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El debate oral podría arrojar nuevas imputaciones
Por Elisa ((i)) - Wednesday, Sep. 26, 2012 at 2:20 AM

Sandra llegó desde Perú en 2006 y tres meses después su cuerpo fue encontrado sin vida en el actual edificio de ARBA, a donde la habían citado para una supuesta entrevista laboral. José Cadícamo es el único imputado en la causa. También se lo juzga por otras ocho violaciones.

Diego José Cadícamo es el albañil acusado de violar y asesinar a Sandra Ayala Gamboa. Tiene prisión preventiva desde febrero de 2010, luego de ser encontrado en Misiones al investigarse otros casos de violaciones ocurridas en La Plata. Su ADN coincide con uno de los cinco ADN encontrados de la escena del crimen de Sandra. En el juicio también se lo imputa por otros ocho casos de violación contra chicas peruanas y bolivianas. Los cargos son abuso sexual agravado por acceso carnal, y en el caso de Sandra, se agrega el homicidio simple.

El abogado de la causa, Eduardo Montané, explicó que la vinculación de Cadícamo “se determinó a partir de encontrar perfiles genéticos en cada una de las víctimas, y en el caso de Sandra Ayala Gamboa, por haber encontrado en la escena del crimen una colilla de cigarrillo con su patrón genético”. A esto se suma el señalamiento realizado por Walter Silva, el vecino de Sandra que declaro haberla acompañado hasta el edificio de 7 entre 45 y 46 para encontrarse con el supuesto empleador, lugar donde la joven aparece asesinada días después.

El abogado también indicó que si bien el juicio se circunscribe a la investigación de las violaciones, y a la violación y asesinato de Sandra, pueden surgir otros delitos conexos en el marco del debate oral. “Por ejemplo, yo deje planteado desde la acusación como particular damnificado que considero que va a poder ser acreditado los incumplimientos como funcionarios públicos por parte de personal de la comisaria primera, quien conociendo el lugar físico donde ingresa Sandra, no hicieron absolutamente nada por investigarlo. Eso hubiese permitido obtener elementos de una importancia incalculable para esta etapa, como el mismo patrón genético dentro del cuerpo de Sandra, que no se pudo hacer por el estado de descomposición en que se encontró el cuerpo”.

Al momento de las declaraciones, dos agentes de la Comisaría primera manifestaron que “se les había pasado” realizar el cruce de información entre la denuncia de la desaparición de Sandra y el cuerpo encontrado en el edificio de la actual ARBA . Por su parte, Nélida Ayala Gamboa, la mamá de Sandra, declaró que el mismo día que llega a La Plata, se dirigió a la Comisaría 1° y que “ni el novio ni nadie me dijeron de ese lugar” –en referencia al lugar donde habían visto por última vez a su hija.

Nuevos elementos en el debate oral

Para la audiencia del miércoles 26 se espera con expectativa la declaración de Augusto Díaz Menaya, el novio de Sandra. Por su parte, el martes 25 declaró la coordinadora Bioquímica del Banco Nacional de Datos Genéticos, Belén Rodríguez Cardozo. A partir de su testimonio la Fiscalía pidió que se cruce el ADN de Cadícamo con el material de dos ADN masculinos encontrados en las uñas del cuerpo de Sandra. Los resultados estarían en dos semanas. Asimismo, se solicitó que se incorpore a Rodríguez Cardozo como perito adjunta. La coordinadora testimonió, además, que luego de que se localizó a Cadícamo en Misiones, ya había planteado que estaba la posibilidad del cruce de datos pero que la Fiscalía, a cargo de Fernando Cartasegna, se había negado.

Uno de los testimonios relevantes fue el de Luis Alfonso Iturriaga Cendoya, el dueño del quiosco ubicado al lado de ARBA, quien en 2007 realizó la denuncia que permitió encontrar el cuerpo de Sandra. En el identikit realizado por Walter Silva –el vecino de Sandra- reconoció a un obrero de la construcción. El hombre iba siempre a comprar al quiosco, durante el lapso de un año. Afirmó que trabajaba en la obra de ARBA o en la de la Lotería provincial-las únicas dos obras en construcción al momento del hecho. A esto se le puede adherir el testimonio de los encargados de las dos empresas tercerizadas que realizaban tareas en el edificio de 7 entre 45 y 46. Dijeron haber entregado la obra el 7 de febrero, pero al 16 de ese mes, uno de ellos aún no había entregado la llave por lo que podría estar en manos de algún trabajador.

En tanto, el testimonio del tío del dueño del quiosco podría señalar a una segunda persona implicada en los hechos. En el identikit el hombre reconoce al tercer sujeto, mientras que su sobrino había reconocido al primero. Cabe recordar que en la escena del crimen se habían hallado cinco ADN distintos, pero en la causa sólo se imputó a José Cadícamo.

En la segunda audiencia declararon policías de la Comisaría 1°. Entre ellos, una mujer policía que ratificó la existencia de la denuncia hecha desde la pensión donde vivía Sandra. Walter Silva, al igual que su hija y su esposa, declararon que no recordaban que la policía hubiese intervenido en ante hechos de violencia en la pensión en los que Sandra estuviera involucrada. Asimismo, negaron que Sandra fuera víctima de malos tratos por parte de su novio o la madre de este. La agente, por su parte, dijo haber participado en el operativo donde se encargó de contener a Sandra. Ella le manifestó sentirse mal, que extrañaba a su madre y quería volver a Perú. En ese mismo sentido, ya había atestiguado Nélida, la mamá de la joven violada y asesinada.

Los hechos

Sandra Ayala Gamboa había estudiado enfermería en Perú pero su sueño era recibirse de médica. Su situación familiar no se lo permitía. En agosto de 2006, meses después del fallecimiento de su novio, conoce a Augusto Díaz Menaya, quien la convence de ir a Argentina, donde la educación universitaria es gratuita. Le facilita el pasaporte y el pasaje. Según la mamá de Sandra, Nélida Ayala Gamboa, a cambio “ella se tenía que hacer novia de él”. En octubre parte a Argentina y se aloja en una pensión de calle 44 esquina 6.

La dueña de la pensión era Vilma Menaya, la mamá de Augusto. En otra pieza vivía Walter Silva de la Cruz junto a su familia. Es quien, el 16 de febrero de 2007, acompaña a Sandra a una supuesta entrevista de trabajo, para ser niñera de las hijas de un hombre al que Silva dijo haber conocido en una verdulería mientras compraba papas para preparar una comida peruana. Dijo que la acompaño hasta la puerta del edificio de 7 entre 45 y 46 (ex archivo del Ministerio de Economía), porque ella no conocía las calles, y que volvió inmediatamente a la pensión. Ella nunca regresa y su cuerpo es hallado sin vida una semana más tarde.

Nélida, que entonces vivía en Perú, al enterarse de la desaparición de su hija viaja a Argentina. En la pensión se entera de que su hija era maltratada por los Menaya. En su testimonio, en la primera audiencia del juicio que comenzó el pasado miércoles 19 de septiembre, dijo que por personas que vivían en la pensión se enteró que a su hija se le prohibía relacionarse con otras personas, que le habían retenido su dinero y su documentación. También, narró una conversación telefónica que tuvo con Sandra cuatro días antes de la desaparición, en la que ella le pidió que le envíe dinero porque quería regresar a su país. Al día siguiente de esa llamada, Nélida le hizo el giro pero no volvió a comunicarse con Sandra.

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