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En el Chaco siguen honrando a un genocida
Por Fuente: Mario Vidal - Thursday, Sep. 27, 2012 at 11:30 AM

General Manuel Obligado - En el Chaco siguen honrando a un genocida

“La Casa de Gobierno del Chaco es la única del país cuyo salón de actos lleva el nombre de un genocida”, dijo en Resistencia el escritor local Vidal Mario, autor de los libros Napalpí y Napalpí, la herida abierta, respectivamente.
Durante un acto de homenaje al desaparecido historiador Ramón de las Mercedes Tissera realizado en la Biblioteca de la Cámara de Diputados, Mario recordó que todos los gobiernos democráticos, incluido el actual, “le rindieron y le siguen rindiendo honores” al general Manuel Obligado, uno de los ejecutores de la “campaña del desierto verde” desarrollada en aquella región desde 1870 a 1885, similar a la emprendida en el sur del país por Roca.
Durante su exposición, Mario señaló, entre otros conceptos, lo siguiente:

“Un historiador debe ser valiente y, si sabe escribir, mejor. Esta consigna nos marca el camino para ser siempre fiel a lo que uno piensa y a difundir sin miedo nuestras ideas, aunque el precio a pagar por ello sea el ser apartado de la manada.
El inconveniente que tiene la historia es que siempre tiene dos verdades, una de las cuales conviene no ser dicha. Tissera, con esa valentía que lo caracterizaba, a veces se internaba en esas verdades que política o socialmente convenía que no fuesen dichas, que fuesen dejadas como estaban. Por eso es que en su momento la literatura que él practicaba molestaba. A algunos.
Tissera tenía otra obsesión: la cultura india. Inspirado en esa obsesión escribí mi libro La lanza del destino, que retrata la guerra final contra los indios del norte argentino. La “Campaña del Desierto Verde” fue menos famosa que la operación llevada a cabo por Roca en el sur, pero fue igualmente una prolija masacre de aborígenes chaqueños y convirtió a uno de sus ejecutores, general Manuel Obligado, en un notorio genocida.
La Casa de Gobierno de nuestra provincia es la única del país cuyo salón de actos lleva el nombre de un genocida, y personalmente lamento que el Chaco siga cargando con tan deshonrosa distinción.
Las matanzas de indios perpetradas directa o indirectamente por Obligado entre los 1870 a 1885 realmente parecen episodios extraídos de pergaminos del pasado, como lo remarcó Tissera en mayo de 1975 en un artículo publicado en la revista Todo es Historia bajo el título “Gobernar es despoblar de indios”.
Extrañamente, todos los gobiernos democráticos, incluido el actual, le han rendido y le siguen rindiendo honores a aquel matador de indios con el mantenimiento de su nombre al salón de actos de la Gobernación del Chaco.
Estas y otras cosas parecidas decía Tissera a finales de los 70. Obviamente que su pensamiento era políticamente incorrecto para el gobierno militar de aquel tiempo, tiempo en que el historiador para subsistir debió retomar su antiguo oficio de herrero.
En otras palabras, por tocar verdades que convienen no ser dichas se le negó en vida el reconocimiento que merecía.
Éste político, periodista, historiador, conferenciante y librepensador murió el 5 de mayo de 1981, a los 60 años, cuando aún tenía mucho que ofrecer.
Aunque tratándose de ciertos hombres morir es sólo una metáfora. Actos como éste demuestran que la gente como Tissera no muere sino que sigue viviendo en la memoria colectiva del pueblo.”






















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