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La privatización de la conciencia
Por (reenvio) Daniel Barrón - Thursday, Oct. 11, 2012 at 6:03 PM

27 octubre 2011 / "¿Qué es robar un banco comparado con fundarlo?." Bertolt Brecht

¿Para qué sirven los bancos? El Banco Mundial y el FMI fueron creados, junto con laONU, como respuesta a la Segunda Guerra Mundial. En 1944, las potencias mundialesse reunieron en New Hampshire, para armar una nueva política económica. El BM y elFMI, financiados por los 43 países miembros, tenían un objetivo claro: impedir quiebrasdesestabilizadoras como la que ocurrió en Weimar y que dio paso al nacimiento delnazismo. El Banco Mundial debía sacar a los países (miembros) de la pobreza y el FMIdebía impedir las políticas económicas que promovieran la desregularización de losmercados. John Maynard Keynes saludó estos esfuerzos asegurando que, por fin, “lahermandad del hombre” se había convertido en algo más que palabras.

Desde luego, ni el Banco Mundial ni el FMI han funcionado jamás como pararrayosde las crisis económicas, por el contrario, una y otra vez, las han provocado en el fin deintervenir con préstamos; las crisis son su verdadero juego, porque en ellas se crean lasoportunidades necesarias para hacer de los Estados en crisis, gobiernos corporativistas,donde el sector empresarial sea el único beneficiado.Según un estudio reciente realizado por el Congreso de los Estados Unidos, losingresos del 1% más rico de los estadounidenses se triplicó en las últimas tres décadas,su ingreso entre 1979 y 2005 se elevó un 275%, mientras que el de la clase media, deaquél país, creció sólo un 40%.

Muchos de estos empresarios que hacen su fortunaespeculando con los bienes de los demás, forman parte de lo que el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo llama las “500 personas más ricas del mundo” cuyarenta total es superior a la que reciben 416 millones de personas pobres; es decir, uno de estos mega-ricos gana más que un millón de pobres juntos.Estos datos deben ser recordados mientras uno lee que Wikileaks dejará de filtrar documentos debido a un bloque financiero por parte de Visa, MasterCard, Bank of America, Western Union y PayPal. La nota ha sido documentada por Arturo Loría eneste blog. Lo que no pudo la acusación de abuso sexual, ni la denuncia de USA contraJulian Assange por espionaje, lo lograron los bancos.

Es decir, lo que el Estado y la justicia no pudieron, lo lograron los empresarios.“Un grupo de empresas estadounidenses”, dice Assange, “no pueden ser autorizadasa decidir lo que el mundo quiere hacer con su dinero”. Sin importar lo que uno piensesobre Wikileaks y sobre el propio Assange es grave que empresas privadas que notienen precisamente las mejores intenciones (en México, el padre Alejandro Solalindeseñaló a Western Union como cómplice en el lavado de dinero de las organizacionesdedicadas al tráfico de migrantes; y el Bank of America ha sido acusado con pruebas de bloquear los créditos y provocar una escasez de dólares en el Chile de Allende), puedan privatizar la conciencia, creando una red que impide a un grupo de individuos seasegure los medios para subsistir y con ello privando al mundo de información.

Hablo de privatización de la conciencia, porque al problema de Wikileaks lo rodeandos imposturas culturales. Por un lado, existe una corrupción moral que nos hace creer que los asuntos económicos sólo competen a cierto tipo de personas (instruidas yeducadas en los temas de economía) y que el resto de nosotros no sólo no comprendesino ni siquiera debería interesarse por esos temas. Un poco, para explicarlodomésticamente, lo que sucedía en las familias de antaño donde el padre se ocupaba deltrabajo y la madre de la casa. Los bancos nos quieren hacer creer que sólo debemos preocuparnos por vestir, ahorrar, gastar, pero sobre todo generar ingresos para ellos, elresto es algo demasiado complicado para entenderlo.

Y por otro lado, existe una complicidad social cuando seguimos admirando a aquellos que pertenecen a las clasesaltas: la moda, el club, el jet set como dirían las tías, no es más que la máscara chic conla que se muestra la avaricia, la ruindad y crimen.La privatización de la conciencia consiste precisamente en aceptar que no sabemosnada de economía, que sólo nuestros secretarios de Hacienda saben con cuánto podemosvivir (6 mil pesos al mes dice Cordero) y por eso no necesitamos ni merecemos más;consiste en aceptar la tiranía de creer que los ricos y famosos lo son porque lo merecen, porque han trabajado por ello y por que sin duda quién mejor que ese grupo paramostrarnos todo aquello a lo que
debemos aspirar.

Pero sobre todo, la privatización dela conciencia consiste en creer que nada eso se puede cambiar.Wikileaks y los movimientos de indignados ya han ganado algo: poner su nombre enlas agendas sociales, en los periódicos del mundo. Lo que verdaderamente hacen es dar la pelea por una batalla cultural: la de cambiar de signo nuestra admiración por los ricosy poderosos, y poner en escena a las voces de la gente de a pie. Que los bancosacorralen a un grupo de periodistas, no sólo es profundamente indecente, sino es unaoportunidad para ver que aquellos a los que nosotros mismos fortalecemos usando susmedios o productos (Western Union o Visa) son los utilizan nuestros recursos paraimpedirnos hacer o decir.

Al parecer, lo que fabrican nuestros bancos no son bienes sino opiniones, prejuiciosque deben ser aceptados sin rechistar. El problema es que el capitalismo salvaje no sóloexplota los bienes, sino también, bajo la presión económica, manipula nuestrasopciones; lo que acumula ya no es fuerza de trabajo, sino la expropiación de lascapacidades para elegir y pronunciarse. Lo que ocurre con Wikileaks (no sé bien si por sus hallazgos periodísticos, o sencillamente por su visibilidad mundial) y que muy probablemente seguirá con los indignados es una prueba de esta capacidad del famoso 1% para someter a las voces disidentes, para aplastarlas y con ellos presionarnos paraceder lo único que todavía nos queda: nuestro ejercicio de conciencia.

Fuentes:
· Detalles, Hans Magnus Enzensberger
· La doctrina del shock , Naomi Klein
· La condición de la posmodernidad. Investigación sobre los orígenesdel cambio cultural , David Harvey.
· Cómo los ricos destruyen el planeta, Hervé Kempf
· Algo va mal, Tony Judt
· Dos recuerdos, John Maynard Keynes

fuente http://homozapping.com.mx/2011/10/la-privatizacion-de-la-conciencia/

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