia y mi adolescencia.

No tenía que olvidarme de contar sobre los desaparecidos del pueblo, y debería hacerme de las imágenes que una y otra vez los canales argentinos pasaron por años, y siguen pasando, las imágenes de esa casa donde militares entran con armas largas, casa en Ingeniero White.

Y si digo Puerto y Ferrocarril digo Junta Nacional de Granos, y entonces pensé que debería contar la tragedia que se vivió en el año 85 cuando explotó un silo y murieron 22 personas del pueblo.

Pensaba cómo contar la historia de la instalación de cada una de las multinacionales, los puertos de cada una de ellas, las rajaduras de las casas.

Viajé al pueblo varias veces, caminé el pueblo, comenté la idea. Varios whitenses se mostraron dispuestos a contar sobre la tragedia del pueblo. Trabajadores de la ex Junta Nacional de Granos, ferroviarios despedidos, pescadores, bomberos, pobladores decididos a contar esta historia. La historia de mi pueblo de origen. Localicé al historiador Osvaldo Bayer. Recibí el apoyo de muchos amigos, sostén de muchos para encarar este gigante proyecto.

Me tomé un tiempo para ver a quién convocaba para la realización de este documental. Investigué diferentes grupos y me decidí por el grupo de Cine Insurgente.

Me comuniqué con Fernando Kirchmar, quien se trasladó hasta mi consultorio, y le comenté el proyecto y lo ya hecho en función de este proyecto.

Kirchmar se entusiasmó rápidamente. Como ya me había conectado con Osvaldo Bayer, quien enseguida me respondió que con gusto aceptaba mi propuesta, planteé que quería hacer esa entrevista de inmediato, antes de que partiera para Alemania.

Arreglé con Bayer ir a entrevistarlo a su casa una mañana de octubre del 2010. Fernando Krichmar y Omar Neri, a quien conocí esa mañana, pasaron por la esquina de mi casa, subí al auto que nos trasladaba a la zona de Belgrano.

Me hice cargo del pago del taxi de ida y de vuelta.

Estaba yo fascinada conque Bayer hablara de esa huelga de la que tanto había escuchado hablar en mi infancia. Y habló del General Roca y de su amigo White, y sobre todo, de la solidaridad de los trabajadores del puerto de Rosario y Buenos Aires que pararon sus actividades en apoyo a la lucha de los estibadores de Ingeniero White, y como protesta por la matanza que la gendarmería había llevado adelante.

La propuesta que me hizo el grupo de Cine Insurgente a través de Fernando Krichmar era hacer un pequeño corto de 20 minutos que me permitiera tener un material para mostrarlo, pedir apoyos, dinero, para poder continuar con el proyecto. Me iban a pasar un presupuesto con los costos de la ida de ellos al pueblo y la realización allí de todo lo que tenía planeado.

Además, me propusieron presentar el proyecto en el INCAA. La posibilidad de un subsidio, pero fundamentalmente, la idea de la difusión que podía tener un documental auspiciado por INCAA, me decidió a aceptar la propuesta. Me plantearon que por mi trayectoria profesional, podía presentar mi curriculum junto con la mención de mis trabajos escritos –ponencias en Congresos, publicaciones, etc.–, y la motivación de por qué quería hacer el documental. En todo momento pensé que así sería.

Después de esta entrevista me entregaron el presupuesto, que ascendía a 20.000 pesos.

Lo primero que vi de ese presupuesto es lo cobrado por la entrevista a Bayer: 800 pesos.

Acepté el presupuesto, una parte tenía que pagar antes de viajar, otra parte a la vuelta, y una tercera cuando estuviera ese pequeño corto.

