Julio López
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HOMENAJE al COMPAÑERO CARLOS BETTIOL
Por cecilio manuel salguero - Thursday, Aug. 23, 2012 at 9:13 AM
ceciliomanuel2002@yahoo.com.ar

RENDIMOS EL MERECIDO HOMENAJE AL COPAÑERO PERONISTA REVOLUCIONARIO de RIO IV : CARLOS BETTIOL... ¡¡¡¡NO TE OLVIDAREMOS NUNCA ¡¡ ¡¡LUCHASTE POR UNA PATRIA JUSTA,LIBRE,SOBERANA, DEMOCRATICA DEFENSORA de TODOS los DDHH ¡¡¡

22 de agosto de 2012 .-
Queridos Compañeros cuestan hacer estos mail, por eso elegí buscar palabras de Carlitos, para reflejar su inmensa humanidad, su compromiso revolucionario , su participación en la fundación de la Asociación de Ex Presos Políticos de Córdoba, regional Río IV, donde el asistía como delegado de esa zona a nuestras reuniones en la ciudad de Córdoba en la calle Salta 327. En la última reunión manifestó que estaba tranquilo, contento porque ese mes recibió la noticia que su pensiónvitalicia dada por la provincia de Bs As le había llegado y que se pagaría un asado a todos .... Vendía libros, no le fue fácil en lo económico. Hace unos años habia fallecido su compañera...El último viernes nos contó que se iba a Bs As, sería testigo del Juicio por Mansión Seré, centro de Tortura de la Aeronáutica en Moron. Había sido testigo por la cárcel de La Plata por el asesinato de su amigo y compañero Alberto PINTO .
Por tu lucha de todos los días, ¡¡¡¡ HASTA LA VICTORIA SIEMPRE COMPAÑERO CARLITOS !!!
Sus restos son velados en Sociedad Francesa, 9 de Julio 1300, Río IV hasta las 11 hs del día jueves 23 de AGOSTO de 2012.-
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ENTREVISTA CON CARLOS BETTIOL DETENIDO-DESAPARECIDO EN CCD MANSIÓN SERÉ.
“Estábamos con los ojos vendados y oíamos gritos de los torturados”
El riocuartense Carlos Bettiol es una de las víctimas de los hechos que se juzgarán en Buenos Aires. Estuvo en el centro clandestino secuestrado durante casi un mes antes de ser trasladado a una cárcel
Carlos Bettiol fue secuestrado en junio de 1977 de una pensión en la que vivía en Olivos, en Buenos Aires. Lo llevaron a la comisaría de Castelar y luego a Mansión Seré, donde estuvo cerca de un mes privado ilegítimamente de su libertad. Su caso es uno de los que componen una megacausa que acaba de ser llevada a juicio por delitos ocurridos durante la dictadura en ese centro clandestino.
La Justicia federal elevó a juicio esta causa por la que están imputados 10 represores de la Fuerza Aérea. Hoy, de la gran casona donde tenían a los detenidos sólo quedan las ruinas, pues fue destruida por los militares luego de la fuga de 1978, pero el recuerdo de las víctimas sigue con fuerza en su pedido de justicia.
“Con los años volví al lugar, porque era una deuda que tenía conmigo mismo, pero fue algo muy duro”, cuenta Carlos sobre su paso por Mansión Seré. En la noche del 29 de junio del ‘77 un grupo que estaba de civil lo esperaba en la pensión donde vivía en Olivos. En esa época trabajaba en una empresa familiar y cuando volvió a su hogar lo secuestraron.
“El dato lo tenían desde Río Cuarto, pues habían detenido a todo un grupo de compañeros que militaba en el Peronismo de Base y un grupo después nos habíamos vinculado en el ‘75 con el PRT”, cuenta Bettiol, que señala que por entonces tenía sólo 22 años.
- ¿Adónde fue trasladado esa noche?
- Me llevaron a un lugar que después me enteré se trataba de la comisaría de Castelar y que era la Fuerza Aérea la que me había secuestrado. Ellos me habían dicho que eran de Río Cuarto, cosa que noté que era falso por la tonada porteña. No los alcancé a ver porque inmediatamente me tiraron al piso, me taparon con una bolsa y me metieron en el baúl de un auto.
Comenta que en Castelar también estuvo aproximadamente un mes; “después de que me detuvieron, que fue un viernes, pasé el fin de semana sin que me hicieran nada, pero el lunes empezaron con los interrogatorios con torturas”.
- ¿Ese tiempo vivió en condición de desaparecido?
- Sí, un familiar se enteró de que estaba detenido porque me fueron a buscar primero a su departamento. Allí encontraron una dirección en una libreta y me fueron a buscar a la pensión. Así dedujeron que me habían secuestrado; por supuesto que fueron por todos lados preguntando por mí y nadie se hizo cargo de tenerme. En esa situación de desaparecido estuve cerca de tres meses.
