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“Hay más de 3.500 muertos a manos del Estado desde 1983”
Por Fuente: Revista Mascaró - Friday, Sep. 07, 2012 at 10:12 PM

Septiembre 2012, Nota Central | EL ESTADO Y LAS INSEGURIDADES. Entrevista a María del Cármen Verdú, integrante de CORREPI (Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional)

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Desde Correpi denuncian desde hace tiempo que el gobierno de los Kirchner es el que tiene los mayores índices de violencia institucional, ¿cuáles son?

Hoy en nuestro archivo hay un registro de más de 3500 muertos a manos del Estado desde 1983 y más de 2000 son de después del 25 de mayo del 2003. Hay dos modalidades que se llevan el ochenta por ciento de los casos registrados en los últimos 10 años: el gatillo fácil (fusilamiento en la calle) y las muertes bajo custodia (cárceles, comisarías, lugares de detención de menores).

Sólo el gobierno de De la Rúa (que sumó con 39 muertos en 2 días) le ganó en promedio de muertos al gobierno Kirchnerista. La gran tarea que desde Correpi tuvimos entre el 2003 y el 2006 fue demostrar que este gobierno (que desde sectores populares y parte de la izquierda señalaban como un gobierno diferente) no sólo seguía utilizando las herramientas represivas sino que además las estaba perfeccionando, a punto tal que les había dado semejante nivel de consenso que habían desaparecido de los medios de comunicación masivo toda mención al respecto.

En los últimos días se ha discutido mucho en torno a las salidas transitorias a raíz de la irrupción de la agrupación Vatayón Militante, ¿cuál es la realidad del común de los privados de la libertad en ese sentido?

Las salidas transitorias son parte del tratamiento penitenciario, que esta reglamentado, que tiene que ver con procesos a lo largo del cual el detenido cumpliendo su condena, supera la mitad y que antes de llegar a los dos tercios  ya lo habilita para la libertad condicional. Empieza a tener la posibilidad de salidas laborales, salidas familiares, pero eso no tiene nada que ver con lo que transcendió en los medios respecto de las murgas y el Vatayón Militante.

¿No hubo también una utilización política y un corrimiento de la discusión acerca de los derechos de los detenidos?

Sí. Es hipócrita que nos vengan con un discurso de re-socialización, cuando la tortura es sistemática en las cárceles, cuando este tipo de beneficios, como todos los beneficios que tienen que ver con el tratamiento carcelario, van a depender de quién es el preso y no de la situación objetiva en relación a sus años de condena o al delito que haya cometido. Este es un dato de la realidad, nos hemos pasado cuántos años pidiendo que se le reconociera a la “Gallega” Karina Germano el derecho a las salidas transitorias, precisamente porque había cumplido más de la mitad de la pena. Fueron necesarias cuántas movilizaciones, cuánta denuncia pública para que finalmente se consiguieran. Es decir, no es lo mismo el mecanismo por el cual obtiene las salidas transitorias un preso que tiene algún tipo de utilidad desde el punto de vista de adhesión ideológica al gobierno, que el preso que claramente se posiciona en un lugar de confrontación con el Estado o con el gobierno. Lo que nosotros preguntamos es ¿si sacan presos de las cárceles para robar, para tranzar droga, qué nos vamos a sorprender que los saquen para hacerle propaganda al gobierno?

Es lo mismo que la discusión “excarcelación sí o excarcelación no”. Esto es, si la persona acusada de un delito tiene que esperar el juicio en libertad o en prisión preventiva. Es una discusión que en la teoría es absurdo darla, cuando acá la diferencia tiene relación con quién es el preso. O sea, si es un cura amigo del presidente como el caso de Grassi, o un policía, gendarme o prefecto, probablemente puedan esperar la sentencia en su casa. Pero eso no pasa con el morochito de la esquina que está preso por arrebatar una cartera. Desde ese punto de vista quiero decir que es hipócrita hacer este simulacro de debates teóricos, cuando no se observa la realidad.

La justicia es clasista, el sistema normativo es clasista y todo el aparato vinculado con el funcionamiento del Estado es clasista porque el Estado existe para garantizar la supremacía de una clase por sobre otra.

Al respecto Cristina Fernández ha dicho que “el Servicio Penitenciario Federal es un modelo” y cargó sobre Scioli y el sistema carcelario bonaerense.

La diferencia está en que hay muchos mejores negocios, hay más plata con el Federal que con el Bonaerense. Es cierto que son distintos, porque hay más plata para los federales y el beneficio es mucho más grande.

En lo que hace a la comodidad en realidad, a asistencia mínimamente digna de los presos, los presos que no son ricos y famosos o sirvientes de los ricos y famosos no hay mayor diferencia entre una causa federal y una bonaerense. Tampoco es cierto las disputas entre Cristina y Scioli eso se va a terminar cuando discutan las candidaturas 2015.

¿Qué opina de la probable conformación de la Policía Judicial en la Provincia de Buenos Aires?

Yo creo que tenía 6 o 7 años la primera vez que escuche sobre la policía judicial y ahora tengo 53. Esto es un invento de soluciones mágicas normativas que dejan de lado una cuestión básica: que no hay ningún tipo de reforma que pueda cambiar la naturaleza de las cosas. Podés ponerle de titulo “Policía judicial”, podes pintar las comisarías de rosado y pintarles florcitas en lugar del gallito. Se pueden hacer reformas de todo tipo, pero en tanto exista una sociedad con ricos y pobres, la represión va a seguir siendo una herramienta central y necesaria de cualquier gobierno que administre ese cuerpo social.
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