Vecinos del Parque Centenario ingresan en su tercera semana de acampe en contra de la instalación de rejas perimetrales, lo que entienden como un caso más de privatización del espacio público, frente a lo cuál apuntan a la construcción de un espacio cultural dentro de predio.

Se vienen organizando en asamblea desde hace tres meses y por el momento han logrado frenar la obra y comenzaron a brindar talleres gratuitos y a levantar una huerta orgánica.

Cronología:

Hace seis años se llevó adelante un primer enrejamiento de la zona central del Parque Centenario, el lago y sus alrededores, y  desde entonces se fueron agregando anexos, pero siempre en el interior del predio.

En aquel momento también hubo un intento de los vecinos de organizarse para frenar las obras, pero eso no se logró.

Además, desde la asamblea  presentaron diferentes pedidos de informes a espacios estatales pertinentes: ministerio de Espacio  Público, Comuna 6 (Caballito), Defensoría de la Ciudad; no tuvieron ningún tipo de respuesta de alguna institución.

Sin embargo, el miércoles pasado,  26 de septiembre, por la mañana,  llegó  una cuadrilla  de la empresa Salvatori S.A  y comenzó a instalar la reja.

Desde la asamblea se acercaron al lugar e impidieron que pudieran realizar su tarea mediante un corte de calle y la instalación de un acampe en el lugar, el cuál continúa hasta el día de hoy.

El acampe, además de frenar la obra y ayudar a visibilizar la situación, está  para garantizar que el parque permanezca abierto todo el día (una vez que se para la instalación de la reja, mudaron el acampe hacia uno de los ingresos internos del parque, por lo que ahora por lo menos dos puertas no se cierran durante la noche).

A partir del acampe, lograron una reunión con Marcelo Iambrich, presidente de la Comuna 6, a quién señalan como responsable del violento e ilegal desalojo de la Huerta Orgàzmika . El funcionario argumentó que las obras se habían iniciado por pedido de los vecinos y, que, de todas maneras, él no tenía decisión sobre las mismas, por lo que sólo se comprometió a gestionar una reunión con quién sí la tuviera; nunca más respondió.

Desde un punto de vista más personal, Marcos reflexionó: “La mayoría de la gente que te cruzás te dicen que no quieren las rejas,  hay vecinos que están en contra, pero son gente que no usa el parque; que no quiere que haya gente, ni que se use el parque; lo que les interesa es que sea un jardín al que tengan vista desde su departamento; pero que no viene al parque, porque no escuchamos esas voces, no porque las ignoremos sino porque no son gente que crucemos en el parque”.

Como parte de las actividades en contra del avance de la privatización, el sábado 29 y domingo 30 de septiembre se realizó una jornada cultural, que incluyó una F.L.I.A., talleres, espectáculos y una radio abierta entre otras actividades.     

Al finalizar la actividad, una asamblea decidió tirar las rejas que se habían comenzado a construir; desde entonces permanecen ahí, el gobierno de la Ciudad ni siquiera se presentó para recogerlas.       

El parque como un espacio cultural

Desde la asamblea entienden  que el objetivo final es privatizar el parque, parte de un proyecto más general de  cerrar los parques,  instalar bares, sumar seguridad privada, etc. y recuerdan otros antecedentes, como el caso del Parque Sarmiento, donde limitaron el acceso.

Señalan que la idea es que esto no se agote en función de qué pase con el enrejamiento, sino darle continuidad, lograr que las actividades permanezcan y que los vecinos que se acerquen al parque se involucren con el espacio.

Por eso la gratuidad y apertura de los talleres y las actividades muchas veces dirigidas a los niños.        

Con este sentido “Paté”, quien está comenzando a dar su taller de malabarismo, explicó que entiende al arte como un cambio de conciencia.

Él viene al parque desde hace varios años y lo destaca por sobre los otros en la Ciudad por el trato de la gente y la posibilidad de acercarse  y compartir a partir de la falta de miedo que ve en el Centenario  y no en otros.

Huerta libre parque abierto

Con este mismo criterio de recuperar el parque como un espacio común  comenzaron la construcción de una huerta comunitaria.

Ese domingo, en el marco de la jornada cultural, realizaron una casa del árbol con un grupo de niños y al otro día se votó y comenzó a construir una huerta urbana, que de igual manera les gustaría darle continuidad y comenzar a brindar talleres de permacultura.

En este sentido, realizan una convocatoria a quién  quiera sumarse a ayudar, a sumar semillas o herramientas y comenzaron a juntar firmas para un petitorio a favor del reconocimiento de la huerta como actividad de desarrollo socio cultural.

“La idea, además de autogestionarnos con la tierra, que es algo que nos presentan como casi utópico, más aún en una ciudad;  es crear un vínculo con los vecinos, que sea un espacio que podamos venir a conocernos a vernos un poco más la cara, de trabajar de manera distinta”, explica Lisandro., de la Sala Alberdi