Yo quería ir rápidamente a filmar, pensaba en la urgencia del decir lo que estaba ocurriendo. Pero el tiempo pasó, y desde octubre, fecha en que se realizó la entrevista a Bayer, debí esperar hasta febrero, mes en el que me propusieron la continuación de la filmación, el rodaje en White. De todas maneras, en ese intermedio, viajé al pueblo varias veces, anuncié a la gente ya comprometida a dar su testimonio que estaría allí en febrero. Arreglé con amigos y familiares que ya no viven allí, pero estaban dispuestos todos a colaborar. Una amiga viajó desde Neuquén. Combiné el viaje con una hermana residente en Ushuaia.

Quedamos para la primera semana de febrero del 2011.

Pocos días antes del viaje, Fernando Krichmar me anuncia por intermedio de Alejandra Guzzo que viajaríamos en otro momento.

Mi respuesta fue que el tiempo acordado era ese, que si Fernando Kirchmar no podía viajar, proponía ir con Omar Neri, y si el grupo no aceptaba, caía en ese momento la posibilidad de trabajar con ellos.

Aceptaron que viajara con Neri y que Krichmar se incorporaría a los dos días. Antes de viajar pagué a Alejandra Guzzo 1.700 dólares, recibo que tengo documentado y firmado por ella.

Viajé una semana antes del resto para combinar las entrevistas, caminé todo el pueblo bajo los 35 grados de temperatura. Se sumaba gente dispuesta a testimoniar.

Cristina Giovis, una de mis hermanas, pasó con su auto a buscar a Omar Neri en la mañana del lunes 7 de febrero, quien viajó con las cámaras.

A la tarde estaban en Ingeniero White. Omar Neri fue alojado en la casa de una de mis amigas. Me hice cargo de los alojamientos, la comida y los traslados.

Yo había arreglado una primera entrevista para esa noche. Ahí estuvimos.

El martes realizamos otras dos.

Fui a buscar a Fernando Krichmar a la terminal de Bahía Blanca el miércoles 8. Recibió alojamiento, casa, comida y traslado.

Fernando Krichmar participó y dirigió las entrevistas realizadas el miércoles, jueves y viernes, el total de esos tres días fueron 12 entrevistas.

Coordiné todo el trabajo y puse límites cuando lo creí necesario, dije lo que quería y lo que no quería. Me opuse cuando creí que se violentaba a alguno de los entrevistados.

Ya hacía 10 días que estaba en el pueblo. Manifesté mi agotamiento, y propuse partir la noche del viernes. La primera etapa, para mí, estaba cumplida: doce personas del pueblo de Ingeniero White dispuestas a contar partes de esta historia, la historia de mi pueblo. Tres personas en Bahía Blanca. Y en Buenos Aires, la entrevista a Osvaldo Bayer. Y otras tantas personas comprometidas para la próxima etapa.

Esos cinco días fueron para mí muy intensos, en los que coordiné y dirigí todo el trabajo. Fernando Krichmar y Omar Neri aceptaron mis propuestas, dónde ir, a quién entrevistar.

El 22 de febrero pasó Omar Neri por mi casa a retirar 1.300 dólares como parte de la segunda cuota, el total a ese momento, 3.000 dólares.

Nos encontramos con Alejandra Guzzo, Fernando Kirchmar y Omar Neri a la vuelta del viaje. Pensé que estaríamos presentando el proyecto en el INCAA en el mes de marzo. Tenía apuro, el apuro y la urgencia de la denuncia.

Omar distribuyó tres DVD con las entrevistas realizadas y cada uno de nosotros debíamos desgrabar algunas de ellas.

Trabajé intensamente en las desgrabaciones por varios días, y a medida que terminaba enviaba el material escrito a Omar Neri vía mail.

Nos encontramos a las dos semanas. Mis desgrabaciones eran las únicas que estaban. Al tiempo me di cuenta que había desgrabado las entrevistas que sirvieron como base para empezar a armar ese corto.

Marzo pasó, y con él, la posibilidad de presentar el proyecto en el INCAA. Mi tiempo no era el tiempo del grupo. Tuve paciencia.

