Julio López
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Violentos y sin voz
Por Candela ((i)) - Tuesday, Sep. 25, 2012 at 12:38 AM
cmilaplata@gmail.com

En entrevista con Indymedia La Plata, Tomas Viviani del 'Observatorio de Jóvenes. Comunicación y medios' cuenta cómo los medios argentinos construyen la imagen juvenil. Informes trimestrales que realiza el Observatorio, determinan que de las noticias que hablan de la juventud, el 70% se encuentran en la sección policiales y en menos del 10% utilizan como fuente a los mismos jóvenes.

Indymedia La Plata: ¿Cuáles son los objetivos del Observatorio?

Tomas Viviani: El observatorio es un espacio amplio, la tarea original es el seguimiento de medios gráficos al respecto de todas las noticias que mencionen a la juventud. En ese sentido hacemos un monitoreo de siete medios de lunes a viernes desde marzo hasta diciembre y cargamos todas las aquellas que se refieran a personas entre 16 y 30 años. A fin de año tenemos alrededor de cinco mil noticias al respecto de los temas más variados que nos ayudan a pensar cómo están entendiendo los medios a los jóvenes. Esto es interesante no porque creamos que en los medios se juega la verdad ni el fin de la política sino porque entendemos que los medios son una agencia, una institución que regula el fluir de la información. Obviamente el sentido común o la política son otros campos, pero los medios influyen en ambos; si las leyes y la justicia son una agencia de control penal, los medios son una agencia de control social que regula el fluir de las relaciones sociales. Por eso ponemos en relación lo que dicen los medios con lo que pasa afuera de ellos.

Después, el Observatorio hace hoy en día muchísimas cosas: estudia y gestiona políticas públicas con relación a la juventud, estudia su participación política, los consumos culturales –según lo que dicen los medios pero también por fuera de ellos- hacemos proyectos de extensión, de voluntariado. También trabajamos con la Comisión por la Memoria en relación a medios y a políticas públicas de seguridad, a cómo aparece el tema seguridad-inseguridad en los medios. Pero el fundamento inicial del Observatorio -cuya directora es la decana de la facultad de periodismo, Florencia Saintout- es justamente ver cómo aparecen los jóvenes en los medios.

((I)): ¿Cómo construyen los medios la imagen de la juventud?

T.V: En los medios no aparece la experiencia juvenil como es en la vida real en donde la definición de joven no existe, sí existe una multiplicidad de jóvenes. Sin embargo, en los medios no aparece esa multiplicidad, aparece una manera de ser joven que es la manera violenta: el joven ‘delincuente’, el violento en la casa, en la escuela, en el deporte. De todas las noticias que aparecieron en el 2011 relacionadas con la juventud, el 70% apareció en la sección ‘policiales’, lo que tiene que ver con educación, recreación, familia, trabajo, política significa el otro 30%.

"En los medios no aparece la experiencia juvenil como es en la vida real en donde la definición de joven no existe, sí existe una multiplicidad de jóvenes."

Entonces lo primero que aparece es una información sesgada. La realidad es que, sin hacer un juicio de valor sobre cuán seguro o no es nuestro país o la provincia, la gran minoría de los jóvenes son victimarios o víctimas. Aún así, el 70% de las noticias hablan de violencia; en cuanto a quiénes hablan en esas notas las estadísticas dicen que más del 30% de las fuentes de esas noticias son la policía, casi el 15% son funcionarios, casi el 20% la justicia y recién en quinto lugar hablan los mismos jóvenes en menos del 10%. Por lo tanto, el joven real casi no aparece, se construye una imagen muy arbitraria, muy poco reflexiva o crítica, muy poco ligada a la multiplicidad de experiencias juveniles ya sea positiva o negativa.

((i)): ¿Qué lugar tiene específicamente la niñez en los medios?

T.V: Lo que nosotros monitoreamos son noticias sobre jóvenes de 13 a 30. Entonces, datos  estrictamente sobre niñez no tenemos. Ahora, si nos referimos a sujetos de trece, catorce o quince años la práctica es la vinculación absoluta con la violencia: siete u ocho noticias de cada diez hablan de situaciones de violencia; se suma la idea de la incompletitud, de la tutela. Hay una relación con la vieja ley de patronato, que regulaba la minoridad, la cual planteaba la idea de que alguien tienen que hablar por ellos ya que son jóvenes y al ser ‘no adultos’ no tienen la palabra y quien habla por ellos tiene que ser el Estado, la justicia, la policía o su familia en su defecto pero si son pobres mejor que ni hablen.

Entonces el tratamiento con la niñez y la juventud es la criminalización, ya sea que esté o no involucrado con problemas con la ley. Por ejemplo, en el próximo informe agregamos un articulo que trabajó con las noticias sobre redes sociales, ahí uno piensa que el nivel de prejuicio va a ser menor pero lo que detectó Paloma Sánchez -quien realizó ese artículo- fue que en el 90% de esas noticias se estaba estigmatizando ese espacio de sociabilidad de los jóvenes. Lo que decían era que las redes son peligrosas porque a través de los datos aportados en las redes otras personas podían detectarlos y perseguirlos o que atentan contra el rendimiento escolar, incluso ahí hay un ataque concreto al Plan Conectar Igualdad.