El trato más duro lo sufrió en Castelar, por las torturas físicas y psicológicas a las que era sometido: “Escuchábamos a los otros que traían para ser torturados”, dice.
Bettiol explica que no se conocía con los otros detenidos, porque eran todos de Buenos Aires. “La Fuerza Aerea se ocupó de todo el aparato represivo de la zona Oeste, y de ‘aniquilar’ esa columna de Montoneros. Por eso, los que estaban ahí eran casi todos montoneros”, explicó el ex preso político.
Comenta que entre otras personas que conoció en este centro de detención se encontraban los padres del nieto 102, recuperado recientemente: Graciela Tauro y Jorge Rochistein. “Ella estaba embarazada de 4 meses, y habían sido detenidos un tiempo antes que yo. Pude hablar con ellos en algunos momentos en los que estuvimos juntos”, indicó.
- ¿Cómo fue su traslado a Mansión Seré?
- Cuando nos sacaron de Castelar nos llevaron a la mansión y allí estuve cerca de un mes, hasta un 22 de agosto. Me acuerdo que uno de los miembros de la patota que nos sacó a mí y a otro hombre con el que compartía la pieza de la mansión nos preguntó si sabíamos qué día era. Ya habíamos perdido bastante la noción del tiempo, porque estábamos con los ojos vendados casi todo el tiempo. Nos dijo que era el 22 de agosto, y agregó: “Ustedes no van al pozo, van al PEN (en el sentido de que no serían asesinados, sino que serían puestos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional)”.
- ¿Cómo era el centro de detención?
- La Mansión Seré era una vieja casona que después fue donada a la Armada y a su vez cedida a la Fuerza Aérea. Durante la dictadura funcionó como centro clandestino de detención, en el primer piso estaban todas las habitaciones donde estabamos los secuestrados.
Bettiol señala que estaban distribuidos de a dos o cuatro por pieza, y que en el mismo piso había una cocina y la pieza de la guardia. “Había una radio con la que se comunicaban con la base de Palomar y la planta baja estaba desocupada”, comenta.
Indica que debajo de todo habría habido un sótano, que él no vio, y que era donde se torturaba a los secuestrados. “Cuando se tiró abajo la casa, se perdió todo, pero ahora los antropologos están trabajando para determinar si existía esa pieza”, asegura y agrega: “A la noche oíamos los gritos de los torturados”.
De acuerdo a su relato, los secuestrados estaban todo el día con los ojos vendados y esposados. “En Mansión Seré fui sometido a interrogatorios, pero no recibí torturas físicas. Las psicológicas eran constantes”, confiesa.
“Había guardias que el último tiempo nos permitían sacarnos las vendas, incluso hacíamos tareas de fajina. Eran tareas feas, pero significaban un descanso para la mente y podíamos ver quiénes estaban”, dice en su relato y asegura: “Yo no conocía a nadie, porque eran todos de Buenos Aires, pero las pequeñas ayudas que se pueden dar en situaciones límite son clave”.
Comentó que unos días después que él llegó un matrimonio a Mansión Seré. A la pareja la habían colocado en cuartos separados y al esposo le habían dicho que su mujer había sido asesinada, como forma de una tortura psicológica. “En un momento tuve que retirar los tarros de orina que había en las piezas. Había un olor nauseabundo, estabamos todos sin bañarnos, y la vi a ella. Cuando fui a la pieza de él, le alcancé a decir al oído por lo bajo que su esposa estaba viva”, recuerda y concluye: “Con el tiempo, cuando me los encontré, porque sobrevivieron, él me dijo que en e instante le había vuelto el alma al cuerpo”.
- ¿Recuerda haber visto a alguno de los que están como imputados ahora en la causa?
- De los imputados me acuerdo de algunos, no de los jefes, pero a los que estaban en la mansión sí los recuerdo. Eran los miembros de la guardia y de la patota.
- ¿Qué sucedió después de Mansión Seré?
- Cuando nos sacaron de la mansión nos llevaron a Haedo, lo que era el circuito más común que realizaban con todos los que estuvimos detenidos en esa época. A los días nos legalizaron y salimos en los listados de los diarios como los detenidos a disposición del PEN. Fue en ese momento en el que pude ver a mis familiares por primera vez. Incluso mis padres no sabían nada de mí hasta ese momento, si estaba vivo o no.

Tras su paso por los centros clandestinos Bettiol estuvo en La Plata, en varias oportunidades, en Córdoba y Caseros, hasta que le dieron la libertad el 22 de noviembre de 1980.
Luis Schlossberg
Fuente:Puntal.com

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