Nos encontramos dos veces con Omar Neri y Fernando Krichmar; Alejandra Guzzo estuvo presente solo en el primer encuentro luego del viaje.

Me presentaron un primer DVD con tres partes: una, con fragmentos que daban cuenta de la explosión en la Junta Nacional de Granos, otra presentación donde Bayer y Sergio Raimondi, director del Museo del Puerto de Ingeniero White en ese momento, hablan sobre quién era este Ingeniero, su relación con Roca, la huelga de 1907. Y una tercera parte con fragmentos de las entrevistas a ferroviarios, centradas en la privatización y la instalación de las empresas multinacionales, fragmentos de pescadores del pueblo, y gente del lugar hablando de la contaminación. Estuve de acuerdo con ese primer material. Hubo un segundo encuentro donde vimos otros fragmentos y donde propuse agregar o sacar imágenes que no representaban aquello que quería contar.

En este encuentro entregué 2000 dólares, última cuota de lo acordado y les anuncié que iba a realizar un viaje de dos semanas al país de origen de mis padres, Grecia; comenté también que pensaba llevar un día este documental al Festival de Salónica, lugar cercano al de origen familiar. A Omar Neri se le ocurrió que podía llevar una carta a Grecia pidiendo apoyos para esta realización. Me pareció muy bien. Le pedirían a Alejandra Guzzo la escritura de esa carta. Me encargaría de la traducción al griego. La carta llegó a destiempo, y viajé sin esa traducción.

Acordamos un tercer encuentro entre el 29 de mayo, fecha de mi regreso a la Ciudad de Buenos Aires, y el 6 de junio, fecha de internación para una operación que debía realizarme al día siguiente. En ese encuentro me mostrarían el corto ya armado en función de los que habíamos trabajado.

Me comuniqué casi diariamente durante esa semana, y la respuesta fue que no habían podido avanzar con el trabajo. La presentación en el INCAA tenía plazo el 15 de junio. Vía mail envié mi curriculum y trabajos escritos que daban cuenta de mi trayectoria profesional; me habían asegurado que esto era importante para la presentación de la carpeta en el INCAA. Me pidieron un escrito sobre los motivos por los que quería hacer este documental. Se los envié. A pesar de anunciarles que tenía varios escritos acerca de la historia que quería contar, nunca me los pidieron.

El 6 de junio me interné en el Hospital Roffo, donde fui operada al día siguiente. Salí del hospital el miércoles 8. A pesar de salir de un quirófano, y de lo que implica una operación, lo primero que hice fue comunicarme telefónicamente: quería ver el corto que se iba a presentar en el INCAA y la confección de la carpeta de presentación. Me dijeron que seguían trabajando. Me confirmaron el sábado 11 que nos podríamos encontrar el domingo 12 y propusieron el encuentro en la casa de Fernando Krichmar.

Me levanté de la cama para ir al encuentro, estaba todavía convaleciente, pero ver ese material era prioritario.

Resuenan todavía en mis oídos las primeras palabras de Fernando Kirchmar cuando entré a su casa: “decidimos que vas a ser la protagonista de esta historia y te vamos a filmar”. Omar Neri estaba con las cámaras preparadas.

Reconozco que no tuve claridad en ese momento para decir: “NO, esto no es lo que quiero, vine al encuentro para ver el corto y la carpeta que se va a presentar”.

Me sometí a la situación, me senté en la silla. Me pidieron que contara en cámara aquello que había escrito como mi motivo para hacer este documental.

Desde un inicio había planteado que pensaba que con mi voz en off daría cuenta de partes de la historia, pero nunca pensé en salir en cámaras, no es lo que quiero, ni lo que puedo. El momento fue de lo peor. Comenzaba una y otra vez y cada vez era peor. Del conjunto tomaron luego mi voz en off para el comienzo del corto que se presentó, y unas imágenes mías que aparecen en la presentación hecha al INCAA.