((I)): ¿Por qué se produce esta vinculación con la violencia?

"Lo que yo creo es que las empresas periodísticas, justamente son empresas osea su fin no es el de informar, sino es el de lucrar."

 

T.V: Lo que expliqué hasta ahora son datos empíricos, ahora ya entraríamos en el terreno de  las hipótesis. Lo que yo creo es que las empresas periodísticas, justamente son empresas osea su fin no es el de informar, sino es el de lucrar. El fin último de Mac Donald no es alimentar, es ganar plata, el fin último de los medio no es informar a la comunidad es ganar plata. Entonces ellos tienen muy claro qué es lo que vende y qué es lo que no vende; y a la gente, lógicamente por un instinto de supervivencia, le interesa saber qué prácticas son seguras y cuáles inseguras, qué barrio es seguro y cuál no y la gente entiende que se puede enterar de eso en los medios. Entonces el tema seguridad-inseguridad es lucrativo para los medios ya que muchos de ellos son dueños de agencias de seguridad. Hay un vínculo concreto que tiene que ver con que cuánto mayor insegura se sienta la gente, más clientes tienen las agencias de seguridad. Todo esto por un lado, con fines estrictamente lucrativos.

Por otro lado, los medios tienen proyectos políticos, en algunos les va mejor y en otros peor. Uno de los medios tradicionales se ufanaba al decir que con tres tapas negativas volteaba un presidente, eso habla de un estado de la situación. Juegan e intervienen políticamente con los actores del campo político que les resultan más afines. Hoy en día lo que está sucediendo es que los sectores más afines son los de derecha ¿y cuál es su discurso? El populismo punitivo: subir las penas, bajar la edad de imputabilidad. Entonces ¿qué joven hay que construir? A un joven violento, porque si no hay un joven violento para qué vamos a bajar la edad de imputabilidad. En fin, la relación es: medios y actores del campo político, cuyas necesidades son criminalizar la juventud.

((I)): ¿Cómo creen que esta construcción puede revertirse?

((I)): ¿Cómo se reflejó la discusión sobre el voto a partir de los 16 años en los medios?

T.V: Por ejemplo con la discusión sobre el voto a los 16 años, tiene que ver con los derechos de los pibes. Para mi esa discusión es mínima. Sin embargo nosotros nos involucramos en la agenda pública apoyando ese proyecto porque creemos que el joven de 16 o 17 años no es un adulto incompleto, sino que es un sujeto que toma decisiones por sí mismo.

Al joven se lo trata de la misma manera que en otros temas, como si estuviera cosificado por su naturaleza de joven, esa idea de incompleto como si no estuviera listo para tomar decisiones. Acá se mezclan una serie de cosas que no estudiamos nosotros en profundidad, que tiene que ver la relación del Gobierno Nacional con los medios pero en líneas generales, la idea principal es la utilitarista: ‘quieren que los pibes voten para sacar más votos’. No se está discutiendo si la idea de que los pibes voten tiene que ver con una ampliación de derechos, o si hay efectivamente una masa de jóvenes de entre 16 y 18 años que militan y ya tienen una decisión política tomada. Lo que aparece en los medios son voces de los políticos de la oposición o de los propios editorialistas o columnistas de opinión. En mi opinión personal, esa idea utilitarista no tiene ni pies ni cabeza porque el proyecto nacional sacó 30 puntos de diferencia al segundo candidato en las elecciones pasadas, entonces hacer todo esto para sacar un punto porcentual más no tiene mucho que ver con lo que pasa realmente.

T.V: No se revierte desde un solo lado, en principio nosotros hacemos estos informes para dar cuenta de una situación, además hacemos otros tipos de informes que intentan reflexionar sobre el por qué pasan estas cosas. Pero el Observatorio lleva adelante otras actividades, más allá del monitoreo, que tienen que ver con impactar en los motivos estructurales de esta forma de tratamiento mediático. Por ejemplo, hace bastante poco la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata fue sede de una audiencia pública para tratar el tema del tratamiento de pibes con problemas de adicciones o de salud mental que fue presidido por el juez del foro administrativo, Luis Arias y el defensor público de menores, Julián Axat.

Estos funcionarios representan un espacio muy minoritario en la justicia que intenta realmente defender los derechos de los menores. Nosotros hemos venido trabajando en algunas cosas con ellos y hemos llegado a la conclusión que la mayoría de la justicia, la mayoría de la policía y la mayoría de los medios trabajan de manera asociada; siendo la función específica de los medios, reproducir la lógica por las cuales la justicia criminaliza a los jóvenes. La mayoría de los medios más tradicionales tratan a los jóvenes de la misma manera que la justicia los trata en los expedientes, no profundizan en las causas por las cuales un joven puede llegar a cometer un determinado delito, sino que directamente lo criminalizan. La vida del pibe parece que hubiera empezado en el momento que cometió ese hecho, la sistemática violación de sus derechos no aparece.

