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Día 18: “Lo reconocí, era Favale, no me voy a olvidar nunca”
Por Fuente: Justicia por Mariano -
Wednesday, Sep. 19, 2012 at 10:01 PM
septiembre 19, 2012 | La jornada 18 del juicio por el crimen de Mariano Ferreyra tuvo dos matrices fundamentales: la primera que Cristian Favale quedó reconocido, una vez más, como uno de los autores materiales de los disparos que hizo la patota asesina. Pero, además, fue evidenciado en un testimonio la complicidad de la Policía durante el crimen, al liberar la zona y proteger a los atacantes.
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Cristian Harry Favale fue reconocido como uno de los autores de los disparos contra los militantes políticos, sociales y tercerizados cometido el 20 de octubre de 2010, cuando fue asesinado Mariano Ferreyra. Favale fue identificado por Norberto Ariel Rosetto, un militante del PO que integraba el mismo grupo que el joven del Partido Obrero. El testigo dijo que días después del crimen reconoció al barrabrava de Defensa y Justicia. Sus palabras fueron contundentes: “A los días del hecho vi en la casa de mi papá una foto del diario Clarín donde estaba Favale y la periodista de ’6,7,8′, Sandra Russo. Este es el tipo que yo vi disparar. En esa foto me cayeron todas las fichas. No me voy a olvidar jamás”.
Rosetto dijo que al ver la foto se le “movió el piso”. Recordó que después llamó a sus compañeros y no lo dudó.
“Es él”, les dijo.
Cabe recordar que Favale se había fotografiado con la periodista Russo, con el vicepresidente de la Nación, Amado Boudou, y con el ministro de Educación, Alberto Sileoni, en una peña y cuyas fotos el acusado publicó en su Facebook. No fue una imagen casual: además, Favale estuvo presente en el acto de River que encabezó Cristina Fernández en compañía de la burocracia sindical de los Moyano y los Pedraza.
El testigo, que declaró ante el Tribunal Oral Criminal 21 que juzga a 17 acusados -entre ellos al secretario general de Unión Ferroviaria, José Pedraza- aseguró que durante el ataque (Favale) “nos tiraba agachado con los brazos extendidos moviéndolos de uno lado a otro”.
Con estas palabras lo expresó Rosetto: “Veo a un tipo en el medio de la calle que está tirando tiros, muchos tiros, como diez, que los escuché y veo que le sale un humito blanco del arma. Estaba con la pierna izquierda flexionada y movía el brazo de un lado para el otro. Era fornido, tez blanca, pelo corto, tipo patovica y como con una barba candado”.
El testigo reiteró el reconocimiento de Favale durante la exhibición en la audiencia de un video en el que se ve a un grupo de ferroviarios caminando sobre las vías del ferrocarril Roca el día del crimen. “El señor Favale, el que tiene la remera azul”, precisó ante una pregunta de la fiscal María Luz Jalbert, mientras se observaba la imagen del barrabrava avanzando al frente del grupo como en posición de arengador sobre las vías del tren Avellaneda. Además, relató que se escondió detrás de un auto donde siguió viendo al tirador: “Ahí fue donde lo vi más claramente porque yo estaba quieto”.
En pocas palabras, Rosetto puso en evidencia la miserabilidad de la defensa de la patota, nucleada en la estrategia de Alejandro Freeland, abogado de Juan Carlos Fernández, número dos de Pedraza: “No somos una patota, está muy confundido”.
“Vamos a tomar medidas si usted continúa en esa tesitura”, le dijeron los jueces al letrado.
“¡Negro, Negro, le dimos a uno!”
En la audiencia también declaró un testigo circunstancial que aseguró haber visto a dos personas “con pantalones de los ferroviarios” apuntar con sus armas a los militantes del PO y trabajadores “tercerizados”. Dijo que escuchó “siete u ocho detonaciones”.
Se trata del testigo protegido José Eduardo Sotelo, un psicólogo que pasaba por el lugar cuando sucedió el crimen. El hombre aseguró que uno de los tiradores gritó en tono de festejo: “¡Negro, le dimos a uno!”. Y aseguró que luego un tercer integrante de la patota ferroviaria, que también llevaba un arma en la cintura, recogió las armas de los tiradores. “Eso arreglenlo con Pablo”, habría dicho el receptor de las armas según el testigo, en referencia en referencia el delegado ferroviario Pablo Díaz, acusados de comandar y organizar la patota asesina.
La complicidad de la Policía
En referencia a la acción de las fuerzas policiales en el crimen, Rosetto sostuvo que “la policía fue cómplice” de la agresión. “Vi un par de patrulleros que nos estaban siguiendo con policías de a pie, y armaron una fila pero cuando la patota empezó a agredirnos se corrieron para que pasaran”, aseguró el militante del PO. También dijo que las Policía les disparó balas de goma mientras la patota les tiraba piedras: “Debía haber no menos de 20 policías en ese momento”.
Fue tajante: “El cordón de la Policía de manera alevosa y absolutamente cómplice se abrió y dejó pasar a los ferroviarios. Eso me indignó mucho. Y después los protegió porque la patota se fue y la Policía hizo un cordón”.
Sotelo sostuvo, por su parte, que no vio policías, “ni ambulancias, ni nada”.
“Se me movió todo el piso”
Ariel, el compañero de Mariano, recordó en la audiencia que se enteró de que el militante del PO estaba muerto arriba del colectivo 37. “Mataron a Mariano”, le dijo una compañera. La noticia lo sacudió en lo más profundo: “Se me movió todo el piso”.
“Me agarró mucha bronca y me puse triste. Lo vi a él en las asambleas ferroviarias como él trataba de ayudar con su aporte militante a los compañeros y ayudar en la lucha. No caía, no lo podía creer. Nunca pasé por una situación así. Eso me shockeó bastante”.
Una vez más, la hostilidad y las chicanas de las defensas se alinean con las miserias de sus defendidos. Mientras buscan resquicios para colar nulidades y contradicciones inexistentes en los crudos y honestos relatos de los testigos, son apercibidos una y otra vez por los miembros del tribunal. La cobertura se desmorona, las defensas trastabillan y los abogados hacen circo. Los imputados están hasta las manos.
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