Pasados esos minutos de filmación me levanté y me fui. Me sentí estafada. Reconozco que no estaba en condiciones físicas ni anímicas para darme cuenta lo que significaba en ese momento no ponerme firme y decir “vine al encuentro para otra cosa”.

Llamé por teléfono los días siguientes y me dijeron que estaban trabajando con el material con el tiempo límite. Se presentó el proyecto el miércoles 15. No vi el corto ni vi la carpeta.

Una y otra vez, vía mail y telefónicamente, pedí que me entregaran el material. Dos semanas más tarde de la presentación me entregaron el corto y la carpeta.

Estaba ansiosa por ver las imágenes. El primer impacto y desacuerdo fue con el título “El futuro llegó”, lejos del título que pensé y propuse para este documental de la cual soy autora: “Ingeniero White, un pueblo que están matando o un pueblo que se muere”. A medida que avanzaba el corto, vi cosas con las que no acordaba, pero al llegar al final, y ver que aparecían los nombres de Fernando Krichmar, Omar Neri y Alejandra Guzzo, y no el mío, el impacto fue grande. No sabía bien que pasaba, pero algo pasaba.

Vi la carpeta. Allí no figura mi curriculum, ni mis escritos, ni los motivos por los que quería hacer este documental, y no acordaba con el guión, que a mis espaldas, escribieron Fernando Krichmar y Omar Neri.

A esa altura un amigo me preguntó si yo había ido al Registro de autor, le dije que no, acto seguido me dice “averiguá quién lo registró”.

Estallé en furia. Combinamos una cita y allí estaban los tres integrantes del grupo de Cine Insurgente.

Me dijeron que la manera que se presentó era la única posible para que el proyecto tuviera posibilidad de ganar. Que el nombre, y el guión con el que no acordaba, no tenían importancia, porque todo eso se podía modificar.

Pregunté por el registro, y se me dijo que lo había registrado Fernando Krichmar. Que el registro dejaba de tener vigencia al año.

Me aseguraron que se le podían hacer todas las modificaciones al corto que yo quisiera para que pudiera seguir trabajando con ese material.

Que esperara al resultado del INCAA, que no abortara esa posibilidad para poder hacer el documental sobre Ingeniero White que yo quería. Que lo pensara, ya que lo que pedía en ese momento era retirar el proyecto del INCAA. Que lo que haríamos en el futuro era poner las cosas por escrito.

Acepté. Alejandra Guzzo vino a mi casa para ver el corto y ella tomó nota de todas las correcciones que yo quería hacer. Tengo un registro enviado por Guzzo vía mail de las modificaciones, que aclaro, dice en un comienzo “para esta versión”, expresión que resignifiqué más adelante.

Hoja en mano con las correcciones que habíamos trabajado con Guzzo, y que ella envió vía mail, acordamos un encuentro con Omar Neri para hacer las modificaciones acordadas y los agregados pertinentes.

Se retiró el título “El futuro llegó” y se colocó “Ingeniero White: Un pueblo que se muere”. Se agregaron fragmentos de entrevistas que daban cuenta de la explosión de la junta Nacional de Granos, algunos fragmentos de entrevistas hablando del ferrocarril y la privatización. Al llegar al final del corto donde figuraban los nombres de Fernando Krichmar como director, Omar Neri y Fernando Krichmar como guionistas y Alejandra Guzzo como productora, Omar Neri retiró los tres nombres y colocó “Un documental de María Giovis”. No dije nada al respecto.

Este corto dura 27 minutos. Pero, como dije, fue una versión “para llevar al pueblo”, me permitió mostrarlo, seguir trabajando, conversé con otra gente que se sumaría a los testimonios logrados hasta ese momento. Pero fue una trampa, y quedé entrampada, con la ilusión de que estaba en el camino de la realización del documental que quería.