La construcción de la juventud en otras esferas

((i)): ¿Qué impacto tiene esta imagen del joven violento en el Estado y las políticas públicas destinadas a este sector? Por ejemplo, teniendo en cuenta el proyecto de la baja de la edad de imputabilidad.

T.V: El Estado es una institución complejísima hacia adentro, entonces de acuerdo a qué tema estemos tratando funciona de distintas maneras. En el caso de la baja de la edad de imputabilidad, los medios y el Estado Nacional ocuparon posiciones diferentes, los medios que nosotros relevamos fueron una de las instituciones más militantes por la baja. Por otro lado podemos pensar en el proyecto de reforma del código contravencional de la provincia, que aunque no apuntaba directamente a la juventud si lo hacía a una serie de prácticas propias de este sector. El código establecía la figura del merodeador ¿qué es merodear? Es pasear y ¿quién puede pasear? Los viejitos que tienen tiempo libre y los jóvenes que todavía no ingresaron al mercado laboral, el resto de la gente pasea los domingos. El pibe de quince que después del colegio no tiene que ir a laburar ‘merodea’ en el barrio, pasea con los amigos, se va atrás de las vías a fumar un porro.

Por otro lado están las políticas que son menos conductistas, que está pensadas a largo plazo. Hay un montón de políticas que están apuntando a la reconstrucción de los vínculos y las relaciones con las instituciones modernas. Digo modernas en contraposición de las ideas posmodernas, es decir de la caída de las instituciones que regula y administra el fluir de la vida social; estas políticas apuntan a reconstruir esas instituciones que para el discurso posmoderno se habían caído, aunque en mi opinión eso nunca fue así: la familia, la escuela, el trabajo ni el Estado dejaron de ser instituciones fundamentales por más avance del neoliberalismo y del Estado mínimo.

Entonces estas políticas públicas tienen que ver con la estigmatización de los jóvenes porque van por la reconstrucción de los lazos, de las instituciones y de los espacios de socialización. Por ejemplo, en el informe que vamos a presentar el mes que viene, Guillermo Romero hizo un trabajo sobre las noticas que hablaban del día de la primavera el año pasado. De lo que se hablaba era que la policía ya estaba montando el operativo, que había temor en los vecinos por los posibles destrozos, que la municipalidad ya estaba planeando la limpieza, los excesos, las drogas, el alcohol; además tomaba medios de La Plata, Buenos Aires, Córdoba y Rosario osea que era generalizado. Imagínate el trabajo que hay que hacer para reconstruir los lazos sociales si ni siquiera el día de la primavera es una práctica de recreación sino de marginalidad y violencia.

((I)): Anteriormente planteabas que existe una relación simbiótica entre los medios y la sociedad ¿Cómo funciona esa relación de influencia mutua?

T.V: La reciprocidad es tan alta que es difícil de desarticular. La relación es muy dramática porque los medios instalan ideas que pregnan en el sentido común de la gente y a su vez, ese sentido común recurre a los medios para retroalimentarse. Encima es muy incómodo hablar del tema, porque uno plantea que tenemos los índices más bajos de Latinoamérica  pero cuando eso lo traducimos en términos objetivos son vidas, por más que se muera menos gente en delitos que en México, Colombia o Venezuela igual se muere gente. Por más que se muera una persona por año igual es terrible, porque no hay otro valor que la vida humana.

Tiene que ver con la falta de credibilidad en la clase política que se construyó históricamente y sobre todo en los ’90 con la consolidación del modelo neoliberal; este cuarto poder, los medios, es el único poder que no tiene que ver directamente con la clase política. La gente dejó de creer en la clase política la cual regula el poder judicial, legislativo y ejecutivo; ¿en qué institución podría haber confiado la gente sino el cuarto poder, que además denunciaba a esa clase corrupta? En mi opinión, en ese momento la denunciaba por los factores que explicaba antes: por el factor lucrativo y el proyecto político.  Entonces es por eso que hoy en día los medios marcan la agenda de esos temas, tan comprensiblemente influyentes en la vida cotidiana de la gente.

Sin embargo después de esa década de descreimiento de la clase política, ahora parece que estamos en la década del descreimiento del cuarto poder o por lo menos entendiendo que lo que aparece ahí no es la verdad ni la realidad, sino lecturas parciales y subjetivas. Entonces eso complejiza mucho la situación porque eso no se da sincrónicamente a una remergencia de la política absoluta, sino muy lenta; hay momentos o subjetividades que no tienen pertenencia ni al cuarto poder ni al poder político.

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