Julio López
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¿Qué hay detrás del 28.2% de crecimiento en la recaudación del último mes?
Por reenvío anred - Friday, Aug. 17, 2012 at 9:31 AM

Según la Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, la recaudación mensual de impuestos correspondiente a julio creció un 28.2%. Los variables tenidas en cuenta para anunciar esa cifra pueden leerse de distintas maneras y reflejan otras realidades de la situación económica nacional. Por ANRed

Por ANRed - Sur (redaccion@anred.org)

El 2 de agosto, durante el acto por el pago de los Boden 2012, Cristina Fernández de Kirchner anunció el importe de la recaudación mensual de impuestos, que creció un 28,2% en relación al mismo mes del año anterior. En la página de la AFIP se puede obtener el detalle de la recaudación [1]. Es posible hacer el ejercicio de tomar esta fuente de información para intentar ver qué nos dice la recaudación sobre la situación económica, aún a sabiendas de lo provisorio y, en cierta medida, superficial del análisis.

Empezando por lo más básico, la recaudación varía, a grandes rasgos, según los cambios de tres variables clave:

- El PBI, es decir, el nuevo valor producido en el país, cuya variación depende de la dinámica de los precios y la actividad económica (aunque no sabemos cuánto de cada cosa debido a la intervención estatal en el INDEC, que desde el año 2007 “dibuja” el indicador de la inflación).

- Los salarios, que son gravados por medio del llamado Impuesto a las Ganancias, y cuya evolución es posible seguir en la recaudación del Sistema de Seguridad Social.

- Las variaciones de las compras y ventas al exterior, las cuales posibilitan saber aproximadamente a qué se deben las variaciones, si a cantidades negociadas o a cambios en los precios.

Una primera impresión es que el crecimiento de la recaudación (28,2%) sería aproximadamente igual a la variación nominal del PBI. Como decíamos arriba, se trata del nuevo valor producido, en el que inciden las cantidades de bienes y servicios transados y su respectivo precio, con lo que la variación nominal incluye los aumentos de precios. Esta suposición tiene supuestos de fondo, por ejemplo que los salarios crecen al menos tanto como la inflación. Y que la variación de la recaudación por el comercio exterior se mantiene igual. Por eso, si la recaudación crece un 28,2% uno podría pensar que nuestra situación económica nacional no varía de la de los últimos años (inflación cerca del 25%, la economía y los salarios creciendo cerca de ese nivel), lo que es parte del discurso oficial actual.

Pero veamos la información un poco más de cerca, punto por punto.

Salarios:La recaudación del Sistema de Seguridad Social creció un 30,9%, o sea que no hay un impacto negativo en la masa de salarios en una cuantía que sea perceptible (es decir, que las suspensiones y cierres de algunas industrias no llega a impactar todavía en el nivel de empleo o en el nivel salarial). Esto no quiere decir que "todo esté bien", sino que refleja que los efectos de las dificultades económicas no se trasladan directamente a los salarios, y que esas dificultades son relativamente recientes o aún no tienen una gran profundidad.

Eso se debe a que al empresariado no le conviene despedir a media planta al primer mes en que no puede importar productos para producir o nota cierta caída en la demanda, sino que suele esperar un tiempo primero y después evalúa qué hacer: despedir tiene un costo y tomar gente, si la situación mejora, también lo tiene.

Comercio Exterior:La suba más relevante es la de los derechos de exportación, que crecieron un 50,1%. Una parte importante de dicho aumento lo explica el crecimiento del precio de la soja, una de las principales exportaciones del país. La recaudación por los derechos de importaciones creció un 15%. Si bien los aumentos de los últimos meses habían sido aún menores, allí es posible ver la "mano visible" de Moreno y la Secretaría de Comercio Exterior trabando importaciones, lo cual tiene que ir flexibilizándose porque sus restricciones afectan a la producción local.

Podemos hacer un ejercicio: del total de recaudación, restemos la variación del comercio exterior, que suponemos en gran parte ocasionada por los altos precios de la soja, que eventualmente puede revertirse. Así, vemos que pasamos de una variación del 28,2% al 23,1%. Esta variación ya empieza a diferenciarse de la que evaluamos como “normal”. El número empieza a sonar “raro” ¿Podrá ser que la inflación haya bajado tanto? ¿O será que lo que bajó es el crecimiento del producto?

Continuando con la revisión de los restantes impuestos se pueden seguir considerando indicadores.

Impuesto al Valor Agregado (IVA): Solo creció 17,6%. Este impuesto se puede relacionar directamente a la variación del PBI nominal (precios y cantidades). Ahí ya no vemos las tasas normales del 30% como la del año pasado (en la página de la AFIP pueden verse los informes de años anteriores [2]). Con lo que la pregunta se repite: ¿La inflación se esfumó o lo que está parado (o cayendo) es la actividad económica?

De todas formas, es razonable considerar que si la actividad económica se frena, la inflación disminuye, aunque nada lo garantiza si el dólar sigue subiendo, ya que los insumos importados presionan los precios al alza.

Es así que podemos ver que el crecimiento económico del “modelo" está dando señales de estancamiento. El mes anterior el crecimiento del IVA había sido del 43%. Este mes no se repitió la “tasa china”. Quizás podría especularse que esa variación se debió a liquidación de stock (las empresas venden pero no compran para producir o revender porque suponen que no van a poder vender, o porque les falta algún insumo para producir y por eso no tiene sentido comprar los demás insumos).

Impuesto a las Ganancias: Creció 26.7% este mes. Está incluido el gravamen sobre los salarios (la franja superior de los mismos), que por lo que se analizó más arriba en “Seguridad Social” venían creciendo a un 30,9%. Las empresas que pagan ganancias están pagando por sus ganancias del año 2011, que fue un “buen año”, así que no se trata de una variación inesperada, pero debe haber sido menor al porcentaje del total del impuesto (que se promedia con el crecimiento mayor en los salarios).

Probablemente el crecimiento de las ganancias en 2011 no haya sido simétrico al crecimiento del PBI nominal (el que sería el crecimiento “mínimo” razonable, si suponemos que todos los insumos de las empresas crecieran proporcionalmente lo mismo, sus precios también, y que además año a año hay crecimiento económico y es posible aumentar las cantidades de bienes y servicios vendidos). O sea, para las empresas en general el 2011 no fue un año excepcional (solo muy bueno).

Impuesto a los débitos y créditos bancarios: Si bien no todas las operaciones se realizan con cheques o transferencias, es de esperar que las que sí se hagan por este medio crezcan tanto como la inflación. Por eso este impuesto venía creciendo el año pasado a tasas de 30%. Pero este año... solo creció un 9%. Puede estar acusando el "parate" de la actividad (¿o la disminución de la inflación? Parece poco probable). Se trata del mismo escenario que con el IVA, pero con una caída más marcada.

Resto de impuestos: Tienen un crecimiento destacado (¡61.7%!). Pero relativamente su peso sobre el total es bajo: Solo representan el 7.3% de lo recaudado.

Hay que ir siguiendo la evolución de estas variables, son la "caja" más estable del Estado. Las demás (ANSES, Banco Central, YPF) tienen un límite. Si con dinero en las arcas estatales no es tan dificultoso encarar políticas sociales u otorgar algunas concesiones, el panorama futuro viene con cinturón. Se puede considerar que se está entrando en épocas de “vacas flacas”, y ya se sabe quienes son los que sufren y pagan las consecuencias de la crisis.

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