En función del objetivo que me propuse con este proyecto, sabía la importancia que tenía que fuera aceptado por el INCAA. Después del corto modificado que se hizo en el mes de agosto, el grupo no se comunicó conmigo. No me preguntaron absolutamente nada sobre cómo recibió la gente del pueblo ese corto. Ni tampoco sobre el trabajo que seguí realizando. Esperé hasta el mes de setiembre, fecha que, me habían dicho, era el mes del pronunciamiento del INCAA. Al no tener noticias, me comuniqué los primeros días de octubre y respondieron que el proyecto pasaba para el mes de diciembre.

Cómo dije, fui trabajando en función de que se sumaran otros testimonios. Se comprometió gente, tanto en Ingeniero White, como en Bahía blanca, Neuquén y Buenos Aires. Una dirigente mapuche comprometió su testimonio, y también un historiador investigador del Conicet y titular de cátedra de la UBA.

Dice Alejandra Guzzo en un mail después del desacuerdo que manifesté al guión presentado en el INCAA:



“todo trabajo a futuro si es que llegamos finalmente a acuerdo debe ser sobre la base de un documento escrito en forma de contrato, para que no haya más sorpresas ni desacuerdos, puesto que una vez elaborado es porque todas las partes lo han leído perfectamente, lo han intepretado correctamente, y lo han aceptado, solo sobre esta base se puede seguir trabajando”.





Pedí avanzar en el contrato escrito, pero la respuesta fue esperar al pronunciamiento en el INCAA. En diciembre tuve la feliz noticia de que el proyecto había salido ganador; felicidad por un lado, pero por otro, sabía lo que debería enfrentar con el grupo.

Nos reunimos en diciembre con Fernando Krichmar y Omar Neri, donde manifesté verbalmente dos condiciones para aceptar seguir trabajando juntos, ya que una y otra vez me manifestaron que si no había acuerdo se podía renunciar al subsidio otorgado por el INCAA.

Manifesté que como autora de este proyecto iba a ser parte de la escritura del guión, que este documental no es una versión libre sobre mi idea original, y que como autora de este proyecto me reservaba la decisión final de lo que va o no va en este documental.

Krichmar manifestó que de ninguna manera iban a aceptar estas condiciones. La reunión se terminó.

En enero me comuniqué con Omar Neri y arreglamos un encuentro. Comenzó hablando de lo que pensaron con Krichmar sobre la preproducción. Manifesté que antes de hablar de la preproducción era necesario ponernos de acuerdo en lo planteado en la última reunión de diciembre, y además, debería ser en base a un contrato escrito.

Pasamos a conversar sobre ello. Verbalmente, Neri manifestó que la idea, investigación, guión y producción eran mías.

Sobre el dinero puesto inicialmente Omar Neri se asombró de que Guzzo me manifestara que no iba a recuperar ese dinero si salía ganador en el INCAA. Quedó que lo iba a conversar. Que el título se eligiría por consenso. Y estuvo también de acuerdo –verbalmente– que al final o al comienzo del documental iba a figurar una dedicatoria a mi hermano fallecido en el año 2000. También, que mi voz en off daría cuenta de relatos en distintos momentos del documental.

Le manifesté que iba a ir al registro de autor a inscribirlo, cosa que hice: “Ingeniero White, un pueblo que están matando”, idea, investigación, guión y producción.

Todo esto, repito, fue intercambio verbal con Neri. Se comprometió a discutirlo con Kirchmar y con Guzzo.

Nos volvemos a encontrar para una respuesta de parte de ellos. Comienza Neri nuevamente a hablar sobre lo conversado con Kirchmar sobre la preproducción. Y avanza comentando sobre decisiones que habían tomado.

Siento el atropello y el no respeto por lo conversado y la desviación del motivo de la reunión, un acuerdo de los puntos arriba manifestado.

Dije que no había ido allí para hablar de la preproducción, ya que todavía no había acuerdo de si trabajaríamos juntos, y si se aceptaba o no el subsidio del INCAA.

Tomó un papel, y como si nunca hubiéramos conversado los puntos, comenzó a escribir de cero lo que pedía. Nuevamente, me dijo que lo iba a conversar con Kirchmar y con Guzzo.

Me retiré defraudada, y con la sensación de que no iba a poder con ellos.

Llegué a casa, y con ese sentimiento de impotencia, lo llamé por teléfono y le manifesté que por favor escribiera los puntos acordados por escrito, que me los enviara por mail, y que solamente cuando los discutieran se comunicaran conmigo.

Acordé a fin de enero vía mail en (enviado por Neri):

** En los títulos... MARIA GIOVIS: IDEA GUION INVESTIGACION Y PRODUCCION

En esto no hay desacuerdo, aunque entre nosotros sepamos que tampoco tenés idea
de lo que es hacer un guión documental y la producción de una película… pero en fin, es poco importante al lado de la magnitud que tiene hacer esta película.

** Dedicatoria escrita por MG

OK

** Voz en off con relato en primera persona de Maria Giovis

OK

** definir el título de la película en consenso

OK

** Definir los $$ posibles a recuperar de los 20.000 iniciales

Según Ale, ella cree que podés recuperar los $20.000, en cuotas
claro, según el cronograma del instituto, que todavía no lo tenemos.



Acordé con esta propuesta, todavía sin tener la claridad que tuve a los días. Lo cierto es que no tenía importancia este acuerdo, porque de lo que se trataba era de otra cosa, esto solo era formal y para dejarme tranquila.



Los primeros días de febrero les anuncié vía mail mi viaje a Ingeniero White y la disposición de varias personas a testimoniar. También pedí una información en función de que una persona dispuesta en todo este tiempo a colaborar iba a estar de vacaciones. Manifesté la urgencia. No recibí respuesta.

Volví a escribir. No recibí respuesta.

En ningún momento me preguntaron con quién había hablado y qué trabajo había realizado. No lo hicieron entonces, ni en los meses posteriores a julio del 2011. Desconocen lo trabajado.



El 16 de febrero recibo un mail de Omar Neri donde me informa que está todo arreglado para viajar a Bahía Blanca.



¿Arreglado con quién? ¿A hacer qué?



Este es el momento, el día en que claramente me di cuenta que fui desalojada de mi propio proyecto: a ellos no les importaba a quiénes yo pensaba entrevistar, ni cómo pensaba seguir. Eran los dueños del documental, por derecho de autor, ya que de mi pedido de informes al Registro de Autor resulta que fue inscripto por Fernardo Krichmar y Omar Neri. Por otro lado, por el proyecto entregado al INCAA, como director Fernando Krichmar, guionistas Fernando Krichmar y Omar Neri y productora Alejandra Guzzo, tienen 200.000 pesos para realizar un proyecto que no es el mío.



Los guía un profundo desprecio hacia mi trabajo, pretenden llevar adelante una gran estafa, y desconozco su proyecto político.

No les resultará fácil. Me comprometo a dar la pelea y seguir en la lucha para decir a través de un documental como están matando a mi pueblo de origen, Ingeniero White.



24 de marzo de 2012



María Giovis

PD: Desde el 16 de febrero una y otra vez pedí la entrega del material en crudo de la entrevista realizada a Osvaldo Bayer en octubre del 2010 y lo filmado en febrero del 2011 en Ingeniero White, entrevistas e imágenes del pueblo, además del compromiso escrito y firmado de que no utilización esas imágenes.

El lunes 9 de abril, día de la última postergación por parte del grupo, acepté finalmente que no iba a poder con ellos y que nada me iban a entregar.

Me queda recomponerme para poder seguir con el proyecto “Ingeniero White, un pueblo que están matando”, tengo la “cesión de imágenes” de todos los entrevistados, incluida la de Osvaldo Bayer. Ellos saben que no podrán utilizar ese material.

13 de abril del 2012

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